Juan y las Habas Mágicas
Cerca del mar en un pequeño pueblito, vivía una pobre viuda con
su hijo Juan. Eran tan pobres que solo contaban con una vaca tan
vieja y tan flaca, que un día decidió no darles ni una gota más de
leche. Desesperados, resolvieron salir al mercado a tratar de venderla,
misión que la madre le encomendó a su hijo.
Iba Juan por el camino cuando se encontró con un hombre que pasaba
por allí, el cual le dijo:
-“¡Qué linda vaquita! ¿A dónde vas con ella?”
A lo que Juan respondió: -“voy al mercado
a venderla”. El hombre le ofreció cambiarle la vaca por tres habas que llevaba dentro de su alforja.
Juan quedó un poco aturdido con la propuesta: -“Mi vaca vale mucho más", -dijo Juan. Pero el hombre trato de convencerlo diciéndole que las habas eran mágicas. Juanito, se ilusionó y
pensó que podría sembrarlas y pedirle
muchas cosas que tanto necesitaba. Por tanto acepto el trato y cambio
su vieja vaca por las tres habas mágicas.
Cuando llegó a casa feliz porque creyó haber hecho un gran negocio
su madre se puso furiosa, y cogiendo las habas las tiro por la ventana.
Al día siguiente, cuál sería su asombro, cuando vio que una mata
de habas subía y subía hasta el cielo. Sin pensarlo, salió al jardín y
comenzó a trepar por ella. Cuando miraba hacia abajo, se asustaba
mucho al divisar su casa tan pequeñita, y a su madre que lo llamaba
inconsolablemente.
Al llegar al final de la escalera verde, se encontró con un país extraño.
En una esquina vio una puerta gigantesca, a la que sin pensarlo dos
veces, golpeó. Salió una mujer enorme, Juan le
preguntó si tendría algo para darle de comer. Pero la extraña dama,
le contesto: -“Si pasa te prepararé algo rápido" mas pensaba: -“Ahora lo alimentaré para engordarlo y mañana lo serviré a mi marido en el desayuno”. Cuando Juanito estuvo dentro de la casa, la mujer lo agarró como a un conejo y lo encerró dentro del horno cerrando la puerta. Sucede que en ese instante llegó el ogro y ella le dijo. -“Mañana te serviré un delicioso desayuno”. El ogro decía: -“Hay un olor muy delicioso”, su mujer le decía: -"Espera hasta mañana". Juan desde el fondo del horno, se sentía muy asustado, pero prefería eso, a que lo comiera el gigante ogro en ese mismo instante. Juan dejando de llorar empezó a caminar y caminar en la oscuridad hasta que en un rincón encontró una pequeña luz que entraba por una rendija del horno, y empezó a escarbar y abrir la rendija en forma silenciosa.
Juanito escuchó como el ogro le decía a su esposa, que le trajese la
gallina que ponía huevos de oro, y le ordenaba: -“pon tu huevo
del día". Además supo, que tenía un arpa mágica, a la cual
le dijo que tocara, hasta que quedó profundamente dormido.
Este era el momento que estaba esperando, Juan salió del
horno y se echó a correr rescatando a la gallina y el arpa mágica salió de la casa de los ogros.
Presuroso comenzó a bajar las escaleras
de la mata de habas, pero el gigante que se había despertado,
empezó a perseguirlo. Al llegar Juan abajo, cogió un hacha, y
con todas sus fuerzas, corto la mata, cayendo la mata con el
ogro, donde murió.
No pasando nunca mas hambre ni él ni su mamá.
su hijo Juan. Eran tan pobres que solo contaban con una vaca tan
vieja y tan flaca, que un día decidió no darles ni una gota más de
leche. Desesperados, resolvieron salir al mercado a tratar de venderla,
misión que la madre le encomendó a su hijo.
Iba Juan por el camino cuando se encontró con un hombre que pasaba
por allí, el cual le dijo:
-“¡Qué linda vaquita! ¿A dónde vas con ella?”
A lo que Juan respondió: -“voy al mercado
a venderla”. El hombre le ofreció cambiarle la vaca por tres habas que llevaba dentro de su alforja.
Juan quedó un poco aturdido con la propuesta: -“Mi vaca vale mucho más", -dijo Juan. Pero el hombre trato de convencerlo diciéndole que las habas eran mágicas. Juanito, se ilusionó y
pensó que podría sembrarlas y pedirle
muchas cosas que tanto necesitaba. Por tanto acepto el trato y cambio
su vieja vaca por las tres habas mágicas.
Cuando llegó a casa feliz porque creyó haber hecho un gran negocio
su madre se puso furiosa, y cogiendo las habas las tiro por la ventana.
Al día siguiente, cuál sería su asombro, cuando vio que una mata
de habas subía y subía hasta el cielo. Sin pensarlo, salió al jardín y
comenzó a trepar por ella. Cuando miraba hacia abajo, se asustaba
mucho al divisar su casa tan pequeñita, y a su madre que lo llamaba
inconsolablemente.
Al llegar al final de la escalera verde, se encontró con un país extraño.
En una esquina vio una puerta gigantesca, a la que sin pensarlo dos
veces, golpeó. Salió una mujer enorme, Juan le
preguntó si tendría algo para darle de comer. Pero la extraña dama,
le contesto: -“Si pasa te prepararé algo rápido" mas pensaba: -“Ahora lo alimentaré para engordarlo y mañana lo serviré a mi marido en el desayuno”. Cuando Juanito estuvo dentro de la casa, la mujer lo agarró como a un conejo y lo encerró dentro del horno cerrando la puerta. Sucede que en ese instante llegó el ogro y ella le dijo. -“Mañana te serviré un delicioso desayuno”. El ogro decía: -“Hay un olor muy delicioso”, su mujer le decía: -"Espera hasta mañana". Juan desde el fondo del horno, se sentía muy asustado, pero prefería eso, a que lo comiera el gigante ogro en ese mismo instante. Juan dejando de llorar empezó a caminar y caminar en la oscuridad hasta que en un rincón encontró una pequeña luz que entraba por una rendija del horno, y empezó a escarbar y abrir la rendija en forma silenciosa.
Juanito escuchó como el ogro le decía a su esposa, que le trajese la
gallina que ponía huevos de oro, y le ordenaba: -“pon tu huevo
del día". Además supo, que tenía un arpa mágica, a la cual
le dijo que tocara, hasta que quedó profundamente dormido.
Este era el momento que estaba esperando, Juan salió del
horno y se echó a correr rescatando a la gallina y el arpa mágica salió de la casa de los ogros.
Presuroso comenzó a bajar las escaleras
de la mata de habas, pero el gigante que se había despertado,
empezó a perseguirlo. Al llegar Juan abajo, cogió un hacha, y
con todas sus fuerzas, corto la mata, cayendo la mata con el
ogro, donde murió.
No pasando nunca mas hambre ni él ni su mamá.