EL GALLITO DE CRESTA DE ORO
Éranse un gato, un estornino y un gallito de cresta de oro. Vivían en una casita, en medio del bosque. El gato y el estornino salían al bosque por leña y dejaban en casa al gallito.
Al salir le decían muy severamente:
— Vamos a ir lejos, tu cuida de la casa y no dejes oír tu voz. Si se acerca el zorro, no te asomes a la ventana.
Se enteró el zorro de que el gato y el estornino no estaban en casa, corrió hacia la isba, se sentó al pie de la ventana y canto:
— ¡Gallo, gallito
De cresta dorada,
Plumaje bonito
Y barba encarnada,
Sal pronto al ventano,
Que te traigo grano!
El gallito se asomó a la ventana, y el zorro lo atrapo y se lo llevo a su madriguera.
El gallito grito:
— ¡Salvadme, salvadme, gato y estornino,
En sus zarpas me lleva el zorro dañino
Tras los negros bosques,
Los rápidos ríos
Y los montes fríos!...
El gato y el estornino oyeron los gritos del gallito, se lanzaron en persecución del zorro y le arrebataron la presa.
Al día siguiente, el gato y el estornino debían salir de nuevo al bosque a cortar leña y volvieron a decir al gallito:
— Ten cuidado, gallito, no te asomes a la ventana, que hoy vamos todavía más lejos y quizás no te oigamos.
En cuanto se hubieron marchado, el zorro de nuevo se acercó presuroso a la casita y se puso a cantar:
— ¡Gallo, gallito
De cresta dorada,
Plumaje bonito
Y barba encarnada,
Sal pronto al ventano,
Que te traigo grano!
El gallito permaneció inmóvil, sin decir nada. El zorro canto otra vez:
— Los chicos corrieron
Y trigo esparcieron.
Lo están picando ahora las gallinas,
Sin darles a los gallos, las ladinas. ..
El gallito se asomó a la ventana y protesto indignado:
— ¡Co, co, co! ¿Cómo que no les dan?
El zorro atrapó al gallito y se lo llevó hacia su madriguera.
El gallito grito a voz en cuello:
— ¡Salvadme, salvadme, gato y estornino,
En sus zarpas me lleva el zorro dañino
Tras los negros bosques,
Los rápidos ríos
Y los montes fríos!...
Oyeron el gato y el estornino la voz del gallito y se lanzaron en persecución del zorro. El gato corría, el estornino volaba... Dieron alcance al zorro, el gato se puso a arañarlo, el estornino a soltarle picotazos, y lograron arrebatarle su presa.
Pasado cierto tiempo, el gato y el estornino de nuevo se dispusieron a ir al bosque a cortar leña. Al salir de casa dijeron muy seriamente al gallito:
— No escuches al zorro, no te asomes a la ventana, que
hoy vamos más lejos todavía y no oiremos tus gritos.
En fin, el gato y el estornino se fueron muy lejos a cortar leña. Al poco, el zorro estaba ya al pie de la ventana y cantaba:
— ¡Gallo, gallito
De cresta dorada,
Plumaje bonito
Y barba encarnada,
Sal pronto al ventano,
Que te daré grano!
El gallito permaneció inmóvil, sin dejar oír su voz. El zorro volvió a cantar:
— Los chicos corrieron
Y trigo esparcieron.
Lo están picando ahora las gallinas, Sin darles a los gallos, las ladinas...
El gallito siguió callado. El zorro de nuevo se puso a cantar:
— La gente corrió
Y mijo esparció.
Lo están comiendo ahora las gallinas, Sin darle a los gallos, las ladinas. . .
El gallito se asomó a la ventana y protesto indignado:
— ¡Co, co, co! (¿Cómo que no les dan?
El zorro atrapó al gallito y corrió con él hacia su madriguera, más allá de los negros bosques, los rápidos ríos y los montes fríos...
Por más voces que dio el gallito, el gato y el estornino no le oyeron, y cuando regresaron a casa se encontraron con que faltaba su compañero.
El gato y el estornino siguieron presurosos las huellas del zorro. El gato corría, y el estornino volaba... Llegaron a la madriguera del zorro. El gato afino su tímpano y se puso a cantar:
— Tin, tin, timpanito
De las cuerdas de oro...
¿Estará en su nido
Nuestro amigo el zorro?
Oyó el zorro el canto del gato y pensó:
"Me asomaré a ver quién toca tan bien el tímpano y canta con voz tan dulce".
En fin, salió el zorro de su madriguera. El gato y el estornino se abalanzaron sobre él y se pusieron a vapulearlo. Estuvieron propinándole golpes hasta que se puso en fuga.
Luego, el gato y el estornino metieron al gallito en un cesto y lo llevaron a casa.
Desde entonces viven los tres felices y tranquilos.
Al salir le decían muy severamente:
— Vamos a ir lejos, tu cuida de la casa y no dejes oír tu voz. Si se acerca el zorro, no te asomes a la ventana.
Se enteró el zorro de que el gato y el estornino no estaban en casa, corrió hacia la isba, se sentó al pie de la ventana y canto:
— ¡Gallo, gallito
De cresta dorada,
Plumaje bonito
Y barba encarnada,
Sal pronto al ventano,
Que te traigo grano!
El gallito se asomó a la ventana, y el zorro lo atrapo y se lo llevo a su madriguera.
El gallito grito:
— ¡Salvadme, salvadme, gato y estornino,
En sus zarpas me lleva el zorro dañino
Tras los negros bosques,
Los rápidos ríos
Y los montes fríos!...
El gato y el estornino oyeron los gritos del gallito, se lanzaron en persecución del zorro y le arrebataron la presa.
Al día siguiente, el gato y el estornino debían salir de nuevo al bosque a cortar leña y volvieron a decir al gallito:
— Ten cuidado, gallito, no te asomes a la ventana, que hoy vamos todavía más lejos y quizás no te oigamos.
En cuanto se hubieron marchado, el zorro de nuevo se acercó presuroso a la casita y se puso a cantar:
— ¡Gallo, gallito
De cresta dorada,
Plumaje bonito
Y barba encarnada,
Sal pronto al ventano,
Que te traigo grano!
El gallito permaneció inmóvil, sin decir nada. El zorro canto otra vez:
— Los chicos corrieron
Y trigo esparcieron.
Lo están picando ahora las gallinas,
Sin darles a los gallos, las ladinas. ..
El gallito se asomó a la ventana y protesto indignado:
— ¡Co, co, co! ¿Cómo que no les dan?
El zorro atrapó al gallito y se lo llevó hacia su madriguera.
El gallito grito a voz en cuello:
— ¡Salvadme, salvadme, gato y estornino,
En sus zarpas me lleva el zorro dañino
Tras los negros bosques,
Los rápidos ríos
Y los montes fríos!...
Oyeron el gato y el estornino la voz del gallito y se lanzaron en persecución del zorro. El gato corría, el estornino volaba... Dieron alcance al zorro, el gato se puso a arañarlo, el estornino a soltarle picotazos, y lograron arrebatarle su presa.
Pasado cierto tiempo, el gato y el estornino de nuevo se dispusieron a ir al bosque a cortar leña. Al salir de casa dijeron muy seriamente al gallito:
— No escuches al zorro, no te asomes a la ventana, que
hoy vamos más lejos todavía y no oiremos tus gritos.
En fin, el gato y el estornino se fueron muy lejos a cortar leña. Al poco, el zorro estaba ya al pie de la ventana y cantaba:
— ¡Gallo, gallito
De cresta dorada,
Plumaje bonito
Y barba encarnada,
Sal pronto al ventano,
Que te daré grano!
El gallito permaneció inmóvil, sin dejar oír su voz. El zorro volvió a cantar:
— Los chicos corrieron
Y trigo esparcieron.
Lo están picando ahora las gallinas, Sin darles a los gallos, las ladinas...
El gallito siguió callado. El zorro de nuevo se puso a cantar:
— La gente corrió
Y mijo esparció.
Lo están comiendo ahora las gallinas, Sin darle a los gallos, las ladinas. . .
El gallito se asomó a la ventana y protesto indignado:
— ¡Co, co, co! (¿Cómo que no les dan?
El zorro atrapó al gallito y corrió con él hacia su madriguera, más allá de los negros bosques, los rápidos ríos y los montes fríos...
Por más voces que dio el gallito, el gato y el estornino no le oyeron, y cuando regresaron a casa se encontraron con que faltaba su compañero.
El gato y el estornino siguieron presurosos las huellas del zorro. El gato corría, y el estornino volaba... Llegaron a la madriguera del zorro. El gato afino su tímpano y se puso a cantar:
— Tin, tin, timpanito
De las cuerdas de oro...
¿Estará en su nido
Nuestro amigo el zorro?
Oyó el zorro el canto del gato y pensó:
"Me asomaré a ver quién toca tan bien el tímpano y canta con voz tan dulce".
En fin, salió el zorro de su madriguera. El gato y el estornino se abalanzaron sobre él y se pusieron a vapulearlo. Estuvieron propinándole golpes hasta que se puso en fuga.
Luego, el gato y el estornino metieron al gallito en un cesto y lo llevaron a casa.
Desde entonces viven los tres felices y tranquilos.