¡LA LLUVIA LLEGARA ! (Mito Vietnamita)
Se dice que cuando una rana empieza a croar es porque la lluvia se acerca.
Hubo una vez; Cuando todavía no habitaban personas en la Tierra, ocurrió lo siguiente:
On Zey, señor de los cielos estaba jugando ajedrez con la vieja madame Sequía.
- Mira!
- De esta manera, así y así.
- Mate!
- Has ganado otra vez... Bueno, toma cualquier estrella.
- No quiero jugar más por estrellas, estoy harta de las estrellas.
- Bueno, entonces juguemos un juego más por algo que te gustaría.
- Bien, de acuerdo. Acepto.
- Juguemos por las cascadas.
- ¿Por las cascadas?¿Y por qué tú, madame Sequía, querrías las cascadas?
- Oh!, estimado On Zey, Oh! gran y sabio señor de los cielos, ¿No sabes que las cascadas son la fuente principal de agua en la Tierra?
- Pero ¿Quién querría entorpecer las aguas, querida Sequía?
- ¡Me molesta, el agua! El agua es vida.
- ¿Y quién querría evitar la vida, madame Sequía?
- ¡Yo! ¿Recuerda honorable On Zey de lo que hablamos hace casi dos millones de años atrás?
- Espera un minuto, espera un minuto ...Lo olvidé.
- Le rogué que no le diese a la Tierra ni una sola gota de agua.
- Ah!, sí, sí, vagamente recuerdo algo parecido. Ordena tus piezas, por favor.
- pero no me ha estado escuchando, señor de los cielos.
- ¿Y qué ocurrió?
- ¿Qué ocurrió?, En la Tierra empezaron a crecer las flores y la hierba.
- Así es - Flores y hierbas.
- ¡Y luego los peces! ¡Y aves!
- Así es, así es.
- ¡Los animales! - luego los animales.
- Si esto continúa, tal vez aparezcan humanos.
- Los humanos ciertamente aparecerán.
- Pero los humanos lucharan contra la Sequía. Hasta que un día me destruirán.
- Ciertamente lo harán.
- Esa es la razón de por qué quiero las cascadas.
- Bueno, si las quieres, juguemos por ellas. Tú mueves.
Mientras tanto en la Tierra, un grupo de animales se dirigían a las cascadas por agua; cantando muy alegremente:
" Nos dirigimos al abrevadero, dejando una pista de juegos.
Al agua los animales vamos, guiando a nuestras crías hasta ella.
Los animales vamos hacia allá, donde el agua aguarda al pie de las montañas.
Donde desciende rápida y clara, con agua de los Alpes."
Y en los cielos:
- ¡Jaque mate!
Inmediatamente, ante los ojos de los animales el agua de las cascadas subió a los cielos; dejando en su lugar un suelo árido.
Una pequeña ranita que iba con el grupo dijo entonces:
- Bueno, en tiempos de problemas solo suspirar no ayuda. ¡Síganme, síganme compañeros animales! Allá hacia la montaña, debe haber un río. ¡Un maravilloso río!.
Y así emprendieron el viaje guiados por la ranita.
En el cielo sin embargo sucedía los siguiente:
- Oh! he perdido nuevamente. Aguarda allí Sequía, juguemos un juego más. Por favor. ¡Por lo que más quieras!
- Por todos los ríos y riachuelos, que existen en la Tierra.
- Si quieres los ríos jugaremos por los ríos.
- Y los riachuelos.
Mientras la ranita seguía su camino cantando. Pero al llegar al lugar en donde debía estar el río; solo encontró una pequeña charca donde nadaba un pez con su cría.
-Dime, por favor pez, ¿No había un río en las cercanías?
- Había, sólo que de pronto ha desaparecido. Sólo hay alguna piedras mojadas y este pequeño charco que ha quedado. Queridos animales, sólo hoy mi pequeña niña ha salido del huevo. ¡No beban por favor de este charco! se lo beberían todo y no quedarían satisfechos, y mi hija morirá.
En ese instante el agua que quedaba en el charco también subió a los cielos. Dejando al pez y su cría a merced de la muerte.
Un elefante que iba en el grupo al ver la situación; empezó a llorar de la pena; llenando con sus lágrimas el espacio del charco vacío.
-¡ Gracias, querido elefante! Mejor ve directo sobre las rocas. Este río solía fluir hacia un lago, allí debería estar disponible el agua para beber.
Siguieron ya muy cansados su marcha; pero al llegar al lugar en donde se encontraría el lago solo encontraron un gran hoyo; y en el fondo de este una gran serpiente que lamentándose decía:
- Esto es una desgracia para los animales, un desastre. Un millón de años estuve durmiendo en el fondo de este lago. Y de repente toda el agua se ha ido a algún lugar en las alturas. Y ustedes son desafortunados, y yo también los soy. ¿Qué haremos?.
- En lo alto, en la cima de esa columna de piedra -Dijó la ranita- vive en su palacio On Zey, señor de los cielos.
Deberíamos ir con él a quejarnos.
Y cruzaron ya sin fuerzas valles y montañas, llegando al fin a la columna de piedra.
- Animales, hermanos míos, espérenme aquí abajo, y cuiden de nuestros niños. Pero oso, tigre y zorro vengan conmigo.
Fue así que con la ayuda de la gran serpiente subieron por la columna los cuatro animales encabezados por la ranita. Ya en las puertas del gran palacio, la ranita les pidió a los otros animales la esperasen tras unas rocas mientras ella hablaba con On Zey.
Inmediatamente hizo sonar el tambor para que le abriesen las puertas. El cuidante del palacio era una gran dragón chino; que al ver a la intrusa mando llamar a su escolta de gallos peleadores para que la corrieran. Apenas se vio rodeada la ranita proclamó:
- Si quieren pelear, peleemos. Pero primero déjenme ponerme mi armadura de batalla.
Y diciendo esto corrió tras las rocas, intercambiando así su lugar con el zorro. Al ver los gallos a este echaron a correr.
El dragón entonces llamo a su escolta de perros guardianes. El zorro al ver el peligro se alejó diciendo:
- Si quieren pelear, pelearemos. ¡Pero esperen un minuto! Déjenme ponerme mi armadura de batalla.
Y se metió tras las rocas intercambiando su lugar con el oso, los perros atacaron, pero de un solo golpe el oso los dejaba muy heridos así que huyeron despavoridos.
Ya molesto el dragón salió al encuentro del oso; pero este también se retiró diciendo:
- Si quieres pelear, pelearemos. Pero primero has de dejarme poner mi armadura de batalla.
El dragón no espero y saltó sobre el oso; en ese instante el zorro y el tigre salieron en su ayuda; la ranita por su lado aprovechó la distracción para ingresar a palacio.
Fue así que encontró a On Zey sentado frente al tablero de ajedrez.
- Oh! gran señor de los cielos, ¿Qué has hecho?.
-Tuve un día horrible, sin suerte. ¿Cómo llegaste aquí criatura?
-Escale la columna de piedra.
- ¿Y cómo evadiste a los guardianes?
- Rompí sus bloqueos.
- ¿Y qué quieres?
- Oh! gran señor de los cielos, dejaste a la Tierra sin una sola gota de agua.
- Bueno, me temo que he perdido toda el agua en un juego de ajedrez.
- ¿Y tu corazón? - dijo la ranita llorando - ¿También lo has perdido?. Mira lo que está pasando en la Tierra.
Y al ver a través de su esfera mágica On Zey se dio cuenta de que la Tierra había quedado seca e infértil.
- Ay! Ay!. Eso es algo muy problemático...Y no puedo hacer nada para ayudar, perdí toda el agua contra madame Sequía.
Primero las cascadas, luego los ríos y luego los lagos.
-¿Y las nubes? las nubes de lluvia... ¿Las perdiste también?
- No, esas no.¡¿Las nubes?, ¡Esto es maravilloso! Lo más importante... tengo tantas como desees. Sígueme rana.
Dando tres palmadas de una especie de flor de loto empezaron a salir las nubes que traían la lluvia, de todos los tamaños y todas las formas.
En su palacio madame Sequía celebraba bailando y cantando:
"Bajo cerradura y llave, ahora tengo toda el agua de la Tierra.
nunca más alguien podrá amenazarme"
En ese instante la sombra de las nubes la cubrió.
-¿Qué es esto? ¿A dónde creen que van? ¡Alto!
Y la lluvia empezó a caer y los seres vivos de la Tierra se regocijaron, lagos, ríos y cascadas renacieron; y toda flor y hierba volvió a crecer. En el palacio de On Zey, este se despedía de los animales haciéndolos bajar por un hermoso arcoíris.
- Debes disculparme -le dijo a la ranita- me dejé llevar.
- Sí, bueno, eso le pasa a cualquiera. Adiós señor de los cielos, gracias y buena suerte.
- Hasta pronto, querida rana. No debes hacer aquel dificultoso viaje ¡Sólo dímelo desde la Tierra gritando!
Es por eso que la gente dice, que si la rana canta es porque pronto lloverá.
(Mito Vietnamita)
Hubo una vez; Cuando todavía no habitaban personas en la Tierra, ocurrió lo siguiente:
On Zey, señor de los cielos estaba jugando ajedrez con la vieja madame Sequía.
- Mira!
- De esta manera, así y así.
- Mate!
- Has ganado otra vez... Bueno, toma cualquier estrella.
- No quiero jugar más por estrellas, estoy harta de las estrellas.
- Bueno, entonces juguemos un juego más por algo que te gustaría.
- Bien, de acuerdo. Acepto.
- Juguemos por las cascadas.
- ¿Por las cascadas?¿Y por qué tú, madame Sequía, querrías las cascadas?
- Oh!, estimado On Zey, Oh! gran y sabio señor de los cielos, ¿No sabes que las cascadas son la fuente principal de agua en la Tierra?
- Pero ¿Quién querría entorpecer las aguas, querida Sequía?
- ¡Me molesta, el agua! El agua es vida.
- ¿Y quién querría evitar la vida, madame Sequía?
- ¡Yo! ¿Recuerda honorable On Zey de lo que hablamos hace casi dos millones de años atrás?
- Espera un minuto, espera un minuto ...Lo olvidé.
- Le rogué que no le diese a la Tierra ni una sola gota de agua.
- Ah!, sí, sí, vagamente recuerdo algo parecido. Ordena tus piezas, por favor.
- pero no me ha estado escuchando, señor de los cielos.
- ¿Y qué ocurrió?
- ¿Qué ocurrió?, En la Tierra empezaron a crecer las flores y la hierba.
- Así es - Flores y hierbas.
- ¡Y luego los peces! ¡Y aves!
- Así es, así es.
- ¡Los animales! - luego los animales.
- Si esto continúa, tal vez aparezcan humanos.
- Los humanos ciertamente aparecerán.
- Pero los humanos lucharan contra la Sequía. Hasta que un día me destruirán.
- Ciertamente lo harán.
- Esa es la razón de por qué quiero las cascadas.
- Bueno, si las quieres, juguemos por ellas. Tú mueves.
Mientras tanto en la Tierra, un grupo de animales se dirigían a las cascadas por agua; cantando muy alegremente:
" Nos dirigimos al abrevadero, dejando una pista de juegos.
Al agua los animales vamos, guiando a nuestras crías hasta ella.
Los animales vamos hacia allá, donde el agua aguarda al pie de las montañas.
Donde desciende rápida y clara, con agua de los Alpes."
Y en los cielos:
- ¡Jaque mate!
Inmediatamente, ante los ojos de los animales el agua de las cascadas subió a los cielos; dejando en su lugar un suelo árido.
Una pequeña ranita que iba con el grupo dijo entonces:
- Bueno, en tiempos de problemas solo suspirar no ayuda. ¡Síganme, síganme compañeros animales! Allá hacia la montaña, debe haber un río. ¡Un maravilloso río!.
Y así emprendieron el viaje guiados por la ranita.
En el cielo sin embargo sucedía los siguiente:
- Oh! he perdido nuevamente. Aguarda allí Sequía, juguemos un juego más. Por favor. ¡Por lo que más quieras!
- Por todos los ríos y riachuelos, que existen en la Tierra.
- Si quieres los ríos jugaremos por los ríos.
- Y los riachuelos.
Mientras la ranita seguía su camino cantando. Pero al llegar al lugar en donde debía estar el río; solo encontró una pequeña charca donde nadaba un pez con su cría.
-Dime, por favor pez, ¿No había un río en las cercanías?
- Había, sólo que de pronto ha desaparecido. Sólo hay alguna piedras mojadas y este pequeño charco que ha quedado. Queridos animales, sólo hoy mi pequeña niña ha salido del huevo. ¡No beban por favor de este charco! se lo beberían todo y no quedarían satisfechos, y mi hija morirá.
En ese instante el agua que quedaba en el charco también subió a los cielos. Dejando al pez y su cría a merced de la muerte.
Un elefante que iba en el grupo al ver la situación; empezó a llorar de la pena; llenando con sus lágrimas el espacio del charco vacío.
-¡ Gracias, querido elefante! Mejor ve directo sobre las rocas. Este río solía fluir hacia un lago, allí debería estar disponible el agua para beber.
Siguieron ya muy cansados su marcha; pero al llegar al lugar en donde se encontraría el lago solo encontraron un gran hoyo; y en el fondo de este una gran serpiente que lamentándose decía:
- Esto es una desgracia para los animales, un desastre. Un millón de años estuve durmiendo en el fondo de este lago. Y de repente toda el agua se ha ido a algún lugar en las alturas. Y ustedes son desafortunados, y yo también los soy. ¿Qué haremos?.
- En lo alto, en la cima de esa columna de piedra -Dijó la ranita- vive en su palacio On Zey, señor de los cielos.
Deberíamos ir con él a quejarnos.
Y cruzaron ya sin fuerzas valles y montañas, llegando al fin a la columna de piedra.
- Animales, hermanos míos, espérenme aquí abajo, y cuiden de nuestros niños. Pero oso, tigre y zorro vengan conmigo.
Fue así que con la ayuda de la gran serpiente subieron por la columna los cuatro animales encabezados por la ranita. Ya en las puertas del gran palacio, la ranita les pidió a los otros animales la esperasen tras unas rocas mientras ella hablaba con On Zey.
Inmediatamente hizo sonar el tambor para que le abriesen las puertas. El cuidante del palacio era una gran dragón chino; que al ver a la intrusa mando llamar a su escolta de gallos peleadores para que la corrieran. Apenas se vio rodeada la ranita proclamó:
- Si quieren pelear, peleemos. Pero primero déjenme ponerme mi armadura de batalla.
Y diciendo esto corrió tras las rocas, intercambiando así su lugar con el zorro. Al ver los gallos a este echaron a correr.
El dragón entonces llamo a su escolta de perros guardianes. El zorro al ver el peligro se alejó diciendo:
- Si quieren pelear, pelearemos. ¡Pero esperen un minuto! Déjenme ponerme mi armadura de batalla.
Y se metió tras las rocas intercambiando su lugar con el oso, los perros atacaron, pero de un solo golpe el oso los dejaba muy heridos así que huyeron despavoridos.
Ya molesto el dragón salió al encuentro del oso; pero este también se retiró diciendo:
- Si quieres pelear, pelearemos. Pero primero has de dejarme poner mi armadura de batalla.
El dragón no espero y saltó sobre el oso; en ese instante el zorro y el tigre salieron en su ayuda; la ranita por su lado aprovechó la distracción para ingresar a palacio.
Fue así que encontró a On Zey sentado frente al tablero de ajedrez.
- Oh! gran señor de los cielos, ¿Qué has hecho?.
-Tuve un día horrible, sin suerte. ¿Cómo llegaste aquí criatura?
-Escale la columna de piedra.
- ¿Y cómo evadiste a los guardianes?
- Rompí sus bloqueos.
- ¿Y qué quieres?
- Oh! gran señor de los cielos, dejaste a la Tierra sin una sola gota de agua.
- Bueno, me temo que he perdido toda el agua en un juego de ajedrez.
- ¿Y tu corazón? - dijo la ranita llorando - ¿También lo has perdido?. Mira lo que está pasando en la Tierra.
Y al ver a través de su esfera mágica On Zey se dio cuenta de que la Tierra había quedado seca e infértil.
- Ay! Ay!. Eso es algo muy problemático...Y no puedo hacer nada para ayudar, perdí toda el agua contra madame Sequía.
Primero las cascadas, luego los ríos y luego los lagos.
-¿Y las nubes? las nubes de lluvia... ¿Las perdiste también?
- No, esas no.¡¿Las nubes?, ¡Esto es maravilloso! Lo más importante... tengo tantas como desees. Sígueme rana.
Dando tres palmadas de una especie de flor de loto empezaron a salir las nubes que traían la lluvia, de todos los tamaños y todas las formas.
En su palacio madame Sequía celebraba bailando y cantando:
"Bajo cerradura y llave, ahora tengo toda el agua de la Tierra.
nunca más alguien podrá amenazarme"
En ese instante la sombra de las nubes la cubrió.
-¿Qué es esto? ¿A dónde creen que van? ¡Alto!
Y la lluvia empezó a caer y los seres vivos de la Tierra se regocijaron, lagos, ríos y cascadas renacieron; y toda flor y hierba volvió a crecer. En el palacio de On Zey, este se despedía de los animales haciéndolos bajar por un hermoso arcoíris.
- Debes disculparme -le dijo a la ranita- me dejé llevar.
- Sí, bueno, eso le pasa a cualquiera. Adiós señor de los cielos, gracias y buena suerte.
- Hasta pronto, querida rana. No debes hacer aquel dificultoso viaje ¡Sólo dímelo desde la Tierra gritando!
Es por eso que la gente dice, que si la rana canta es porque pronto lloverá.
(Mito Vietnamita)