Los Dos Perros
(Concepción Arenal Ponte)
Dos perros, uno sapiente
y otro que nada sabía,
estaban hablando un día
de su vida diferente.
-La vida-dijo el primero
está llena de delicias;
hácenme todos caricias,
como bien y cuanto quiero.
-Pues yo- respondió el segundo,
hambriento y apaleado
soy el más desventurado,
perro que existe en el mundo.
Mi amo el sapiente añadió
bien puede ensenare a tí,
si aprendes como aprendí
estarás como estoy yo.
Trabajando con afán
te instruirás, por descontado,
y cuando estés educado
vivirás como un sultán.
-¿Yo educarme? ¡Qué ocurrencia!
En vano, amigo, te empeñas.
¿Bailar?... ¿Entender por señas?...
¡Pues ya es menester paciencia!
-Entonces ¿Por qué te quejas,
si por vivir en la holganza,
la más risueña esperanza
indolente y necio dejas?
Como el perro, observo yo,
que todos quieren tener,
las ventajas del saber,
pero su trabajo no.
y otro que nada sabía,
estaban hablando un día
de su vida diferente.
-La vida-dijo el primero
está llena de delicias;
hácenme todos caricias,
como bien y cuanto quiero.
-Pues yo- respondió el segundo,
hambriento y apaleado
soy el más desventurado,
perro que existe en el mundo.
Mi amo el sapiente añadió
bien puede ensenare a tí,
si aprendes como aprendí
estarás como estoy yo.
Trabajando con afán
te instruirás, por descontado,
y cuando estés educado
vivirás como un sultán.
-¿Yo educarme? ¡Qué ocurrencia!
En vano, amigo, te empeñas.
¿Bailar?... ¿Entender por señas?...
¡Pues ya es menester paciencia!
-Entonces ¿Por qué te quejas,
si por vivir en la holganza,
la más risueña esperanza
indolente y necio dejas?
Como el perro, observo yo,
que todos quieren tener,
las ventajas del saber,
pero su trabajo no.