Moisés intercede por el Pueblo de Israel hasta su Muerte (Levítico, Números y Deuteronomio )
Los holocaustos
LEVÍTICO 1
1 Llamó Jehová a Moisés, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo: 2 Habla a los
hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Jehová, de ganado
vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda.
3 Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá
a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. 4 Y pondrá su mano sobre la cabeza del
holocausto, y será aceptado para expiación suya. 5 Entonces degollará el becerro en la presencia
de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el
altar, el cual está a la puerta del tabernáculo de reunión. 6 Y desollará el holocausto, y lo dividirá
en sus piezas. 7 Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego sobre el altar, y compondrán la
leña sobre el fuego. 8 Luego los sacerdotes hijos de Aarón acomodarán las piezas, la cabeza y la
grosura de los intestinos, sobre la leña que está sobre el fuego que habrá encima del altar; 9 y
lavará con agua los intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar;
holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
10 Si su ofrenda para holocausto fuere del rebaño, de las ovejas o de las cabras, macho sin defecto
lo ofrecerá. 11 Y lo degollará al lado norte del altar delante de Jehová; y los sacerdotes hijos de
Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. 12 Lo dividirá en sus piezas, con su cabeza y la
grosura de los intestinos; y el sacerdote las acomodará sobre la leña que está sobre el fuego que
habrá encima del altar; 13 y lavará las entrañas y las piernas con agua; y el sacerdote lo ofrecerá
todo, y lo hará arder sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
14 Si la ofrenda para Jehová fuere holocausto de aves, presentará su ofrenda de tórtolas, o de
palominos. 15 Y el sacerdote la ofrecerá sobre el altar, y le quitará la cabeza, y hará que arda en
el altar; y su sangre será exprimida sobre la pared del altar. 16 Y le quitará el buche y las plumas,
lo cual echará junto al altar, hacia el oriente, en el lugar de las cenizas. 17 Y la henderá por sus
alas, pero no la dividirá en dos; y el sacerdote la hará arder sobre el altar, sobre la leña que
estará en el fuego; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
Las ofrendas
LEVÍTICO 2
1 Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová, su ofrenda será flor de harina, sobre la
cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso, 2 y la traerá a los sacerdotes, hijos de Aarón; y
de ello tomará el sacerdote su puño lleno de la flor de harina y del aceite, con todo el incienso, y
lo hará arder sobre el altar para memorial; ofrenda encendida es, de olor grato a Jehová. 3 Y lo
que resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas que se
queman para Jehová.
4 Cuando ofrecieres ofrenda cocida en horno, será de tortas de flor de harina sin levadura
amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite. 5 Mas si ofrecieres ofrenda de
sartén, será de flor de harina sin levadura, amasada con aceite, 6 la cual partirás en piezas, y
echarás sobre ella aceite; es ofrenda. 7 Si ofrecieres ofrenda cocida en cazuela, se hará de flor de
harina con aceite. 8 Y traerás a Jehová la ofrenda que se hará de estas cosas, y la presentarás al
sacerdote, el cual la llevará al altar. 9 Y tomará el sacerdote de aquella ofrenda lo que sea para su
memorial, y lo hará arder sobre el altar; ofrenda encendida de olor grato a Jehová. 10 Y lo que
resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas que se queman
para Jehová.
11 Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni
de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová. 12 Como ofrenda de primicias las
ofreceréis a Jehová; mas no subirán sobre el altar en olor grato. 13 Y sazonarás con sal toda
ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en
toda ofrenda tuya ofrecerás sal.
14 Si ofrecieres a Jehová ofrenda de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes, y el grano
desmenuzado ofrecerás como ofrenda de tus primicias. 15 Y pondrás sobre ella aceite, y pondrás
sobre ella incienso; es ofrenda. 16 Y el sacerdote hará arder el memorial de él, parte del grano
desmenuzado y del aceite, con todo el incienso; es ofrenda encendida para Jehová.
Ofrendas de paz
LEVÍTICO 3
1 Si su ofrenda fuere sacrificio de paz, si hubiere de ofrecerla de ganado vacuno, sea macho o
hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehová. 2 Pondrá su mano sobre la cabeza de su
ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón
rociarán su sangre sobre el altar alrededor. 3 Luego ofrecerá del sacrificio de paz, como ofrenda
encendida a Jehová, la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las
entrañas, 4 y los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y sobre los ijares; y con los riñones
quitará la grosura de los intestinos que está sobre el hígado. 5 Y los hijos de Aarón harán arder
esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña que habrá encima del fuego; es
ofrenda de olor grato para Jehová.
6 Mas si de ovejas fuere su ofrenda para sacrificio de paz a Jehová, sea macho o hembra, la
ofrecerá sin defecto. 7 Si ofreciere cordero por su ofrenda, lo ofrecerá delante de Jehová.
8 Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y después la degollará delante del tabernáculo
de reunión; y los hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. 9 Y del sacrificio de
paz ofrecerá por ofrenda encendida a Jehová la grosura, la cola entera, la cual quitará a raíz del
espinazo, la grosura que cubre todos los intestinos, y toda la que está sobre las entrañas.
10 Asimismo los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con
los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. 11 Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar;
vianda es de ofrenda encendida para Jehová.
12 Si fuere cabra su ofrenda, la ofrecerá delante de Jehová. 13 Pondrá su mano sobre la cabeza de
ella, y la degollará delante del tabernáculo de reunión; y los hijos de Aarón rociarán su sangre
sobre el altar alrededor. 14 Después ofrecerá de ella su ofrenda encendida a Jehová; la grosura
que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas, 15 los dos riñones, la
grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de
sobre el hígado. 16 Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar; vianda es de ofrenda que se
quema en olor grato a Jehová; toda la grosura es de Jehová. 17 Estatuto perpetuo será por
vuestras edades, dondequiera que habitéis, que ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis.
Ofrendas por el pecado
LEVÍTICO 4
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguna persona
pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, e
hiciere alguna de ellas; 3 si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a
Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin defecto para expiación. 4 Traerá el
becerro a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová, y pondrá su mano sobre la
cabeza del becerro, y lo degollará delante de Jehová. 5 Y el sacerdote ungido tomará de la sangre
del becerro, y la traerá al tabernáculo de reunión; 6 y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, y
rociará de aquella sangre siete veces delante de Jehová, hacia el velo del santuario. 7 Y el
sacerdote pondrá de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático, que está en el
tabernáculo de reunión delante de Jehová; y echará el resto de la sangre del becerro al pie del
altar del holocausto, que está a la puerta del tabernáculo de reunión. 8 Y tomará del becerro para
la expiación toda su grosura, la que cubre los intestinos, y la que está sobre las entrañas, 9 los dos
riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la
grosura de sobre el hígado, 10 de la manera que se quita del buey del sacrificio de paz; y el
sacerdote la hará arder sobre el altar del holocausto. 11 Y la piel del becerro, y toda su carne, con
su cabeza, sus piernas, sus intestinos y su estiércol, 12 en fin, todo el becerro sacará fuera del
campamento a un lugar limpio, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña;
en donde se echan las cenizas será quemado.
13 Si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el yerro estuviere oculto a los ojos del
pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se
han de hacer, y fueren culpables; 14 luego que llegue a ser conocido el pecado que cometieren, la
congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo de reunión.
15 Y los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro delante de
Jehová, y en presencia de Jehová degollarán aquel becerro. 16 Y el sacerdote ungido meterá de la
sangre del becerro en el tabernáculo de reunión, 17 y mojará el sacerdote su dedo en la misma
sangre, y rociará siete veces delante de Jehová hacia el velo. 18 Y de aquella sangre pondrá sobre
los cuernos del altar que está delante de Jehová en el tabernáculo de reunión, y derramará el
resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la puerta del tabernáculo de reunión.
19 Y le quitará toda la grosura y la hará arder sobre el altar. 20 Y hará de aquel becerro como
hizo con el becerro de la expiación; lo mismo hará de él; así hará el sacerdote expiación por ellos,
y obtendrán perdón. 21 Y sacará el becerro fuera del campamento, y lo quemará como quemó el
primer becerro; expiación es por la congregación.
22 Cuando pecare un jefe, e hiciere por yerro algo contra alguno de todos los mandamientos de
Jehová su Dios sobre cosas que no se han de hacer, y pecare; 23 luego que conociere su pecado
que cometió, presentará por su ofrenda un macho cabrío sin defecto. 24 Y pondrá su mano sobre
la cabeza del macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante de
Jehová; es expiación. 25 Y con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la
pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del
altar del holocausto, 26 y quemará toda su grosura sobre el altar, como la grosura del sacrificio
de paz; así el sacerdote hará por él la expiación de su pecado, y tendrá perdón.
27 Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los
mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; 28 luego que conociere
su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que
cometió. 29 Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación, y la degollará en el
lugar del holocausto. 30 Luego con su dedo el sacerdote tomará de la sangre, y la pondrá sobre los
cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 31 Y le quitará
toda su grosura, de la manera que fue quitada la grosura del sacrificio de paz; y el sacerdote la
hará arder sobre el altar en olor grato a Jehová; así hará el sacerdote expiación por él, y será
perdonado.
32 Y si por su ofrenda por el pecado trajere cordero, hembra sin defecto traerá. 33 Y pondrá su
mano sobre la cabeza de la ofrenda de expiación, y la degollará por expiación en el lugar donde se
degüella el holocausto. 34 Después con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación,
y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del
altar. 35 Y le quitará toda su grosura, como fue quitada la grosura del sacrificio de paz, y el
sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda encendida a Jehová; y le hará el sacerdote
expiación de su pecado que habrá cometido, y será perdonado.
LEVÍTICO 5
1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo
denunciare, él llevará su pecado. 2 Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa
inmunda, sea cadáver de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil
inmundo, bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido. 3 O si tocare inmundicia de
hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después
llegare a saberlo, será culpable. 4 O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer
bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después
lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas. 5 Cuando pecare en alguna de estas
cosas, confesará aquello en que pecó, 6 y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que
cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el
sacerdote le hará expiación por su pecado.
7 Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su pecado que
cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto. 8 Y los
traerá al sacerdote, el cual ofrecerá primero el que es para expiación; y le arrancará de su cuello
la cabeza, mas no la separará por completo. 9 Y rociará de la sangre de la expiación sobre la
pared del altar; y lo que sobrare de la sangre lo exprimirá al pie del altar; es expiación. 10 Y del
otro hará holocausto conforme al rito; así el sacerdote hará expiación por el pecado de aquel que
lo cometió, y será perdonado.
11 Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como
ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni
sobre ella pondrá incienso, porque es expiación. 12 La traerá, pues, al sacerdote, y el sacerdote
tomará de ella su puño lleno, para memoria de él, y la hará arder en el altar sobre las ofrendas
encendidas a Jehová; es expiación. 13 Y hará el sacerdote expiación por él en cuanto al pecado
que cometió en alguna de estas cosas, y será perdonado; y el sobrante será del sacerdote, como la
ofrenda de vianda.
Ofrendas expiatorias
14 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 15 Cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por
yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los
rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del siclo del santuario, en ofrenda por el
pecado. 16 Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta
parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por
el pecado, y será perdonado.
17 Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por
mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su
pecado. 18 Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto
de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será
perdonado. 19 Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová.
LEVÍTICO 6
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra
Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a
su prójimo, 3 o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de
todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre, 4 entonces, habiendo pecado y ofendido,
restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo
perdido que halló, 5 o todo aquello sobre que hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a
aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación. 6 Y para
expiación de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu
estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación. 7 Y el sacerdote hará expiación por él
delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender.
Leyes de los sacrificios
8 Habló aún Jehová a Moisés, diciendo: 9 Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del
holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la
mañana; el fuego del altar arderá en él. 10 Y el sacerdote se pondrá su vestidura de lino, y vestirá
calzoncillos de lino sobre su cuerpo; y cuando el fuego hubiere consumido el holocausto, apartará
él las cenizas de sobre el altar, y las pondrá junto al altar. 11 Después se quitará sus vestiduras y
se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio. 12 Y el fuego
encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y
acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. 13 El
fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.
14 Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jehová ante el altar.
15 Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso
que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jehová. 16 Y
el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en lugar santo; en el
atrio del tabernáculo de reunión lo comerán. 17 No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por
su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y
como el sacrificio por la culpa. 18 Todos los varones de los hijos de Aarón comerán de ella.
Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para
Jehová; toda cosa que tocare en ellas será santificada.
19 Habló también Jehová a Moisés, diciendo: 20 Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que
ofrecerán a Jehová el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda
perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. 21 En sartén se preparará con aceite; frita la
traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jehová. 22 Y el sacerdote
que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de
Jehová; toda ella será quemada. 23 Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se
comerá.
24 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 25 Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del
sacrificio expiatorio: en el lugar donde se degüella el holocausto, será degollada la ofrenda por el
pecado delante de Jehová; es cosa santísima. 26 El sacerdote que la ofreciere por el pecado, la
comerá; en lugar santo será comida, en el atrio del tabernáculo de reunión. 27 Todo lo que tocare
su carne, será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que
cayere, en lugar santo. 28 Y la vasija de barro en que fuere cocida, será quebrada; y si fuere
cocida en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua. 29 Todo varón de entre los sacerdotes
la comerá; es cosa santísima. 30 Mas no se comerá ninguna ofrenda de cuya sangre se metiere en
el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el santuario; al fuego será quemada.
LEVÍTICO 7
1 Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. 2 En el lugar donde
degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el
altar. 3 Y de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, 4 los dos
riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la
grosura de sobre el hígado. 5 Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a
Jehová; es expiación de la culpa. 6 Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en
lugar santo; es cosa muy santa. 7 Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa;
una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella. 8 Y el sacerdote que
ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto que ofreciere será para él. 9 Asimismo toda
ofrenda que se cociere en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del
sacerdote que lo ofreciere. 10 Y toda ofrenda amasada con aceite, o seca, será de todos los hijos
de Aarón, tanto de uno como de otro.
11 Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová: 12 Si se ofreciere en acción de
gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y
hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite.
13 Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz.
14 Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová, y será del sacerdote
que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15 Y la carne del sacrificio de paz en acción de
gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16 Mas si el
sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio,
y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente; 17 y lo que quedare de la carne del sacrificio
hasta el tercer día, será quemado en el fuego. 18 Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al
tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona
que de él comiere llevará su pecado.
19 Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda
persona limpia podrá comer la carne; 20 pero la persona que comiere la carne del sacrificio de
paz, el cual es de Jehová, estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
21 Además, la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal
inmundo, o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de
Jehová, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna
grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24 La grosura de animal muerto, y la grosura
del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis.
25 Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda
encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26 Además, ninguna sangre
comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27 Cualquiera persona que
comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo.
28 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29 Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere
sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30 Sus manos
traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho
para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 31 Y la grosura la hará arder el
sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32 Y daréis al sacerdote para ser
elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33 El que de los hijos de
Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha
como porción suya. 34 Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho
que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos,
como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35 Esta es la porción de Aarón y la porción de sus
hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes
de Jehová, 36 la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos
de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.
37 Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la
culpa, de las consagraciones y del sacrificio de paz, 38 la cual mandó Jehová a Moisés en el monte
de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el
desierto de Sinaí.
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex. 29.1-37)
LEVÍTICO 8
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite
de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura;
3 y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 4 Hizo, pues, Moisés como
Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión.
5 Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. 6 Entonces Moisés
hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. 7 Y puso sobre él la túnica, y le ciñó con
el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó con el cinto del efod, y lo
ajustó con él. 8 Luego le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim.
9 Después puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de oro, la
diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.
10 Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él,
y las santificó. 11 Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y
la fuente y su base, para santificarlos. 12 Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de
Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13 Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les
vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a
Moisés.
14 Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la
cabeza del becerro de la expiación, 15 y lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo
sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar, y
lo santificó para reconciliar sobre él. 16 Después tomó toda la grosura que estaba sobre los
intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés
sobre el altar. 17 Mas el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del
campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés.
18 Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos
sobre la cabeza del carnero; 19 y lo degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 20 y
cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la grosura. 21 Lavó luego
con agua los intestinos y las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de
olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
22 Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus
hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre,
y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha,
y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 24 Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso
Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos
derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar
alrededor.
25 Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del
hígado, los dos riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha. 26 Y del canastillo de los
panes sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una torta de pan
de aceite, y una hojaldre, y lo puso con la grosura y con la espaldilla derecha. 27 Y lo puso todo en
las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de
Jehová. 28 Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar
sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 29 Y tomó
Moisés el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones
aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.
30 Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció
sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y
santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.
31 Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y
comedla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo he mandado,
diciendo: Aarón y sus hijos la comerán. 32 Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemaréis al
fuego. 33 De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se
cumplan los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 34 De la
manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 35 A la puerta, pues, del
tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de
Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado. 36 Y Aarón y sus hijos hicieron
todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.
Los sacrificios de Aarón
LEVÍTICO 9
1 En el día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel; 2 y dijo a Aarón:
Toma de la vacada un becerro para expiación, y un carnero para holocausto, sin defecto, y
ofrécelos delante de Jehová. 3 Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Tomad un macho cabrío
para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para holocausto. 4 Asimismo un
buey y un carnero para sacrificio de paz, que inmoléis delante de Jehová, y una ofrenda amasada
con aceite; porque Jehová se aparecerá hoy a vosotros. 5 Y llevaron lo que mandó Moisés delante
del tabernáculo de reunión, y vino toda la congregación y se puso delante de Jehová. 6 Entonces
Moisés dijo: Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y la gloria de Jehová se os aparecerá. 7 Y dijo
Moisés a Aarón: Acércate al altar, y haz tu expiación y tu holocausto, y haz la reconciliación por ti
y por el pueblo; haz también la ofrenda del pueblo, y haz la reconciliación por ellos, como ha
mandado Jehová.
8 Entonces se acercó Aarón al altar y degolló el becerro de la expiación que era por él. 9 Y los
hijos de Aarón le trajeron la sangre; y él mojó su dedo en la sangre, y puso de ella sobre los
cuernos del altar, y derramó el resto de la sangre al pie del altar. 10 E hizo arder sobre el altar la
grosura con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a
Moisés. 11 Mas la carne y la piel las quemó al fuego fuera del campamento.
12 Degolló asimismo el holocausto, y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él
alrededor sobre el altar. 13 Después le presentaron el holocausto pieza por pieza, y la cabeza; y lo
hizo quemar sobre el altar. 14 Luego lavó los intestinos y las piernas, y los quemó sobre el
holocausto en el altar.
15 Ofreció también la ofrenda del pueblo, y tomó el macho cabrío que era para la expiación del
pueblo, y lo degolló, y lo ofreció por el pecado como el primero. 16 Y ofreció el holocausto, e hizo
según el rito. 17 Ofreció asimismo la ofrenda, y llenó de ella su mano, y la hizo quemar sobre el
altar, además del holocausto de la mañana.
18 Degolló también el buey y el carnero en sacrificio de paz, que era del pueblo; y los hijos de
Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él sobre el altar alrededor; 19 y las grosuras del
buey y del carnero, la cola, la grosura que cubre los intestinos, los riñones, y la grosura del
hígado; 20 y pusieron las grosuras sobre los pechos, y él las quemó sobre el altar. 21 Pero los
pechos, con la espaldilla derecha, los meció Aarón como ofrenda mecida delante de Jehová, como
Jehová lo había mandado a Moisés.
22 Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo; y después de hacer la expiación, el
holocausto y el sacrificio de paz, descendió. 23 Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de
reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo. 24 Y
salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y
viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros.
El pecado de Nadab y Abiú
LEVÍTICO 10
1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre
el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.
2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. 3 Entonces dijo
Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré,
y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
4 Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a
vuestros hermanos de delante del santuario, fuera del campamento. 5 Y ellos se acercaron y los
sacaron con sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés. 6 Entonces Moisés dijo a
Aarón, y a Eleazar e Itamar sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestros
vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación;
pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio que Jehová ha
hecho. 7 Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite
de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.
8 Y Jehová habló a Aarón, diciendo: 9 Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando
entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras
generaciones, 10 para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,
11 y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de
Moisés.
12 Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar sus hijos que habían quedado: Tomad la ofrenda
que queda de las ofrendas encendidas a Jehová, y comedla sin levadura junto al altar, porque es
cosa muy santa. 13 La comeréis, pues, en lugar santo; porque esto es para ti y para tus hijos, de
las ofrendas encendidas a Jehová, pues que así me ha sido mandado. 14 Comeréis asimismo en
lugar limpio, tú y tus hijos y tus hijas contigo, el pecho mecido y la espaldilla elevada, porque por
derecho son tuyos y de tus hijos, dados de los sacrificios de paz de los hijos de Israel. 15 Con las
ofrendas de las grosuras que se han de quemar, traerán la espaldilla que se ha de elevar y el
pecho que será mecido como ofrenda mecida delante de Jehová; y será por derecho perpetuo tuyo
y de tus hijos, como Jehová lo ha mandado.
16 Y Moisés preguntó por el macho cabrío de la expiación, y se halló que había sido quemado; y
se enojó contra Eleazar e Itamar, los hijos que habían quedado de Aarón, diciendo: 17 ¿Por qué no
comisteis la expiación en lugar santo? Pues es muy santa, y la dio él a vosotros para llevar la
iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante de Jehová. 18 Ved que la
sangre no fue llevada dentro del santuario; y vosotros debíais comer la ofrenda en el lugar santo,
como yo mandé. 19 Y respondió Aarón a Moisés: He aquí hoy han ofrecido su expiación y su
holocausto delante de Jehová; pero a mí me han sucedido estas cosas, y si hubiera yo comido hoy
del sacrificio de expiación, ¿sería esto grato a Jehová? 20 Y cuando Moisés oyó esto, se dio por
satisfecho.
Animales limpios e inmundos
(Dt. 14.3-21)
LEVÍTICO 11
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: 2 Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos
son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. 3 De entre los
animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. 4 Pero de los que rumian
o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida,
lo tendréis por inmundo. 5 También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por
inmundo. 6 Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.
7 También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis
por inmundo. 8 De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por
inmundos.
9 Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y
escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comeréis. 10 Pero todos los que no tienen aletas
ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que
está en las aguas, los tendréis en abominación. 11 Os serán, pues, abominación; de su carne no
comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos. 12 Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las
aguas, lo tendréis en abominación.
13 Y de las aves, éstas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el
quebrantahuesos, el azor, 14 el gallinazo, el milano según su especie; 15 todo cuervo según su
especie; 16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie; 17 el buho, el
somormujo, el ibis, 18 el calamón, el pelícano, el buitre, 19 la cigüeña, la garza según su especie,
la abubilla y el murciélago.
20 Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. 21 Pero esto
comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus
patas para saltar con ellas sobre la tierra; 22 estos comeréis de ellos: la langosta según su especie,
el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. 23 Todo
insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.
24 Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo
hasta la noche, 25 y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será
inmundo hasta la noche. 26 Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia,
tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo. 27 Y de todos los animales que
andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el
que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche. 28 Y el que llevare sus cadáveres, lavará
sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos.
29 Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el
ratón, la rana según su especie, 30 el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.
31 Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare
cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche. 32 Y todo aquello sobre que cayere algo
de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier
instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces
quedará limpio. 33 Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda,
así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija. 34 Todo alimento que se come, sobre
el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas
será inmunda. 35 Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno
u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. 36 Con todo, la fuente y la
cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será
inmundo. 37 Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será
limpia. 38 Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella,
la tendréis por inmunda.
39 Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo
hasta la noche. 40 Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta
la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la
noche.
41Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá. 42 Todo lo que anda
sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre
la tierra, no lo comeréis, porque es abominación. 43 No hagáis abominables vuestras personas con
ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos. 44 Porque
yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy
santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la
tierra. 45 Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios:
seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
46 Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y
todo animal que se arrastra sobre la tierra, 47 para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio,
y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
La purificación de la mujer después del parto
LEVÍTICO 12
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba
y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda.
3 Y al octavo día se circuncidará al niño. 4 Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose
de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los
días de su purificación. 5 Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su
separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
6 Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de
un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de
reunión, al sacerdote; 7 y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será
limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija. 8 Y si no tiene lo
suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y
otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.
Leyes acerca de la lepra
LEVÍTICO 13
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo
hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra,
será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes. 3 Y el sacerdote mirará la
llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más
profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará
inmundo. 4 Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más
profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al
llagado por siete días. 5 Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo
aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros
siete días. 6 Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido
la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y
lavará sus vestidos, y será limpio. 7 Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se
mostró al sacerdote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote. 8 Y si reconociéndolo
el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra.
9 Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote. 10 Y éste lo mirará, y si
apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo
la carne viva, 11 es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y
no le encerrará, porque es inmundo. 12 Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo
que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el
sacerdote, 13 entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará
limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio. 14 Mas el día que apareciere en él
la carne viva, será inmundo. 15 Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es
inmunda la carne viva; es lepra. 16 Mas cuando la carne viva cambiare y se volviere blanca,
entonces vendrá al sacerdote, 17 y el sacerdote mirará; y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el
sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio.
18 Y cuando en la piel de la carne hubiere divieso, y se sanare, 19 y en el lugar del divieso
hubiere una hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote. 20 Y el sacerdote
mirará; y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el
sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el divieso. 21 Y si el sacerdote
la considerare, y no apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino oscura,
entonces el sacerdote le encerrará por siete días; 22 y si se fuere extendiendo por la piel,
entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga. 23 Pero si la mancha blanca se estuviere en
su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso, y el sacerdote lo declarará limpio.
24 Asimismo cuando hubiere en la piel del cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado
del fuego mancha blanquecina, rojiza o blanca, 25 el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere
vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda que la piel, es lepra que salió en la
quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra. 26 Mas si el sacerdote la
mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino que
estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días. 27 Y al séptimo día el sacerdote la
reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo; es
llaga de lepra. 28 Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel,
sino que estuviere oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo declarará limpio, porque
señal de la quemadura es.
29 Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba, 30 el sacerdote mirará la
llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado,
entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba. 31 Mas
cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la
piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña; 32 y
al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere
en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel, 33 entonces le hará que se
rasure, pero no rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros siete días al que
tiene la tiña. 34 Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la
piel, ni pareciere ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus
vestidos y será limpio. 35 Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la piel después de su
purificación, 36 entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque
el sacerdote el pelo amarillento; es inmundo. 37 Mas si le pareciere que la tiña está detenida, y
que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y limpio lo declarará el
sacerdote.
38 Asimismo cuando el hombre o la mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas
blancas, 39 el sacerdote mirará, y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo
oscurecidas, es empeine que brotó en la piel; está limpia la persona.
40 Y el hombre, cuando se le cayere el cabello, es calvo, pero limpio. 41 Y si hacia su frente se le
cayere el cabello, es calvo por delante, pero limpio. 42 Mas cuando en la calva o en la antecalva
hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva. 43 Entonces el
sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su
antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo, 44 leproso es, es inmundo, y el
sacerdote lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la llaga.
45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y
embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡inmundo! 46 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será
inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
47 Cuando en un vestido hubiere plaga de lepra, ya sea vestido de lana, o de lino, 48 o en
urdimbre o en trama de lino o de lana, o en cuero, o en cualquiera obra de cuero; 49 y la plaga
fuere verdosa, o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquiera obra de
cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote. 50 Y el sacerdote mirará la plaga, y
encerrará la cosa plagada por siete días. 51 Y al séptimo día mirará la plaga; y si se hubiere
extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el cuero, o en cualquiera obra
que se hace de cuero, lepra maligna es la plaga; inmunda será. 52 Será quemado el vestido, la
urdimbre o trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en que hubiere tal plaga, porque
lepra maligna es; al fuego será quemada.
53 Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la
urdimbre o en la trama, o en cualquiera obra de cuero, 54 entonces el sacerdote mandará que
laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días. 55 Y el sacerdote mirará después
que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de aspecto, aunque no se
haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído
en el derecho o en el revés de aquella cosa.
56 Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada,
la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama. 57 Y si apareciere de nuevo en el
vestido, la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás al
fuego aquello en que estuviere la plaga. 58 Pero el vestido, la urdimbre o la trama, o cualquiera
cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará segunda vez, y entonces será
limpia.
59 Esta es la ley para la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama,
o de cualquiera cosa de cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.
LEVÍTICO 14
1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será
traído al sacerdote, 3 y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la
plaga de la lepra del leproso, 4 el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica
dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5 Y mandará el sacerdote matar
una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes. 6 Después tomará la avecilla viva, el
cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta
sobre las aguas corrientes; 7 y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le
declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. 8 Y el que se purifica lavará sus vestidos,
y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y
morará fuera de su tienda siete días. 9 Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y
las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será
limpio.
10 El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres
décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. 11 Y el
sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas
cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión; 12 y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá
por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová. 13 Y
degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el
lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es
del sacerdote; es cosa muy sagrada. 14 Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la
culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el
pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 15 Asimismo el sacerdote tomará
del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su mano izquierda, 16 y mojará su dedo derecho
en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante
de Jehová. 17 Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el
lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa. 18 Y lo que quedare del
aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote
expiación por él delante de Jehová. 19 Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y
hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto,
20 y hará subir el sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote
expiación por él, y será limpio.
21 Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido
como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina
amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite, 22 y dos tórtolas o dos palominos, según
pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. 23 Al octavo día de su
purificación traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de
Jehová. 24 Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y los
mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de Jehová. 25 Luego degollará el cordero de la
culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho. 26 Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27 y con su
dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante
de Jehová. 28 También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la
oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho, en el lugar de la sangre de la culpa. 29 Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene
en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante de Jehová.
30 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según pueda. 31 Uno en
sacrificio de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el
sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová. 32 Esta es la ley para el que
hubiere tenido plaga de lepra, y no tuviere más para su purificación.
33 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 34 Cuando hayáis entrado en la tierra de
Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de
vuestra posesión, 35 vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo
como plaga ha aparecido en mi casa. 36 Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes
que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y
después el sacerdote entrará a examinarla. 37 Y examinará la plaga; y si se vieren manchas en
las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales parecieren más profundas que la
superficie de la pared, 38 el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por
siete días. 39 Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la examinará; y si la plaga se hubiere
extendido en las paredes de la casa, 40 entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras
en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo. 41 Y hará raspar la
casa por dentro alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el barro que
rasparen. 42 Y tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán
otro barro y recubrirán la casa.
43 Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar
la casa, y después que fue recubierta, 44 entonces el sacerdote entrará y la examinará; y si
pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra maligna en la casa; inmunda es.
45 Derribará, por tanto, la tal casa, sus piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y
sacarán todo fuera de la ciudad a lugar inmundo. 46 Y cualquiera que entrare en aquella casa
durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche. 47 Y el que durmiere en
aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa lavará sus vestidos.
48 Mas si entrare el sacerdote y la examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa
después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha
desaparecido. 49 Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y madera de cedro, grana e
hisopo; 50 y degollará una avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes. 51 Y tomará el
cedro, el hisopo, la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en
las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces. 52 Y purificará la casa con la sangre de la
avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana.
53 Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la faz del campo. Así hará expiación por
la casa, y será limpia.
54 Esta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de tiña, 55 y de la lepra del vestido, y de la casa,
56 y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la mancha blanca, 57 para enseñar cuándo es
inmundo, y cuándo limpio. Esta es la ley tocante a la lepra.
Impurezas físicas
LEVÍTICO 15
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier
varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo. 3 Y esta será su inmundicia en su flujo: sea
que su cuerpo destiló a causa de su flujo, o que deje de destilar a causa de su flujo, él será
inmundo. 4 Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre
que se sentare, inmunda será. 5 Y cualquiera que tocare su cama lavará sus vestidos; se lavará
también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. 6 Y el que se sentare sobre aquello
en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos, se lavará también a sí mismo con
agua, y será inmundo hasta la noche. 7 Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene flujo,
lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 8 Y si el que
tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus vestidos, y después de haberse lavado con
agua, será inmundo hasta la noche. 9 Y toda montura sobre que cabalgare el que tuviere flujo
será inmunda. 10 Cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será
inmundo hasta la noche; y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua,
será inmundo hasta la noche. 11 Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con
agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la
noche. 12 La vasija de barro que tocare el que tiene flujo será quebrada, y toda vasija de madera
será lavada con agua.
13 Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su
purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio. 14 Y el
octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del
tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote; 15 y el sacerdote hará del uno ofrenda por el
pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le purificará de su flujo delante de Jehová.
16 Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo
hasta la noche. 17 Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se
lavará con agua, y será inmunda hasta la noche. 18 Y cuando un hombre yaciere con una mujer y
tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche.
19 Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará
apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche. 20 Todo aquello sobre que ella
se acostare mientras estuviere separada, será inmundo; también todo aquello sobre que se
sentare será inmundo. 21 Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de
lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. 22 También cualquiera que tocare cualquier
mueble sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con
agua, y será inmundo hasta la noche. 23 Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que
ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la noche. 24 Si alguno durmiere con
ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere,
será inmunda.
25 Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su
costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será
inmunda como en los días de su costumbre. 26 Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su
flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo,
como la impureza de su costumbre. 27 Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará
sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 28 Y cuando fuere
libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia. 29 Y el octavo día tomará consigo dos
tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión; 30 y el
sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote
delante de Jehová del flujo de su impureza.
31 Así apartaréis de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas
por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos.
32 Esta es la ley para el que tiene flujo, y para el que tiene emisión de semen, viniendo a ser
inmundo a causa de ello; 33 y para la que padece su costumbre, y para el que tuviere flujo, sea
varón o mujer, y para el hombre que durmiere con mujer inmunda.
El día de la expiación
LEVÍTICO 16
1 Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron
delante de Jehová, y murieron. 2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo
tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para
que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3 Con esto entrará Aarón en
el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. 4 Se vestirá la túnica
santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la
mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su
cuerpo con agua. 5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para
expiación, y un carnero para holocausto.
6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por
su casa. 7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta
del tabernáculo de reunión. 8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte
por Jehová, y otra suerte por Azazel. 9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la
suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la
suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para
enviarlo a Azazel al desierto.
11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y
por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 12 Después tomará un incensario
lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático
molido, y lo llevará detrás del velo. 13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la
nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.
14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado
oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15 Después
degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del
velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el
propiciatorio y delante del propiciatorio. 16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas
de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también
al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. 17 Ningún
hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario,
hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de
Israel. 18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del
becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 19 Y
esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las
inmundicias de los hijos de Israel.
20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará
traer el macho cabrío vivo; 21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío
vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos
sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano
de un hombre destinado para esto. 22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades
de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
23 Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había
vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 24 Lavará luego su cuerpo con agua en el
lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el
holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. 25 Y quemará en el altar la
grosura del sacrificio por el pecado. 26 El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará
sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento. 27 Y
sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre
fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su
estiércol. 28 El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y
después podrá entrar en el campamento.
29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis
vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros.
30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados
delante de Jehová. 31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto
perpetuo. 32 Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en
lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. 33 Y hará la
expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar,
por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. 34 Y esto tendréis como estatuto
perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo
como Jehová le mandó.
El santuario único
LEVÍTICO 17
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y
diles: Esto es lo que ha mandado Jehová: 3 Cualquier varón de la casa de Israel que degollare
buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él, 4 y no lo trajere a la puerta del
tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, será
culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo, 5 a
fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, para
que los traigan a Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión al sacerdote, y sacrifiquen ellos
sacrificios de paz a Jehová. 6 Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová a la
puerta del tabernáculo de reunión, y quemará la grosura en olor grato a Jehová. 7 Y nunca más
sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado; tendrán esto por
estatuto perpetuo por sus edades.
8 Les dirás también: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre
vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio, 9 y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de
reunión para hacerlo a Jehová, el tal varón será igualmente cortado de su pueblo.
Prohibición de comer la sangre
10 Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere
alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su
pueblo. 11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación
sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. 12 Por tanto,
he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que
mora entre vosotros comerá sangre. 13 Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los
extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su
sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis
la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere
será cortado. 15 Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere
animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y
será inmunda hasta la noche; entonces será limpia. 16 Y si no los lavare, ni lavare su cuerpo,
llevará su iniquidad.
Actos de inmoralidad prohibidos
LEVÍTICO 18
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro
Dios. 3 No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en
la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. 4 Mis ordenanzas
pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios. 5 Por
tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos.
Yo Jehová.
6 Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová. 7 La
desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su
desnudez. 8 La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. 9 La
desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su
desnudez no descubrirás. 10 La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez
no descubirás, porque es la desnudez tuya. 11 La desnudez de la hija de la mujer de tu padre,
engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. 12 La desnudez de la
hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. 13 La desnudez de la hermana de tu
madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. 14 La desnudez del hermano de tu padre
no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. 15 La desnudez de tu
nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. 16 La desnudez de la
mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. 17 La desnudez de la mujer y
de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su
desnudez; son parientas, es maldad. 18 No tomarás mujer juntamente con su hermana, para
hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.
19 Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual.
20 Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21 Y no
des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo
Jehová. 22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación. 23 Ni con ningún animal
tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para
ayuntarse con él; es perversión.
24 En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las
naciones que yo echo de delante de vosotros, 25 y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad
sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. 26 Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis
ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora
entre vosotros 27 (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que
fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); 28 no sea que la tierra os vomite por
haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros. 29 Porque
cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán
cortadas de entre su pueblo. 30 Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres
abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro
Dios.
Leyes de santidad y de justicia
LEVÍTICO 19
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles:
Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. 3 Cada uno temerá a su madre y a su
padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. 4 No os volveréis a los ídolos, ni
haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios.
5 Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis
aceptos. 6 Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer
día, será quemado en el fuego. 7 Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto,
8 y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y la tal persona será
cortada de su pueblo.
9 Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu
tierra segada. 10 Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y
para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.
11 No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. 12 Y no juraréis falsamente por mi
nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
13 No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta
la mañana. 14 No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás
temor de tu Dios. Yo Jehová.
15 No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con
justicia juzgarás a tu prójimo. 16 No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la
vida de tu prójimo. Yo Jehová.
17 No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes
de su pecado. 18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
19 Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo
no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos.
20 Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere
rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no
es libre. 21 Y él traerá a Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión, un carnero en expiación
por su culpa. 22 Y con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová,
por su pecado que cometió; y se le perdonará su pecado que ha cometido.
23 Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como
incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. 24 Y el
cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. 25 Mas al quinto año comeréis el
fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios.
26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos. 27 No haréis tonsura en
vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. 28 Y no haréis rasguños en vuestro
cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.
29 No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de
maldad. 30 Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová.
31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos.
Yo Jehová vuestro Dios.
32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás
temor. Yo Jehová.
33 Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. 34 Como a un
natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo;
porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
35 No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. 36 Balanzas
justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra
de Egipto. 37 Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo
Jehová.
Penas por actos de inmoralidad
LEVÍTICO 20
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier varón de los
hijos de Israel, o de los extranjeros que moran en Israel, que ofreciere alguno de sus hijos a
Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará. 3 Y yo pondré mi rostro contra el tal
varón, y lo cortaré de entre su pueblo, por cuanto dio de sus hijos a Moloc, contaminando mi
santuario y profanando mi santo nombre. 4 Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de
aquel varón que hubiere dado de sus hijos a Moloc, para no matarle, 5 entonces yo pondré mi
rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que
fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc.
6 Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré
mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. 7 Santificaos, pues, y sed santos,
porque yo Jehová soy vuestro Dios. 8 Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová
que os santifico. 9 Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su
padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.
10 Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera
indefectiblemente serán muertos. 11 Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la
desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos. 12 Si
alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será
sobre ellos. 13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos
han de ser muertos; sobre ellos será su sangre. 14 El que tomare mujer y a la madre de ella,
comete vileza; quemarán con fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros.
15 Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y mataréis a la bestia. 16 Y si una
mujer se llegare a algún animal para ayuntarse con él, a la mujer y al animal matarás; morirán
indefectiblemente; su sangre será sobre ellos.
17 Si alguno tomare a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y viere su desnudez, y ella
viere la suya, es cosa execrable; por tanto serán muertos a ojos de los hijos de su pueblo;
descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará. 18 Cualquiera que durmiere con mujer
menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su
sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo. 19 La desnudez de la hermana de tu madre, o
de la hermana de tu padre, no descubrirás; porque al descubrir la desnudez de su parienta, su
iniquidad llevarán. 20 Cualquiera que durmiere con la mujer del hermano de su padre, la
desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos. 21 Y el que
tomare la mujer de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin
hijos serán.
22 Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os
vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. 23 Y no andéis en las
prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas
cosas, y los tuve en abominación. 24 Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de
ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo Jehová
vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. 25 Por tanto, vosotros haréis diferencia entre
animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia; y no contaminéis vuestras personas con
los animales, ni con las aves, ni con nada que se arrastra sobre la tierra, los cuales os he apartado
por inmundos. 26 Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de
los pueblos para que seáis míos.
27 Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de
morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.
Santidad de los sacerdotes
LEVÍTICO 21
1 Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por
un muerto en sus pueblos. 2 Mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su
hijo o por su hermano, 3 o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por
ella se contaminará. 4 No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose
inmundo. 5 No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán
rasguños. 6 Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas
encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos. 7 Con mujer ramera
o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su
Dios. 8 Le santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo
soy yo Jehová que os santifico. 9 Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre
deshonra; quemada será al fuego.
10 Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la
unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus
vestidos, 11 ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se
contaminará. 12 Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la
consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová. 13 Tomará por esposa
a una mujer virgen. 14 No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su
pueblo una virgen por mujer, 15 para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo
Jehová soy el que los santifico.
16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por
sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. 18 Porque
ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, 19 o
varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, 20 o jorobado, o enano, o que tenga nube en
el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. 21 Ningún varón de la descendencia
del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas
para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. 22 Del pan de su Dios,
de lo muy santo y de las cosas santificadas, podrá comer. 23 Pero no se acercará tras el velo, ni se
acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo
Jehová soy el que los santifico. 24 Y Moisés habló esto a Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de
Israel.
Santidad de las ofrendas
LEVÍTICO 22
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas
santas que los hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová.
3 Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones, que se acercare a las
cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será
cortado de mi presencia. Yo Jehová. 4 Cualquier varón de la descendencia de Aarón que fuere
leproso, o padeciere flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que tocare
cualquiera cosa de cadáveres, o el varón que hubiere tenido derramamiento de semen, 5 o el
varón que hubiere tocado cualquier reptil por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a
ser inmundo, conforme a cualquiera inmundicia suya; 6 la persona que lo tocare será inmunda
hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo con agua.
7 Cuando el sol se pusiere, será limpio; y después podrá comer las cosas sagradas, porque su
alimento es. 8 Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová.
9 Guarden, pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran cuando
la profanen. Yo Jehová que los santifico.
10 Ningún extraño comerá cosa sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán
cosa sagrada. 11 Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá comer
de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento. 12 La hija del
sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas. 13 Pero
si la hija del sacerdote fuere viuda o repudiada, y no tuviere prole y se hubiere vuelto a la casa de
su padre, como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún extraño coma
de él. 14 Y el que por yerro comiere cosa sagrada, añadirá a ella una quinta parte, y la dará al
sacerdote con la cosa sagrada. 15 No profanarán, pues, las cosas santas de los hijos de Israel, las
cuales apartan para Jehová; 16 pues les harían llevar la iniquidad del pecado, comiendo las cosas
santas de ellos; porque yo Jehová soy el que los santifico.
17 También habló Jehová a Moisés, diciendo: 18 Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de
Israel, y diles: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros en Israel, que ofreciere
su ofrenda en pago de sus votos, o como ofrendas voluntarias ofrecidas en holocausto a Jehová,
19 para que sea aceptado, ofreceréis macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los
corderos, o de entre las cabras. 20 Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será
acepto por vosotros. 21 Asimismo, cuando alguno ofreciere sacrificio en ofrenda de paz a Jehová
para cumplir un voto, o como ofrenda voluntaria, sea de vacas o de ovejas, para que sea aceptado
será sin defecto. 22 Ciego, perniquebrado, mutilado, verrugoso, sarnoso o roñoso, no ofreceréis
éstos a Jehová, ni de ellos pondréis ofrenda encendida sobre el altar de Jehová. 23 Buey o carnero
que tenga de más o de menos, podrás ofrecer por ofrenda voluntaria; pero en pago de voto no será
acepto. 24 No ofreceréis a Jehová animal con testículos heridos o magullados, rasgados o
cortados, ni en vuestra tierra lo ofreceréis. 25 Ni de mano de extranjeros tomarás estos animales
para ofrecerlos como el pan de vuestro Dios, porque su corrupción está en ellos; hay en ellos
defecto, no se os aceptarán.
26 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 27 El becerro o el cordero o la cabra, cuando naciere, siete
días estará mamando de su madre; mas desde el octavo día en adelante será acepto para ofrenda
de sacrificio encendido a Jehová. 28 Y sea vaca u oveja, no degollaréis en un mismo día a ella y a
su hijo. 29 Y cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo sacrificaréis de
manera que sea aceptable. 30 En el mismo día se comerá; no dejaréis de él para otro día. Yo
Jehová.
31 Guardad, pues, mis mandamientos, y cumplidlos. Yo Jehová. 32 Y no profanéis mi santo
nombre, para que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel. Yo Jehová que os santifico,
33 que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová.
Las fiestas solemnes
(Nm. 28.16—29.40)
LEVÍTICO 23
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de
Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: 3 Seis días se trabajará,
mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de
Jehová en dondequiera que habitéis.
4 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en
sus tiempos: 5 En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.
6 Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete
días comeréis panes sin levadura. 7 El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de
siervos haréis. 8 Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa
convocación; ningún trabajo de siervo haréis.
9 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado
en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los
primeros frutos de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que
seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla,
ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. 13 Su ofrenda será dos
décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor
gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14 No comeréis pan, ni grano
tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro
Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis.
15 Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de
la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16 Hasta el día siguiente del séptimo día de
reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17 De vuestras
habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de
harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18 Y ofreceréis con el pan siete
corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros; serán holocausto a
Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
19 Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de
ofrenda de paz. 20 Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová, con el
pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a Jehová para el sacerdote. 21 Y
convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto
perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones.
22 Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni
espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.
23 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 24 Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al
primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa
convocación. 25 Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
26 También habló Jehová a Moisés, diciendo: 27 A los diez días de este mes séptimo será el día de
expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida
a Jehová. 28 Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros
delante de Jehová vuestro Dios. 29 Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día,
será cortada de su pueblo. 30 Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo
destruiré a la tal persona de entre su pueblo. 31 Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por
vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. 32 Día de reposo será a vosotros, y afligiréis
vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis
vuestro reposo.
33 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 34 Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de
este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. 35 El primer
día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 36 Siete días ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis.
37 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer
ofrenda encendida a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo,
38 además de los días de reposo de Jehová, de vuestros dones, de todos vuestros votos, y de todas
vuestras ofrendas voluntarias que acostumbráis dar a Jehová.
39 Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis
fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de
reposo. 40 Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas
de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios
por siete días. 41Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por
vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. 42 En tabernáculos habitaréis siete días; todo
natural de Israel habitará en tabernáculos, 43 para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo
Jehová vuestro Dios.
44 Así habló Moisés a los hijos de Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová.
Aceite para las lámparas
(Ex. 27.20-21)
LEVÍTICO 24
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado
aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente. 3 Fuera del velo
del testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá Aarón desde la tarde hasta la mañana
delante de Jehová; es estatuto perpetuo por vuestras generaciones. 4 Sobre el candelero limpio
pondrá siempre en orden las lámparas delante de Jehová.
El pan de la proposición
5 Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa.
6 Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová.
7 Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda
encendida a Jehová. 8 Cada día de reposo lo pondrá continuamente en orden delante de Jehová,
en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. 9 Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales
lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a
Jehová, por derecho perpetuo.
Castigo del blasfemo
10 En aquel tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió entre los
hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. 11 Y el
hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y su
madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan. 12 Y lo pusieron en la cárcel, hasta
que les fuese declarado por palabra de Jehová.
13 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 14 Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que
le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. 15 Y a los
hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. 16 Y
el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así
el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. 17 Asimismo el hombre que
hiere de muerte a cualquiera persona, que sufra la muerte. 18 El que hiere a algún animal ha de
restituirlo, animal por animal. 19 Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea
hecho: 20 rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro,
tal se hará a él. 21 El que hiere algún animal ha de restituirlo; mas el que hiere de muerte a un
hombre, que muera. 22 Un mismo estatuto tendréis para el extranjero, como para el natural;
porque yo soy Jehová vuestro Dios. 23 Y habló Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron del
campamento al blasfemo y lo apedrearon. Y los hijos de Israel hicieron según Jehová había
mandado a Moisés.
El año de reposo de la tierra y el año del jubileo
LEVÍTICO 25
1 Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles:
Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. 3 Seis
años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. 4 Pero el séptimo año
la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. 5 Lo
que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año
de reposo será para la tierra. 6 Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a
tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; 7 y a tu animal, y a la bestia que
hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer.
8 Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete
semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. 9 Entonces harás tocar fuertemente la
trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta
por toda vuestra tierra. 10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a
todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada
cual volverá a su familia. 11 El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que
naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, 12 porque es jubileo; santo será a
vosotros; el producto de la tierra comeréis.
13 En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión. 14 Y cuando vendiereis algo a
vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a su hermano.
15 Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo; conforme al
número de los años de los frutos te venderá él a ti. 16 Cuanto mayor fuere el número de los años,
aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el
número de las cosechas te venderá él. 17 Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro
Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
18 Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en
la tierra seguros; 19 y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con
seguridad. 20 Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni
hemos de recoger nuestros frutos; 21 entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará
que haya fruto por tres años. 22 Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el
año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo. 23 La tierra no se venderá a
perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.
24 Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra.
25 Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más
próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido. 26 Y cuando el hombre no
tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate, 27 entonces contará los años desde
que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión. 28 Mas si no
consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo
compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.
29 El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla
hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir. 30 Y si no
fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará
para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo.
31 Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos
del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo. 32 Pero en cuanto a las ciudades de los
levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión. 33 Y
el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el
jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos
de Israel. 34 Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión
de ellos.
35 Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y
extranjero vivirá contigo. 36 No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y
tu hermano vivirá contigo. 37 No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia. 38 Yo
Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser
vuestro Dios.
39 Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir
como esclavo. 40 Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá.
41 Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión
de sus padres se restituirá. 42 Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto;
no serán vendidos a manera de esclavos. 43 No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás
temor de tu Dios. 44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en
vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. 45 También podréis comprar de
los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra
tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión. 46 Y los podréis dejar en
herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os
serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno
sobre su hermano con dureza.
47 Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a
él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia
del extranjero; 48 después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo
rescatará. 49 O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo
rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará. 50 Hará la cuenta con el que lo
compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su
venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al
tiempo de un criado asalariado. 51 Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su
rescate, del dinero por el cual se vendió. 52 Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo,
entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años. 53 Como con el
tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos.
54 Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él. 55 Porque
mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo
Jehová vuestro Dios.
Bendiciones de la obediencia
(Dt. 7.12-24; 28.1-14)
LEVÍTICO 26
1 No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra
tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios. 2 Guardad mis
días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová.
3 Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, 4 yo
daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su
fruto. 5 Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis
vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. 6 Y yo daré paz en la tierra, y
dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la
espada no pasará por vuestro país. 7 Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada
delante de vosotros. 8 Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a
diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. 9 Porque yo me volveré
a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. 10 Comeréis lo
añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. 11 Y pondré mi morada
en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; 12 y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro
Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto,
para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el
rostro erguido.
Consecuencias de la desobediencia
(Dt. 28.15-68)
14 Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15 y si desdeñareis mis
decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e
invalidando mi pacto, 16 yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror,
extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano
vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. 17 Pondré mi rostro contra vosotros, y
seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros,
y huiréis sin que haya quien os persiga. 18 Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a
castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19 Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo,
y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. 20 Vuestra fuerza se consumirá
en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.
21 Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete
veces más plagas según vuestros pecados. 22 Enviaré también contra vosotros bestias fieras que
os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros
caminos sean desiertos.
23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24 yo
también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.
25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en
vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del
enemigo. 26 Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un
horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
27 Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28 yo procederé en
contra de vosotros con ira, y os catigaré aún siete veces por vuestros pecados. 29 Y comeréis la
carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. 30 Destruiré vuestros lugares altos,
y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de
vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31 Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros
santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. 32 Asolaré también la tierra, y se
pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; 33 y a vosotros os esparciré entre las
naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas
vuestras ciudades.
34 Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros
estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de
reposo. 35 Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo
cuando habitabais en ella. 36 Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal
cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y
huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. 37 Tropezarán los unos con los
otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de
vuestros enemigos. 38 Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os
consumirá. 39 Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su
iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.
40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que
prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41 yo también habré
andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se
humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. 42 Entonces yo me acordaré de mi
pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me
acordaré, y haré memoria de la tierra. 43 Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus
días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus
iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos.
44 Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los
abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios.
45 Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los
ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová.
46 Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel
en el monte de Sinaí por mano de Moisés.
Cosas consagradas a Dios
LEVÍTICO 27
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno hiciere
especial voto a Jehová, según la estimación de las personas que se hayan de redimir, lo estimarás
así: 3 En cuanto al varón de veinte años hasta sesenta, lo estimarás en cincuenta siclos de plata,
según el siclo del santuario. 4 Y si fuere mujer, la estimarás en treinta siclos. 5 Y si fuere de cinco
años hasta veinte, al varón lo estimarás en veinte siclos, y a la mujer en diez siclos. 6 Y si fuere de
un mes hasta cinco años, entonces estimarás al varón en cinco siclos de plata, y a la mujer en tres
siclos de plata. 7 Mas si fuere de sesenta años o más, al varón lo estimarás en quince siclos, y a la
mujer en diez siclos. 8 Pero si fuere muy pobre para pagar tu estimación, entonces será llevado
ante el sacerdote, quien fijará el precio; conforme a la posibilidad del que hizo el voto, le fijará
precio el sacerdote.
9 Y si fuere animal de los que se ofrece ofrenda a Jehová, todo lo que de los tales se diere a
Jehová será santo. 10 No será cambiado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se
permutare un animal por otro, él y el dado en cambio de él serán sagrados. 11 Si fuere algún
animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda a Jehová, entonces el animal será puesto delante del
sacerdote, 12 y el sacerdote lo valorará, sea bueno o sea malo; conforme a la estimación del
sacerdote, así será. 13 Y si lo quisiere rescatar, añadirá sobre tu valuación la quinta parte.
14 Cuando alguno dedicare su casa consagrándola a Jehová, la valorará el sacerdote, sea buena o
sea mala; según la valorare el sacerdote, así quedará. 15 Mas si el que dedicó su casa deseare
rescatarla, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella, y será suya.
16 Si alguno dedicare de la tierra de su posesión a Jehová, tu estimación será conforme a su
siembra; un homer de siembra de cebada se valorará en cincuenta siclos de plata. 17 Y si
dedicare su tierra desde el año del jubileo, conforme a tu estimación quedará. 18 Mas si después
del jubileo dedicare su tierra, entonces el sacerdote hará la cuenta del dinero conforme a los años
que quedaren hasta el año del jubileo, y se rebajará de tu estimación. 19 Y si el que dedicó la
tierra quisiere redimirla, añadirá a tu estimación la quinta parte del precio de ella, y se le
quedará para él. 20 Mas si él no rescatare la tierra, y la tierra se vendiere a otro, no la rescatará
más; 21 sino que cuando saliere en el jubileo, la tierra será santa para Jehová, como tierra
consagrada; la posesión de ella será del sacerdote. 22 Y si dedicare alguno a Jehová la tierra que
él compró, que no era de la tierra de su herencia, 23 entonces el sacerdote calculará con él la
suma de tu estimación hasta el año del jubileo, y aquel día dará tu precio señalado, cosa
consagrada a Jehová. 24 En el año del jubileo, volverá la tierra a aquél de quien él la compró,
cuya es la herencia de la tierra. 25 Y todo lo que valorares será conforme al siclo del santuario; el
siclo tiene veinte geras.
26 Pero el primogénito de los animales, que por la primogenitura es de Jehová, nadie lo dedicará;
sea buey u oveja, de Jehová es. 27 Mas si fuere de los animales inmundos, lo rescatarán conforme
a tu estimación, y añadirán sobre ella la quinta parte de su precio; y si no lo rescataren, se
venderá conforme a tu estimación.
28 Pero no se venderá ni se rescatará ninguna cosa consagrada, que alguno hubiere dedicado a
Jehová; de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, todo lo
consagrado será cosa santísima para Jehová. 29 Ninguna persona separada como anatema podrá
ser rescatada; indefectiblemente ha de ser muerta.
30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová
es; es cosa dedicada a Jehová. 31 Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta
parte de su precio por ello. 32 Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la
vara, el diezmo será consagrado a Jehová. 33 No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo
cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados.
34 Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte
de Sinaí.
Libro Cuarto de Moisés
NÚMEROS
Censo de Israel en Sinaí
NÚMEROS 1
1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en el día primero
del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo: 2 Tomad el censo
de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la
cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas. 3 De veinte años arriba, todos los que
pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos. 4 Y estará con
vosotros un varón de cada tribu, cada uno jefe de la casa de sus padres. 5 Estos son los nombres
de los varones que estarán con vosotros: De la tribu de Rubén, Elisur hijo de Sedeur. 6 De
Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. 7 De Judá, Naasón hijo de Aminadab. 8 De Isacar, Natanael
hijo de Zuar. 9 De Zabulón, Eliab hijo de Helón. 10 De los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo
de Amiud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. 11 De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 12 De
Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. 13 De Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 14 De Gad, Eliasaf hijo de
Deuel. 15 De Neftalí, Ahira hijo de Enán. 16 Estos eran los nombrados de entre la congregación,
príncipes de las tribus de sus padres, capitanes de los millares de Israel.
17 Tomaron, pues, Moisés y Aarón a estos varones que fueron designados por sus nombres, 18 y
reunieron a toda la congregación en el día primero del mes segundo, y fueron agrupados por
familias, según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, de
veinte años arriba. 19 Como Jehová lo había mandado a Moisés, los contó en el desierto de Sinaí.
20 De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 21 los contados de la tribu de Rubén fueron
cuarenta y seis mil quinientos.
22 De los hijos de Simeón, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
fueron contados conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de veinte años
arriba, todos los que podían salir a la guerra; 23 los contados de la tribu de Simeón fueron
cincuenta y nueve mil trescientos.
24 De los hijos de Gad, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
25 los contados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
26 De los hijos de Judá, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
27 los contados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil seiscientos.
28 De los hijos de Isacar, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
29 los contados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
30 De los hijos de Zabulón, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de sus nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
31 los contados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.
32 De los hijos de José; de los hijos de Efraín, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que
podían salir a la guerra; 33 los contados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.
34 Y de los hijos de Manasés, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus
padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; 35 los contados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil doscientos.
36 De los hijos de Benjamín, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
37 los contados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.
38 De los hijos de Dan, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
39 los contados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.
40 De los hijos de Aser, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
41 los contados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.
42 De los hijos de Neftalí, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
43 los contados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.
44 Estos fueron los contados, los cuales contaron Moisés y Aarón, con los príncipes de Israel,
doce varones, uno por cada casa de sus padres. 45 Y todos los contados de los hijos de Israel por
las casas de sus padres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra en Israel,
46 fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
Nombramiento de los levitas
47 Pero los levitas, según la tribu de sus padres, no fueron contados entre ellos; 48 porque habló
Jehová a Moisés, diciendo: 49 Solamente no contarás la tribu de Leví, ni tomarás la cuenta de
ellos entre los hijos de Israel, 50 sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, y
sobre todos sus utensilios, y sobre todas las cosas que le pertenecen; ellos llevarán el tabernáculo
y todos sus enseres, y ellos servirán en él, y acamparán alrededor del tabernáculo. 51 Y cuando el
tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de
detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acercare morirá. 52 Los hijos de Israel
acamparán cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, por sus ejércitos; 53 pero
los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio, para que no haya ira sobre la
congregación de los hijos de Israel; y los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio.
54 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés; así lo
hicieron.
Campamentos y jefes de las tribus
NÚMEROS 2
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su
bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión
acamparán. 3 Estos acamparán al oriente, al este: la bandera del campamento de Judá, por sus
ejércitos; y el jefe de los hijos de Judá, Naasón hijo de Aminadab. 4 Su cuerpo de ejército, con sus
contados, setenta y cuatro mil seiscientos. 5 Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar; y el
jefe de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar. 6 Su cuerpo de ejército, con sus contados,
cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. 7 Y la tribu de Zabulón; y el jefe de los hijos de Zabulón,
Eliab hijo de Helón. 8 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y siete mil cuatrocientos.
9 Todos los contados en el campamento de Judá, ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, por sus
ejércitos, marcharán delante.
10 La bandera del campamento de Rubén estará al sur, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de
Rubén, Elisur hijo de Sedeur. 11 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y seis mil
quinientos. 12 Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón; y el jefe de los hijos de Simeón,
Selumiel hijo de Zurisadai. 13 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y nueve mil
trescientos. 14 Y la tribu de Gad; y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Reuel. 15 Su cuerpo
de ejército, con sus contados, cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta. 16 Todos los contados en
el campamento de Rubén, ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, por sus ejércitos,
marcharán los segundos.
17 Luego irá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los levitas, en medio de los
campamentos en el orden en que acampan; así marchará cada uno junto a su bandera.
18 La bandera del campamento de Efraín por sus ejércitos, al occidente; y el jefe de los hijos de
Efraín, Elisama hijo de Amiud. 19 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta mil
quinientos. 20 Junto a él estará la tribu de Manasés; y el jefe de los hijos de Manasés, Gamaliel
hijo de Pedasur. 21 Su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y dos mil doscientos. 22 Y la
tribu de Benjamín; y el jefe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 23 Y su cuerpo de
ejército, con sus contados, treinta y cinco mil cuatrocientos. 24 Todos los contados en el
campamento de Efraín, ciento ocho mil cien, por sus ejércitos, irán los terceros.
25 La bandera del campamento de Dan estará al norte, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de
Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. 26 Su cuerpo de ejército, con sus contados, sesenta y dos mil
setecientos. 27 Junto a él acamparán los de la tribu de Aser; y el jefe de los hijos de Aser, Pagiel
hijo de Ocrán. 28 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y un mil quinientos. 29 Y la
tribu de Neftalí; y el jefe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 30 Su cuerpo de ejército, con
sus contados, cincuenta y tres mil cuatrocientos. 31 Todos los contados en el campamento de Dan,
ciento cincuenta y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas.
32 Estos son los contados de los hijos de Israel, según las casas de sus padres; todos los contados
por campamentos, por sus ejércitos, seiscientos tres mil quinientos cincuenta. 33 Mas los levitas
no fueron contados entre los hijos de Israel, como Jehová lo mandó a Moisés.
34 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová mandó a Moisés; así
acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus
padres.
Censo y deberes de los levitas
NÚMEROS 3
1 Estos son los descendientes de Aarón y de Moisés, en el día en que Jehová habló a Moisés en el
monte de Sinaí. 2 Y estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito, Abiú,
Eleazar e Itamar. 3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos, a los cuales
consagró para ejercer el sacerdocio. 4 Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando
ofrecieron fuego extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar
e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.
5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante
del sacerdote Aarón, para que le sirvan, 7 y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la
congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo; 8 y
guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo encargado a ellos por los hijos
de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo. 9 Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le
son enteramente dados de entre los hijos de Israel. 10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para
que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
11 Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 12 He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los
hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel;
serán, pues, míos los levitas. 13 Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice
morir a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos
en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo Jehová.
14 Y Jehová habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo: 15 Cuenta los hijos de Leví según las
casas de sus padres, por sus familias; contarás todos los varones de un mes arriba. 16 Y Moisés
los contó conforme a la palabra de Jehová, como le fue mandado. 17 Los hijos de Leví fueron
estos por sus nombres: Gersón, Coat y Merari. 18 Y los nombres de los hijos de Gersón por sus
familias son estos: Libni y Simei. 19 Los hijos de Coat por sus familias son: Amram, Izhar, Hebrón
y Uziel. 20 Y los hijos de Merari por sus familias: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví,
según las casas de sus padres.
21 De Gersón era la familia de Libni y la de Simei; estas son las familias de Gersón. 22 Los
contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones de un mes arriba, los contados de
ellos fueron siete mil quinientos. 23 Las familias de Gersón acamparán a espaldas del
tabernáculo, al occidente; 24 y el jefe del linaje de los gersonitas, Eliasaf hijo de Lael. 25 A cargo
de los hijos de Gersón, en el tabernáculo de reunión, estarán el tabernáculo, la tienda y su
cubierta, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión, 26 las cortinas del atrio, y la cortina
de la puerta del atrio, que está junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; asimismo sus
cuerdas para todo su servicio.
27 De Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los
hebronitas y la familia de los uzielitas; estas son las familias coatitas. 28 El número de todos los
varones de un mes arriba era ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario. 29 Las
familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo, al sur; 30 y el jefe del linaje de
las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel. 31 A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el
candelero, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su
servicio. 32 Y el principal de los jefes de los levitas será Eleazar hijo del sacerdote Aarón, jefe de
los que tienen la guarda del santuario.
33 De Merari era la familia de los mahlitas y la familia de los musitas; estas son las familias de
Merari. 34 Los contados de ellos conforme al número de todos los varones de un mes arriba
fueron seis mil doscientos. 35 Y el jefe de la casa del linaje de Merari, Zuriel hijo de Abihail;
acamparán al lado del tabernáculo, al norte. 36 A cargo de los hijos de Merari estará la custodia
de las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas y todos sus enseres, con todo su
servicio; 37 y las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas.
38 Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al
este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de
Israel; y el extraño que se acercare, morirá. 39 Todos los contados de los levitas, que Moisés y
Aarón conforme a la palabra de Jehová contaron por sus familias, todos los varones de un mes
arriba, fueron veintidós mil.
Rescate de los primogénitos
40 Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes
arriba, y cuéntalos por sus nombres. 41 Y tomarás a los levitas para mí en lugar de todos los
primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de todos los
primogénitos de los animales de los hijos de Israel. Yo Jehová. 42 Contó Moisés, como Jehová le
mandó, todos los primogénitos de los hijos de Israel. 43 Y todos los primogénitos varones,
conforme al número de sus nombres, de un mes arriba, fueron veintidós mil doscientos setenta y
tres.
44 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 45 Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos
de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán
míos. Yo Jehová. 46 Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los primogénitos de los
hijos de Israel, que exceden a los levitas, 47 tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del
santuario los tomarás. El siclo tiene veinte geras. 48 Y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del
rescate de los que exceden. 49 Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de los que excedían el
número de los redimidos por los levitas, 50 y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel, en
dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos, conforme al siclo del santuario. 51 Y Moisés dio el
dinero de los rescates a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, según lo que Jehová
había mandado a Moisés.
Tareas de los levitas
NÚMEROS 4
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los
hijos de Leví, por sus familias, según las casas de sus padres, 3 de edad de treinta años arriba
hasta cincuenta años, todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
4 El oficio de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión, en el lugar santísimo, será este:
5 Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón y sus hijos y desarmarán el velo de la
tienda, y cubrirán con él el arca del testimonio; 6 y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de
tejones, y extenderán encima un paño todo de azul, y le pondrán sus varas. 7 Sobre la mesa de la
proposición extenderán un paño azul, y pondrán sobre ella las escudillas, las cucharas, las copas
y los tazones para libar; y el pan continuo estará sobre ella. 8 Y extenderán sobre ella un paño
carmesí, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones; y le pondrán sus varas. 9 Tomarán un
paño azul y cubrirán el candelero del alumbrado, sus lamparillas, sus despabiladeras, sus
platillos, y todos sus utensilios del aceite con que se sirve; 10 y lo pondrán con todos sus utensilios
en una cubierta de pieles de tejones, y lo colocarán sobre unas parihuelas. 11 Sobre el altar de oro
extenderán un paño azul, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán sus
varas. 12 Y tomarán todos los utensilios del servicio de que hacen uso en el santuario, y los
pondrán en un paño azul, y los cubrirán con una cubierta de pieles de tejones, y los colocarán
sobre unas parihuelas. 13 Quitarán la ceniza del altar, y extenderán sobre él un paño de púrpura;
14 y pondrán sobre él todos sus instrumentos de que se sirve: las paletas, los garfios, los braseros
y los tazones, todos los utensilios del altar; y extenderán sobre él la cubierta de pieles de tejones,
y le pondrán además las varas; 15 Y cuando acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y
todos los utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el campamento, vendrán después de
ello los hijos de Coat para llevarlos; pero no tocarán cosa santa, no sea que mueran. Estas serán
las cargas de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión.
16 Pero a cargo de Eleazar hijo del sacerdote Aarón estará el aceite del alumbrado, el incienso
aromático, la ofrenda continua y el aceite de la unción; el cargo de todo el tabernáculo y de todo
lo que está en él, del santuario y de sus utensilios.
17 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 18 No haréis que perezca la tribu de las
familias de Coat de entre los levitas. 19 Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, y
no mueran, haréis con ellos esto: Aarón y sus hijos vendrán y los pondrán a cada uno en su oficio
y en su cargo. 20 No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán.
21 Además habló Jehová a Moisés, diciendo: 22 Toma también el número de los hijos de Gersón
según las casas de sus padres, por sus familias. 23 De edad de treinta años arriba hasta cincuenta
años los contarás; todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
24 Este será el oficio de las familias de Gersón, para ministrar y para llevar: 25 Llevarán las
cortinas del tabernáculo, el tabernáculo de reunión, su cubierta, la cubierta de pieles de tejones
que está encima de él, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión, 26 las cortinas del atrio,
la cortina de la puerta del atrio, que está cerca del tabernáculo y cerca del altar alrededor, sus
cuerdas, y todos los instrumentos de su servicio y todo lo que será hecho para ellos; así servirán.
27 Según la orden de Aarón y de sus hijos será todo el ministerio de los hijos de Gersón en todos
sus cargos, y en todo su servicio; y les encomendaréis en guarda todos sus cargos. 28 Este es el
servicio de las familias de los hijos de Gersón en el tabernáculo de reunión; y el cargo de ellos
estará bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
29 Contarás los hijos de Merari por sus familias, según las casas de sus padres. 30 Desde el de
edad de treinta años arriba hasta el de cincuenta años los contarás; todos los que entran en
compañía para servir en el tabernáculo de reunión. 31 Este será el deber de su cargo para todo su
servicio en el tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus
basas, 32 las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todos sus
instrumentos y todo su servicio; y consignarás por sus nombres todos los utensilios que ellos
tienen que transportar. 33 Este será el servicio de las familias de los hijos de Merari para todo su
ministerio en el tabernáculo de reunión, bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
34 Moisés, pues, y Aarón, y los jefes de la congregación, contaron a los hijos de Coat por sus
familias y según las casas de sus padres, 35 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de
edad de cincuenta años; todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de
reunión. 36 Y fueron los contados de ellos por sus familias, dos mil setecientos cincuenta.
37 Estos fueron los contados de las familias de Coat, todos los que ministran en el tabernáculo de
reunión, los cuales contaron Moisés y Aarón, como lo mandó Jehová por medio de Moisés.
38 Y los contados de los hijos de Gersón por sus familias, según las casas de sus padres, 39 desde
el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los que entran en
compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión; 40 los contados de ellos por sus familias,
según las casas de sus padres, fueron dos mil seiscientos treinta. 41 Estos son los contados de las
familias de los hijos de Gersón, todos los que ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales
contaron Moisés y Aarón por mandato de Jehová.
42 Y los contados de las familias de los hijos de Merari, por sus familias, según las casas de sus
padres, 43 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los
que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión; 44 los contados de ellos, por
sus familias, fueron tres mil doscientos. 45 Estos fueron los contados de las familias de los hijos
de Merari, los cuales contaron Moisés y Aarón, según lo mandó Jehová por medio de Moisés.
46 Todos los contados de los levitas que Moisés y Aarón y los jefes de Israel contaron por sus
familias, y según las casas de sus padres, 47 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de
edad de cincuenta años, todos los que entraban para ministrar en el servicio y tener cargo de obra
en el tabernáculo de reunión, 48 los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta.
49 Como lo mandó Jehová por medio de Moisés fueron contados, cada uno según su oficio y según
su cargo; los cuales contó él, como le fue mandado.
Todo inmundo es echado fuera del campamento
NÚMEROS 5
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a
todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto. 3 Así a
hombres como a mujeres echaréis; fuera del campamento los echaréis, para que no contaminen el
campamento de aquellos entre los cuales yo habito. 4 Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los
echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.
Ley sobre la restitución
5 Además habló Jehová a Moisés, diciendo: 6 Di a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que
cometiere alguno de todos los pecados con que los hombres prevarican contra Jehová y
delinquen, 7 aquella persona confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el
daño, y añadirá sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien pecó. 8 Y si aquel
hombre no tuviere pariente al cual sea resarcido el daño, se dará la indemnización del agravio a
Jehová entregándola al sacerdote, además del carnero de las expiaciones, con el cual hará
expiación por él. 9 Toda ofrenda de todas las cosas santas que los hijos de Israel presentaren al
sacerdote, suya será. 10 Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera
diere al sacerdote, suyo será.
Ley sobre los celos
11 También Jehová habló a Moisés, diciendo: 12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de
alguno se descarriare, y le fuere infiel, 13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese
visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido
sorprendida en el acto; 14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer,
habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no
habiéndose ella amancillado; 15 entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá
su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá
sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el
pecado.
16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová. 17 Luego tomará el
sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere
en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. 18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer
delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda
recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que
acarrean maldición. 19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si
no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen
maldición; 20 mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado
contigo alguno fuera de tu marido 21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de
maldición, y dirá a la mujer): Jehová te haga maldición y execración en medio de tu pueblo,
haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; 22 y estas aguas que dan
maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá:
Amén, amén.
23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas; 24 y
dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición
entrarán en ella para amargar. 25 Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda
de los celos, y la mecerá delante de Jehová, y la ofrecerá delante del altar. 26 Y tomará el
sacerdote un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después
dará a beber las aguas a la mujer. 27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y
hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y
su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo. 28 Mas
si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.
29 Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se
amancillare; 30 o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la
presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. 31 El
hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.
El voto de los nazareos
NÚMEROS 6
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que
se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, 3 se abstendrá de vino y de sidra;
no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá
uvas frescas ni secas. 4 Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los
granillos hasta el hollejo, no comerá.
5 Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean
cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello.
6 Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta. 7 Ni aun por su
padre ni por su madre, ni por su hermano ni por su hermana, podrá contaminarse cuando
mueran; porque la consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. 8 Todo el tiempo de su
nazareato, será santo para Jehová.
9 Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será contaminada; por tanto, el
día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá. 10 Y el día octavo traerá dos
tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión. 11 Y el sacerdote
ofrecerá el uno en expiación, y el otro en holocausto; y hará expiación de lo que pecó a causa del
muerto, y santificará su cabeza en aquel día. 12 Y consagrará para Jehová los días de su
nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán
anulados, por cuanto fue contaminado su nazareato.
13 Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la
puerta del tabernáculo de reunión, 14 y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin
tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto
por ofrenda de paz. 15 Además un canastillo de tortas sin levadura, de flor de harina amasadas
con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y su ofrenda y sus libaciones. 16 Y el
sacerdote lo ofrecerá delante de Jehová, y hará su expiación y su holocausto; 17 y ofrecerá el
carnero en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá
asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones. 18 Entonces el nazareo raerá a la puerta del
tabernáculo de reunión su cabeza consagrada, y tomará los cabellos de su cabeza consagrada y
los pondrá sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz. 19 Después tomará el sacerdote la
espaldilla cocida del carnero, una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre sin levadura, y
las pondrá sobre las manos del nazareo, después que fuere raída su cabeza consagrada; 20 y el
sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jehová, lo cual será cosa santa del
sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo podrá beber
vino.
21 Esta es la ley del nazareo que hiciere voto de su ofrenda a Jehová por su nazareato, además de
lo que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su
nazareato.
La bendición sacerdotal
22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los
hijos de Israel, diciéndoles:
24 Jehová te bendiga, y te guarde;
25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Ofrendas para la dedicación del altar
NÚMEROS 7
1 Aconteció que cuando Moisés hubo acabado de levantar el tabernáculo, y lo hubo ungido y
santificado, con todos sus utensilios, y asimismo ungido y santificado el altar y todos sus
utensilios, 2 entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus padres, los cuales eran
los príncipes de las tribus, que estaban sobre los contados, ofrecieron; 3 y trajeron sus ofrendas
delante de Jehová, seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y cada
uno un buey, y los ofrecieron delante del tabernáculo. 4 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
5 Tómalos de ellos, y serán para el servicio del tabernáculo de reunión; y los darás a los levitas, a
cada uno conforme a su ministerio. 6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dio a
los levitas. 7 Dos carros y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, conforme a su ministerio, 8 y a
los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su ministerio bajo la mano de
Itamar hijo del sacerdote Aarón. 9 Pero a los hijos de Coat no les dio, porque llevaban sobre sí en
los hombros el servicio del santuario. 10 Y los príncipes trajeron ofrendas para la dedicación del
altar el día en que fue ungido, ofreciendo los príncipes su ofrenda delante del altar. 11 Y Jehová
dijo a Moisés: Ofrecerán su ofrenda, un príncipe un día, y otro príncipe otro día, para la
dedicación del altar.
12 Y el que ofreció su ofrenda el primer día fue Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.
13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta
siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
14 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso; 15 un becerro, un carnero, un cordero de
un año para holocausto; 16 un macho cabrío para expiación; 17 y para ofrenda de paz, dos bueyes,
cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón
hijo de Aminadab.
18 El segundo día ofreció Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar. 19 Ofreció como su ofrenda
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 20 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
22 un macho cabrío para expiación; 23 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael hijo de Zuar.
24 El tercer día, Eliab hijo de Helón, príncipe de los hijos de Zabulón. 25 Y su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 26 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
28 un macho cabrío para expiación; 29 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de Helón.
30 El cuarto día, Elisur hijo de Sedeur, príncipe de los hijos de Rubén. 31 Y su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 32 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
34 un macho cabrío para expiación; 35 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisur hijo de Sedeur.
36 El quinto día, Selumiel hijo de Zurisadai, príncipe de los hijos de Simeón. 37 Y su ofrenda fue
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 38 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
40 un macho cabrío para expiación; 41 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Selumiel hijo de Zurisadai.
42 El sexto día, Eliasaf hijo de Deuel, príncipe de los hijos de Gad. 43 Y su ofrenda fue un plato
de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 44 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
46 un macho cabrío para expiación; 47 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliasaf hijo de Deuel.
48 El séptimo día, el príncipe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud. 49 Y su ofrenda fue
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 50 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
52 un macho cabrío para expiación; 53 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisama hijo de Amiud.
54 El octavo día, el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. 55 Y su ofrenda
fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo
del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 56 una cuchara de
oro de diez siclos, llena de incienso; 57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para
holocausto; 58 un macho cabrío para expiación; 59 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco
carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Gamaliel hijo
de Pedasur.
60 El noveno día, el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 61 Y su ofrenda
fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo
del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 62 una cuchara de
oro de diez siclos, llena de incienso; 63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para
holocausto; 64 un macho cabrío para expiación; 65 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco
carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Abidán hijo de
Gedeoni.
66 El décimo día, el príncipe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. 67 Y su ofrenda fue
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 68 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
70 un macho cabrío para expiación; 71 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahiezer hijo de Amisadai.
72 El undécimo día, el príncipe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 73 Y su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 74 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
76 un macho cabrío para expiación; 77 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Pagiel hijo de Ocrán.
78 El duodécimo día, el príncipe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 79 Su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 80 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
82 un macho cabrío para expiación; 83 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahira hijo de Enán.
84 Esta fue la ofrenda que los príncipes de Israel ofrecieron para la dedicación del altar, el día en
que fue ungido: doce platos de plata, doce jarros de plata, doce cucharas de oro. 85 Cada plato de
ciento treinta siclos, y cada jarro de setenta; toda la plata de la vajilla, dos mil cuatrocientos
siclos, al siclo del santuario. 86 Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos cada
cuchara, al siclo del santuario; todo el oro de las cucharas, ciento veinte siclos. 87 Todos los
bueyes para holocausto, doce becerros; doce los carneros, doce los corderos de un año, con su
ofrenda, y doce los machos cabríos para expiación. 88 Y todos los bueyes de la ofrenda de paz,
veinticuatro novillos, sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, y sesenta los corderos de
un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, después que fue ungido.
89 Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para hablar con Dios, oía la voz que le
hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos
querubines; y hablaba con él.
Aarón enciende las lámparas
NÚMEROS 8
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, las
siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero. 3 Y Aarón lo hizo así; encendió hacia la
parte anterior del candelero sus lámparas, como Jehová lo mandó a Moisés. 4 Y esta era la
hechura del candelero, de oro labrado a martillo; desde su pie hasta sus flores era labrado a
martillo; conforme al modelo que Jehová mostró a Moisés, así hizo el candelero.
Consagración de los levitas
5 También Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y haz
expiación por ellos. 7 Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación,
y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados. 8 Luego
tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de harina amasada con aceite; y tomarás otro novillo
para expiación. 9 Y harás que los levitas se acerquen delante del tabernáculo de reunión, y
reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel. 10 Y cuando hayas acercado a los levitas
delante de Jehová, pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas; 11 y ofrecerá Aarón los
levitas delante de Jehová en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová.
12 Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los novillos; y ofrecerás el uno por
expiación, y el otro en holocausto a Jehová, para hacer expiación por los levitas. 13 Y presentarás
a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a Jehová.
14 Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas. 15 Después de
eso vendrán los levitas a ministrar en el tabernáculo de reunión; serán purificados, y los
ofrecerás en ofrenda. 16 Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos
de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de
todos los hijos de Israel. 17 Porque mío es todo primogénito de entre los hijos de Israel, así de
hombres como de animales; desde el día que yo herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los
santifiqué para mí. 18 Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de
Israel. 19 Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para
que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el tabernáculo de reunión, y reconcilien a los
hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al
santuario.
20 Y Moisés y Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel hicieron con los levitas
conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas; así hicieron con
ellos los hijos de Israel. 21 Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció
en ofrenda delante de Jehová, e hizo Aarón expiación por ellos para purificarlos. 22 Así vinieron
después los levitas para ejercer su ministerio en el tabernáculo de reunión delante de Aarón y
delante de sus hijos; de la manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron
con ellos.
23 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 24 Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a
ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión. 25 Pero desde los cincuenta años
cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán. 26 Servirán con sus hermanos en el
tabernáculo de reunión, para hacer la guardia, pero no servirán en el ministerio. Así harás con los
levitas en cuanto a su ministerio.
Celebración de la pascua
NÚMEROS 9
1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de
Egipto, en el mes primero, diciendo: 2 Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. 3 El
decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos
sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. 4 Y habló Moisés a los hijos de Israel para
que celebrasen la pascua. 5 Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días del mes,
entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Jehová a
Moisés, así hicieron los hijos de Israel. 6 Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de
muerto, y no pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moisés y delante de
Aarón aquel día, 7 y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de
muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de
Israel? 8 Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré lo que ordena Jehová acerca de vosotros.
9 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de
vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de
viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová. 11 En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre
las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. 12 No
dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los
ritos de la pascua la celebrarán. 13 Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare
de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su
tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre llevará su pecado. 14 Y si morare con vosotros
extranjero, y celebrare la pascua a Jehová, conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes
la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.
La nube sobre el tabernáculo
(Ex. 40.34-38)
15 El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del
testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la
mañana. 16 Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.
17 Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la
nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. 18 Al mandato de Jehová los hijos de Israel
partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el
tabernáculo, permanecían acampados. 19 Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos
días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. 20 Y cuando la
nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de
Jehová partían. 21 Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la
mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se
levantaba, entonces partían. 22 O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía
sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se
movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. 23 Al mandato de Jehová acampaban, y al
mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por
medio de Moisés.
Las trompetas de plata
NÚMEROS 10
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás,
las cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los campamentos. 3 Y
cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión.
4 Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de los
millares de Israel. 5 Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos de los que
están acampados al oriente. 6 Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los
campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas. 7 Pero para
reunir la congregación tocaréis, mas no con sonido de alarma. 8 Y los hijos de Aarón, los
sacerdotes, tocarán las trompetas; y las tendréis por estatuto perpetuo por vuestras generaciones.
9 Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis
alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de
vuestros enemigos. 10 Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los
principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los
sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.
Los israelitas salen de Sinaí
11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del
tabernáculo del testimonio. 12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden
de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán. 13 Partieron la primera vez al mandato de
Jehová por medio de Moisés. 14 La bandera del campamento de los hijos de Judá comenzó a
marchar primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su cuerpo de
ejército. 15 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar.
16 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón.
17 Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, se movieron los hijos de Gersón y los hijos
de Merari, que lo llevaban. 18 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de Rubén
por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur estaba sobre su cuerpo de ejército. 19 Sobre el cuerpo
de ejército de la tribu de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. 20 Y sobre el cuerpo de
ejército de la tribu de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel.
21 Luego comenzaron a marchar los coatitas llevando el santuario; y entretanto que ellos
llegaban, los otros acondicionaron el tabernáculo. 22 Después comenzó a marchar la bandera del
campamento de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama hijo de Amiud estaba sobre su
cuerpo de ejército. 23 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Manasés, Gamaliel
hijo de Pedasur. 24 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán hijo
de Gedeoni.
25 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Dan por sus ejércitos, a
retaguardia de todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de
ejército. 26 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 27 Y
sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 28 Este era el
orden de marcha de los hijos de Israel por sus ejércitos cuando partían.
29 Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el
lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová
ha prometido el bien a Israel. 30 Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y
a mi parentela. 31 Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde
hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. 32 Y si vienes con nosotros, cuando
tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te haremos bien.
33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue
delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso. 34 Y la nube de Jehová iba
sobre ellos de día, desde que salieron del campamento.
35 Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos,
y huyan de tu presencia los que te aborrecen. 36 Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh
Jehová, a los millares de millares de Israel.
Jehová envía codornices
NÚMEROS 11
1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se
encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. 2 Entonces
el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. 3 Y llamó a aquel lugar
Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.
4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también
volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 5 Nos acordamos del pescado que
comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 6 y
ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
7 Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio. 8 El pueblo se
esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía
de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo. 9 Y cuando descendía el rocío sobre el
campamento de noche, el maná descendía sobre él.
10 Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira
de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés. 11 Y dijo Moisés a
Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has
puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo,
para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual
juraste a sus padres? 13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque
lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. 14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo,
que me es pesado en demasía. 15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si
he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú
sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de
reunión, y esperen allí contigo. 17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu
que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.
18 Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en
oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto!
Jehová, pues, os dará carne, y comeréis. 19 No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez
días, ni veinte días, 20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la
aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis
delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto? 21 Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil
de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú dices: Les daré carne, y comerán un mes
entero! 22 ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿o se juntarán para ellos todos
los peces del mar para que tengan abasto? 23 Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha
acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no.
24 Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los
ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. 25 Entonces Jehová descendió en
la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos;
y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad,
sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían
venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. 27 Y corrió un joven y dio aviso a
Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. 28 Entonces respondió Josué hijo de
Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. 29 Y Moisés le
respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová
pusiera su espíritu sobre ellos. 30 Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.
31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día
de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos
sobre la faz de la tierra. 32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y
todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las
tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento. 33 Aún estaba la carne entre los dientes
de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió
Jehová al pueblo con una plaga muy grande. 34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava,
por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso. 35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y
se quedó en Hazerot.
María y Aarón murmuran contra Moisés
NÚMEROS 12
1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él
había tomado mujer cusita. 2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha
hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. 3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que
todos los hombres que había sobre la tierra. 4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María:
Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5 Entonces Jehová descendió
en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y
salieron ambos. 6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de
Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel
en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia
de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 10 Y la nube se apartó del
tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí
que estaba leprosa. 11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este
pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que
nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.
13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.
14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se
avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a
la congregación. 15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante
hasta que se reunió María con ellos. 16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el
desierto de Parán.
Misión de los doce espías
(Dt. 1.19-33)
NÚMEROS 13
1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la
cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno
príncipe entre ellos. 3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de
Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. 4 Estos son sus nombres:
De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur. 5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí. 6 De la
tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. 8 De la tribu de
Efraín, Oseas hijo de Nun. 9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. 10 De la tribu de
Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. 11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi.
12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. 13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. 14 De la
tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi. 15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. 16 Estos son los
nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso
Moisés el nombre de Josué.
17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev,
y subid al monte, 18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si
poco o numeroso; 19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades
habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril,
si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras
uvas.
21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en
Hamat. 22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai,
hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto. 23 Y llegaron hasta el
arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un
palo, y de las granadas y de los higos. 24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo
que cortaron de allí los hijos de Israel.
25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 26 Y anduvieron y vinieron a Moisés
y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y
dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 27 Y
les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente
fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y
las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 29 Amalec
habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita
junto al mar, y a la ribera del Jordán.
30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos
posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con
él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y
hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por
donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos
en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac,
raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a
ellos.
Los israelitas se rebelan contra Jehová
NÚMEROS 14
1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se
quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá
muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae
Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa?
¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 5 Entonces Moisés y
Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos
de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la
tierra, rompieron sus vestidos, 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel,
diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8 Si
Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye
leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra;
porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está
Jehová; no los temáis. 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos.
Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, 11 y
Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán,
con todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Yo los heriré de mortandad y los
destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.
13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos
sacaste a este pueblo con tu poder; 14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído
que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que
tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en
columna de fuego; 15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes
que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo: 16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo
en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto. 17 Ahora, pues, yo te ruego que sea
magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: 18 Jehová, tardo para la ira y grande
en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por
inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta
los cuartos. 19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y
como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
Jehová castiga a Israel
(Dt. 1.34-40)
20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. 21 Mas tan ciertamente como
vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he
hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no
verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.
24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le
meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. 25 Ahora bien, el
amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar
Rojo.
26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud
que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? 28 Diles: Vivo
yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 En este
desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de
veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en
la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de
Jefone, y a Josué hijo de Nun. 31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por
presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. 32 En cuanto a
vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el
desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean
consumidos en el desierto. 34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que
reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y
conoceréis mi castigo. 35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha
juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
Muerte de los diez espías malvados
36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar
contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37 aquellos varones que habían
hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. 38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb
hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.
La derrota en Horma
(Dt. 1.41-46)
39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho. 40 Y se
levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al
lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado. 41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis
el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien. 42 No subáis, porque Jehová no está en
medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos. 43 Porque el amalecita y el
cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a
seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros. 44 Sin embargo, se obstinaron en subir a
la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del
campamento. 45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los
hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.
Leyes sobre las ofrendas
NÚMEROS 15
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en
la tierra de vuestra habitación que yo os doy, 3 y hagáis ofrenda encendida a Jehová, holocausto,
o sacrificio, por especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer en vuestras fiestas solemnes
olor grato a Jehová, de vacas o de ovejas; 4 entonces el que presente su ofrenda a Jehová traerá
como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina, amasada con la cuarta parte de un hin
de aceite. 5 De vino para la libación ofrecerás la cuarta parte de un hin, además del holocausto o
del sacrificio, por cada cordero. 6 Por cada carnero harás ofrenda de dos décimas de flor de
harina, amasada con la tercera parte de un hin de aceite; 7 y de vino para la libación ofrecerás la
tercera parte de un hin, en olor grato a Jehová. 8 Cuando ofrecieres novillo en holocausto o
sacrificio, por especial voto, o de paz a Jehová, 9 ofrecerás con el novillo una ofrenda de tres
décimas de flor de harina, amasada con la mitad de un hin de aceite; 10 y de vino para la libación
ofrecerás la mitad de un hin, en ofrenda encendida de olor grato a Jehová.
11 Así se hará con cada buey, o carnero, o cordero de las ovejas, o cabrito. 12 Conforme al
número así haréis con cada uno, según el número de ellos. 13 Todo natural hará estas cosas así,
para ofrecer ofrenda encendida de olor grato a Jehová. 14 Y cuando habitare con vosotros
extranjero, o cualquiera que estuviere entre vosotros por vuestras generaciones, si hiciere
ofrenda encendida de olor grato a Jehová, como vosotros hiciereis, así hará él. 15 Un mismo
estatuto tendréis vosotros de la congregación y el extranjero que con vosotros mora; será estatuto
perpetuo por vuestras generaciones; como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová.
16 Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora.
17 También habló Jehová a Moisés, diciendo: 18 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando
hayáis entrado en la tierra a la cual yo os llevo, 19 cuando comencéis a comer del pan de la tierra,
ofreceréis ofrenda a Jehová. 20 De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en ofrenda; como
la ofrenda de la era, así la ofreceréis. 21 De las primicias de vuestra masa daréis a Jehová
ofrenda por vuestras generaciones. 22 Y cuando errareis, y no hiciereis todos estos
mandamientos que Jehová ha dicho a Moisés, 23 todas las cosas que Jehová os ha mandado por
medio de Moisés, desde el día que Jehová lo mandó, y en adelante por vuestras edades, 24 si el
pecado fue hecho por yerro con ignorancia de la congregación, toda la congregación ofrecerá un
novillo por holocausto en olor grato a Jehová, con su ofrenda y su libación conforme a la ley, y un
macho cabrío en expiación. 25 Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos
de Israel; y les será perdonado, porque yerro es; y ellos traerán sus ofrendas, ofrenda encendida a
Jehová, y sus expiaciones delante de Jehová por sus yerros. 26 Y será perdonado a toda la
congregación de los hijos de Israel, y al extranjero que mora entre ellos, por cuanto es yerro de
todo el pueblo.
27 Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para expiación. 28 Y el
sacerdote hará expiación por la persona que haya pecado por yerro; cuando pecare por yerro
delante de Jehová, la reconciliará, y le será perdonado. 29 El nacido entre los hijos de Israel, y el
extranjero que habitare entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.
30 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a
Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo. 31 Por cuanto tuvo en poco la palabra
de Jehová, y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad
caerá sobre ella.
Lapidación de un violador del día de reposo
32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de
reposo. 33 Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la
congregación; 34 y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.
35 Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la
congregación fuera del campamento. 36 Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento,
y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.
Franjas en los vestidos
37 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas
en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un
cordón de azul. 39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los
mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de
vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. 40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis
mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. 41 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra
de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.
La rebelión de Coré
NÚMEROS 16
1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de
Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, 2 y se levantaron contra Moisés con doscientos
cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones
de renombre. 3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque
toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os
levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová? 4 Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su
rostro; 5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo, y
quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo acercará a sí. 6 Haced esto:
tomaos incensarios, Coré y todo su séquito, 7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso
delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto os baste,
hijos de Leví. 8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví: 9 ¿Os es poco que el Dios de
Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el
servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles, 10 y
que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el
sacerdocio? 11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón,
¿qué es, para que contra él murmuréis?
12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos
allá. 13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos
morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente? 14 Ni tampoco
nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas.
¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos.
15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un
asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal. 16 Después dijo Moisés a Coré: Tú y
todo tu séquito, poneos mañana delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón; 17 y tomad cada uno su
incensario y poned incienso en ellos, y acercaos delante de Jehová cada uno con su incensario,
doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno con su incensario. 18 Y tomó
cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y echaron en ellos incienso, y se pusieron a la
puerta del tabernáculo de reunión con Moisés y Aarón. 19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos
toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión; entonces la gloria de Jehová
apareció a toda la congregación. 20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 21 Apartaos de
entre esta congregación, y los consumiré en un momento. 22 Y ellos se postraron sobre sus
rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó?
¿Por qué airarte contra toda la congregación? 23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
24 Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán y
Abiram.
25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en pos de
él. 26 Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres
impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados. 27 Y se
apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y
se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos. 28 Y dijo
Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no
las hice de mi propia voluntad. 29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al
ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. 30 Mas si Jehová hiciere
algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al
Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.
31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba
debajo de ellos. 32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de
Coré, y a todos sus bienes. 33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los
cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación. 34 Y todo Israel, los que estaban en
derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra.
35 También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que
ofrecían el incienso.
36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 37 Di a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, que tome
los incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son santificados
38 los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán de ellos planchas batidas para
cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con ellos delante de Jehová, son santificados, y serán como
señal a los hijos de Israel. 39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce con que los
quemados habían ofrecido; y los batieron para cubrir el altar, 40 en recuerdo para los hijos de
Israel, de que ningún extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer
incienso delante de Jehová, para que no sea como Coré y como su séquito; según se lo dijo Jehová
por medio de Moisés.
41 El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón,
diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová. 42 Y aconteció que cuando se juntó la
congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube
lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová. 43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del
tabernáculo de reunión. 44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 45 Apartaos de en medio de esta
congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros. 46 Y dijo
Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve
pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de
Jehová; la mortandad ha comenzado. 47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y
corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y
él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo, 48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó
la mortandad. 49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los
muertos por la rebelión de Coré. 50 Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de
reunión, cuando la mortandad había cesado.
La vara de Aarón florece
NÚMEROS 17
1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara
por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de
sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara. 3 Y escribirás el nombre de Aarón
sobre la vara de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá una vara. 4 Y las pondrás
en el tabernáculo de reunión delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros. 5 Y
florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de
Israel con que murmuran contra vosotros. 6 Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los
príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, en total
doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos. 7 Y Moisés puso las varas delante
de Jehová en el tabernáculo del testimonio.
8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara
de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido
almendras. 9 Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de
Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara. 10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de
Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus
quejas de delante de mí, para que no mueran. 11 E hizo Moisés como le mandó Jehová, así lo hizo.
12 Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos,
perdidos somos, todos nosotros somos perdidos. 13 Cualquiera que se acercare, el que viniere al
tabernáculo de Jehová, morirá. ¿Acabaremos por perecer todos?
Sostenimiento de sacerdotes y levitas
NÚMEROS 18
1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del
santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio. 2 Y a tus hermanos
también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te
servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. 3 Y guardarán
lo que tú ordenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios santos ni
al altar, para que no mueran ellos y vosotros. 4 Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del
tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar a
vosotros. 5 Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que no venga más la
ira sobre los hijos de Israel. 6 Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de
entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Jehová, para que sirvan en el ministerio del
tabernáculo de reunión. 7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo
relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de
vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
8 Dijo más Jehová a Aarón: He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas; todas las
cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por
estatuto perpetuo. 9 Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del fuego; toda
ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación por el pecado de ellos, y toda expiación por
la culpa de ellos, que me han de presentar, será cosa muy santa para ti y para tus hijos. 10 En el
santuario la comerás; todo varón comerá de ella; cosa santa será para ti. 11 Esto también será
tuyo: la ofrenda elevada de sus dones, y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel, he dado
a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; todo limpio en tu casa comerá de
ellas. 12 De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, las primicias de ello, que
presentarán a Jehová, para ti las he dado. 13 Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos,
las cuales traerán a Jehová, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas. 14 Todo lo
consagrado por voto en Israel será tuyo. 15 Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán
a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el primogénito
del hombre; también harás redimir el primogénito de animal inmundo. 16 De un mes harás
efectuar el rescate de ellos, conforme a tu estimación, por el precio de cinco siclos, conforme al
siclo del santuario, que es de veinte geras. 17 Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja
y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociarás sobre el
altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jehová. 18 Y la carne de
ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y como la espaldilla derecha, será tuya.
19 Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las
he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal
perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo. 20 Y Jehová dijo a Aarón:
De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad
en medio de los hijos de Israel.
21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su
ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. 22 Y no se
acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual
mueran. 23 Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su
iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos
de Israel. 24 Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que
ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán
heredad.
25 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 26 Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de
los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis
de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos. 27 Y se os contará vuestra ofrenda
como grano de la era, y como producto del lagar. 28 Así ofreceréis también vosotros ofrenda a
Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda
de Jehová al sacerdote Aarón. 29 De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de
todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada. 30 Y les dirás: Cuando
ofreciereis lo mejor de ellos, será contado a los levitas como producto de la era, y como producto
del lagar. 31 Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues es vuestra
remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión. 32 Y no llevaréis pecado por
ello, cuando hubiereis ofrecido la mejor parte de él; y no contaminaréis las cosas santas de los
hijos de Israel, y no moriréis.
La purificación de los inmundos
NÚMEROS 19
1 Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha
prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la cual no
haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; 3 y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará
fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia. 4 Y Eleazar el sacerdote tomará de la
sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de
ella siete veces; 5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su
estiércol, hará quemar. 6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y lo
echará en medio del fuego en que arde la vaca. 7 El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará
también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote
hasta la noche. 8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará en agua
su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. 9 Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y
las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de
Israel para el agua de purificación; es una expiación. 10 Y el que recogió las cenizas de la vaca
lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de
Israel, y para el extranjero que mora entre ellos.
11 El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. 12 Al tercer día se
purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no
será limpio al séptimo día. 13 Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se
purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por
cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será
sobre él.
14 Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo
el que esté en ella, será inmundo siete días. 15 Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien
ajustada, será inmunda; 16 y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo,
o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. 17 Y para el inmundo
tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en
un recipiente; 18 y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la
tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere
tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. 19 Y el limpio rociará sobre el inmundo
al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus
vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche.
20 Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la
congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de
la purificación; es inmundo. 21 Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la
purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la
noche. 22 Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda
hasta la noche.
Agua de la roca
NÚMEROS 20
1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y
acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.
2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. 3 Y habló el
pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos
delante de Jehová! 4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que
muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para
traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun
de agua para beber. 6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del
tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre
ellos. 7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu
hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y
darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de
Jehová, como él le mandó.
10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora,
rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? 11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó
la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.
12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de
los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. 13 Estas
son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se
santificó en ellos.
Edom rehúsa dar paso a Israel
14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano:
Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido; 15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto,
y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; 16 y
clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí
estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras. 17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No
pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin
apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. 18 Edom le respondió:
No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado. 19 Y los hijos de Israel dijeron:
Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de
ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más. 20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom
contra él con mucho pueblo, y mano fuerte. 21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su
territorio, y se desvió Israel de él.
Aarón muere en el Monte Hor
22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, vinieron al monte de Hor.
23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom,
diciendo: 24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de
Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. 25 Toma a
Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, 26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras,
y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá. 27 Y
Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación.
28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murio
allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte. 29 Y viendo toda la
congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas la familias de
Israel.
El rey de Arad ataca a Israel
NÚMEROS 21
1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el
camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros. 2 Entonces Israel hizo voto a
Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades. 3 Y
Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y
llamó el nombre de aquel lugar Horma.
La serpiente de bronce
4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se
desanimó el pueblo por el camino. 5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos
hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra
alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes,
que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. 7 Entonces el pueblo vino a Moisés y
dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de
nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. 8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una
serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente
mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
Los israelitas rodean la tierra de Moab
10 Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot. 11 Y partiendo de Obot, acamparon
en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol. 12 Partieron de
allí, y acamparon en el valle de Zered. 13 De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón,
que está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite de Moab,
entre Moab y el amorreo. 14 Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:
Lo que hizo en el Mar Rojo,
Y en los arroyos de Arnón;
15 Y a la corriente de los arroyos
Que va a parar en Ar,
Y descansa en el límite de Moab.
16 De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les
daré agua. 17 Entonces, cantó Israel este cántico:
Sube, oh pozo; a él cantad;
18 Pozo, el cual cavaron los señores.
Lo cavaron los príncipes del pueblo,
Y el legislador, con sus báculos.
Del desierto vinieron a Matana, 19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot; 20 y de Bamot
al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre de Pisga, que mira hacia el desierto.
Israel derrota a Sehón
(Dt. 2.26-37)
21 Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, diciendo: 22 Pasaré por tu
tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos;
por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio. 23 Mas Sehón no dejó pasar a Israel
por su territorio, sino que juntó Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y vino a
Jahaza y peleó contra Israel. 24 Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón
hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte. 25 Y
tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y
en todas sus aldeas. 26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de los amorreos, el cual había
tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón. 27 Por
tanto dicen los proverbistas:
Venid a Hesbón,
Edifíquese y repárese la ciudad de Sehón.
28 Porque fuego salió de Hesbón,
Y llama de la ciudad de Sehón,
Y consumió a Ar de Moab,
A los señores de las alturas de Arnón.
29 ¡Ay de ti, Moab!
Pereciste, pueblo de Quemos.
Fueron puestos sus hijos en huida,
Y sus hijas en cautividad,
Por Sehón rey de los amorreos.
30 Mas devastamos el reino de ellos;
Pereció Hesbón hasta Dibón,
Y destruimos hasta Nofa y Medeba.
Israel derrota a Og de Basán
(Dt. 3.1-11)
31 Así habitó Israel en la tierra del amorreo. 32 También envió Moisés a reconocer a Jazer; y
tomaron sus aldeas, y echaron al amorreo que estaba allí. 33 Y volvieron, y subieron camino de
Basán; y salió contra ellos Og rey de Basán, él y todo su pueblo, para pelear en Edrei. 34 Entonces
Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su
pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en
Hesbón. 35 E hirieron a él y a sus hijos, y a toda su gente, sin que le quedara uno, y se apoderaron
de su tierra.
Balac manda llamar a Balaam
NÚMEROS 22
1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a
Jericó. 2 Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo. 3 Y Moab tuvo gran
temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel.
4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como
lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab. 5 Por tanto,
envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos de
su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz
de la tierra, y habita delante de mí. 6 Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es
más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas
será bendito, y el que tú maldigas será maldito.
7 Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en su
mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac. 8 El les dijo: Reposad aquí esta
noche, y yo os daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron
con Balaam. 9 Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo? 10 Y
Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme: 11 He aquí,
este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo;
quizá podré pelear contra él y echarlo. 12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni
maldigas al pueblo, porque bendito es. 13 Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los
príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.
14 Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con
nosotros.
15 Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; 16 los cuales
vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;
17 porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a
este pueblo. 18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa
llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni
grande. 19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me
vuelve a decir Jehová. 20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos
hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.
El ángel y el asna de Balaam
21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab.
22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por
adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos. 23 Y el asna vio
al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el
asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al
camino. 24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y
pared al otro. 25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared
el pie de Balaam; y él volvió a azotarla. 26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una
angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda. 27 Y viendo el asna
al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.
28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has
azotado estas tres veces? 29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá
tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría! 30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna?
Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así
contigo? Y él respondió: No.
31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y
tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 32 Y
el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido
para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto, y se ha
apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también
ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. 34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He
pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal,
yo me volveré. 35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que
yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.
36 Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite
de Arnón, que está al extremo de su territorio. 37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte?
¿Por qué no has venido a mí? ¿No puedo yo honrarte? 38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he
venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa
hablaré. 39 Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot. 40 Y Balac hizo matar bueyes y
ovejas, y envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él.
Balaam bendice a Israel
41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más
cercanos del pueblo.
NÚMEROS 23
1 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete
carneros. 2 Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero
en cada altar. 3 Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá Jehová me
vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te avisaré. Y se fue a un monte
descubierto. 4 Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en
cada altar he ofrecido un becerro y un carnero. 5 Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y
le dijo: Vuelve a Balac, y dile así. 6 Y volvió a él, y he aquí estaba él junto a su holocausto, él y
todos los príncipes de Moab. 7 Y él tomó su parábola, y dijo:
De Aram me trajo Balac,
Rey de Moab, de los montes del oriente;
Ven, maldíceme a Jacob,
Y ven, execra a Israel.
8 ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré,
Y desde los collados lo miraré;
He aquí un pueblo que habitará confiado,
Y no será contado entre las naciones.
10 ¿Quién contará el polvo de Jacob,
O el número de la cuarta parte de Israel?
Muera yo la muerte de los rectos,
Y mi postrimería sea como la suya.
11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te he traído para que maldigas a mis
enemigos, y he aquí has proferido bendiciones. 12 El respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir lo que
Jehová ponga en mi boca?
13 Y dijo Balac: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual los veas; solamente los
más cercanos verás, y no los verás todos; y desde allí me los maldecirás. 14 Y lo llevó al campo de
Zofim, a la cumbre de Pisga, y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada
altar. 15 Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios
allí. 16 Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a
Balac, y dile así. 17 Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los
príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová? 18 Entonces él tomó su parábola, y dijo:
Balac, levántate y oye;
Escucha mis palabras, hijo de Zipor:
19 Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
20 He aquí, he recibido orden de bendecir;
El dio bendición, y no podré revocarla.
21 No ha notado iniquidad en Jacob,
Ni ha visto perversidad en Israel.
Jehová su Dios está con él,
Y júbilo de rey en él.
22 Dios los ha sacado de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
23 Porque contra Jacob no hay agüero,
Ni adivinación contra Israel.
Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel:
¡Lo que ha hecho Dios!
24 He aquí el pueblo que como león se levantará,
Y como león se erguirá;
No se echará hasta que devore la presa,
Y beba la sangre de los muertos.
25 Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas. 26 Balaam
respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?
27 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien
a Dios que desde allí me lo maldigas. 28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira
hacia el desierto. 29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame
aquí siete becerros y siete carneros. 30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y
un carnero en cada altar.
NÚMEROS 24
1 Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera
y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto; 2 y alzando sus ojos,
vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él. 3 Entonces tomó su
parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Y dijo el varón de ojos abiertos;
4 Dijo el que oyó los dichos de Dios,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
Tus habitaciones, oh Israel!
6 Como arroyos están extendidas,
Como huertos junto al río,
Como áloes plantados por Jehová,
Como cedros junto a las aguas.
7 De sus manos destilarán aguas,
Y su descendencia será en muchas aguas;
Enaltecerá su rey más que Agag,
Y su reino será engrandecido.
8 Dios lo sacó de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
Devorará a las naciones enemigas,
Desmenuzará sus huesos,
Y las traspasará con sus saetas.
9 Se encorvará para echarse como león,
Y como leona; ¿quién lo despertará?
Benditos los que te bendijeren,
Y malditos los que te maldijeren.
Profecía de Balaam
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para
maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces. 11 Ahora huye
a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra. 12 Y Balaam le
respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo: 13 Si Balac me
diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena
ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo? 14 He aquí, yo me voy ahora a mi
pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.
15 Y tomó su parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Dijo el varón de ojos abiertos;
16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová,
Y el que sabe la ciencia del Altísimo,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
17 Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca;
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel,
Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos los hijos de Set.
18 Será tomada Edom,
Será también tomada Seir por sus enemigos,
E Israel se portará varonilmente.
19 De Jacob saldrá el dominador,
Y destruirá lo que quedare de la ciudad.
20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo:
Amalec, cabeza de naciones;
Mas al fin perecerá para siempre.
21 Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo:
Fuerte es tu habitación;
Pon en la peña tu nido;
22 Porque el ceneo será echado,
Cuando Asiria te llevará cautivo.
23 Tomó su parábola otra vez, y dijo:
¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?
24 Vendrán naves de la costa de Quitim,
Y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber;
Mas él también perecerá para siempre.
25 Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino.
Israel acude a Baal-peor
NÚMEROS 25
1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, 2 las cuales
invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.
3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. 4 Y Jehová dijo
a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el
ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel. 5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel:
Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.
6 Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de
Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del
tabernáculo de reunión. 7 Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó
de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; 8 y fue tras el varón de Israel a la
tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad
de los hijos de Israel. 9 Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón,
ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he
consumido en mi celo a los hijos de Israel. 12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de
paz con él; 13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por
cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.
14 Y el nombre del varón que fue muerto con la madianita era Zimri hijo de Salu, jefe de una
familia de la tribu de Simeón. 15 Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de Zur,
príncipe de pueblos, padre de familia en Madián.
16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Hostigad a los madianitas, y heridlos, 18 por cuanto
ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor, y
en lo tocante a Cozbi hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la
mortandad por causa de Baal-peor.
Censo del pueblo en Moab
NÚMEROS 26
1 Aconteció después de la mortandad, que Jehová habló a Moisés y a Eleazar hijo del sacerdote
Aarón, diciendo: 2 Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años
arriba, por las casas de sus padres, todos los que pueden salir a la guerra en Israel. 3 Y Moisés y
el sacerdote Eleazar hablaron con ellos en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó,
diciendo: 4 Contaréis el pueblo de veinte años arriba, como mandó Jehová a Moisés y a los hijos
de Israel que habían salido de tierra de Egipto.
5 Rubén, primogénito de Israel; los hijos de Rubén: de Enoc, la familia de los enoquitas; de Falú,
la familia de los faluitas; 6 de Hezrón, la familia de los hezronitas; de Carmi, la familia de los
carmitas. 7 Estas son las familias de los rubenitas; y fueron contados de ellas cuarenta y tres mil
setecientos treinta. 8 Los hijos de Falú: Eliab. 9 Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram.
Estos Datán y Abiram fueron los del consejo de la congregación, que se rebelaron contra Moisés y
Aarón con el grupo de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová; 10 y la tierra abrió su boca y los
tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos
cincuenta varones, para servir de escarmiento. 11 Mas los hijos de Coré no murieron.
12 Los hijos de Simeón por sus familias: de Nemuel, la familia de los nemuelitas; de Jamín, la
familia de los jaminitas; de Jaquín, la familia de los jaquinitas; 13 de Zera, la familia de los
zeraítas; de Saúl, la familia de los saulitas. 14 Estas son las familias de los simeonitas, veintidós
mil doscientos.
15 Los hijos de Gad por sus familias: de Zefón, la familia de los zefonitas; de Hagui, la familia de
los haguitas; de Suni, la familia de los sunitas; 16 de Ozni, la familia de los oznitas; de Eri, la
familia de los eritas; 17 de Arod, la familia de los aroditas; de Areli, la familia de los arelitas.
18 Estas son las familias de Gad; y fueron contados de ellas cuarenta mil quinientos.
19 Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán murieron en la tierra de Canaán. 20 Y fueron los
hijos de Judá por sus familias: de Sela, la familia de los selaítas; de Fares, la familia de los
faresitas; de Zera, la familia de los zeraítas. 21 Y fueron los hijos de Fares: de Hezrón, la familia
de los hezronitas; de Hamul, la familia de los hamulitas. 22 Estas son las familias de Judá, y
fueron contados de ellas setenta y seis mil quinientos.
23 Los hijos de Isacar por sus familias; de Tola, la familia de los tolaítas; de Fúa, la familia de los
funitas; 24 de Jasub, la familia de los jasubitas; de Simrón, la familia de los simronitas. 25 Estas
son las familias de Isacar, y fueron contados de ellas sesenta y cuatro mil trescientos.
26 Los hijos de Zabulón por sus familias: de Sered, la familia de los sereditas; de Elón, la familia
de los elonitas; de Jahleel, la familia de los jahleelitas. 27 Estas son las familias de los
zabulonitas, y fueron contados de ellas sesenta mil quinientos.
28 Los hijos de José por sus familias: Manasés y Efraín. 29 Los hijos de Manasés: de Maquir, la
familia de los maquiritas; y Maquir engendró a Galaad; de Galaad, la familia de los galaaditas.
30 Estos son los hijos de Galaad: de Jezer, la familia de los jezeritas; de Helec, la familia de los
helequitas; 31 de Asriel, la familia de los asrielitas; de Siquem, la familia de los siquemitas; 32 de
Semida, la familia de los semidaítas; de Hefer, la familia de los heferitas. 33 Y Zelofehad hijo de
Hefer no tuvo hijos sino hijas; y los nombres de las hijas de Zelofehad fueron Maala, Noa, Hogla,
Milca y Tirsa. 34 Estas son las familias de Manasés; y fueron contados de ellas cincuenta y dos
mil setecientos.
35 Estos son los hijos de Efraín por sus familias: de Sutela, la familia de los sutelaítas; de Bequer,
la familia de los bequeritas; de Tahán, la familia de los tahanitas. 36 Y estos son los hijos de
Sutela: de Erán, la familia de los eranitas. 37 Estas son las familias de los hijos de Efraín; y
fueron contados de ellas treinta y dos mil quinientos. Estos son los hijos de José por sus familias.
38 Los hijos de Benjamín por sus familias: de Bela, la familia de los belaítas; de Asbel, la familia
de los asbelitas; de Ahiram, la familia de los ahiramitas; 39 de Sufam, la familia de los sufamitas;
de Hufam, la familia de los hufamitas. 40 Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: de Ard, la
familia de los arditas; de Naamán, la familia de los naamitas. 41 Estos son los hijos de Benjamín
por sus familias; y fueron contados de ellos cuarenta y cinco mil seiscientos.
42 Estos son los hijos de Dan por sus familias: de Súham, la familia de los suhamitas. Estas son
las familias de Dan por sus familias. 43 De las familias de los suhamitas fueron contados sesenta
y cuatro mil cuatrocientos.
44 Los hijos de Aser por sus familias: de Imna, la familia de los imnitas; de Isúi, la familia de los
isuitas; de Bería, la familia de los beriaítas. 45 Los hijos de Bería: de Heber, la familia de los
heberitas; de Malquiel, la familia de los malquielitas. 46 Y el nombre de la hija de Aser fue Sera.
47 Estas son las familias de los hijos de Aser; y fueron contados de ellas cincuenta y tres mil
cuatrocientos.
48 Los hijos de Neftalí, por sus familias: de Jahzeel, la familia de los jahzeelitas; de Guni, la
familia de los gunitas; 49 de Jezer, la familia de los jezeritas; de Silem, la familia de los silemitas.
50 Estas son las familias de Neftalí por sus familias; y fueron contados de ellas cuarenta y cinco
mil cuatrocientos.
51 Estos son los contados de los hijos de Israel, seiscientos un mil setecientos treinta.
Orden para la repartición de la tierra
52 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 53 A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta
de los nombres. 54 A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará
su heredad conforme a sus contados. 55 Pero la tierra será repartida por suerte; y por los
nombres de las tribus de sus padres heredarán. 56 Conforme a la suerte será repartida su
heredad entre el grande y el pequeño.
Censo de la tribu de Leví
57 Los contados de los levitas por sus familias son estos: de Gersón, la familia de los gersonitas;
de Coat, la familia de los coatitas; de Merari, la familia de los meraritas. 58 Estas son las familias
de los levitas: la familia de los libnitas, la familia de los hebronitas, la familia de los mahlitas, la
familia de los musitas, la familia de los coreítas. Y Coat engendró a Amram. 59 La mujer de
Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a
Aarón y a Moisés, y a María su hermana. 60 Y a Aarón le nacieron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
61 Pero Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová. 62 De los
levitas fueron contados veintitrés mil, todos varones de un mes arriba; porque no fueron contados
entre los hijos de Israel, por cuanto no les había de ser dada heredad entre los hijos de Israel.
Caleb y Josué sobreviven
63 Estos son los contados por Moisés y el sacerdote Eleazar, los cuales contaron los hijos de Israel
en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó. 64 Y entre éstos ninguno hubo de los
contados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de
Sinaí. 65 Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos,
sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
Petición de las hijas de Zelofehad
NÚMEROS 27
1 Vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés,
de las familias de Manasés hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, Noa, Hogla, Milca
y Tirsa; 2 y se presentaron delante de Moisés y delante del sacerdote Eleazar, y delante de los
príncipes y de toda la congregación, a la puerta del tabernáculo de reunión, y dijeron: 3 Nuestro
padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de los que se juntaron contra Jehová en
el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, y no tuvo hijos. 4 ¿Por qué será quitado el
nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los
hermanos de nuestro padre.
5 Y Moisés llevó su causa delante de Jehová. 6 Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: 7 Bien
dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su
padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas. 8 Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo:
Cuando alguno muriere sin hijos, traspasaréis su herencia a su hija. 9 Si no tuviere hija, daréis su
herencia a sus hermanos; 10 y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su
padre. 11 Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia a su pariente más cercano de su
linaje, y de éste será; y para los hijos de Israel esto será por estatuto de derecho, como Jehová
mandó a Moisés.
Josué es designado como sucesor de Moisés
12 Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de
Israel. 13 Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu
hermano Aarón. 14 Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la
congregación, no santificándome en las aguas a ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de
Cades en el desierto de Zin. 15 Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo: 16 Ponga Jehová,
Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, 17 que salga delante de ellos
y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová
no sea como ovejas sin pastor. 18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el
cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; 19 y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y
delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos. 20 Y pondrás de tu
dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca. 21 El se
pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová;
por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda
la congregación. 22 Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso
delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; 23 y puso sobre él sus manos, y le dio el
cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés.
Las ofrendas diarias
(Ex. 29.38-46)
NÚMEROS 28
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda, mi pan con
mis ofrendas encendidas en olor grato a mí, guardaréis, ofreciéndomelo a su tiempo. 3 Y les
dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos corderos sin tacha de un año,
cada día, será el holocausto continuo. 4 Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero
ofrecerás a la caída de la tarde; 5 y la décima parte de un efa de flor de harina, amasada con un
cuarto de un hin de aceite de olivas machacadas, en ofrenda. 6 Es holocausto continuo, que fue
ordenado en el monte Sinaí para olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 7 Y su libación, la cuarta
parte de un hin con cada cordero; derramarás libación de vino superior ante Jehová en el
santuario. 8 Y ofrecerás el segundo cordero a la caída de la tarde; conforme a la ofrenda de la
mañana y conforme a su libación ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato a Jehová.
Ofrendas mensuales y del día de reposo
9 Mas el día de reposo, dos corderos de un año sin defecto, y dos décimas de flor de harina
amasada con aceite, como ofrenda, con su libación. 10 Es el holocausto de cada día de reposo,
además del holocausto continuo y su libación.
11 Al comienzo de vuestros meses ofreceréis en holocausto a Jehová dos becerros de la vacada,
un carnero, y siete corderos de un año sin defecto; 12 y tres décimas de flor de harina amasada
con aceite, como ofrenda con cada becerro; y dos décimas de flor de harina amasada con aceite,
como ofrenda con cada carnero; 13 y una décima de flor de harina amasada con aceite, en
ofrenda que se ofrecerá con cada cordero; holocausto de olor grato, ofrenda encendida a Jehová.
14 Y sus libaciones de vino, medio hin con cada becerro, y la tercera parte de un hin con cada
carnero, y la cuarta parte de un hin con cada cordero. Este es el holocausto de cada mes por todos
los meses del año. 15 Y un macho cabrío en expiación se ofrecerá a Jehová, además del
holocausto continuo con su libación.
Ofrendas de las fiestas solemnes
(Lv. 23.1-44)
16 Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, será la pascua de Jehová. 17 Y a los quince
días de este mes, la fiesta solemne; por siete días se comerán panes sin levadura. 18 El primer día
será santa convocación; ninguna obra de siervos haréis. 19 Y ofreceréis como ofrenda encendida
en holocausto a Jehová, dos becerros de la vacada, y un carnero, y siete corderos de un año; serán
sin defecto. 20 Y su ofrenda de harina amasada con aceite: tres décimas con cada becerro, y dos
décimas con cada carnero; 21 y con cada uno de los siete corderos ofreceréis una décima. 22 Y un
macho cabrío por expiación, para reconciliaros. 23 Esto ofreceréis además del holocausto de la
mañana, que es el holocausto continuo. 24 Conforme a esto ofreceréis cada uno de los siete días,
vianda y ofrenda encendida en olor grato a Jehová; se ofrecerá además del holocausto continuo,
con su libación. 25 Y el séptimo día tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis.
26 Además, el día de las primicias, cuando presentéis ofrenda nueva a Jehová en vuestras
semanas, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis. 27 Y ofreceréis en
holocausto, en olor grato a Jehová, dos becerros de la vacada, un carnero, siete corderos de un
año; 28 y la ofrenda de ellos, flor de harina amasada con aceite, tres décimas con cada becerro,
dos décimas con cada carnero, 29 y con cada uno de los siete corderos una décima; 30 y un macho
cabrío para hacer expiación por vosotros. 31 Los ofreceréis, además del holocausto continuo con
sus ofrendas, y sus libaciones; serán sin defecto.
NÚMEROS 29
1 En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos
haréis; os será día de sonar las trompetas. 2 Y ofreceréis holocausto en olor grato a Jehová, un
becerro de la vacada, un carnero, siete corderos de un año sin defecto; 3 y la ofrenda de ellos, de
flor de harina amasada con aceite, tres décimas de efa con cada becerro, dos décimas con cada
carnero, 4 y con cada uno de los siete corderos, una décima; 5 y un macho cabrío por expiación,
para reconciliaros, 6 además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto continuo y su
ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como ofrenda encendida a Jehová en olor grato.
7 En el diez de este mes séptimo tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas; ninguna
obra haréis; 8 y ofreceréis en holocausto a Jehová en olor grato, un becerro de la vacada, un
carnero, y siete corderos de un año; serán sin defecto. 9 Y sus ofrendas, flor de harina amasada
con aceite, tres décimas de efa con cada becerro, dos décimas con cada carnero, 10 y con cada
uno de los siete corderos, una décima; 11 y un macho cabrío por expiación; además de la ofrenda
de las expiaciones por el pecado, y del holocausto continuo y de sus ofrendas y de sus libaciones.
12 También a los quince días del mes séptimo tendréis santa convocación; ninguna obra de
siervos haréis, y celebraréis fiesta solemne a Jehová por siete días. 13 Y ofreceréis en holocausto,
en ofrenda encendida a Jehová en olor grato, trece becerros de la vacada, dos carneros, y catorce
corderos de un año; han de ser sin defecto. 14 Y las ofrendas de ellos, de flor de harina amasada
con aceite, tres décimas de efa con cada uno de los trece becerros, dos décimas con cada uno de
los dos carneros, 15 y con cada uno de los catorce corderos, una décima; 16 y un macho cabrío
por expiación, además del holocausto continuo, su ofrenda y su libación.
17 El segundo día, doce becerros de la vacada, dos carneros, catorce corderos de un año sin
defecto, 18 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos,
según el número de ellos, conforme a la ley; 19 y un macho cabrío por expiación; además del
holocausto continuo, y su ofrenda y su libación.
20 El día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 21 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 22 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
y su ofrenda y su libación.
23 El cuarto día, diez becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 24 sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 25 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo,
su ofrenda y su libación.
26 El quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 27 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 28 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
su ofrenda y su libación.
29 El sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 30 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 31 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
su ofrenda y su libación.
32 El séptimo día, siete becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 33 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 34 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
con su ofrenda y su libación.
35 El octavo día tendréis solemnidad; ninguna obra de siervos haréis. 36 Y ofreceréis en
holocausto, en ofrenda encendida de olor grato a Jehová, un becerro, un carnero, siete corderos
de un año sin defecto; 37 sus ofrendas y sus libaciones con el becerro, con el carnero y con los
corderos, según el número de ellos, conforme a la ley; 38 y un macho cabrío por expiación,
además del holocausto continuo, con su ofrenda y su libación.
39 Estas cosas ofreceréis a Jehová en vuestras fiestas solemnes, además de vuestros votos, y de
vuestras ofrendas voluntarias, para vuestros holocaustos, y para vuestras ofrendas, y para
vuestras libaciones, y para vuestras ofrendas de paz.
40 Y Moisés dijo a los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehová le había mandado.
Ley de los votos
NÚMEROS 30
1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová
ha mandado. 2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con
obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca. 3 Mas la
mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su
juventud; 4 si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a
ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme
será. 5 Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella
hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó.
6 Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma;
7 si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la
obligación con que ligó su alma, firme será. 8 Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces
el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la
perdonará. 9 Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme. 10 Y si
hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento,
11 si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda
obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. 12 Mas si su marido los anuló el día que los
oyó, todo lo que salió de sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su alma, será
nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará. 13 Todo voto, y todo juramento obligándose a
afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. 14 Pero si su marido callare a
ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella;
los confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó. 15 Mas si los anulare después de haberlos
oído, entonces él llevará el pecado de ella.
16 Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y su mujer, y entre el
padre y su hija durante su juventud en casa de su padre.
Venganza de Israel contra Madián
NÚMEROS 31
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas;
después serás recogido a tu pueblo. 3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos
de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián.
4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis a la guerra. 5 Así fueron
dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra. 6 Y Moisés los envió
a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra con los
vasos del santuario, y con las trompetas en su mano para tocar. 7 Y pelearon contra Madián, como
Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón. 8 Mataron también, entre los muertos de ellos,
a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam
hijo de Beor mataron a espada. 9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los
madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes,
10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones. 11 Y tomaron todo el despojo, y todo
el botín, así de hombres como de bestias. 12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la
congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín y los despojos al campamento, en los
llanos de Moab, que están junto al Jordán frente a Jericó.
13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos
fuera del campamento. 14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de
millares y de centenas que volvían de la guerra, 15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con
vida a todas las mujeres? 16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de
Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la
congregación de Jehová. 17 Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad
también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente. 18 Pero a todas las niñas entre las
mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida. 19 Y vosotros, cualquiera que haya
dado muerte a persona, y cualquiera que haya tocado muerto, permaneced fuera del campamento
siete días, y os purificaréis al tercer día y al séptimo, vosotros y vuestros cautivos. 20 Asimismo
purificaréis todo vestido, y toda prenda de pieles, y toda obra de pelo de cabra, y todo utensilio de
madera.
Repartición del botín
21 Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que venían de la guerra: Esta es la
ordenanza de la ley que Jehová ha mandado a Moisés: 22 Ciertamente el oro y la plata, el bronce,
hierro, estaño y plomo, 23 todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio,
bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y haréis pasar por agua todo lo que no
resiste el fuego. 24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y
después entraréis en el campamento.
25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 26 Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así de las
personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y los jefes de los padres de la
congregación; 27 y partirás por mitades el botín entre los que pelearon, los que salieron a la
guerra, y toda la congregación. 28 Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra
que salieron a la guerra; de quinientos, uno, así de las personas como de los bueyes, de los asnos y
de las ovejas. 29 De la mitad de ellos lo tomarás; y darás al sacerdote Eleazar la ofrenda de
Jehová. 30 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno de cada cincuenta de las
personas, de los bueyes, de los asnos, de las ovejas y de todo animal, y los darás a los levitas, que
tienen la guarda del tabernáculo de Jehová. 31 E hicieron Moisés y el sacerdote Eleazar como
Jehová mandó a Moisés.
32 Y fue el botín, el resto del botín que tomaron los hombres de guerra, seiscientas setenta y
cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil bueyes, 34 y sesenta y un mil asnos. 35 En cuanto a
personas, de mujeres que no habían conocido varón, eran por todas treinta y dos mil. 36 Y la
mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el número de trescientas treinta y siete
mil quinientas ovejas; 37 y el tributo de las ovejas para Jehová fue seiscientas setenta y cinco.
38 De los bueyes, treinta y seis mil; y de ellos el tributo para Jehová, setenta y dos. 39 De los
asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo para Jehová, sesenta y uno. 40 Y de las
personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas. 41 Y dio Moisés
el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés.
42 Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los hombres que habían ido a la
guerra 43 (la mitad para la congregación fue: de las ovejas, trescientas treinta y siete mil
quinientas; 44 de los bueyes, treinta y seis mil; 45 de los asnos, treinta mil quinientos; 46 y de las
personas, dieciséis mil); 47 de la mitad, pues, para los hijos de Israel, tomó Moisés uno de cada
cincuenta, así de las personas como de los animales, y los dio a los levitas, que tenían la guarda
del tabernáculo de Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
48 Vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de millares y de
centenas, 49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra que
están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros. 50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová
ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y
cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová. 51 Y Moisés y el sacerdote
Eleazar recibieron el oro de ellos, alhajas, todas elaboradas. 52 Y todo el oro de la ofrenda que
ofrecieron a Jehová los jefes de millares y de centenas fue dieciséis mil setecientos cincuenta
siclos. 53 Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí. 54 Recibieron, pues,
Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al
tabernáculo de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante de Jehová.
Rubén y Gad se establecen al oriente del Jordán
(Dt. 3.12-22)
NÚMEROS 32
1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y
vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. 2 Vinieron, pues, los
hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de
la congregación, diciendo: 3 Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón,
4 la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos
tienen ganado. 5 Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en
heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.
6 Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la
guerra, y vosotros os quedaréis aquí? 7 ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no
pasen a la tierra que les ha dado Jehová? 8 Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde
Cades- barnea para que viesen la tierra. 9 Subieron hasta el torrente de Escol, y después que
vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les
había dado. 10 Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: 11 No verán los varones
que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham,
Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; 12 excepto Caleb hijo de Jefone
cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová. 13 Y la ira de Jehová se
encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue
acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová. 14 Y he aquí, vosotros
habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún a la
ira de Jehová contra Israel. 15 Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el
desierto, y destruiréis a todo este pueblo.
16 Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y
ciudades para nuestros niños; 17 y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de
los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades
fortificadas a causa de los moradores del país. 18 No volveremos a nuestras casas hasta que los
hijos de Israel posean cada uno su heredad. 19 Porque no tomaremos heredad con ellos al otro
lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán
al oriente. 20 Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de
Jehová a la guerra, 21 y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que
haya echado a sus enemigos de delante de sí, 22 y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego
volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en
heredad delante de Jehová. 23 Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y
sabed que vuestro pecado os alcanzará. 24 Edificaos ciudades para vuestros niños, y majadas
para vuestras ovejas, y haced lo que ha declarado vuestra boca. 25 Y hablaron los hijos de Gad y
los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado. 26 Nuestros
niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades de
Galaad; 27 y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de
la manera que mi señor dice.
28 Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes
de los padres de las tribus de los hijos de Israel. 29 Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los
hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos para la guerra delante de Jehová,
luego que el país sea sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión;
30 mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la tierra
de Canaán. 31 Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo: Haremos lo que
Jehová ha dicho a tus siervos. 32 Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de
Canaán, y la posesión de nuestra heredad será a este lado del Jordán.
33 Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de
José, el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y
sus territorios, las ciudades del país alrededor. 34 Y los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot,
Aroer, 35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha, 36 Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron
también majadas para ovejas. 37 Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim,
38 Nebo, Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que
edificaron. 39 Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al
amorreo que estaba en ella. 40 Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en
ella. 41 También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.
42 Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.
Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán
NÚMEROS 33
1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos,
bajo el mando de Moisés y Aarón. 2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por
mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas. 3 De Ramesés
salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua
salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios, 4 mientras
enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo
primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.
5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot. 6 Salieron de Sucot y
acamparon en Etam, que está al confín del desierto. 7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pihahirot,
que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol. 8 Salieron de Pi-hahirot
y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de
Etam, y acamparon en Mara. 9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de
aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí. 10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.
11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin. 12 Salieron del desierto de Sin y
acamparon en Dofca. 13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús. 14 Salieron de Alús y
acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber. 15 Salieron de Refidim y
acamparon en el desierto de Sinaí. 16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrothataava.
17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot. 18 Salieron de Hazerot y
acamparon en Ritma. 19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres. 20 Salieron de Rimónperes
y acamparon en Libna. 21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa. 22 Salieron de Rissa y
acamparon en Ceelata. 23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer. 24 Salieron del
monte de Sefer y acamparon en Harada. 25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.
26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat. 27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.
28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca. 29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.
30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot. 31 Salieron de Moserot y acamparon en Benejaacán.
32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad. 33 Salieron del monte de
Gidgad y acamparon en Jotbata. 34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35 Salieron de
Abrona y acamparon en Ezión-geber. 36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de
Zin, que es Cades. 37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del
país de Edom.
38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los
cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el
primero del mes. 39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de
Hor.
40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían
venido los hijos de Israel.
41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona. 42 Salieron de Zalmona y acamparon en
Punón. 43 Salieron de Punón y acamparon en Obot. 44 Salieron de Obot y acamparon en Ijeabarim,
en la frontera de Moab. 45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad. 46 Salieron
de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim. 47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en
los montes de Abarim, delante de Nebo. 48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los
campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 49 Finalmente acamparon junto al Jordán,
desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.
Límites y repartición de Canaán
50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:
51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de
Canaán, 52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus
ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; 53 y
echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea
vuestra propiedad. 54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis
mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la
tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis. 55 Y si no echareis a los moradores
del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en
vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros
habitareis. 56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.
NÚMEROS 34
1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado
en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de Canaán según
sus límites, 3 tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el
límite del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. 4 Este límite os irá rodeando desde el
sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y se extenderá del sur a Cades- barnea; y
continuará a Hasar-adar, y pasará hasta Asmón. 5 Rodeará este límite desde Asmón hasta el
torrente de Egipto, y sus remates serán al occidente.
6 Y el límite occidental será el Mar Grande; este límite será el límite occidental.
7 El límite del norte será este: desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. 8 Del monte de
Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad; 9 y seguirá este límite
hasta Zifrón, y terminará en Hazar- enán; este será el límite del norte.
10 Por límite al oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam; 11 y bajará este límite desde
Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al
oriente. 12 Después descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar Salado: esta será
vuestra tierra por sus límites alrededor.
13 Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en
heredades por sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la media tribu;
14 porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y la tribu de los hijos de
Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han tomado su heredad. 15 Dos
tribus y media tomaron su heredad a este lado del Jordán frente a Jericó al oriente, al nacimiento
del sol.
16 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán
la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun. 18 Tomaréis también de cada tribu un
príncipe, para dar la posesión de la tierra. 19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu
de Judá, Caleb hijo de Jefone. 20 De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud. 21 De
la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. 22 De la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui
hijo de Jogli. 23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo
de Efod, 24 y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de Siftán. 25 De la tribu de
los hijos de Zabulón, el príncipe Elizafán hijo de Parnac. 26 De la tribu de los hijos de Isacar, el
príncipe Paltiel hijo de Azán. 27 De la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.
28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud. 29 A éstos mandó Jehová
que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.
Herencia de los levitas
NÚMEROS 35
1 Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:
2 Manda a los hijos de Israel que den a los levitas, de la posesión de su heredad, ciudades en que
habiten; también daréis a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas. 3 Y tendrán
ellos las ciudades para habitar, y los ejidos de ellas serán para sus animales, para sus ganados y
para todas sus bestias. 4 Y los ejidos de las ciudades que daréis a los levitas serán mil codos
alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera. 5 Luego mediréis fuera de la ciudad al lado del
oriente dos mil codos, al lado del sur dos mil codos, al lado del occidente dos mil codos, y al lado
del norte dos mil codos, y la ciudad estará en medio; esto tendrán por los ejidos de las ciudades.
6 Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para
que el homicida se refugie allá; y además de éstas daréis cuarenta y dos ciudades. 7 Todas las
ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 8 Y en cuanto a
las ciudades que diereis de la heredad de los hijos de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho,
y del que tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión
que heredará.
Ciudades de refugio
(Dt. 19.1-13)
9 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado
al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán, 11 os señalaréis ciudades, ciudades de refugio
tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención. 12 Y os serán
aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y no morirá el homicida hasta que entre en juicio
delante de la congregación. 13 De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de
refugio. 14 Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, y tres ciudades daréis en la tierra de
Canaán, las cuales serán ciudades de refugio. 15 Estas seis ciudades serán de refugio para los
hijos de Israel, y para el extranjero y el que more entre ellos, para que huya allá cualquiera que
hiriere de muerte a otro sin intención.
16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 17 Y si con
piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá.
18 Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida
es; el homicida morirá. 19 El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo
encontrare, él lo matará. 20 Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y
muere; 21 o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el
vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare.
22 Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin
asechanzas, 23 o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, y muriere, y él
no era su enemigo, ni procuraba su mal; 24 entonces la congregación juzgará entre el que causó la
muerte y el vengador de la sangre conforme a estas leyes; 25 y la congregación librará al
homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de
refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el
cual fue ungido con el aceite santo. 26 Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad
de refugio, en la cual se refugió, 27 y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la
ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello;
28 pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y
después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión.
Ley sobre los testigos y sobre el rescate
29 Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades, en todas vuestras
habitaciones. 30 Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida;
mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera. 31 Y no tomaréis precio por la
vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá. 32 Ni tampoco
tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta
que muera el sumo sacerdote. 33 Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta
sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella,
sino por la sangre del que la derramó. 34 No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio
de la cual yo habito; porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel.
Ley del casamiento de las herederas
NÚMEROS 36
1 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de
las familias de los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y de los príncipes, jefes de las
casas paternas de los hijos de Israel, 2 y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la
tierra a los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor, que dé la
posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas. 3 Y si ellas se casaren con algunos de los hijos
de las otras tribus de los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de la herencia de
nuestros padres, y será añadida a la herencia de la tribu a que se unan; y será quitada de la
porción de nuestra heredad. 4 Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de
ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; así la heredad de ellas será quitada de
la heredad de la tribu de nuestros padres.
5 Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los
hijos de José habla rectamente. 6 Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de
Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se
casarán, 7 para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque
cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres. 8 Y cualquiera
hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de Israel, con alguno de la familia de la tribu de
su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres, 9 y no
ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos de Israel
estará ligada a su heredad.
10 Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad. 11 Y así Maala, Tirsa,
Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos de sus tíos paternos. 12 Se casaron en
la familia de los hijos de Manasés, hijo de José; y la heredad de ellas quedó en la tribu de la
familia de su padre.
13 Estos son los mandamientos y los estatutos que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos
de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
Libro Quinto de Moisés
DEUTERONOMIO
Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb
DEUTERONOMIO 1
1 Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el
Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2 Once jornadas hay
desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. 3 Y aconteció que a los cuarenta
años, en el mes undécimo, el primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas
las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos, 4 después que derrotó a Sehón rey de los
amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán que habitaba en Astarot en Edrei.
5 De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: 6 Jehová
nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte.
7 Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los
valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran
río, el río Eufrates. 8 Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová
juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después
de ellos.
Nombramiento de jueces
(Ex. 18.13-27)
9 En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros. 10 Jehová vuestro Dios os ha
multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud. 11 ¡Jehová Dios
de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha
prometido! 12 ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos?
13 Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que
yo los ponga por vuestros jefes. 14 Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.
15 Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes
sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras
tribus. 16 Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad
justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero. 17 No hagáis distinción de persona en
el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es
de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré. 18 Os mandé, pues, en aquel
tiempo, todo lo que habíais de hacer.
Misión de los doce espías
(Nm. 13.1-33)
19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el
camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades
barnea. 20 Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios
nos da. 21 Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como
Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. 22 Y vinisteis a mí todos
vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su
regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos
de llegar. 23 Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un varón por
cada tribu. 24 Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y
reconocieron la tierra. 25 Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos
dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da. 26 Sin embargo, no
quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; 27 y murmurasteis en
vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para
entregarnos en manos del amorreo para destruirnos. 28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos
han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las
ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.
29 Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. 30 Jehová vuestro Dios, el cual va
delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en
Egipto delante de vuestros ojos. 31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído,
como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
32 Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios, 33 quien iba delante de vosotros por el
camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros
el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.
Dios castiga a Israel
(Nm. 14.20-35)
34 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: 35 No verá hombre
alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros
padres, 36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos;
porque ha seguido fielmente a Jehová. 37 También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me
dijo: Tampoco tú entrarás allá. 38 Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale,
porque él la hará heredar a Israel. 39 Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de
botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y
ellos la heredarán. 40 Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.
La derrota en Horma
(Nm. 14.39-45)
41 Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y
pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada
uno con sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte. 42 Y Jehová me dijo: Diles:
No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros
enemigos. 43 Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y
persistiendo con altivez subisteis al monte. 44 Pero salió a vuestro encuentro el amorreo, que
habitaba en aquel monte, y os persiguieron como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta
Horma. 45 Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os
prestó oído. 46 Y estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.
Los años en el desierto
DEUTERONOMIO 2
1 Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho; y
rodeamos el monte de Seir por mucho tiempo. 2 Y Jehová me habló, diciendo: 3 Bastante habéis
rodeado este monte; volveos al norte. 4 Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el
territorio de vuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de
vosotros; mas vosotros guardaos mucho. 5 No os metáis con ellos, porque no os daré de su tierra
ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.
6 Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el
agua, y beberéis; 7 pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que
andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha
faltado. 8 Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en
Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del
desierto de Moab.
9 Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré
posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot. 10 (Los emitas
habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. 11 Por gigantes
eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas. 12 Y en Seir
habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los arrojaron de su presencia,
y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra que les dio Jehová por posesión.)
13 Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. 14 Y los días que
anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años;
hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento,
como Jehová les había jurado. 15 Y también la mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos
de en medio del campamento, hasta acabarlos.
16 Y aconteció que después que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,
17 Jehová me habló, diciendo: 18 Tú pasarás hoy el territorio de Moab, a Ar. 19 Y cuando te
acerques a los hijos de Amón, no los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te daré posesión
de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad. 20 (Por tierra de
gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los
amonitas llamaban zomzomeos; 21 pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a
los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquéllos, y habitaron en su
lugar, 22 como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales
destruyó a los horeos; y ellos sucedieron a éstos, y habitaron en su lugar hasta hoy. 23 Y a los
aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y
habitaron en su lugar.) 24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en
tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y
entra en guerra con él. 25 Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo
de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.
Israel derrota a Sehón
(Nm. 21.21-30)
26 Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón rey de Hesbón con palabras de paz,
diciendo: 27 Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a diestra ni a
siniestra. 28 La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero,
y beberé; solamente pasaré a pie, 29 como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en
Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová
nuestro Dios. 30 Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque
Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano,
como hasta hoy. 31 Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y
a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para que la heredes. 32 Y nos salió Sehón al
encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza. 33 Mas Jehová nuestro Dios lo entregó
delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. 34 Tomamos entonces
todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos
ninguno. 35 Solamente tomamos para nosotros los ganados, y los despojos de las ciudades que
habíamos tomado. 36 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que
está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová
nuestro Dios en nuestro poder. 37 Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni a
todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que
Jehová nuestro Dios había prohibido.
Israel derrota a Og rey de Basán
(Nm. 21.31-35)
DEUTERONOMIO 3
1 Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og rey de Basán para
pelear, él y todo su pueblo, en Edrei. 2 Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu
mano he entregdo a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey
amorreo, que habitaba en Hesbón. 3 Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a
Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos. 4 Y tomamos
entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la
tierra de Argob, del reino de Og en Basán. 5 Todas estas eran ciudades fortificadas con muros
altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 6 Y las destruimos, como
hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. 7 Y
tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades. 8 También tomamos en
aquel tiempo la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, de manos de los dos
reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán. 9 (Los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los
amorreos, Senir.) 10 Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y
Edrei, ciudades del reino de Og en Basán. 11 Porque únicamente Og rey de Basán había quedado
del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La
longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre.
Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán
(Nm. 32.1-42)
12 Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón,
y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas; 13 y el resto
de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los
gigantes, lo di a la media tribu de Manasés. 14 Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob
hasta el límite con Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán- havot-jair, hasta hoy. 15 Y
Galaad se lo di a Maquir. 16 Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad hasta el arroyo de Arnón,
teniendo por límite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de
Amón; 17 también el Arabá, con el Jordán como límite desde Cineret hasta el mar del Arabá, el
Mar Salado, al pie de las laderas del Pisga al oriente.
18 Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero
iréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos los hijos de Israel. 19 Solamente
vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados (yo sé que tenéis mucho ganado), quedarán
en las ciudades que os he dado, 20 hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a
vosotros, y hereden ellos también la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán;
entonces os volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado. 21 Ordené también a Josué en
aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos
reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú. 22 No los temáis; porque Jehová
vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.
No se le permite a Moisés entrar a Canaán
23 Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: 24 Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu
siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga
obras y proezas como las tuyas? 25 Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá
del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26 Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de
vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.
27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus
propios ojos; porque no pasarás el Jordán. 28 Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él
ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. 29 Y paramos en el
valle delante de Bet-peor.
Moisés exhorta a la obediencia
DEUTERONOMIO 4
1 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y
viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. 2 No añadiréis a
la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de
Jehová vuestro Dios que yo os ordene. 3 Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de
Baal- peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio
de ti. 4 Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy. 5 Mirad, yo os
he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio
de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. 6 Guardadlos, pues, y ponedlos por
obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los
cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande
es esta. 7 Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está
Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8 Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y
juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?
La experiencia de Israel en Horeb
9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus
ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus
hijos, y a los hijos de tus hijos. 10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando
Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán,
para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos; 11 y os
acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos
con tinieblas, nube y oscuridad; 12 y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la
voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. 13 Y él os anunció su
pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de
piedra. 14 A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y
juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella.
Advertencia contra la idolatría
15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con
vosotros de en medio del fuego; 16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura,
imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, 17 figura de animal alguno que está en la
tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, 18 figura de ningún animal que se
arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. 19 No sea
que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas
impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los
pueblos debajo de todos los cielos. 20 Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de
hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día. 21 Y Jehová se enojó
contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra
que Jehová tu Dios te da por heredad. 22 Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el
Jordán; mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra. 23 Guardaos, no os olvidéis del
pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de
ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. 24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor,
Dios celoso.
25 Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis
e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová
vuestro Dios, para enojarlo; 26 yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto
pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no
estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. 27 Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y
quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová. 28 Y serviréis allí a
dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni
huelen. 29 Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu
corazón y de toda tu alma. 30 Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si
en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; 31 porque Dios misericordioso
es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.
32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que
creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa
semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. 33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de
Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? 34 ¿O ha intentado Dios
venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con
milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo
que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35 A ti te fue mostrado, para
que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. 36 Desde los cielos te hizo oír su voz,
para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del
fuego. 37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó
de Egipto con su presencia y con su gran poder, 38 para echar de delante de tu presencia
naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como
hoy. 39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y
abajo en la tierra, y no hay otro. 40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te
mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la
tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
Las ciudades de refugio al oriente del Jordán
41 Entonces apartó Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del sol, 42 para que
huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él
nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida: 43 Beser en el desierto, en
tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para
los de Manasés.
Moisés recapitula la promulgación de la ley
44 Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel. 45 Estos son los
testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de
Egipto; 46 a este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los
amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron
de Egipto; 47 y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que
estaban de este lado del Jordán, al oriente. 48 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo
de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón; 49 y todo el Arabá de este lado del Jordán, al
oriente, hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisga.
Los Diez Mandamientos
(Ex. 20.1-17)
DEUTERONOMIO 5
1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy
en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2 Jehová nuestro Dios hizo
pacto con nosotros en Horeb. 3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros
todos los que estamos aquí hoy vivos. 4 Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en
medio del fuego. 5 Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de
Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo:
6 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
7 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la
tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen, 10 y que hago misericordia a millares, a los que me
aman y guardan mis mandamientos.
11 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que
tome su nombre en vano.
12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. 13 Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; 14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra
harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal
tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como
tú. 15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con
mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de
reposo.
16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean
prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
17 No matarás.
18 No cometerás adulterio.
19 No hurtarás.
20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su
siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
El terror del pueblo
(Ex. 20.18-26)
22 Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego,
de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra,
las cuales me dio a mí. 23 Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las
tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, vinisteis a mí, todos los príncipes de vuestras
tribus, y vuestros ancianos, 24 y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria
y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al
hombre, y éste aún vive. 25 Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos
consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos. 26 Porque ¿qué es el
hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la
oímos, y aún viva? 27 Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos
dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.
28 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la
voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho.
29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis
mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! 30 Ve y diles: Volveos a
vuestras tiendas. 31 Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos y estatutos y
decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por
posesión. 32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a
diestra ni a siniestra. 33 Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para
que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
El gran mandamiento
DEUTERONOMIO 6
1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os
enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; 2 para
que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando,
tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. 3 Oye,
pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y
miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus
puertas.
Exhortaciones a la obediencia
10 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11 y casas llenas de todo
bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y
luego que comas y te sacies, 12 cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de
Egipto, de casa de servidumbre. 13 A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su
nombre jurarás. 14 No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en
vuestros contornos; 15 porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se
inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.
16 No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah. 17 Guardad cuidadosamente
los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.
18 Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la
buena tierra que Jehová juró a tus padres; 19 para que él arroje a tus enemigos de delante de ti,
como Jehová ha dicho.
20 Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y
decretos que Jehová nuestro Dios os mandó? 21 entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos
de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa. 22 Jehová hizo señales y
milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros
ojos; 23 y nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres. 24 Y nos
mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para
que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy. 25 Y tendremos
justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro
Dios, como él nos ha mandado.
Advertencias contra la idolatría de Canaán
(Ex. 34.11-17)
DEUTERONOMIO 7
1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya
echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al
ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, 2 y Jehová tu Dios
las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas
alianza, ni tendrás de ellas misericordia. 3 Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo,
ni tomarás a su hija para tu hijo. 4 Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses
ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto. 5 Mas así habéis
de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes
de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Un pueblo santo para Jehová
6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un
pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. 7 No por ser vosotros más
que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más
insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento
que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios,
Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos,
hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se
demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda, por tanto, los mandamientos,
estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.
Bendiciones de la obediencia
(Lv. 26.3-13; Dt. 28.1-14)
12 Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios
guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. 13 Y te amará, te bendecirá y te
multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite,
la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus
ganados. 15 Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú
conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren. 16 Y
consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus
dioses, porque te será tropiezo.
17 Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré
exterminar? 18 no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón
y con todo Egipto; 19 de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de
la mano poderosa y el brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios
con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. 20 También enviará Jehová tu Dios avispas
sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti.
21 No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y
temible. 22 Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás
acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti. 23 Mas
Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que
sean destruidas. 24 El entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de
debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas. 25 Las esculturas de sus dioses
quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no
tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios; 26 y no traerás cosa abominable a tu
casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.
La buena tierra que han de poseer
DEUTERONOMIO 8
1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis
multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.
2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en
el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de
guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná,
comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de
pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 4 Tu vestido
nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. 5 Reconoce
asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.
7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y
de manantiales, que brotan en vegas y montes; 8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y
granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; 9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez,
ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. 10 Y
comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Amonestación de no olvidar a Dios
11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus
estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en
que habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo
lo que tuvieres se aumente; 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te
sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15 que te hizo caminar por un desierto grande y
espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te
sacó agua de la roca del pedernal; 16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus
padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17 y digas en
tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Sino acuérdate de
Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que
juró a tus padres, como en este día. 19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres
en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros,
que de cierto pereceréis. 20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así
pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
Dios destruirá a las naciones de Canaán
DEUTERONOMIO 9
1 Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y
más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; 2 un pueblo grande y alto,
hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá
delante de los hijos de Anac? 3 Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de
ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los
destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho.
4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por
mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones
Jehová las arroja de delante de ti. 5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a
poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de
delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
La rebelión de Israel en Horeb
(Ex. 31.18—32.35)
6 Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla;
porque pueblo duro de cerviz eres tú. 7 Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová
tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este
lugar, habéis sido rebeldes a Jehová. 8 En Horeb provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová
contra vosotros para destruiros. 9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las
tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y
cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua; 10 y me dio Jehová las dos tablas de piedra
escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló
Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. 11 Sucedió al fin de los cuarenta
días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto. 12 Y me
dijo Jehová: Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha
corrompido; pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de
fundición.
13 Y me habló Jehová, diciendo: He observado a ese pueblo, y he aquí que es pueblo duro de
cerviz. 14 Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre
una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos. 15 Y volví y descendí del monte, el cual ardía
en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos. 16 Y miré, y he aquí habíais pecado contra
Jehová vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos pronto del camino
que Jehová os había mandado. 17 Entonces tomé las dos tablas y las arrojé de mis dos manos, y
las quebré delante de vuestros ojos. 18 Y me postré delante de Jehová como antes, cuarenta días y
cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido
haciendo el mal ante los ojos de Jehová para enojarlo. 19 Porque temí a causa del furor y de la ira
con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó aun esta
vez. 20 Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo; y también oré por
Aarón en aquel entonces. 21 Y tomé el objeto de vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y
lo quemé en el fuego, y lo desmenucé moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y
eché el polvo de él en el arroyo que descendía del monte.
22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava provocasteis a ira a Jehová. 23 Y cuando
Jehová os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado,
también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a
su voz. 24 Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco.
25 Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque
Jehová dijo que os había de destruir. 26 Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas
a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano
poderosa. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este
pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado, 28 no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste:
Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los
aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto. 29 Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste
con tu gran poder y con tu brazo extendido.
El pacto renovado
(Ex. 34.1-10)
DEUTERONOMIO 10
1 En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al
monte, y hazte un arca de madera; 2 y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las
primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca. 3 E hice un arca de madera de acacia, y
labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano. 4 Y
escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os
había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me las dio Jehová. 5 Y
volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová
me mandó. 6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió
Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar. 7 De allí partieron
a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas. 8 En aquel tiempo apartó Jehová
la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de
Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy, 9 por lo cual Leví no tuvo parte ni
heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo.)
10 Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová
también me escuchó esta vez, y no quiso Jehová destruirte. 11 Y me dijo Jehová: Levántate, anda,
para que marches delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré a sus padres
que les había de dar.
Lo que Dios exige
12 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes
en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma; 13 que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para
que tengas prosperidad? 14 He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la
tierra, y todas las cosas que hay en ella. 15 Solamente de tus padres se agradó Jehová para
amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como
en este día. 16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra
cerviz. 17 Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande,
poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; 18 que hace justicia al
huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido. 19 Amaréis, pues, al
extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. 20 A Jehová tu Dios temerás, a él
solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás. 21 El es el objeto de tu alabanza, y él es tu
Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. 22 Con setenta
personas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del
cielo en multitud.
La grandeza de Jehová
DEUTERONOMIO 11
1 Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus
mandamientos, todos los días. 2 Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no
han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo
extendido, 3 y sus señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón rey de Egipto, y a
toda su tierra; 4 y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros; cómo precipitó
las aguas del Mar Rojo sobre ellos, cuando venían tras vosotros y Jehová los destruyó hasta hoy;
5 y lo que ha hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado a este lugar; 6 y lo que
hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió su boca la tierra, y los tragó
con sus familias, sus tiendas, y todo su ganado, en medio de todo Israel. 7 Mas vuestros ojos han
visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho.
Bendiciones de la Tierra Prometida
8 Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y
entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; 9 y para que os sean prolongados los días
sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su
descendencia, tierra que fluye leche y miel. 10 La tierra a la cual entras para tomarla no es como
la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas con tu pie,
como huerto de hortaliza. 11 La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de
vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; 12 tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre
están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.
13 Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a
Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, 14 yo daré
la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu
aceite. 15 Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.
16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os
inclinéis a ellos; 17 y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya
lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.
18 Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como
señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. 19 Y las enseñaréis a vuestros
hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te
acuestes, y cuando te levantes, 20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
21 para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que
Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
22 Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que
los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole a
él, 23 Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y desposeeréis
naciones grandes y más poderosas que vosotros. 24 Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie
será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será
vuestro territorio. 25 Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá
Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis, como él os ha dicho.
26 He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27 la bendición, si
oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, 28 y la maldición, si
no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno
hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido. 29 Y cuando Jehová tu Dios te haya
introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim,
y la maldición sobre el monte Ebal, 30 los cuales están al otro lado del Jordán, tras el camino del
occidente en la tierra del cananeo, que habita en el Arabá frente a Gilgal, junto al encinar de
More. 31 Porque vosotros pasáis el Jordán para ir a poseer la tierra que os da Jehová vuestro
Dios; y la tomaréis, y habitaréis en ella. 32 Cuidaréis, pues, de cumplir todos los estatutos y
decretos que yo presento hoy delante de vosotros.
El santuario único
DEUTERONOMIO 12
1 Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová el
Dios de tus padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros
viviereis sobre la tierra. 2 Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que
vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo
de todo árbol frondoso. 3 Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de
Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de
aquel lugar. 4 No haréis así a Jehová vuestro Dios, 5 sino que el lugar que Jehová vuestro Dios
escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése
buscaréis, y allá iréis. 6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros
diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y
las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7 y comeréis allí delante de Jehová vuestro
Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual
Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 8 No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora,
cada uno lo que bien le parece, 9 porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad
que os da Jehová vuestro Dios. 10 Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová
vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y
habitaréis seguros. 11 Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre,
allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros
diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis
prometido a Jehová. 12 Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos,
vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones;
por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros. 13 Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en
cualquier lugar que vieres; 14 sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí
ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
15 Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la
bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como la de
gacela o de ciervo. 16 Solamente que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como
agua. 17 Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las
primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni los votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias,
ni las ofrendas elevadas de tus manos; 18 sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el
lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que
habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Jehová tu Dios de toda la obra de tus manos.
19 Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra.
20 Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré
carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer. 21 Si estuviere lejos
de ti el lugar que Jehová tu Dios escogiere para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y
de tus ovejas que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas
según todo lo que deseares. 22 Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer;
el inmundo y el limpio podrán comer también de ellas. 23 Solamente que te mantengas firme en
no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne.
24 No la comerás; en tierra la derramarás como agua. 25 No comerás de ella, para que te vaya
bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto ante los ojos de Jehová. 26 Pero las
cosas que hubieres consagrado, y tus votos, las tomarás, y vendrás con ellas al lugar que Jehová
hubiere escogido; 27 y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu
Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y podrás
comer la carne. 28 Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo
bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para
siempre.
Advertencias contra la idolatría
29 Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas,
y las heredes, y habites en su tierra, 30 guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después
que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que
servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. 31 No harás así a Jehová tu Dios;
porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus
hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses.
32 Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.
DEUTERONOMIO 13
1 Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o
prodigios, 2 y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de
dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 3 no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al
tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová
vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. 4 En pos de Jehová vuestro Dios
andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él
seguiréis. 5 Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión
contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y
trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás
el mal de en medio de ti.
6 Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo,
diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, 7 de
los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un
extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; 8 no consentirás con él, ni le prestarás oído; ni
tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, 9 sino que lo matarás; tu mano
se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo. 10 Le apedrearás
hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto,
de casa de servidumbre; 11 para que todo Israel oiga, y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti
cosa semejante a esta.
12 Si oyeres que se dice de alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da para vivir en ellas,
13 que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado a los moradores de su
ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; 14 tú inquirirás,
y buscarás y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación
se hizo en medio de ti, 15 irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella
ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de
espada. 16 Y juntarás todo su botín en medio de la plaza, y consumirás con fuego la ciudad y todo
su botín, todo ello, como holocausto a Jehová tu Dios, y llegará a ser un montón de ruinas para
siempre; nunca más será edificada. 17 Y no se pegará a tu mano nada del anatema, para que
Jehová se aparte del ardor de su ira, y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti, y te
multiplique, como lo juró a tus padres, 18 cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios,
guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de
Jehová tu Dios.
DEUTERONOMIO 14
1 Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto. 2 Porque
eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de
entre todos los pueblos que están sobre la tierra.
Animales limpios e inmundos
(Lv. 11.1-47)
3 Nada abominable comerás. 4 Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la
cabra, 5 el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés.
6 Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales,
ese podréis comer. 7 Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña
hendida: camello, liebre y conejo; porque rumian, mas no tienen pezuña hendida, serán
inmundos; 8 ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne
de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
9 De todo lo que está en el agua, de estos podréis comer: todo lo que tiene aleta y escama. 10 Mas
todo lo que no tiene aleta y escama, no comeréis; inmundo será.
11 Toda ave limpia podréis comer. 12 Y estas son de las que no podréis comer: el águila, el
quebrantahuesos, el azor, 13 el gallinazo, el milano según su especie, 14 todo cuervo según su
especie, 15 el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies, 16 el buho, el ibis, el
calamón, 17 el pelícano, el buitre, el somormujo, 18 la cigüeña, la garza según su especie, la
abubilla y el murciélago. 19 Todo insecto alado será inmundo; no se comerá. 20 Toda ave limpia
podréis comer.
21 Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él
podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No
cocerás el cabrito en la leche de su madre.
La ley del diezmo
22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. 23 Y
comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el
diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados,
para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días. 24 Y si el camino fuere tan largo que
no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner
en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, 25 entonces lo venderás y guardarás el
dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 26 y darás el dinero por todo
lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y
comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. 27 Y no desampararás al
levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.
28 Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás
en tus ciudades. 29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el
huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová
tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.
El año de remisión
DEUTERONOMIO 15
1 Cada siete años harás remisión. 2 Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor
todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más
a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová. 3 Del extranjero
demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano, 4 para que
así no haya en medio de ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que
Jehová tu Dios te da por heredad para que la tomes en posesión, 5 si escuchares fielmente la voz
de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy. 6 Ya
que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones,
mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán
dominio.
Préstamos a los pobres
7 Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades,
en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu
hermano pobre, 8 sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.
9 Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el
de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá
clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado. 10 Sin falta le darás, y no serás de
mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos,
y en todo lo que emprendas. 11 Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo
te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.
Leyes sobre los esclavos
(Ex. 21.1-11)
12 Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le
despedirás libre. 13 Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías. 14 Le
abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová
te hubiere bendecido. 15 Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová
tu Dios te rescató; por tanto yo te mando esto hoy. 16 Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a
ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; 17 entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja
contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada. 18 No te parezca
duro cuando le enviares libre, pues por la mitad del costo de un jornalero te sirvió seis años; y
Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.
Consagración de los primogénitos machos
19 Consagrarás a Jehová tu Dios todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas; no te
servirás del primogénito de tus vacas, ni trasquilarás el primogénito de tus ovejas. 20 Delante de
Jehová tu Dios los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escogiere. 21 Y si
hubiere en él defecto, si fuere ciego, o cojo, o hubiere en él cualquier falta, no lo sacrificarás a
Jehová tu Dios. 22 En tus poblaciones lo comerás; el inmundo lo mismo que el limpio comerán de
él, como de una gacela o de un ciervo. 23 Solamente que no comas su sangre; sobre la tierra la
derramarás como agua.
Fiestas anuales
(Ex. 23.14-17; 34.18-24)
DEUTERONOMIO 16
1 Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó
Jehová tu Dios de Egipto, de noche. 2 Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de
las vacas, en el lugar que Jehová escogiere para que habite allí su nombre. 3 No comerás con ella
pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa
saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de
la tierra de Egipto. 4 Y no se verá levadura contigo en todo tu territorio por siete días; y de la
carne que matares en la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana. 5 No podrás sacrificar
la pascua en cualquiera de las ciudades que Jehová tu Dios te da; 6 sino en el lugar que Jehová tu
Dios escogiere para que habite allí su nombre, sacrificarás la pascua por la tarde a la puesta del
sol, a la hora que saliste de Egipto. 7 Y la asarás y comerás en el lugar que Jehová tu Dios hubiere
escogido; y por la mañana regresarás y volverás a tu habitación. 8 Seis días comerás pan sin
levadura, y el séptimo día será fiesta solemne a Jehová tu Dios; no trabajarás en él.
9 Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a
contar las siete semanas. 10 Y harás la fiesta solemne de las semanas a Jehová tu Dios; de la
abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido.
11 Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que
habitare en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que estuvieren en medio de ti, en
el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner allí su nombre. 12 Y acuérdate de que
fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.
13 La fiesta solemne de los tabernáculos harás por siete días, cuando hayas hecho la cosecha de
tu era y de tu lagar. 14 Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu
sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. 15 Siete días
celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá
bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de tus manos, y estarás
verdaderamente alegre.
16 Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él
escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y
en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las
manos vacías; 17 cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios
te hubiere dado.
Administración de la justicia
18 Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los
cuales juzgarán al pueblo con justo juicio. 19 No tuerzas el derecho; no hagas acepción de
personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las
palabras de los justos. 20 La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que
Jehová tu Dios te da.
21 No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás
hecho, 22 ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios.
DEUTERONOMIO 17
1 No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios, buey o cordero en el cual haya falta o alguna cosa
mala, pues es abominación a Jehová tu Dios.
2 Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o
mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu Dios traspasando su pacto, 3 que hubiere ido
y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el
ejército del cielo, lo cual yo he prohibido; 4 y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres
indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;
5 entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea
hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán. 6 Por dicho de dos o de tres testigos morirá el
que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. 7 La mano de los testigos caerá
primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en
medio de ti.
8 Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una
clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus
ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 9 y vendrás a
los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán
la sentencia del juicio. 10 Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jehová
escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. 11 Según la ley que te enseñen, y
según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te
declaren. 12 Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para
ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de
Israel. 13 Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá.
Instrucciones acerca de un rey
14 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la
habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;
15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre tus hermanos
pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.
16 Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar
caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino. 17 Ni tomará para sí
muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en
abundancia. 18 Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un
libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; 19 y lo
tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios,
para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; 20 para que
no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra;
a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Las porciones de los levitas
DEUTERONOMIO 18
1 Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de
las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán. 2 No tendrán, pues, heredad
entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho. 3 Y este será el derecho de los
sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey o cordero: darán al
sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar. 4 Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu
aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás; 5 porque le ha escogido Jehová tu Dios de
entre todas tus tribus, para que esté para administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para
siempre.
6 Y cuando saliere un levita de alguna de tus ciudades de entre todo Israel, donde hubiere vivido,
y viniere con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escogiere, 7 ministrará en el nombre
de Jehová su Dios como todos sus hermanos los levitas que estuvieren allí delante de Jehová.
8 Igual ración a la de los otros comerá, además de sus patrimonios.
Amonestación contra costumbres paganas
9 Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las
abominaciones de aquellas naciones. 10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija
por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni
encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para
con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas
naciones de delante de ti. 13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 14 Porque estas naciones
que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.
Dios promete un profeta como Moisés
15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;
16 conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No
vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. 17 Y
Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. 18 Profeta les levantaré de en medio de
sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le
mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le
pediré cuenta. 20 El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien
yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
21 Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; 22 si el
profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra
que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.
Las ciudades de refugio
(Nm. 35.9-28)
DEUTERONOMIO 19
1 Cuando Jehová tu Dios destruya a las naciones cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las
heredes, y habites en sus ciudades, y en sus casas; 2 te apartarás tres ciudades en medio de la
tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas. 3 Arreglarás los caminos, y dividirás en tres
partes la tierra que Jehová tu Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida huya allí.
4 Y este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin
intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; 5 como el que fuere con su prójimo
al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el
hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y
vivirá; 6 no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, y le alcance por ser
largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser condenado a muerte por cuanto no tenía
enemistad con su prójimo anteriormente. 7 Por tanto yo te mando, diciendo: Separarás tres
ciudades. 8 Y si Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como lo juró a tus padres, y te diere toda
la tierra que prometió dar a tus padres, 9 siempre y cuando guardares todos estos mandamientos
que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus
caminos todos los días; entonces añadirás tres ciudades más a estas tres, 10 para que no sea
derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y no seas
culpado de derramamiento de sangre.
11 Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo y lo acechare, y se levantare contra él y lo
hiriere de muerte, y muriere; si huyere a alguna de estas ciudades, 12 entonces los ancianos de su
ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que
muera. 13 No le compadecerás; y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.
14 En la heredad que poseas en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la
propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos.
Leyes sobre el testimonio
15 No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier
pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos
se mantendrá la acusación. 16 Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar
contra él, 17 entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los
sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. 18 Y los jueces inquirirán bien; y si aquel
testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, 19 entonces haréis a él como
él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. 20 Y los que quedaren oirán y
temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti. 21 Y no le
compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
Leyes sobre la guerra
DEUTERONOMIO 20
1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más
grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de
tierra de Egipto. 2 Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará
al pueblo, 3 y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no
desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;
4 porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos,
para salvaros. 5 Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no
la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la
estrene. 6 ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea
que muera en la batalla, y algún otro la disfrute. 7 ¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha
tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la tome. 8 Y
volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya,
y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo. 9 Y cuando
los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la
cabeza del pueblo.
10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. 11 Y si respondiere:
Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. 12 Mas si
no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. 13 Luego que Jehová
tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. 14 Solamente las
mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti;
y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó. 15 Así harás a todas las
ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones. 16 Pero de las
ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con
vida, 17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al
heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado; 18 para que no os enseñen a hacer según
todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro
Dios.
19 Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás
sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el
árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio. 20 Mas el árbol que sepas que no
lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la
guerra, hasta sojuzgarla.
Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce
DEUTERONOMIO 21
1 Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto,
tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató, 2 entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y
medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 3 Y los ancianos de la
ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que
no haya trabajado, que no haya llevado yugo; 4 y los ancianos de aquella ciudad traerán la
becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la
becerra allí en el valle. 5 Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió
Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de
ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa. 6 Y todos los ancianos de la ciudad más cercana al
lugar donde fuere hallado el muerto lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada
en el valle; 7 y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros
ojos lo han visto. 8 Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre
inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada. 9 Y tú quitarás la culpa de la sangre
inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de Jehová.
Diversas leyes
10 Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y
tomares de ellos cautivos, 11 y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares,
y la tomares para ti por mujer, 12 la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus
uñas, 13 y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a
su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu
mujer. 14 Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás
como esclava, por cuanto la humillaste.
15 Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la
aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16 en el día que
hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la
amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17 mas al hijo de la
aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada
uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.
18 Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz
de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19 entonces lo tomarán su padre y su
madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20 y dirán
a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es
glotón y borracho. 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así
quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.
22 Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis
en un madero, 23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás
el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu
Dios te da por heredad.
DEUTERONOMIO 22
1 Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a
tu hermano. 2 Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y
estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 3 Así harás con su asno, así
harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y
tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda. 4 Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en
el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.
5 No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es
a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
6 Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con
pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con
los hijos. 7 Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues
tus días.
8 Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre
tu casa, si de él cayere alguno.
9 No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que
sembraste como el fruto de la viña. 10 No ararás con buey y con asno juntamente. 11 No vestirás
ropa de lana y lino juntamente.
12 Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.
Leyes sobre la castidad
13 Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14 y le
atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé
virgen; 15 entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la
virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta; 16 y dirá el padre de la joven a
los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; 17 y he aquí, él le atribuye
faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la
virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18 Entonces
los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19 y le multarán en cien piezas de
plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de
Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. 20 Mas si resultare ser
verdad que no se halló virginidad en la joven, 21 entonces la sacarán a la puerta de la casa de su
padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel
fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22 Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el
hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
23 Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se
acostare con ella; 24 entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y
morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su
prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
25 Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre,
acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26 mas a la joven no le
harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su
prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27 Porque él la halló en el campo; dio voces la joven
desposada, y no hubo quien la librase.
28 Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se
acostare con ella, y fueren descubiertos; 29 entonces el hombre que se acostó con ella dará al
padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la
podrá despedir en todos sus días.
30 Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.
Los excluidos de la congregación
DEUTERONOMIO 23
1 No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o amputado su
miembro viril.
2 No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni hasta la décima generación no entrarán
en la congregación de Jehová.
3 No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de
ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre, 4 por cuanto no os salieron a
recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a
Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. 5 Mas no quiso Jehová tu Dios
oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te
amaba. 6 No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
7 No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero
fuiste en su tierra. 8 Los hijos que nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la
congregación de Jehová.
Leyes sanitarias
9 Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.
10 Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida
de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él. 11 Pero al caer la noche se lavará con
agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12 Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas; 13 tendrás también entre tus armas
una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu
excremento; 14 porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para
entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no
vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
Leyes humanitarias
15 No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo. 16 Morará contigo, en medio
de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.
17 No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel.
18 No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por
ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro.
19 No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de
que se suele exigir interés. 20 Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo
exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas
para tomar posesión de ella.
21 Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará
Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti. 22 Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti
pecado. 23 Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo
prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.
24 Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en
tu cesto. 25 Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no
aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.
DEUTERONOMIO 24
1 Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella
alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá
de su casa. 2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3 Pero si la aborreciere este
último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa;
o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, 4 no podrá su primer marido, que
la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es
abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por
heredad.
5 Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará;
libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.
6 No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en
prenda la vida del hombre.
7 Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le
hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de en medio de
ti.
8 En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo
que os enseñaren los sacerdotes levitas; según yo les he mandado, así cuidaréis de hacer.
9 Acuérdate de lo que hizo Jehová tu Dios a María en el camino, después que salisteis de Egipto.
10 Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle
prenda. 11 Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará la prenda. 12 Y si el
hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda. 13 Sin falta le devolverás la
prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir en su ropa, y te bendiga; y te será justicia
delante de Jehová tu Dios.
14 No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros
que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades. 15 En su día le darás su jornal, y no se pondrá el
sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y
sea en ti pecado.
16 Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.
17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la
viuda, 18 sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios;
por tanto, yo te mando que hagas esto.
19 Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para
recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová
tu Dios en toda obra de tus manos. 20 Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que
hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 21 Cuando
vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la
viuda. 22 Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.
DEUTERONOMIO 25
1 Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos
absolverán al justo, y condenarán al culpable. 2 Y si el delincuente mereciere ser azotado,
entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su presencia; según su delito será el
número de azotes. 3 Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren con muchos
azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.
4 No pondrás bozal al buey cuando trillare.
5 Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del
muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su
mujer, y hará con ella parentesco. 6 Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre
de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel. 7 Y si el hombre no
quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado
no quiere suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo. 8 Entonces los
ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se levantare y dijere: No
quiero tomarla, 9 se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el
calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere
edificar la casa de su hermano. 10 Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.
11 Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de mano
del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas, 12 le cortarás entonces la
mano; no la perdonarás.
13 No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, 14 ni tendrás en tu casa efa grande y efa
pequeño. 15 Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean
prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. 16 Porque abominación es a Jehová tu Dios
cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.
Orden de exterminar a Amalec
17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; 18 de cómo te
salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás
de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. 19 Por tanto,
cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu
Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no
lo olvides.
Primicias y diezmos
DEUTERONOMIO 26
1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de
ella y la habites, 2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra
que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios
escogiere para hacer habitar allí su nombre. 3 Y te presentarás al sacerdote que hubiere en
aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró
Jehová a nuestros padres que nos daría. 4 Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la
pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi
padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una
nación grande, fuerte y numerosa; 6 y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron
sobre nosotros dura servidumbre. 7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová
oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; 8 y Jehová nos sacó
de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con
milagros; 9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. 10 Y ahora,
he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante
de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. 11 Y te alegrarás en todo el bien que
Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio
de ti.
12 Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo,
darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se
saciarán. 13 Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo
he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado;
no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. 14 No he comido de ello en mi
luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido
a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. 15 Mira desde tu
morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como
juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos
por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. 17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová
es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus
decretos, y que escucharás su voz. 18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su
exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; 19 a fin
de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un
pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho.
Orden de escribir la ley en piedras sobre el Monte Ebal
DEUTERONOMIO 27
1 Ordenó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los
mandamientos que yo os prescribo hoy. 2 Y el día que pases el Jordán a la tierra que Jehová tu
Dios te da, levantarás piedras grandes, y las revocarás con cal; 3 y escribirás en ellas todas las
palabras de esta ley, cuando hayas pasado para entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra
que fluye leche y miel, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho. 4 Cuando, pues, hayas
pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo os mando hoy, en el monte Ebal, y las revocarás
con cal; 5 y edificarás allí un altar a Jehová tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas
instrumento de hierro. 6 De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu Dios, y ofrecerás
sobre él holocausto a Jehová tu Dios; 7 y sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí, y te
alegrarás delante de Jehová tu Dios. 8 Y escribirás muy claramente en las piedras todas las
palabras de esta ley.
9 Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh
Israel; hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios. 10 Oirás, pues, la voz de Jehová tu Dios, y
cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.
Las maldiciones en el monte Ebal
11 Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo: 12 Cuando hayas pasado el Jordán, éstos
estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y
Benjamín. 13 Y éstos estarán sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad,
Aser, Zabulón, Dan y Neftalí. 14 Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
15 Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de
mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
16 Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
17 Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
18 Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
19 Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
20 Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su
padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
21 Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
22 Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
23 Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
24 Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
25 Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo:
Amén.
Bendiciones de la obediencia
(Lv. 26.3-13; Dt. 7.12-24)
DEUTERONOMIO 28
1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra
todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas
las naciones de la tierra. 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres
la voz de Jehová tu Dios. 3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4 Bendito el
fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños
de tus ovejas. 5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. 6 Bendito serás en tu entrar, y
bendito en tu salir.
7 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y
por siete caminos huirán de delante de ti. 8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y
sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los
mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la
tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová
sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu
tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. 12 Te abrirá Jehová su buen
tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus
manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. 13 Te pondrá Jehová por cabeza,
y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos
de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, 14 y si no te apartares
de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y
servirles.
Consecuencias de la desobediencia
(Lv. 26.14-46)
15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus
mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones,
y te alcanzarán. 16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. 17 Maldita tu canasta, y
tu artesa de amasar. 18 Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y
los rebaños de tus ovejas. 19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e
hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las
cuales me habrás dejado. 21 Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra
a la cual entras para tomar posesión de ella. 22 Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación
y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que
perezcas. 23 Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de
ti, de hierro. 24 Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre
ti hasta que perezcas.
25 Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y
por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de la tierra. 26 Y tus
cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las
espante. 27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de
que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu; 29 y
palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y
no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. 30 Te desposarás con
mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no
la disfrutarás. 31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será
arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no
tendrás quien te las rescate. 32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo
verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano. 33 El fruto de tu tierra
y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y quebrantado
todos los días. 34 Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. 35 Te herirá Jehová con
maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin
que puedas ser curado.
36 Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni
tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra. 37 Y serás motivo de horror, y
servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová. 38 Sacarás mucha
semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá. 39 Plantarás viñas y
labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá. 40 Tendrás
olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá. 41 Hijos e
hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. 42 Toda tu arboleda y el fruto de
tu tierra serán consumidos por la langosta. 43 El extranjero que estará en medio de ti se elevará
sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. 44 El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él
será por cabeza, y tú serás por cola. 45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te
perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de
Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó; 46 y serán en ti
por señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre.
47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia
de todas las cosas, 48 servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con
hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre
tu cuello, hasta destruirte. 49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra,
que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; 50 gente fiera de rostro, que no tendrá
respeto al anciano, ni perdonará al niño; 51 y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra,
hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños
de tus ovejas, hasta destruirte. 52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros
altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la
tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado. 53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus
hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu
enemigo. 54 El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su
hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren; 55 para no dar a alguno
de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el
apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56 La tierna y la delicada entre
vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y
ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija, 57 al recién nacido que
sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia
de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro,
temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS, 59 entonces Jehová aumentará
maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y
enfermedades malignas y duraderas; 60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los
cuales temiste, y no te dejarán. 61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en
el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. 62 Y quedaréis pocos en
número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no
obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios. 63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en
multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la
tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. 64 Y Jehová te esparcirá por todos los
pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no
conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. 65 Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la
planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de
ojos, y tristeza de alma; 66 y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás
temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67 Por la mañana dirás: ¡Quién
diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu
corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68 Y Jehová te hará volver a
Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a
vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.
Pacto de Jehová con Israel en Moab
DEUTERONOMIO 29
1 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de
Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
2 Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho
delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,
3 las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas. 4 Pero hasta
hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5 Y yo os he
traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni
vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie. 6 No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni
sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios. 7 Y llegasteis a este lugar, y salieron
Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; 8 y
tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.
9 Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en
todo lo que hiciereis.
10 Vosotros todos estáis hoy en presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus,
vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11 vuestros niños, vuestras
mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña
hasta el que saca tu agua; 12 para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento,
que Jehová tu Dios concierta hoy contigo, 13 para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él
te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob. 14 Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15 sino con los que
están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí
hoy con nosotros.
16 Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en
medio de las naciones por las cuales habéis pasado; 17 y habéis visto sus abominaciones y sus
ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo. 18 No sea que haya entre vosotros
varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a
servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel
y ajenjo, 19 y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón,
diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez
quite la sed. 20 No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su
celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová
borrará su nombre de debajo del cielo; 21 y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para
mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley. 22 Y dirán las
generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que
vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que
Jehová la habrá hecho enfermar 23 (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni
producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de
Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira); 24 más aún,
todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta
gran ira? 25 Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él
concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26 y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y
se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado. 27 Por tanto, se
encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas
en este libro; 28 y Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación,
y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.
29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y
para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Condiciones para la restauración y la bendición
DEUTERONOMIO 30
1 Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que
he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere
arrojado Jehová tu Dios, 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a
todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3 entonces
Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre
todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4 Aun cuando tus desterrados
estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y
de allá te tomará; 5 y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será
tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu
corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y
con toda tu alma, a fin de que vivas. 7 Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus
enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8 Y tú volverás, y oirás la voz de
Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. 9 Y te hará Jehová tu
Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el
fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que
se gozó sobre tus padres, 10 cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus
mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11 Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.
12 No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo
hará oír para que lo cumplamos? 13 Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará
por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?
14 Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16 porque yo te
mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos,
sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la
tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 17 Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y
te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18 yo os protesto hoy que de
cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán,
para entrar en posesión de ella. 19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros,
que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida,
para que vivas tú y tu descendencia; 20 amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y
siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la
tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Josué es instalado como sucesor de Moisés
DEUTERONOMIO 31
1 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, 2 y les dijo: Este día soy de edad de ciento
veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este
Jordán. 3 Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las
heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho. 4 Y hará Jehová con
ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.
5 Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he
mandado. 6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu
Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
7 Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú
entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás
heredar. 8 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas
ni te intimides.
9 Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto
de Jehová, y a todos los ancianos de Israel. 10 Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete
años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos, 11 cuando viniere todo Israel a
presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo
Israel a oídos de ellos. 12 Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros
que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y
cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; 13 y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y
aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais,
pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
14 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad
en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y
esperaron en el tabernáculo de reunión. 15 Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna
de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.
16 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y
fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e
invalidará mi pacto que he concertado con él; 17 y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y
los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos
muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi
Dios en medio de mí? 18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal
que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos. 19 Ahora pues, escribíos este cántico,
y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo
contra los hijos de Israel. 20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual
fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les
servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto. 21 Y cuando les vinieren muchos males y
angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la
boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los
introduzca en la tierra que juré darles. 22 Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a
los hijos de Israel.
23 Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, pues tú introducirás a los hijos
de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.
Orden de guardar la ley junto al arca
24 Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, 25 dio
órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: 26 Tomad este
libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo
contra ti. 27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con
vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? 28 Congregad a
mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas
palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. 29 Porque yo sé que después
de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que
os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole
con la obra de vuestras manos.
Cántico de Moisés
30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico
hasta acabarlo.
DEUTERONOMIO 32
1 Escuchad, cielos, y hablaré;
Y oiga la tierra los dichos de mi boca.
2 Goteará como la lluvia mi enseñanza;
Destilará como el rocío mi razonamiento;
Como la llovizna sobre la grama,
Y como las gotas sobre la hierba;
3 Porque el nombre de Jehová proclamaré.
Engrandeced a nuestro Dios.
4 El es la Roca, cuya obra es perfecta,
Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él;
Es justo y recto.
5 La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha,
Generación torcida y perversa.
6 ¿Así pagáis a Jehová,
Pueblo loco e ignorante?
¿No es él tu padre que te creó?
El te hizo y te estableció.
7 Acuérdate de los tiempos antiguos,
Considera los años de muchas generaciones;
Pregunta a tu padre, y él te declarará;
A tus ancianos, y ellos te dirán.
8 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones,
Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres,
Estableció los límites de los pueblos
Según el número de los hijos de Israel.
9 Porque la porción de Jehová es su pueblo;
Jacob la heredad que le tocó.
10 Le halló en tierra de desierto,
Y en yermo de horrible soledad;
Lo trajo alrededor, lo instruyó,
Lo guardó como a la niña de su ojo.
11 Como el águila que excita su nidada,
Revolotea sobre sus pollos,
Extiende sus alas, los toma,
Los lleva sobre sus plumas,
12 Jehová solo le guió,
Y con él no hubo dios extraño.
13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra,
Y comió los frutos del campo,
E hizo que chupase miel de la peña,
Y aceite del duro pedernal;
14 Mantequilla de vacas y leche de ovejas,
Con grosura de corderos,
Y carneros de Basán; también machos cabríos,
Con lo mejor del trigo;
Y de la sangre de la uva bebiste vino.
15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces
(Engordaste, te cubriste de grasa);
Entonces abandonó al Dios que lo hizo,
Y menospreció la Roca de su salvación.
16 Le despertaron a celos con los dioses ajenos;
Lo provocaron a ira con abominaciones.
17 Sacrificaron a los demonios, y no a Dios;
A dioses que no habían conocido,
A nuevos dioses venidos de cerca,
Que no habían temido vuestros padres.
18 De la Roca que te creó te olvidaste;
Te has olvidado de Dios tu creador.
19 Y lo vio Jehová, y se encendió en ira
Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.
20 Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro,
Veré cuál será su fin;
Porque son una generación perversa,
Hijos infieles.
21 Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios;
Me provocaron a ira con sus ídolos;
Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo,
Los provocaré a ira con una nación insensata.
22 Porque fuego se ha encendido en mi ira,
Y arderá hasta las profundidades del Seol;
Devorará la tierra y sus frutos,
Y abrasará los fundamentos de los montes.
23 Yo amontonaré males sobre ellos;
Emplearé en ellos mis saetas.
24 Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente
Y de peste amarga;
Diente de fieras enviaré también sobre ellos,
Con veneno de serpientes de la tierra.
25 Por fuera desolará la espada,
Y dentro de las cámaras el espanto;
Así al joven como a la doncella,
Al niño de pecho como al hombre cano.
26 Yo había dicho que los esparciría lejos,
Que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,
27 De no haber temido la provocación del enemigo,
No sea que se envanezcan sus adversarios,
No sea que digan: Nuestra mano poderosa
Ha hecho todo esto, y no Jehová.
28 Porque son nación privada de consejos,
Y no hay en ellos entendimiento.
29 ¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto,
Y se dieran cuenta del fin que les espera!
30 ¿Cómo podría perseguir uno a mil,
Y dos hacer huir a diez mil,
Si su Roca no los hubiese vendido,
Y Jehová no los hubiera entregado?
31 Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca,
Y aun nuestros enemigos son de ello jueces.
32 Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos,
Y de los campos de Gomorra;
Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas,
Racimos muy amargos tienen.
33 Veneno de serpientes es su vino,
Y ponzoña cruel de áspides.
34 ¿No tengo yo esto guardado conmigo,
Sellado en mis tesoros?
35 Mía es la venganza y la retribución;
A su tiempo su pie resbalará,
Porque el día de su aflicción está cercano,
Y lo que les está preparado se apresura.
36 Porque Jehová juzgará a su pueblo,
Y por amor de sus siervos se arrepentirá,
Cuando viere que la fuerza pereció,
Y que no queda ni siervo ni libre.
37 Y dirá: ¿Dónde están sus dioses,
La roca en que se refugiaban;
38 Que comían la grosura de sus sacrificios,
Y bebían el vino de sus libaciones?
Levántense, que os ayuden
Y os defiendan.
39 Ved ahora que yo, yo soy,
Y no hay dioses conmigo;
Yo hago morir, y yo hago vivir;
Yo hiero, y yo sano;
Y no hay quien pueda librar de mi mano.
40 Porque yo alzaré a los cielos mi mano,
Y diré: Vivo yo para siempre,
41 Si afilare mi reluciente espada,
Y echare mano del juicio,
Yo tomaré venganza de mis enemigos,
Y daré la retribución a los que me aborrecen.
42 Embriagaré de sangre mis saetas,
Y mi espada devorará carne;
En la sangre de los muertos y de los cautivos,
En las cabezas de larga cabellera del enemigo.
43 Alabad, naciones, a su pueblo,
Porque él vengará la sangre de sus siervos,
Y tomará venganza de sus enemigos,
Y hará expiación por la tierra de su pueblo.
44 Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de
Nun. 45 Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; 46 y les dijo: Aplicad
vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos,
a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. 47 Porque no os es cosa vana; es
vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais,
pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
Se le permite a Moisés contemplar la tierra de Canaán
48 Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: 49 Sube a este monte de Abarim, al monte
Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy
por heredad a los hijos de Israel; 50 y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así
como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo; 51 por cuanto pecasteis
contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin;
porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel. 52 Verás, por tanto, delante de ti la
tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.
Moisés bendice a las doce tribus de Israel
DEUTERONOMIO 33
1 Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que
muriese. 2 Dijo:
Jehová vino de Sinaí,
Y de Seir les esclareció;
Resplandeció desde el monte de Parán,
Y vino de entre diez millares de santos,
Con la ley de fuego a su mano derecha.
3 Aun amó a su pueblo;
Todos los consagrados a él estaban en su mano;
Por tanto, ellos siguieron en tus pasos,
Recibiendo dirección de ti,
4 Cuando Moisés nos ordenó una ley,
Como heredad a la congregación de Jacob.
5 Y fue rey en Jesurún,
Cuando se congregaron los jefes del pueblo
Con las tribus de Israel.
6 Viva Rubén, y no muera;
Y no sean pocos sus varones.
7 Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así:
Oye, oh Jehová, la voz de Judá,
Y llévalo a su pueblo;
Sus manos le basten,
Y tú seas su ayuda contra sus enemigos.
8 A Leví dijo:
Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso,
A quien probaste en Masah,
Con quien contendiste en las aguas de Meriba,
9 Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto;
Y no reconoció a sus hermanos,
Ni a sus hijos conoció;
Pues ellos guardaron tus palabras,
Y cumplieron tu pacto.
10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,
Y tu ley a Israel;
Pondrán el incienso delante de ti,
Y el holocausto sobre tu altar.
11 Bendice, oh Jehová, lo que hicieren,
Y recibe con agrado la obra de sus manos;
Hiere los lomos de sus enemigos,
Y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.
12 A Benjamín dijo:
El amado de Jehová habitará confiado cerca de él;
Lo cubrirá siempre,
Y entre sus hombros morará.
13 A José dijo:
Bendita de Jehová sea tu tierra,
Con lo mejor de los cielos, con el rocío,
Y con el abismo que está abajo.
14 Con los más escogidos frutos del sol,
Con el rico producto de la luna,
15 Con el fruto más fino de los montes antiguos,
Con la abundancia de los collados eternos,
16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud;
Y la gracia del que habitó en la zarza
Venga sobre la cabeza de José,
Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.
17 Como el primogénito de su toro es su gloria,
Y sus astas como astas de búfalo;
Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra;
Ellos son los diez millares de Efraín,
Y ellos son los millares de Manasés.
18 A Zabulón dijo:
Alégrate, Zabulón, cuando salieres;
Y tú, Isacar, en tus tiendas.
19 Llamarán a los pueblos a su monte;
Allí sacrificarán sacrificios de justicia,
Por lo cual chuparán la abundancia de los mares,
Y los tesoros escondidos de la arena.
20 A Gad dijo:
Bendito el que hizo ensanchar a Gad;
Como león reposa,
Y arrebata brazo y testa.
21 Escoge lo mejor de la tierra para sí,
Porque allí le fue reservada la porción del legislador.
Y vino en la delantera del pueblo;
Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová.
22 A Dan dijo:
Dan es cachorro de león
Que salta desde Basán.
23 A Neftalí dijo:
Neftalí, saciado de favores,
Y lleno de la bendición de Jehová,
Posee el occidente y el sur.
24 A Aser dijo:
Bendito sobre los hijos sea Aser;
Sea el amado de sus hermanos,
Y moje en aceite su pie.
25 Hierro y bronce serán tus cerrojos,
Y como tus días serán tus fuerzas.
26 No hay como el Dios de Jesurún,
Quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda,
Y sobre las nubes con su grandeza.
27 El eterno Dios es tu refugio,
Y acá abajo los brazos eternos;
El echó de delante de ti al enemigo,
Y dijo: Destruye.
28 E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola
En tierra de grano y de vino;
También sus cielos destilarán rocío.
29 Bienaventurado tú, oh Israel.
¿Quién como tú,
Pueblo salvo por Jehová,
Escudo de tu socorro,
Y espada de tu triunfo?
Así que tus enemigos serán humillados,
Y tú hollarás sobre sus alturas.
Muerte y sepultura de Moisés
DEUTERONOMIO 34
1 Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de
Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, 2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín
y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Neguev, y la llanura, la vega de
Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. 4 Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a
Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus
ojos, mas no pasarás allá. 5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme
al dicho de Jehová. 6 Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y
ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. 7 Era Moisés de edad de ciento veinte años
cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. 8 Y lloraron los hijos de Israel a
Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de
Moisés.
9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos
sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés. 10 Y nunca
más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; 11 nadie
como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón
y a todos sus siervos y a toda su tierra, 12 y en el gran poder y en los hechos grandiosos y
terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
LEVÍTICO 1
1 Llamó Jehová a Moisés, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo: 2 Habla a los
hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Jehová, de ganado
vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda.
3 Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá
a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. 4 Y pondrá su mano sobre la cabeza del
holocausto, y será aceptado para expiación suya. 5 Entonces degollará el becerro en la presencia
de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el
altar, el cual está a la puerta del tabernáculo de reunión. 6 Y desollará el holocausto, y lo dividirá
en sus piezas. 7 Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego sobre el altar, y compondrán la
leña sobre el fuego. 8 Luego los sacerdotes hijos de Aarón acomodarán las piezas, la cabeza y la
grosura de los intestinos, sobre la leña que está sobre el fuego que habrá encima del altar; 9 y
lavará con agua los intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar;
holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
10 Si su ofrenda para holocausto fuere del rebaño, de las ovejas o de las cabras, macho sin defecto
lo ofrecerá. 11 Y lo degollará al lado norte del altar delante de Jehová; y los sacerdotes hijos de
Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. 12 Lo dividirá en sus piezas, con su cabeza y la
grosura de los intestinos; y el sacerdote las acomodará sobre la leña que está sobre el fuego que
habrá encima del altar; 13 y lavará las entrañas y las piernas con agua; y el sacerdote lo ofrecerá
todo, y lo hará arder sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
14 Si la ofrenda para Jehová fuere holocausto de aves, presentará su ofrenda de tórtolas, o de
palominos. 15 Y el sacerdote la ofrecerá sobre el altar, y le quitará la cabeza, y hará que arda en
el altar; y su sangre será exprimida sobre la pared del altar. 16 Y le quitará el buche y las plumas,
lo cual echará junto al altar, hacia el oriente, en el lugar de las cenizas. 17 Y la henderá por sus
alas, pero no la dividirá en dos; y el sacerdote la hará arder sobre el altar, sobre la leña que
estará en el fuego; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
Las ofrendas
LEVÍTICO 2
1 Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová, su ofrenda será flor de harina, sobre la
cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso, 2 y la traerá a los sacerdotes, hijos de Aarón; y
de ello tomará el sacerdote su puño lleno de la flor de harina y del aceite, con todo el incienso, y
lo hará arder sobre el altar para memorial; ofrenda encendida es, de olor grato a Jehová. 3 Y lo
que resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas que se
queman para Jehová.
4 Cuando ofrecieres ofrenda cocida en horno, será de tortas de flor de harina sin levadura
amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite. 5 Mas si ofrecieres ofrenda de
sartén, será de flor de harina sin levadura, amasada con aceite, 6 la cual partirás en piezas, y
echarás sobre ella aceite; es ofrenda. 7 Si ofrecieres ofrenda cocida en cazuela, se hará de flor de
harina con aceite. 8 Y traerás a Jehová la ofrenda que se hará de estas cosas, y la presentarás al
sacerdote, el cual la llevará al altar. 9 Y tomará el sacerdote de aquella ofrenda lo que sea para su
memorial, y lo hará arder sobre el altar; ofrenda encendida de olor grato a Jehová. 10 Y lo que
resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas que se queman
para Jehová.
11 Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni
de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová. 12 Como ofrenda de primicias las
ofreceréis a Jehová; mas no subirán sobre el altar en olor grato. 13 Y sazonarás con sal toda
ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en
toda ofrenda tuya ofrecerás sal.
14 Si ofrecieres a Jehová ofrenda de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes, y el grano
desmenuzado ofrecerás como ofrenda de tus primicias. 15 Y pondrás sobre ella aceite, y pondrás
sobre ella incienso; es ofrenda. 16 Y el sacerdote hará arder el memorial de él, parte del grano
desmenuzado y del aceite, con todo el incienso; es ofrenda encendida para Jehová.
Ofrendas de paz
LEVÍTICO 3
1 Si su ofrenda fuere sacrificio de paz, si hubiere de ofrecerla de ganado vacuno, sea macho o
hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehová. 2 Pondrá su mano sobre la cabeza de su
ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón
rociarán su sangre sobre el altar alrededor. 3 Luego ofrecerá del sacrificio de paz, como ofrenda
encendida a Jehová, la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las
entrañas, 4 y los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y sobre los ijares; y con los riñones
quitará la grosura de los intestinos que está sobre el hígado. 5 Y los hijos de Aarón harán arder
esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña que habrá encima del fuego; es
ofrenda de olor grato para Jehová.
6 Mas si de ovejas fuere su ofrenda para sacrificio de paz a Jehová, sea macho o hembra, la
ofrecerá sin defecto. 7 Si ofreciere cordero por su ofrenda, lo ofrecerá delante de Jehová.
8 Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y después la degollará delante del tabernáculo
de reunión; y los hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. 9 Y del sacrificio de
paz ofrecerá por ofrenda encendida a Jehová la grosura, la cola entera, la cual quitará a raíz del
espinazo, la grosura que cubre todos los intestinos, y toda la que está sobre las entrañas.
10 Asimismo los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con
los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. 11 Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar;
vianda es de ofrenda encendida para Jehová.
12 Si fuere cabra su ofrenda, la ofrecerá delante de Jehová. 13 Pondrá su mano sobre la cabeza de
ella, y la degollará delante del tabernáculo de reunión; y los hijos de Aarón rociarán su sangre
sobre el altar alrededor. 14 Después ofrecerá de ella su ofrenda encendida a Jehová; la grosura
que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas, 15 los dos riñones, la
grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de
sobre el hígado. 16 Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar; vianda es de ofrenda que se
quema en olor grato a Jehová; toda la grosura es de Jehová. 17 Estatuto perpetuo será por
vuestras edades, dondequiera que habitéis, que ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis.
Ofrendas por el pecado
LEVÍTICO 4
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguna persona
pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, e
hiciere alguna de ellas; 3 si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a
Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin defecto para expiación. 4 Traerá el
becerro a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová, y pondrá su mano sobre la
cabeza del becerro, y lo degollará delante de Jehová. 5 Y el sacerdote ungido tomará de la sangre
del becerro, y la traerá al tabernáculo de reunión; 6 y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, y
rociará de aquella sangre siete veces delante de Jehová, hacia el velo del santuario. 7 Y el
sacerdote pondrá de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático, que está en el
tabernáculo de reunión delante de Jehová; y echará el resto de la sangre del becerro al pie del
altar del holocausto, que está a la puerta del tabernáculo de reunión. 8 Y tomará del becerro para
la expiación toda su grosura, la que cubre los intestinos, y la que está sobre las entrañas, 9 los dos
riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la
grosura de sobre el hígado, 10 de la manera que se quita del buey del sacrificio de paz; y el
sacerdote la hará arder sobre el altar del holocausto. 11 Y la piel del becerro, y toda su carne, con
su cabeza, sus piernas, sus intestinos y su estiércol, 12 en fin, todo el becerro sacará fuera del
campamento a un lugar limpio, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña;
en donde se echan las cenizas será quemado.
13 Si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el yerro estuviere oculto a los ojos del
pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se
han de hacer, y fueren culpables; 14 luego que llegue a ser conocido el pecado que cometieren, la
congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo de reunión.
15 Y los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro delante de
Jehová, y en presencia de Jehová degollarán aquel becerro. 16 Y el sacerdote ungido meterá de la
sangre del becerro en el tabernáculo de reunión, 17 y mojará el sacerdote su dedo en la misma
sangre, y rociará siete veces delante de Jehová hacia el velo. 18 Y de aquella sangre pondrá sobre
los cuernos del altar que está delante de Jehová en el tabernáculo de reunión, y derramará el
resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la puerta del tabernáculo de reunión.
19 Y le quitará toda la grosura y la hará arder sobre el altar. 20 Y hará de aquel becerro como
hizo con el becerro de la expiación; lo mismo hará de él; así hará el sacerdote expiación por ellos,
y obtendrán perdón. 21 Y sacará el becerro fuera del campamento, y lo quemará como quemó el
primer becerro; expiación es por la congregación.
22 Cuando pecare un jefe, e hiciere por yerro algo contra alguno de todos los mandamientos de
Jehová su Dios sobre cosas que no se han de hacer, y pecare; 23 luego que conociere su pecado
que cometió, presentará por su ofrenda un macho cabrío sin defecto. 24 Y pondrá su mano sobre
la cabeza del macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante de
Jehová; es expiación. 25 Y con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la
pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del
altar del holocausto, 26 y quemará toda su grosura sobre el altar, como la grosura del sacrificio
de paz; así el sacerdote hará por él la expiación de su pecado, y tendrá perdón.
27 Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los
mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere; 28 luego que conociere
su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que
cometió. 29 Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación, y la degollará en el
lugar del holocausto. 30 Luego con su dedo el sacerdote tomará de la sangre, y la pondrá sobre los
cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 31 Y le quitará
toda su grosura, de la manera que fue quitada la grosura del sacrificio de paz; y el sacerdote la
hará arder sobre el altar en olor grato a Jehová; así hará el sacerdote expiación por él, y será
perdonado.
32 Y si por su ofrenda por el pecado trajere cordero, hembra sin defecto traerá. 33 Y pondrá su
mano sobre la cabeza de la ofrenda de expiación, y la degollará por expiación en el lugar donde se
degüella el holocausto. 34 Después con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación,
y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del
altar. 35 Y le quitará toda su grosura, como fue quitada la grosura del sacrificio de paz, y el
sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda encendida a Jehová; y le hará el sacerdote
expiación de su pecado que habrá cometido, y será perdonado.
LEVÍTICO 5
1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo
denunciare, él llevará su pecado. 2 Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa
inmunda, sea cadáver de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil
inmundo, bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido. 3 O si tocare inmundicia de
hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después
llegare a saberlo, será culpable. 4 O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer
bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después
lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas. 5 Cuando pecare en alguna de estas
cosas, confesará aquello en que pecó, 6 y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que
cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el
sacerdote le hará expiación por su pecado.
7 Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su pecado que
cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto. 8 Y los
traerá al sacerdote, el cual ofrecerá primero el que es para expiación; y le arrancará de su cuello
la cabeza, mas no la separará por completo. 9 Y rociará de la sangre de la expiación sobre la
pared del altar; y lo que sobrare de la sangre lo exprimirá al pie del altar; es expiación. 10 Y del
otro hará holocausto conforme al rito; así el sacerdote hará expiación por el pecado de aquel que
lo cometió, y será perdonado.
11 Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como
ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni
sobre ella pondrá incienso, porque es expiación. 12 La traerá, pues, al sacerdote, y el sacerdote
tomará de ella su puño lleno, para memoria de él, y la hará arder en el altar sobre las ofrendas
encendidas a Jehová; es expiación. 13 Y hará el sacerdote expiación por él en cuanto al pecado
que cometió en alguna de estas cosas, y será perdonado; y el sobrante será del sacerdote, como la
ofrenda de vianda.
Ofrendas expiatorias
14 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 15 Cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por
yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los
rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del siclo del santuario, en ofrenda por el
pecado. 16 Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta
parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por
el pecado, y será perdonado.
17 Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por
mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su
pecado. 18 Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto
de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será
perdonado. 19 Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová.
LEVÍTICO 6
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra
Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a
su prójimo, 3 o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de
todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre, 4 entonces, habiendo pecado y ofendido,
restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo
perdido que halló, 5 o todo aquello sobre que hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a
aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación. 6 Y para
expiación de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu
estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación. 7 Y el sacerdote hará expiación por él
delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender.
Leyes de los sacrificios
8 Habló aún Jehová a Moisés, diciendo: 9 Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del
holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la
mañana; el fuego del altar arderá en él. 10 Y el sacerdote se pondrá su vestidura de lino, y vestirá
calzoncillos de lino sobre su cuerpo; y cuando el fuego hubiere consumido el holocausto, apartará
él las cenizas de sobre el altar, y las pondrá junto al altar. 11 Después se quitará sus vestiduras y
se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio. 12 Y el fuego
encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y
acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. 13 El
fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.
14 Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jehová ante el altar.
15 Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso
que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jehová. 16 Y
el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en lugar santo; en el
atrio del tabernáculo de reunión lo comerán. 17 No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por
su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y
como el sacrificio por la culpa. 18 Todos los varones de los hijos de Aarón comerán de ella.
Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para
Jehová; toda cosa que tocare en ellas será santificada.
19 Habló también Jehová a Moisés, diciendo: 20 Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que
ofrecerán a Jehová el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda
perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. 21 En sartén se preparará con aceite; frita la
traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jehová. 22 Y el sacerdote
que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de
Jehová; toda ella será quemada. 23 Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se
comerá.
24 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 25 Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del
sacrificio expiatorio: en el lugar donde se degüella el holocausto, será degollada la ofrenda por el
pecado delante de Jehová; es cosa santísima. 26 El sacerdote que la ofreciere por el pecado, la
comerá; en lugar santo será comida, en el atrio del tabernáculo de reunión. 27 Todo lo que tocare
su carne, será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que
cayere, en lugar santo. 28 Y la vasija de barro en que fuere cocida, será quebrada; y si fuere
cocida en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua. 29 Todo varón de entre los sacerdotes
la comerá; es cosa santísima. 30 Mas no se comerá ninguna ofrenda de cuya sangre se metiere en
el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el santuario; al fuego será quemada.
LEVÍTICO 7
1 Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. 2 En el lugar donde
degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el
altar. 3 Y de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, 4 los dos
riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la
grosura de sobre el hígado. 5 Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a
Jehová; es expiación de la culpa. 6 Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en
lugar santo; es cosa muy santa. 7 Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa;
una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella. 8 Y el sacerdote que
ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto que ofreciere será para él. 9 Asimismo toda
ofrenda que se cociere en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del
sacerdote que lo ofreciere. 10 Y toda ofrenda amasada con aceite, o seca, será de todos los hijos
de Aarón, tanto de uno como de otro.
11 Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová: 12 Si se ofreciere en acción de
gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y
hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite.
13 Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz.
14 Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová, y será del sacerdote
que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15 Y la carne del sacrificio de paz en acción de
gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16 Mas si el
sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio,
y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente; 17 y lo que quedare de la carne del sacrificio
hasta el tercer día, será quemado en el fuego. 18 Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al
tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona
que de él comiere llevará su pecado.
19 Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda
persona limpia podrá comer la carne; 20 pero la persona que comiere la carne del sacrificio de
paz, el cual es de Jehová, estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
21 Además, la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal
inmundo, o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de
Jehová, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna
grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24 La grosura de animal muerto, y la grosura
del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis.
25 Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda
encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26 Además, ninguna sangre
comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27 Cualquiera persona que
comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo.
28 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29 Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere
sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30 Sus manos
traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho
para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 31 Y la grosura la hará arder el
sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32 Y daréis al sacerdote para ser
elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33 El que de los hijos de
Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha
como porción suya. 34 Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho
que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos,
como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35 Esta es la porción de Aarón y la porción de sus
hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes
de Jehová, 36 la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos
de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.
37 Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la
culpa, de las consagraciones y del sacrificio de paz, 38 la cual mandó Jehová a Moisés en el monte
de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el
desierto de Sinaí.
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex. 29.1-37)
LEVÍTICO 8
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite
de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura;
3 y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 4 Hizo, pues, Moisés como
Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión.
5 Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. 6 Entonces Moisés
hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. 7 Y puso sobre él la túnica, y le ciñó con
el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó con el cinto del efod, y lo
ajustó con él. 8 Luego le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim.
9 Después puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de oro, la
diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.
10 Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él,
y las santificó. 11 Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y
la fuente y su base, para santificarlos. 12 Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de
Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13 Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les
vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a
Moisés.
14 Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la
cabeza del becerro de la expiación, 15 y lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo
sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar, y
lo santificó para reconciliar sobre él. 16 Después tomó toda la grosura que estaba sobre los
intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés
sobre el altar. 17 Mas el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del
campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés.
18 Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos
sobre la cabeza del carnero; 19 y lo degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 20 y
cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la grosura. 21 Lavó luego
con agua los intestinos y las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de
olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
22 Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus
hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre,
y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha,
y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 24 Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso
Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos
derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar
alrededor.
25 Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del
hígado, los dos riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha. 26 Y del canastillo de los
panes sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una torta de pan
de aceite, y una hojaldre, y lo puso con la grosura y con la espaldilla derecha. 27 Y lo puso todo en
las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de
Jehová. 28 Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar
sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 29 Y tomó
Moisés el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones
aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.
30 Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció
sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y
santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.
31 Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y
comedla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo he mandado,
diciendo: Aarón y sus hijos la comerán. 32 Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemaréis al
fuego. 33 De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se
cumplan los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 34 De la
manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 35 A la puerta, pues, del
tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de
Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado. 36 Y Aarón y sus hijos hicieron
todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.
Los sacrificios de Aarón
LEVÍTICO 9
1 En el día octavo, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel; 2 y dijo a Aarón:
Toma de la vacada un becerro para expiación, y un carnero para holocausto, sin defecto, y
ofrécelos delante de Jehová. 3 Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Tomad un macho cabrío
para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para holocausto. 4 Asimismo un
buey y un carnero para sacrificio de paz, que inmoléis delante de Jehová, y una ofrenda amasada
con aceite; porque Jehová se aparecerá hoy a vosotros. 5 Y llevaron lo que mandó Moisés delante
del tabernáculo de reunión, y vino toda la congregación y se puso delante de Jehová. 6 Entonces
Moisés dijo: Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y la gloria de Jehová se os aparecerá. 7 Y dijo
Moisés a Aarón: Acércate al altar, y haz tu expiación y tu holocausto, y haz la reconciliación por ti
y por el pueblo; haz también la ofrenda del pueblo, y haz la reconciliación por ellos, como ha
mandado Jehová.
8 Entonces se acercó Aarón al altar y degolló el becerro de la expiación que era por él. 9 Y los
hijos de Aarón le trajeron la sangre; y él mojó su dedo en la sangre, y puso de ella sobre los
cuernos del altar, y derramó el resto de la sangre al pie del altar. 10 E hizo arder sobre el altar la
grosura con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a
Moisés. 11 Mas la carne y la piel las quemó al fuego fuera del campamento.
12 Degolló asimismo el holocausto, y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él
alrededor sobre el altar. 13 Después le presentaron el holocausto pieza por pieza, y la cabeza; y lo
hizo quemar sobre el altar. 14 Luego lavó los intestinos y las piernas, y los quemó sobre el
holocausto en el altar.
15 Ofreció también la ofrenda del pueblo, y tomó el macho cabrío que era para la expiación del
pueblo, y lo degolló, y lo ofreció por el pecado como el primero. 16 Y ofreció el holocausto, e hizo
según el rito. 17 Ofreció asimismo la ofrenda, y llenó de ella su mano, y la hizo quemar sobre el
altar, además del holocausto de la mañana.
18 Degolló también el buey y el carnero en sacrificio de paz, que era del pueblo; y los hijos de
Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él sobre el altar alrededor; 19 y las grosuras del
buey y del carnero, la cola, la grosura que cubre los intestinos, los riñones, y la grosura del
hígado; 20 y pusieron las grosuras sobre los pechos, y él las quemó sobre el altar. 21 Pero los
pechos, con la espaldilla derecha, los meció Aarón como ofrenda mecida delante de Jehová, como
Jehová lo había mandado a Moisés.
22 Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo; y después de hacer la expiación, el
holocausto y el sacrificio de paz, descendió. 23 Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de
reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo. 24 Y
salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y
viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros.
El pecado de Nadab y Abiú
LEVÍTICO 10
1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre
el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.
2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. 3 Entonces dijo
Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré,
y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
4 Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a
vuestros hermanos de delante del santuario, fuera del campamento. 5 Y ellos se acercaron y los
sacaron con sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés. 6 Entonces Moisés dijo a
Aarón, y a Eleazar e Itamar sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestros
vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación;
pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio que Jehová ha
hecho. 7 Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite
de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.
8 Y Jehová habló a Aarón, diciendo: 9 Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando
entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras
generaciones, 10 para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,
11 y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de
Moisés.
12 Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar sus hijos que habían quedado: Tomad la ofrenda
que queda de las ofrendas encendidas a Jehová, y comedla sin levadura junto al altar, porque es
cosa muy santa. 13 La comeréis, pues, en lugar santo; porque esto es para ti y para tus hijos, de
las ofrendas encendidas a Jehová, pues que así me ha sido mandado. 14 Comeréis asimismo en
lugar limpio, tú y tus hijos y tus hijas contigo, el pecho mecido y la espaldilla elevada, porque por
derecho son tuyos y de tus hijos, dados de los sacrificios de paz de los hijos de Israel. 15 Con las
ofrendas de las grosuras que se han de quemar, traerán la espaldilla que se ha de elevar y el
pecho que será mecido como ofrenda mecida delante de Jehová; y será por derecho perpetuo tuyo
y de tus hijos, como Jehová lo ha mandado.
16 Y Moisés preguntó por el macho cabrío de la expiación, y se halló que había sido quemado; y
se enojó contra Eleazar e Itamar, los hijos que habían quedado de Aarón, diciendo: 17 ¿Por qué no
comisteis la expiación en lugar santo? Pues es muy santa, y la dio él a vosotros para llevar la
iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante de Jehová. 18 Ved que la
sangre no fue llevada dentro del santuario; y vosotros debíais comer la ofrenda en el lugar santo,
como yo mandé. 19 Y respondió Aarón a Moisés: He aquí hoy han ofrecido su expiación y su
holocausto delante de Jehová; pero a mí me han sucedido estas cosas, y si hubiera yo comido hoy
del sacrificio de expiación, ¿sería esto grato a Jehová? 20 Y cuando Moisés oyó esto, se dio por
satisfecho.
Animales limpios e inmundos
(Dt. 14.3-21)
LEVÍTICO 11
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: 2 Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos
son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. 3 De entre los
animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. 4 Pero de los que rumian
o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida,
lo tendréis por inmundo. 5 También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por
inmundo. 6 Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.
7 También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis
por inmundo. 8 De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por
inmundos.
9 Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y
escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comeréis. 10 Pero todos los que no tienen aletas
ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que
está en las aguas, los tendréis en abominación. 11 Os serán, pues, abominación; de su carne no
comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos. 12 Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las
aguas, lo tendréis en abominación.
13 Y de las aves, éstas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el
quebrantahuesos, el azor, 14 el gallinazo, el milano según su especie; 15 todo cuervo según su
especie; 16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie; 17 el buho, el
somormujo, el ibis, 18 el calamón, el pelícano, el buitre, 19 la cigüeña, la garza según su especie,
la abubilla y el murciélago.
20 Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. 21 Pero esto
comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus
patas para saltar con ellas sobre la tierra; 22 estos comeréis de ellos: la langosta según su especie,
el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. 23 Todo
insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.
24 Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo
hasta la noche, 25 y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será
inmundo hasta la noche. 26 Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia,
tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo. 27 Y de todos los animales que
andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el
que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche. 28 Y el que llevare sus cadáveres, lavará
sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos.
29 Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el
ratón, la rana según su especie, 30 el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.
31 Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare
cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche. 32 Y todo aquello sobre que cayere algo
de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier
instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces
quedará limpio. 33 Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda,
así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija. 34 Todo alimento que se come, sobre
el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas
será inmunda. 35 Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno
u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. 36 Con todo, la fuente y la
cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será
inmundo. 37 Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será
limpia. 38 Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella,
la tendréis por inmunda.
39 Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo
hasta la noche. 40 Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta
la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la
noche.
41Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá. 42 Todo lo que anda
sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre
la tierra, no lo comeréis, porque es abominación. 43 No hagáis abominables vuestras personas con
ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos. 44 Porque
yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy
santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la
tierra. 45 Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios:
seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
46 Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y
todo animal que se arrastra sobre la tierra, 47 para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio,
y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
La purificación de la mujer después del parto
LEVÍTICO 12
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba
y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda.
3 Y al octavo día se circuncidará al niño. 4 Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose
de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los
días de su purificación. 5 Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su
separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
6 Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de
un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de
reunión, al sacerdote; 7 y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será
limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija. 8 Y si no tiene lo
suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y
otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.
Leyes acerca de la lepra
LEVÍTICO 13
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo
hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra,
será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes. 3 Y el sacerdote mirará la
llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más
profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará
inmundo. 4 Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más
profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al
llagado por siete días. 5 Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo
aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros
siete días. 6 Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido
la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y
lavará sus vestidos, y será limpio. 7 Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se
mostró al sacerdote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote. 8 Y si reconociéndolo
el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra.
9 Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote. 10 Y éste lo mirará, y si
apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo
la carne viva, 11 es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y
no le encerrará, porque es inmundo. 12 Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo
que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el
sacerdote, 13 entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará
limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio. 14 Mas el día que apareciere en él
la carne viva, será inmundo. 15 Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es
inmunda la carne viva; es lepra. 16 Mas cuando la carne viva cambiare y se volviere blanca,
entonces vendrá al sacerdote, 17 y el sacerdote mirará; y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el
sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio.
18 Y cuando en la piel de la carne hubiere divieso, y se sanare, 19 y en el lugar del divieso
hubiere una hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote. 20 Y el sacerdote
mirará; y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el
sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el divieso. 21 Y si el sacerdote
la considerare, y no apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino oscura,
entonces el sacerdote le encerrará por siete días; 22 y si se fuere extendiendo por la piel,
entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga. 23 Pero si la mancha blanca se estuviere en
su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso, y el sacerdote lo declarará limpio.
24 Asimismo cuando hubiere en la piel del cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado
del fuego mancha blanquecina, rojiza o blanca, 25 el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere
vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda que la piel, es lepra que salió en la
quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra. 26 Mas si el sacerdote la
mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino que
estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días. 27 Y al séptimo día el sacerdote la
reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo; es
llaga de lepra. 28 Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel,
sino que estuviere oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo declarará limpio, porque
señal de la quemadura es.
29 Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba, 30 el sacerdote mirará la
llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado,
entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba. 31 Mas
cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la
piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña; 32 y
al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere
en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel, 33 entonces le hará que se
rasure, pero no rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros siete días al que
tiene la tiña. 34 Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la
piel, ni pareciere ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus
vestidos y será limpio. 35 Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la piel después de su
purificación, 36 entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque
el sacerdote el pelo amarillento; es inmundo. 37 Mas si le pareciere que la tiña está detenida, y
que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y limpio lo declarará el
sacerdote.
38 Asimismo cuando el hombre o la mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas
blancas, 39 el sacerdote mirará, y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo
oscurecidas, es empeine que brotó en la piel; está limpia la persona.
40 Y el hombre, cuando se le cayere el cabello, es calvo, pero limpio. 41 Y si hacia su frente se le
cayere el cabello, es calvo por delante, pero limpio. 42 Mas cuando en la calva o en la antecalva
hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva. 43 Entonces el
sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su
antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo, 44 leproso es, es inmundo, y el
sacerdote lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la llaga.
45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y
embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡inmundo! 46 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será
inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
47 Cuando en un vestido hubiere plaga de lepra, ya sea vestido de lana, o de lino, 48 o en
urdimbre o en trama de lino o de lana, o en cuero, o en cualquiera obra de cuero; 49 y la plaga
fuere verdosa, o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquiera obra de
cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote. 50 Y el sacerdote mirará la plaga, y
encerrará la cosa plagada por siete días. 51 Y al séptimo día mirará la plaga; y si se hubiere
extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el cuero, o en cualquiera obra
que se hace de cuero, lepra maligna es la plaga; inmunda será. 52 Será quemado el vestido, la
urdimbre o trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en que hubiere tal plaga, porque
lepra maligna es; al fuego será quemada.
53 Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la
urdimbre o en la trama, o en cualquiera obra de cuero, 54 entonces el sacerdote mandará que
laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días. 55 Y el sacerdote mirará después
que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de aspecto, aunque no se
haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído
en el derecho o en el revés de aquella cosa.
56 Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada,
la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama. 57 Y si apareciere de nuevo en el
vestido, la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás al
fuego aquello en que estuviere la plaga. 58 Pero el vestido, la urdimbre o la trama, o cualquiera
cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará segunda vez, y entonces será
limpia.
59 Esta es la ley para la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama,
o de cualquiera cosa de cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.
LEVÍTICO 14
1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será
traído al sacerdote, 3 y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la
plaga de la lepra del leproso, 4 el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica
dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5 Y mandará el sacerdote matar
una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes. 6 Después tomará la avecilla viva, el
cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta
sobre las aguas corrientes; 7 y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le
declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. 8 Y el que se purifica lavará sus vestidos,
y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y
morará fuera de su tienda siete días. 9 Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y
las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será
limpio.
10 El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres
décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. 11 Y el
sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas
cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión; 12 y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá
por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová. 13 Y
degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el
lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es
del sacerdote; es cosa muy sagrada. 14 Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la
culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el
pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 15 Asimismo el sacerdote tomará
del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su mano izquierda, 16 y mojará su dedo derecho
en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante
de Jehová. 17 Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el
lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa. 18 Y lo que quedare del
aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote
expiación por él delante de Jehová. 19 Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y
hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto,
20 y hará subir el sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote
expiación por él, y será limpio.
21 Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido
como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina
amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite, 22 y dos tórtolas o dos palominos, según
pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. 23 Al octavo día de su
purificación traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de
Jehová. 24 Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y los
mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de Jehová. 25 Luego degollará el cordero de la
culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho. 26 Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27 y con su
dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante
de Jehová. 28 También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la
oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho, en el lugar de la sangre de la culpa. 29 Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene
en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante de Jehová.
30 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según pueda. 31 Uno en
sacrificio de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el
sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová. 32 Esta es la ley para el que
hubiere tenido plaga de lepra, y no tuviere más para su purificación.
33 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 34 Cuando hayáis entrado en la tierra de
Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de
vuestra posesión, 35 vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo
como plaga ha aparecido en mi casa. 36 Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes
que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y
después el sacerdote entrará a examinarla. 37 Y examinará la plaga; y si se vieren manchas en
las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales parecieren más profundas que la
superficie de la pared, 38 el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por
siete días. 39 Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la examinará; y si la plaga se hubiere
extendido en las paredes de la casa, 40 entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras
en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo. 41 Y hará raspar la
casa por dentro alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el barro que
rasparen. 42 Y tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán
otro barro y recubrirán la casa.
43 Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar
la casa, y después que fue recubierta, 44 entonces el sacerdote entrará y la examinará; y si
pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra maligna en la casa; inmunda es.
45 Derribará, por tanto, la tal casa, sus piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y
sacarán todo fuera de la ciudad a lugar inmundo. 46 Y cualquiera que entrare en aquella casa
durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche. 47 Y el que durmiere en
aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa lavará sus vestidos.
48 Mas si entrare el sacerdote y la examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa
después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha
desaparecido. 49 Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y madera de cedro, grana e
hisopo; 50 y degollará una avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes. 51 Y tomará el
cedro, el hisopo, la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en
las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces. 52 Y purificará la casa con la sangre de la
avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana.
53 Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la faz del campo. Así hará expiación por
la casa, y será limpia.
54 Esta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de tiña, 55 y de la lepra del vestido, y de la casa,
56 y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la mancha blanca, 57 para enseñar cuándo es
inmundo, y cuándo limpio. Esta es la ley tocante a la lepra.
Impurezas físicas
LEVÍTICO 15
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier
varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo. 3 Y esta será su inmundicia en su flujo: sea
que su cuerpo destiló a causa de su flujo, o que deje de destilar a causa de su flujo, él será
inmundo. 4 Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre
que se sentare, inmunda será. 5 Y cualquiera que tocare su cama lavará sus vestidos; se lavará
también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. 6 Y el que se sentare sobre aquello
en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos, se lavará también a sí mismo con
agua, y será inmundo hasta la noche. 7 Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene flujo,
lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 8 Y si el que
tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus vestidos, y después de haberse lavado con
agua, será inmundo hasta la noche. 9 Y toda montura sobre que cabalgare el que tuviere flujo
será inmunda. 10 Cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será
inmundo hasta la noche; y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua,
será inmundo hasta la noche. 11 Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con
agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la
noche. 12 La vasija de barro que tocare el que tiene flujo será quebrada, y toda vasija de madera
será lavada con agua.
13 Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su
purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio. 14 Y el
octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del
tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote; 15 y el sacerdote hará del uno ofrenda por el
pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le purificará de su flujo delante de Jehová.
16 Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo
hasta la noche. 17 Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se
lavará con agua, y será inmunda hasta la noche. 18 Y cuando un hombre yaciere con una mujer y
tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche.
19 Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará
apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche. 20 Todo aquello sobre que ella
se acostare mientras estuviere separada, será inmundo; también todo aquello sobre que se
sentare será inmundo. 21 Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de
lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. 22 También cualquiera que tocare cualquier
mueble sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con
agua, y será inmundo hasta la noche. 23 Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que
ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la noche. 24 Si alguno durmiere con
ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere,
será inmunda.
25 Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su
costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será
inmunda como en los días de su costumbre. 26 Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su
flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo,
como la impureza de su costumbre. 27 Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará
sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 28 Y cuando fuere
libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia. 29 Y el octavo día tomará consigo dos
tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión; 30 y el
sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote
delante de Jehová del flujo de su impureza.
31 Así apartaréis de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas
por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos.
32 Esta es la ley para el que tiene flujo, y para el que tiene emisión de semen, viniendo a ser
inmundo a causa de ello; 33 y para la que padece su costumbre, y para el que tuviere flujo, sea
varón o mujer, y para el hombre que durmiere con mujer inmunda.
El día de la expiación
LEVÍTICO 16
1 Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron
delante de Jehová, y murieron. 2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo
tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para
que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3 Con esto entrará Aarón en
el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. 4 Se vestirá la túnica
santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la
mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su
cuerpo con agua. 5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para
expiación, y un carnero para holocausto.
6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por
su casa. 7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta
del tabernáculo de reunión. 8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte
por Jehová, y otra suerte por Azazel. 9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la
suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la
suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para
enviarlo a Azazel al desierto.
11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y
por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 12 Después tomará un incensario
lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático
molido, y lo llevará detrás del velo. 13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la
nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.
14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado
oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15 Después
degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del
velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el
propiciatorio y delante del propiciatorio. 16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas
de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también
al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas. 17 Ningún
hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario,
hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de
Israel. 18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del
becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 19 Y
esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las
inmundicias de los hijos de Israel.
20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará
traer el macho cabrío vivo; 21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío
vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos
sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano
de un hombre destinado para esto. 22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades
de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
23 Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había
vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 24 Lavará luego su cuerpo con agua en el
lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el
holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. 25 Y quemará en el altar la
grosura del sacrificio por el pecado. 26 El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará
sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento. 27 Y
sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre
fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su
estiércol. 28 El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y
después podrá entrar en el campamento.
29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis
vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros.
30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados
delante de Jehová. 31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto
perpetuo. 32 Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en
lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. 33 Y hará la
expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar,
por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. 34 Y esto tendréis como estatuto
perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo
como Jehová le mandó.
El santuario único
LEVÍTICO 17
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y
diles: Esto es lo que ha mandado Jehová: 3 Cualquier varón de la casa de Israel que degollare
buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él, 4 y no lo trajere a la puerta del
tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, será
culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo, 5 a
fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, para
que los traigan a Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión al sacerdote, y sacrifiquen ellos
sacrificios de paz a Jehová. 6 Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová a la
puerta del tabernáculo de reunión, y quemará la grosura en olor grato a Jehová. 7 Y nunca más
sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado; tendrán esto por
estatuto perpetuo por sus edades.
8 Les dirás también: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre
vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio, 9 y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de
reunión para hacerlo a Jehová, el tal varón será igualmente cortado de su pueblo.
Prohibición de comer la sangre
10 Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere
alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su
pueblo. 11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación
sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. 12 Por tanto,
he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que
mora entre vosotros comerá sangre. 13 Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los
extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su
sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis
la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere
será cortado. 15 Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere
animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y
será inmunda hasta la noche; entonces será limpia. 16 Y si no los lavare, ni lavare su cuerpo,
llevará su iniquidad.
Actos de inmoralidad prohibidos
LEVÍTICO 18
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro
Dios. 3 No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en
la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. 4 Mis ordenanzas
pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios. 5 Por
tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos.
Yo Jehová.
6 Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová. 7 La
desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su
desnudez. 8 La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. 9 La
desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su
desnudez no descubrirás. 10 La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez
no descubirás, porque es la desnudez tuya. 11 La desnudez de la hija de la mujer de tu padre,
engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. 12 La desnudez de la
hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. 13 La desnudez de la hermana de tu
madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. 14 La desnudez del hermano de tu padre
no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. 15 La desnudez de tu
nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. 16 La desnudez de la
mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. 17 La desnudez de la mujer y
de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su
desnudez; son parientas, es maldad. 18 No tomarás mujer juntamente con su hermana, para
hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.
19 Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual.
20 Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21 Y no
des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo
Jehová. 22 No te echarás con varón como con mujer; es abominación. 23 Ni con ningún animal
tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para
ayuntarse con él; es perversión.
24 En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las
naciones que yo echo de delante de vosotros, 25 y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad
sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. 26 Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis
ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora
entre vosotros 27 (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que
fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada); 28 no sea que la tierra os vomite por
haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros. 29 Porque
cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán
cortadas de entre su pueblo. 30 Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres
abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro
Dios.
Leyes de santidad y de justicia
LEVÍTICO 19
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles:
Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. 3 Cada uno temerá a su madre y a su
padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. 4 No os volveréis a los ídolos, ni
haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios.
5 Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis
aceptos. 6 Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer
día, será quemado en el fuego. 7 Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto,
8 y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y la tal persona será
cortada de su pueblo.
9 Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu
tierra segada. 10 Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y
para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.
11 No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. 12 Y no juraréis falsamente por mi
nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
13 No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta
la mañana. 14 No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás
temor de tu Dios. Yo Jehová.
15 No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con
justicia juzgarás a tu prójimo. 16 No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la
vida de tu prójimo. Yo Jehová.
17 No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes
de su pecado. 18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
19 Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo
no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos.
20 Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere
rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no
es libre. 21 Y él traerá a Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión, un carnero en expiación
por su culpa. 22 Y con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová,
por su pecado que cometió; y se le perdonará su pecado que ha cometido.
23 Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como
incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. 24 Y el
cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. 25 Mas al quinto año comeréis el
fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios.
26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos. 27 No haréis tonsura en
vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. 28 Y no haréis rasguños en vuestro
cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.
29 No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de
maldad. 30 Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová.
31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos.
Yo Jehová vuestro Dios.
32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás
temor. Yo Jehová.
33 Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. 34 Como a un
natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo;
porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
35 No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. 36 Balanzas
justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra
de Egipto. 37 Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo
Jehová.
Penas por actos de inmoralidad
LEVÍTICO 20
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier varón de los
hijos de Israel, o de los extranjeros que moran en Israel, que ofreciere alguno de sus hijos a
Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará. 3 Y yo pondré mi rostro contra el tal
varón, y lo cortaré de entre su pueblo, por cuanto dio de sus hijos a Moloc, contaminando mi
santuario y profanando mi santo nombre. 4 Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de
aquel varón que hubiere dado de sus hijos a Moloc, para no matarle, 5 entonces yo pondré mi
rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que
fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc.
6 Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré
mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. 7 Santificaos, pues, y sed santos,
porque yo Jehová soy vuestro Dios. 8 Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová
que os santifico. 9 Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su
padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.
10 Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera
indefectiblemente serán muertos. 11 Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la
desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos. 12 Si
alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será
sobre ellos. 13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos
han de ser muertos; sobre ellos será su sangre. 14 El que tomare mujer y a la madre de ella,
comete vileza; quemarán con fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros.
15 Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y mataréis a la bestia. 16 Y si una
mujer se llegare a algún animal para ayuntarse con él, a la mujer y al animal matarás; morirán
indefectiblemente; su sangre será sobre ellos.
17 Si alguno tomare a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y viere su desnudez, y ella
viere la suya, es cosa execrable; por tanto serán muertos a ojos de los hijos de su pueblo;
descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará. 18 Cualquiera que durmiere con mujer
menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su
sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo. 19 La desnudez de la hermana de tu madre, o
de la hermana de tu padre, no descubrirás; porque al descubrir la desnudez de su parienta, su
iniquidad llevarán. 20 Cualquiera que durmiere con la mujer del hermano de su padre, la
desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos. 21 Y el que
tomare la mujer de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin
hijos serán.
22 Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os
vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. 23 Y no andéis en las
prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas
cosas, y los tuve en abominación. 24 Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de
ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo Jehová
vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. 25 Por tanto, vosotros haréis diferencia entre
animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia; y no contaminéis vuestras personas con
los animales, ni con las aves, ni con nada que se arrastra sobre la tierra, los cuales os he apartado
por inmundos. 26 Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de
los pueblos para que seáis míos.
27 Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de
morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.
Santidad de los sacerdotes
LEVÍTICO 21
1 Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por
un muerto en sus pueblos. 2 Mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su
hijo o por su hermano, 3 o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por
ella se contaminará. 4 No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose
inmundo. 5 No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán
rasguños. 6 Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas
encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos. 7 Con mujer ramera
o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su
Dios. 8 Le santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo
soy yo Jehová que os santifico. 9 Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre
deshonra; quemada será al fuego.
10 Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la
unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus
vestidos, 11 ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se
contaminará. 12 Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la
consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová. 13 Tomará por esposa
a una mujer virgen. 14 No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su
pueblo una virgen por mujer, 15 para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo
Jehová soy el que los santifico.
16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por
sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. 18 Porque
ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, 19 o
varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, 20 o jorobado, o enano, o que tenga nube en
el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. 21 Ningún varón de la descendencia
del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas
para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. 22 Del pan de su Dios,
de lo muy santo y de las cosas santificadas, podrá comer. 23 Pero no se acercará tras el velo, ni se
acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo
Jehová soy el que los santifico. 24 Y Moisés habló esto a Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de
Israel.
Santidad de las ofrendas
LEVÍTICO 22
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas
santas que los hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová.
3 Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones, que se acercare a las
cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será
cortado de mi presencia. Yo Jehová. 4 Cualquier varón de la descendencia de Aarón que fuere
leproso, o padeciere flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que tocare
cualquiera cosa de cadáveres, o el varón que hubiere tenido derramamiento de semen, 5 o el
varón que hubiere tocado cualquier reptil por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a
ser inmundo, conforme a cualquiera inmundicia suya; 6 la persona que lo tocare será inmunda
hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo con agua.
7 Cuando el sol se pusiere, será limpio; y después podrá comer las cosas sagradas, porque su
alimento es. 8 Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová.
9 Guarden, pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran cuando
la profanen. Yo Jehová que los santifico.
10 Ningún extraño comerá cosa sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán
cosa sagrada. 11 Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá comer
de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento. 12 La hija del
sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas. 13 Pero
si la hija del sacerdote fuere viuda o repudiada, y no tuviere prole y se hubiere vuelto a la casa de
su padre, como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún extraño coma
de él. 14 Y el que por yerro comiere cosa sagrada, añadirá a ella una quinta parte, y la dará al
sacerdote con la cosa sagrada. 15 No profanarán, pues, las cosas santas de los hijos de Israel, las
cuales apartan para Jehová; 16 pues les harían llevar la iniquidad del pecado, comiendo las cosas
santas de ellos; porque yo Jehová soy el que los santifico.
17 También habló Jehová a Moisés, diciendo: 18 Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de
Israel, y diles: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros en Israel, que ofreciere
su ofrenda en pago de sus votos, o como ofrendas voluntarias ofrecidas en holocausto a Jehová,
19 para que sea aceptado, ofreceréis macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los
corderos, o de entre las cabras. 20 Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será
acepto por vosotros. 21 Asimismo, cuando alguno ofreciere sacrificio en ofrenda de paz a Jehová
para cumplir un voto, o como ofrenda voluntaria, sea de vacas o de ovejas, para que sea aceptado
será sin defecto. 22 Ciego, perniquebrado, mutilado, verrugoso, sarnoso o roñoso, no ofreceréis
éstos a Jehová, ni de ellos pondréis ofrenda encendida sobre el altar de Jehová. 23 Buey o carnero
que tenga de más o de menos, podrás ofrecer por ofrenda voluntaria; pero en pago de voto no será
acepto. 24 No ofreceréis a Jehová animal con testículos heridos o magullados, rasgados o
cortados, ni en vuestra tierra lo ofreceréis. 25 Ni de mano de extranjeros tomarás estos animales
para ofrecerlos como el pan de vuestro Dios, porque su corrupción está en ellos; hay en ellos
defecto, no se os aceptarán.
26 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 27 El becerro o el cordero o la cabra, cuando naciere, siete
días estará mamando de su madre; mas desde el octavo día en adelante será acepto para ofrenda
de sacrificio encendido a Jehová. 28 Y sea vaca u oveja, no degollaréis en un mismo día a ella y a
su hijo. 29 Y cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo sacrificaréis de
manera que sea aceptable. 30 En el mismo día se comerá; no dejaréis de él para otro día. Yo
Jehová.
31 Guardad, pues, mis mandamientos, y cumplidlos. Yo Jehová. 32 Y no profanéis mi santo
nombre, para que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel. Yo Jehová que os santifico,
33 que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová.
Las fiestas solemnes
(Nm. 28.16—29.40)
LEVÍTICO 23
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de
Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: 3 Seis días se trabajará,
mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de
Jehová en dondequiera que habitéis.
4 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en
sus tiempos: 5 En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.
6 Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete
días comeréis panes sin levadura. 7 El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de
siervos haréis. 8 Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa
convocación; ningún trabajo de siervo haréis.
9 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado
en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los
primeros frutos de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que
seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla,
ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. 13 Su ofrenda será dos
décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor
gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14 No comeréis pan, ni grano
tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro
Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis.
15 Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de
la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16 Hasta el día siguiente del séptimo día de
reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17 De vuestras
habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de
harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18 Y ofreceréis con el pan siete
corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros; serán holocausto a
Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
19 Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de
ofrenda de paz. 20 Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová, con el
pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a Jehová para el sacerdote. 21 Y
convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto
perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones.
22 Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni
espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.
23 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 24 Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al
primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa
convocación. 25 Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
26 También habló Jehová a Moisés, diciendo: 27 A los diez días de este mes séptimo será el día de
expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida
a Jehová. 28 Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros
delante de Jehová vuestro Dios. 29 Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día,
será cortada de su pueblo. 30 Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo
destruiré a la tal persona de entre su pueblo. 31 Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por
vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. 32 Día de reposo será a vosotros, y afligiréis
vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis
vuestro reposo.
33 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 34 Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de
este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. 35 El primer
día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 36 Siete días ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis.
37 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer
ofrenda encendida a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo,
38 además de los días de reposo de Jehová, de vuestros dones, de todos vuestros votos, y de todas
vuestras ofrendas voluntarias que acostumbráis dar a Jehová.
39 Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis
fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de
reposo. 40 Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas
de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios
por siete días. 41Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por
vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. 42 En tabernáculos habitaréis siete días; todo
natural de Israel habitará en tabernáculos, 43 para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo
Jehová vuestro Dios.
44 Así habló Moisés a los hijos de Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová.
Aceite para las lámparas
(Ex. 27.20-21)
LEVÍTICO 24
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado
aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente. 3 Fuera del velo
del testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá Aarón desde la tarde hasta la mañana
delante de Jehová; es estatuto perpetuo por vuestras generaciones. 4 Sobre el candelero limpio
pondrá siempre en orden las lámparas delante de Jehová.
El pan de la proposición
5 Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa.
6 Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová.
7 Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda
encendida a Jehová. 8 Cada día de reposo lo pondrá continuamente en orden delante de Jehová,
en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. 9 Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales
lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a
Jehová, por derecho perpetuo.
Castigo del blasfemo
10 En aquel tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió entre los
hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. 11 Y el
hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y su
madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan. 12 Y lo pusieron en la cárcel, hasta
que les fuese declarado por palabra de Jehová.
13 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 14 Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que
le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. 15 Y a los
hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. 16 Y
el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así
el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. 17 Asimismo el hombre que
hiere de muerte a cualquiera persona, que sufra la muerte. 18 El que hiere a algún animal ha de
restituirlo, animal por animal. 19 Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea
hecho: 20 rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro,
tal se hará a él. 21 El que hiere algún animal ha de restituirlo; mas el que hiere de muerte a un
hombre, que muera. 22 Un mismo estatuto tendréis para el extranjero, como para el natural;
porque yo soy Jehová vuestro Dios. 23 Y habló Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron del
campamento al blasfemo y lo apedrearon. Y los hijos de Israel hicieron según Jehová había
mandado a Moisés.
El año de reposo de la tierra y el año del jubileo
LEVÍTICO 25
1 Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles:
Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. 3 Seis
años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. 4 Pero el séptimo año
la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. 5 Lo
que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año
de reposo será para la tierra. 6 Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a
tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; 7 y a tu animal, y a la bestia que
hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer.
8 Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete
semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. 9 Entonces harás tocar fuertemente la
trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta
por toda vuestra tierra. 10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a
todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada
cual volverá a su familia. 11 El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que
naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, 12 porque es jubileo; santo será a
vosotros; el producto de la tierra comeréis.
13 En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión. 14 Y cuando vendiereis algo a
vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a su hermano.
15 Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo; conforme al
número de los años de los frutos te venderá él a ti. 16 Cuanto mayor fuere el número de los años,
aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el
número de las cosechas te venderá él. 17 Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro
Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
18 Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en
la tierra seguros; 19 y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con
seguridad. 20 Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni
hemos de recoger nuestros frutos; 21 entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará
que haya fruto por tres años. 22 Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el
año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo. 23 La tierra no se venderá a
perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.
24 Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra.
25 Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más
próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido. 26 Y cuando el hombre no
tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate, 27 entonces contará los años desde
que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión. 28 Mas si no
consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo
compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.
29 El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla
hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir. 30 Y si no
fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará
para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo.
31 Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos
del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo. 32 Pero en cuanto a las ciudades de los
levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión. 33 Y
el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el
jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos
de Israel. 34 Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión
de ellos.
35 Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y
extranjero vivirá contigo. 36 No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y
tu hermano vivirá contigo. 37 No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia. 38 Yo
Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser
vuestro Dios.
39 Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir
como esclavo. 40 Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá.
41 Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión
de sus padres se restituirá. 42 Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto;
no serán vendidos a manera de esclavos. 43 No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás
temor de tu Dios. 44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en
vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. 45 También podréis comprar de
los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra
tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión. 46 Y los podréis dejar en
herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os
serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno
sobre su hermano con dureza.
47 Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a
él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia
del extranjero; 48 después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo
rescatará. 49 O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo
rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará. 50 Hará la cuenta con el que lo
compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su
venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al
tiempo de un criado asalariado. 51 Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su
rescate, del dinero por el cual se vendió. 52 Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo,
entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años. 53 Como con el
tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos.
54 Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él. 55 Porque
mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo
Jehová vuestro Dios.
Bendiciones de la obediencia
(Dt. 7.12-24; 28.1-14)
LEVÍTICO 26
1 No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra
tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios. 2 Guardad mis
días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová.
3 Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, 4 yo
daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su
fruto. 5 Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis
vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. 6 Y yo daré paz en la tierra, y
dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la
espada no pasará por vuestro país. 7 Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada
delante de vosotros. 8 Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a
diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. 9 Porque yo me volveré
a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. 10 Comeréis lo
añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. 11 Y pondré mi morada
en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; 12 y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro
Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto,
para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el
rostro erguido.
Consecuencias de la desobediencia
(Dt. 28.15-68)
14 Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15 y si desdeñareis mis
decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e
invalidando mi pacto, 16 yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror,
extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano
vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. 17 Pondré mi rostro contra vosotros, y
seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros,
y huiréis sin que haya quien os persiga. 18 Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a
castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19 Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo,
y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. 20 Vuestra fuerza se consumirá
en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.
21 Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete
veces más plagas según vuestros pecados. 22 Enviaré también contra vosotros bestias fieras que
os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros
caminos sean desiertos.
23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24 yo
también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.
25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en
vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del
enemigo. 26 Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un
horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
27 Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28 yo procederé en
contra de vosotros con ira, y os catigaré aún siete veces por vuestros pecados. 29 Y comeréis la
carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. 30 Destruiré vuestros lugares altos,
y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de
vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31 Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros
santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. 32 Asolaré también la tierra, y se
pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; 33 y a vosotros os esparciré entre las
naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas
vuestras ciudades.
34 Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros
estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de
reposo. 35 Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo
cuando habitabais en ella. 36 Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal
cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y
huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. 37 Tropezarán los unos con los
otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de
vuestros enemigos. 38 Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os
consumirá. 39 Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su
iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.
40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que
prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41 yo también habré
andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se
humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. 42 Entonces yo me acordaré de mi
pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me
acordaré, y haré memoria de la tierra. 43 Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus
días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus
iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos.
44 Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los
abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios.
45 Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los
ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová.
46 Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel
en el monte de Sinaí por mano de Moisés.
Cosas consagradas a Dios
LEVÍTICO 27
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno hiciere
especial voto a Jehová, según la estimación de las personas que se hayan de redimir, lo estimarás
así: 3 En cuanto al varón de veinte años hasta sesenta, lo estimarás en cincuenta siclos de plata,
según el siclo del santuario. 4 Y si fuere mujer, la estimarás en treinta siclos. 5 Y si fuere de cinco
años hasta veinte, al varón lo estimarás en veinte siclos, y a la mujer en diez siclos. 6 Y si fuere de
un mes hasta cinco años, entonces estimarás al varón en cinco siclos de plata, y a la mujer en tres
siclos de plata. 7 Mas si fuere de sesenta años o más, al varón lo estimarás en quince siclos, y a la
mujer en diez siclos. 8 Pero si fuere muy pobre para pagar tu estimación, entonces será llevado
ante el sacerdote, quien fijará el precio; conforme a la posibilidad del que hizo el voto, le fijará
precio el sacerdote.
9 Y si fuere animal de los que se ofrece ofrenda a Jehová, todo lo que de los tales se diere a
Jehová será santo. 10 No será cambiado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se
permutare un animal por otro, él y el dado en cambio de él serán sagrados. 11 Si fuere algún
animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda a Jehová, entonces el animal será puesto delante del
sacerdote, 12 y el sacerdote lo valorará, sea bueno o sea malo; conforme a la estimación del
sacerdote, así será. 13 Y si lo quisiere rescatar, añadirá sobre tu valuación la quinta parte.
14 Cuando alguno dedicare su casa consagrándola a Jehová, la valorará el sacerdote, sea buena o
sea mala; según la valorare el sacerdote, así quedará. 15 Mas si el que dedicó su casa deseare
rescatarla, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella, y será suya.
16 Si alguno dedicare de la tierra de su posesión a Jehová, tu estimación será conforme a su
siembra; un homer de siembra de cebada se valorará en cincuenta siclos de plata. 17 Y si
dedicare su tierra desde el año del jubileo, conforme a tu estimación quedará. 18 Mas si después
del jubileo dedicare su tierra, entonces el sacerdote hará la cuenta del dinero conforme a los años
que quedaren hasta el año del jubileo, y se rebajará de tu estimación. 19 Y si el que dedicó la
tierra quisiere redimirla, añadirá a tu estimación la quinta parte del precio de ella, y se le
quedará para él. 20 Mas si él no rescatare la tierra, y la tierra se vendiere a otro, no la rescatará
más; 21 sino que cuando saliere en el jubileo, la tierra será santa para Jehová, como tierra
consagrada; la posesión de ella será del sacerdote. 22 Y si dedicare alguno a Jehová la tierra que
él compró, que no era de la tierra de su herencia, 23 entonces el sacerdote calculará con él la
suma de tu estimación hasta el año del jubileo, y aquel día dará tu precio señalado, cosa
consagrada a Jehová. 24 En el año del jubileo, volverá la tierra a aquél de quien él la compró,
cuya es la herencia de la tierra. 25 Y todo lo que valorares será conforme al siclo del santuario; el
siclo tiene veinte geras.
26 Pero el primogénito de los animales, que por la primogenitura es de Jehová, nadie lo dedicará;
sea buey u oveja, de Jehová es. 27 Mas si fuere de los animales inmundos, lo rescatarán conforme
a tu estimación, y añadirán sobre ella la quinta parte de su precio; y si no lo rescataren, se
venderá conforme a tu estimación.
28 Pero no se venderá ni se rescatará ninguna cosa consagrada, que alguno hubiere dedicado a
Jehová; de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, todo lo
consagrado será cosa santísima para Jehová. 29 Ninguna persona separada como anatema podrá
ser rescatada; indefectiblemente ha de ser muerta.
30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová
es; es cosa dedicada a Jehová. 31 Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta
parte de su precio por ello. 32 Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la
vara, el diezmo será consagrado a Jehová. 33 No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo
cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados.
34 Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte
de Sinaí.
Libro Cuarto de Moisés
NÚMEROS
Censo de Israel en Sinaí
NÚMEROS 1
1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en el día primero
del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo: 2 Tomad el censo
de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la
cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas. 3 De veinte años arriba, todos los que
pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos. 4 Y estará con
vosotros un varón de cada tribu, cada uno jefe de la casa de sus padres. 5 Estos son los nombres
de los varones que estarán con vosotros: De la tribu de Rubén, Elisur hijo de Sedeur. 6 De
Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. 7 De Judá, Naasón hijo de Aminadab. 8 De Isacar, Natanael
hijo de Zuar. 9 De Zabulón, Eliab hijo de Helón. 10 De los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo
de Amiud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. 11 De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 12 De
Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. 13 De Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 14 De Gad, Eliasaf hijo de
Deuel. 15 De Neftalí, Ahira hijo de Enán. 16 Estos eran los nombrados de entre la congregación,
príncipes de las tribus de sus padres, capitanes de los millares de Israel.
17 Tomaron, pues, Moisés y Aarón a estos varones que fueron designados por sus nombres, 18 y
reunieron a toda la congregación en el día primero del mes segundo, y fueron agrupados por
familias, según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, de
veinte años arriba. 19 Como Jehová lo había mandado a Moisés, los contó en el desierto de Sinaí.
20 De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 21 los contados de la tribu de Rubén fueron
cuarenta y seis mil quinientos.
22 De los hijos de Simeón, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
fueron contados conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de veinte años
arriba, todos los que podían salir a la guerra; 23 los contados de la tribu de Simeón fueron
cincuenta y nueve mil trescientos.
24 De los hijos de Gad, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
25 los contados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
26 De los hijos de Judá, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
27 los contados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil seiscientos.
28 De los hijos de Isacar, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
29 los contados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
30 De los hijos de Zabulón, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de sus nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
31 los contados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.
32 De los hijos de José; de los hijos de Efraín, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que
podían salir a la guerra; 33 los contados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.
34 Y de los hijos de Manasés, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus
padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; 35 los contados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil doscientos.
36 De los hijos de Benjamín, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
37 los contados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.
38 De los hijos de Dan, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
39 los contados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.
40 De los hijos de Aser, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
41 los contados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.
42 De los hijos de Neftalí, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra;
43 los contados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.
44 Estos fueron los contados, los cuales contaron Moisés y Aarón, con los príncipes de Israel,
doce varones, uno por cada casa de sus padres. 45 Y todos los contados de los hijos de Israel por
las casas de sus padres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra en Israel,
46 fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
Nombramiento de los levitas
47 Pero los levitas, según la tribu de sus padres, no fueron contados entre ellos; 48 porque habló
Jehová a Moisés, diciendo: 49 Solamente no contarás la tribu de Leví, ni tomarás la cuenta de
ellos entre los hijos de Israel, 50 sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, y
sobre todos sus utensilios, y sobre todas las cosas que le pertenecen; ellos llevarán el tabernáculo
y todos sus enseres, y ellos servirán en él, y acamparán alrededor del tabernáculo. 51 Y cuando el
tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de
detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acercare morirá. 52 Los hijos de Israel
acamparán cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, por sus ejércitos; 53 pero
los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio, para que no haya ira sobre la
congregación de los hijos de Israel; y los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio.
54 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés; así lo
hicieron.
Campamentos y jefes de las tribus
NÚMEROS 2
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su
bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión
acamparán. 3 Estos acamparán al oriente, al este: la bandera del campamento de Judá, por sus
ejércitos; y el jefe de los hijos de Judá, Naasón hijo de Aminadab. 4 Su cuerpo de ejército, con sus
contados, setenta y cuatro mil seiscientos. 5 Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar; y el
jefe de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar. 6 Su cuerpo de ejército, con sus contados,
cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. 7 Y la tribu de Zabulón; y el jefe de los hijos de Zabulón,
Eliab hijo de Helón. 8 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y siete mil cuatrocientos.
9 Todos los contados en el campamento de Judá, ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, por sus
ejércitos, marcharán delante.
10 La bandera del campamento de Rubén estará al sur, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de
Rubén, Elisur hijo de Sedeur. 11 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y seis mil
quinientos. 12 Acamparán junto a él los de la tribu de Simeón; y el jefe de los hijos de Simeón,
Selumiel hijo de Zurisadai. 13 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cincuenta y nueve mil
trescientos. 14 Y la tribu de Gad; y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Reuel. 15 Su cuerpo
de ejército, con sus contados, cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta. 16 Todos los contados en
el campamento de Rubén, ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, por sus ejércitos,
marcharán los segundos.
17 Luego irá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los levitas, en medio de los
campamentos en el orden en que acampan; así marchará cada uno junto a su bandera.
18 La bandera del campamento de Efraín por sus ejércitos, al occidente; y el jefe de los hijos de
Efraín, Elisama hijo de Amiud. 19 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta mil
quinientos. 20 Junto a él estará la tribu de Manasés; y el jefe de los hijos de Manasés, Gamaliel
hijo de Pedasur. 21 Su cuerpo de ejército, con sus contados, treinta y dos mil doscientos. 22 Y la
tribu de Benjamín; y el jefe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 23 Y su cuerpo de
ejército, con sus contados, treinta y cinco mil cuatrocientos. 24 Todos los contados en el
campamento de Efraín, ciento ocho mil cien, por sus ejércitos, irán los terceros.
25 La bandera del campamento de Dan estará al norte, por sus ejércitos; y el jefe de los hijos de
Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. 26 Su cuerpo de ejército, con sus contados, sesenta y dos mil
setecientos. 27 Junto a él acamparán los de la tribu de Aser; y el jefe de los hijos de Aser, Pagiel
hijo de Ocrán. 28 Su cuerpo de ejército, con sus contados, cuarenta y un mil quinientos. 29 Y la
tribu de Neftalí; y el jefe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 30 Su cuerpo de ejército, con
sus contados, cincuenta y tres mil cuatrocientos. 31 Todos los contados en el campamento de Dan,
ciento cincuenta y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas.
32 Estos son los contados de los hijos de Israel, según las casas de sus padres; todos los contados
por campamentos, por sus ejércitos, seiscientos tres mil quinientos cincuenta. 33 Mas los levitas
no fueron contados entre los hijos de Israel, como Jehová lo mandó a Moisés.
34 E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová mandó a Moisés; así
acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus
padres.
Censo y deberes de los levitas
NÚMEROS 3
1 Estos son los descendientes de Aarón y de Moisés, en el día en que Jehová habló a Moisés en el
monte de Sinaí. 2 Y estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito, Abiú,
Eleazar e Itamar. 3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos, a los cuales
consagró para ejercer el sacerdocio. 4 Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando
ofrecieron fuego extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar
e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.
5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante
del sacerdote Aarón, para que le sirvan, 7 y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la
congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo; 8 y
guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo encargado a ellos por los hijos
de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo. 9 Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le
son enteramente dados de entre los hijos de Israel. 10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para
que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
11 Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 12 He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los
hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel;
serán, pues, míos los levitas. 13 Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice
morir a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos
en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo Jehová.
14 Y Jehová habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo: 15 Cuenta los hijos de Leví según las
casas de sus padres, por sus familias; contarás todos los varones de un mes arriba. 16 Y Moisés
los contó conforme a la palabra de Jehová, como le fue mandado. 17 Los hijos de Leví fueron
estos por sus nombres: Gersón, Coat y Merari. 18 Y los nombres de los hijos de Gersón por sus
familias son estos: Libni y Simei. 19 Los hijos de Coat por sus familias son: Amram, Izhar, Hebrón
y Uziel. 20 Y los hijos de Merari por sus familias: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví,
según las casas de sus padres.
21 De Gersón era la familia de Libni y la de Simei; estas son las familias de Gersón. 22 Los
contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones de un mes arriba, los contados de
ellos fueron siete mil quinientos. 23 Las familias de Gersón acamparán a espaldas del
tabernáculo, al occidente; 24 y el jefe del linaje de los gersonitas, Eliasaf hijo de Lael. 25 A cargo
de los hijos de Gersón, en el tabernáculo de reunión, estarán el tabernáculo, la tienda y su
cubierta, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión, 26 las cortinas del atrio, y la cortina
de la puerta del atrio, que está junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; asimismo sus
cuerdas para todo su servicio.
27 De Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los
hebronitas y la familia de los uzielitas; estas son las familias coatitas. 28 El número de todos los
varones de un mes arriba era ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario. 29 Las
familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo, al sur; 30 y el jefe del linaje de
las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel. 31 A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el
candelero, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su
servicio. 32 Y el principal de los jefes de los levitas será Eleazar hijo del sacerdote Aarón, jefe de
los que tienen la guarda del santuario.
33 De Merari era la familia de los mahlitas y la familia de los musitas; estas son las familias de
Merari. 34 Los contados de ellos conforme al número de todos los varones de un mes arriba
fueron seis mil doscientos. 35 Y el jefe de la casa del linaje de Merari, Zuriel hijo de Abihail;
acamparán al lado del tabernáculo, al norte. 36 A cargo de los hijos de Merari estará la custodia
de las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas y todos sus enseres, con todo su
servicio; 37 y las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas.
38 Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al
este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de
Israel; y el extraño que se acercare, morirá. 39 Todos los contados de los levitas, que Moisés y
Aarón conforme a la palabra de Jehová contaron por sus familias, todos los varones de un mes
arriba, fueron veintidós mil.
Rescate de los primogénitos
40 Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes
arriba, y cuéntalos por sus nombres. 41 Y tomarás a los levitas para mí en lugar de todos los
primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de todos los
primogénitos de los animales de los hijos de Israel. Yo Jehová. 42 Contó Moisés, como Jehová le
mandó, todos los primogénitos de los hijos de Israel. 43 Y todos los primogénitos varones,
conforme al número de sus nombres, de un mes arriba, fueron veintidós mil doscientos setenta y
tres.
44 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 45 Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos
de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán
míos. Yo Jehová. 46 Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los primogénitos de los
hijos de Israel, que exceden a los levitas, 47 tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del
santuario los tomarás. El siclo tiene veinte geras. 48 Y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del
rescate de los que exceden. 49 Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de los que excedían el
número de los redimidos por los levitas, 50 y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel, en
dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos, conforme al siclo del santuario. 51 Y Moisés dio el
dinero de los rescates a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, según lo que Jehová
había mandado a Moisés.
Tareas de los levitas
NÚMEROS 4
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los
hijos de Leví, por sus familias, según las casas de sus padres, 3 de edad de treinta años arriba
hasta cincuenta años, todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
4 El oficio de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión, en el lugar santísimo, será este:
5 Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón y sus hijos y desarmarán el velo de la
tienda, y cubrirán con él el arca del testimonio; 6 y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de
tejones, y extenderán encima un paño todo de azul, y le pondrán sus varas. 7 Sobre la mesa de la
proposición extenderán un paño azul, y pondrán sobre ella las escudillas, las cucharas, las copas
y los tazones para libar; y el pan continuo estará sobre ella. 8 Y extenderán sobre ella un paño
carmesí, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones; y le pondrán sus varas. 9 Tomarán un
paño azul y cubrirán el candelero del alumbrado, sus lamparillas, sus despabiladeras, sus
platillos, y todos sus utensilios del aceite con que se sirve; 10 y lo pondrán con todos sus utensilios
en una cubierta de pieles de tejones, y lo colocarán sobre unas parihuelas. 11 Sobre el altar de oro
extenderán un paño azul, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán sus
varas. 12 Y tomarán todos los utensilios del servicio de que hacen uso en el santuario, y los
pondrán en un paño azul, y los cubrirán con una cubierta de pieles de tejones, y los colocarán
sobre unas parihuelas. 13 Quitarán la ceniza del altar, y extenderán sobre él un paño de púrpura;
14 y pondrán sobre él todos sus instrumentos de que se sirve: las paletas, los garfios, los braseros
y los tazones, todos los utensilios del altar; y extenderán sobre él la cubierta de pieles de tejones,
y le pondrán además las varas; 15 Y cuando acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y
todos los utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el campamento, vendrán después de
ello los hijos de Coat para llevarlos; pero no tocarán cosa santa, no sea que mueran. Estas serán
las cargas de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión.
16 Pero a cargo de Eleazar hijo del sacerdote Aarón estará el aceite del alumbrado, el incienso
aromático, la ofrenda continua y el aceite de la unción; el cargo de todo el tabernáculo y de todo
lo que está en él, del santuario y de sus utensilios.
17 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 18 No haréis que perezca la tribu de las
familias de Coat de entre los levitas. 19 Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, y
no mueran, haréis con ellos esto: Aarón y sus hijos vendrán y los pondrán a cada uno en su oficio
y en su cargo. 20 No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán.
21 Además habló Jehová a Moisés, diciendo: 22 Toma también el número de los hijos de Gersón
según las casas de sus padres, por sus familias. 23 De edad de treinta años arriba hasta cincuenta
años los contarás; todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
24 Este será el oficio de las familias de Gersón, para ministrar y para llevar: 25 Llevarán las
cortinas del tabernáculo, el tabernáculo de reunión, su cubierta, la cubierta de pieles de tejones
que está encima de él, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión, 26 las cortinas del atrio,
la cortina de la puerta del atrio, que está cerca del tabernáculo y cerca del altar alrededor, sus
cuerdas, y todos los instrumentos de su servicio y todo lo que será hecho para ellos; así servirán.
27 Según la orden de Aarón y de sus hijos será todo el ministerio de los hijos de Gersón en todos
sus cargos, y en todo su servicio; y les encomendaréis en guarda todos sus cargos. 28 Este es el
servicio de las familias de los hijos de Gersón en el tabernáculo de reunión; y el cargo de ellos
estará bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
29 Contarás los hijos de Merari por sus familias, según las casas de sus padres. 30 Desde el de
edad de treinta años arriba hasta el de cincuenta años los contarás; todos los que entran en
compañía para servir en el tabernáculo de reunión. 31 Este será el deber de su cargo para todo su
servicio en el tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus
basas, 32 las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todos sus
instrumentos y todo su servicio; y consignarás por sus nombres todos los utensilios que ellos
tienen que transportar. 33 Este será el servicio de las familias de los hijos de Merari para todo su
ministerio en el tabernáculo de reunión, bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
34 Moisés, pues, y Aarón, y los jefes de la congregación, contaron a los hijos de Coat por sus
familias y según las casas de sus padres, 35 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de
edad de cincuenta años; todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de
reunión. 36 Y fueron los contados de ellos por sus familias, dos mil setecientos cincuenta.
37 Estos fueron los contados de las familias de Coat, todos los que ministran en el tabernáculo de
reunión, los cuales contaron Moisés y Aarón, como lo mandó Jehová por medio de Moisés.
38 Y los contados de los hijos de Gersón por sus familias, según las casas de sus padres, 39 desde
el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los que entran en
compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión; 40 los contados de ellos por sus familias,
según las casas de sus padres, fueron dos mil seiscientos treinta. 41 Estos son los contados de las
familias de los hijos de Gersón, todos los que ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales
contaron Moisés y Aarón por mandato de Jehová.
42 Y los contados de las familias de los hijos de Merari, por sus familias, según las casas de sus
padres, 43 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los
que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión; 44 los contados de ellos, por
sus familias, fueron tres mil doscientos. 45 Estos fueron los contados de las familias de los hijos
de Merari, los cuales contaron Moisés y Aarón, según lo mandó Jehová por medio de Moisés.
46 Todos los contados de los levitas que Moisés y Aarón y los jefes de Israel contaron por sus
familias, y según las casas de sus padres, 47 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de
edad de cincuenta años, todos los que entraban para ministrar en el servicio y tener cargo de obra
en el tabernáculo de reunión, 48 los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta.
49 Como lo mandó Jehová por medio de Moisés fueron contados, cada uno según su oficio y según
su cargo; los cuales contó él, como le fue mandado.
Todo inmundo es echado fuera del campamento
NÚMEROS 5
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a
todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto. 3 Así a
hombres como a mujeres echaréis; fuera del campamento los echaréis, para que no contaminen el
campamento de aquellos entre los cuales yo habito. 4 Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los
echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.
Ley sobre la restitución
5 Además habló Jehová a Moisés, diciendo: 6 Di a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que
cometiere alguno de todos los pecados con que los hombres prevarican contra Jehová y
delinquen, 7 aquella persona confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el
daño, y añadirá sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien pecó. 8 Y si aquel
hombre no tuviere pariente al cual sea resarcido el daño, se dará la indemnización del agravio a
Jehová entregándola al sacerdote, además del carnero de las expiaciones, con el cual hará
expiación por él. 9 Toda ofrenda de todas las cosas santas que los hijos de Israel presentaren al
sacerdote, suya será. 10 Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera
diere al sacerdote, suyo será.
Ley sobre los celos
11 También Jehová habló a Moisés, diciendo: 12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de
alguno se descarriare, y le fuere infiel, 13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese
visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido
sorprendida en el acto; 14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer,
habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no
habiéndose ella amancillado; 15 entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá
su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá
sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el
pecado.
16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová. 17 Luego tomará el
sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere
en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. 18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer
delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda
recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que
acarrean maldición. 19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si
no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen
maldición; 20 mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado
contigo alguno fuera de tu marido 21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de
maldición, y dirá a la mujer): Jehová te haga maldición y execración en medio de tu pueblo,
haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; 22 y estas aguas que dan
maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá:
Amén, amén.
23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas; 24 y
dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición
entrarán en ella para amargar. 25 Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda
de los celos, y la mecerá delante de Jehová, y la ofrecerá delante del altar. 26 Y tomará el
sacerdote un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después
dará a beber las aguas a la mujer. 27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y
hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y
su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo. 28 Mas
si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.
29 Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se
amancillare; 30 o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la
presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. 31 El
hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.
El voto de los nazareos
NÚMEROS 6
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que
se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, 3 se abstendrá de vino y de sidra;
no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá
uvas frescas ni secas. 4 Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los
granillos hasta el hollejo, no comerá.
5 Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean
cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello.
6 Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta. 7 Ni aun por su
padre ni por su madre, ni por su hermano ni por su hermana, podrá contaminarse cuando
mueran; porque la consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. 8 Todo el tiempo de su
nazareato, será santo para Jehová.
9 Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será contaminada; por tanto, el
día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá. 10 Y el día octavo traerá dos
tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión. 11 Y el sacerdote
ofrecerá el uno en expiación, y el otro en holocausto; y hará expiación de lo que pecó a causa del
muerto, y santificará su cabeza en aquel día. 12 Y consagrará para Jehová los días de su
nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán
anulados, por cuanto fue contaminado su nazareato.
13 Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la
puerta del tabernáculo de reunión, 14 y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin
tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto
por ofrenda de paz. 15 Además un canastillo de tortas sin levadura, de flor de harina amasadas
con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y su ofrenda y sus libaciones. 16 Y el
sacerdote lo ofrecerá delante de Jehová, y hará su expiación y su holocausto; 17 y ofrecerá el
carnero en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá
asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones. 18 Entonces el nazareo raerá a la puerta del
tabernáculo de reunión su cabeza consagrada, y tomará los cabellos de su cabeza consagrada y
los pondrá sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz. 19 Después tomará el sacerdote la
espaldilla cocida del carnero, una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre sin levadura, y
las pondrá sobre las manos del nazareo, después que fuere raída su cabeza consagrada; 20 y el
sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jehová, lo cual será cosa santa del
sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo podrá beber
vino.
21 Esta es la ley del nazareo que hiciere voto de su ofrenda a Jehová por su nazareato, además de
lo que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su
nazareato.
La bendición sacerdotal
22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los
hijos de Israel, diciéndoles:
24 Jehová te bendiga, y te guarde;
25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Ofrendas para la dedicación del altar
NÚMEROS 7
1 Aconteció que cuando Moisés hubo acabado de levantar el tabernáculo, y lo hubo ungido y
santificado, con todos sus utensilios, y asimismo ungido y santificado el altar y todos sus
utensilios, 2 entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus padres, los cuales eran
los príncipes de las tribus, que estaban sobre los contados, ofrecieron; 3 y trajeron sus ofrendas
delante de Jehová, seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y cada
uno un buey, y los ofrecieron delante del tabernáculo. 4 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
5 Tómalos de ellos, y serán para el servicio del tabernáculo de reunión; y los darás a los levitas, a
cada uno conforme a su ministerio. 6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dio a
los levitas. 7 Dos carros y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, conforme a su ministerio, 8 y a
los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su ministerio bajo la mano de
Itamar hijo del sacerdote Aarón. 9 Pero a los hijos de Coat no les dio, porque llevaban sobre sí en
los hombros el servicio del santuario. 10 Y los príncipes trajeron ofrendas para la dedicación del
altar el día en que fue ungido, ofreciendo los príncipes su ofrenda delante del altar. 11 Y Jehová
dijo a Moisés: Ofrecerán su ofrenda, un príncipe un día, y otro príncipe otro día, para la
dedicación del altar.
12 Y el que ofreció su ofrenda el primer día fue Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.
13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta
siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;
14 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso; 15 un becerro, un carnero, un cordero de
un año para holocausto; 16 un macho cabrío para expiación; 17 y para ofrenda de paz, dos bueyes,
cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón
hijo de Aminadab.
18 El segundo día ofreció Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar. 19 Ofreció como su ofrenda
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 20 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
22 un macho cabrío para expiación; 23 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael hijo de Zuar.
24 El tercer día, Eliab hijo de Helón, príncipe de los hijos de Zabulón. 25 Y su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 26 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
28 un macho cabrío para expiación; 29 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de Helón.
30 El cuarto día, Elisur hijo de Sedeur, príncipe de los hijos de Rubén. 31 Y su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 32 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
34 un macho cabrío para expiación; 35 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisur hijo de Sedeur.
36 El quinto día, Selumiel hijo de Zurisadai, príncipe de los hijos de Simeón. 37 Y su ofrenda fue
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 38 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
40 un macho cabrío para expiación; 41 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Selumiel hijo de Zurisadai.
42 El sexto día, Eliasaf hijo de Deuel, príncipe de los hijos de Gad. 43 Y su ofrenda fue un plato
de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 44 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
46 un macho cabrío para expiación; 47 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliasaf hijo de Deuel.
48 El séptimo día, el príncipe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud. 49 Y su ofrenda fue
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 50 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
52 un macho cabrío para expiación; 53 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisama hijo de Amiud.
54 El octavo día, el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. 55 Y su ofrenda
fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo
del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 56 una cuchara de
oro de diez siclos, llena de incienso; 57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para
holocausto; 58 un macho cabrío para expiación; 59 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco
carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Gamaliel hijo
de Pedasur.
60 El noveno día, el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 61 Y su ofrenda
fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo
del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 62 una cuchara de
oro de diez siclos, llena de incienso; 63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para
holocausto; 64 un macho cabrío para expiación; 65 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco
carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Abidán hijo de
Gedeoni.
66 El décimo día, el príncipe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai. 67 Y su ofrenda fue
un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 68 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
70 un macho cabrío para expiación; 71 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahiezer hijo de Amisadai.
72 El undécimo día, el príncipe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 73 Y su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 74 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
76 un macho cabrío para expiación; 77 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Pagiel hijo de Ocrán.
78 El duodécimo día, el príncipe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 79 Su ofrenda fue un
plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del
santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 80 una cuchara de oro
de diez siclos, llena de incienso; 81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
82 un macho cabrío para expiación; 83 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahira hijo de Enán.
84 Esta fue la ofrenda que los príncipes de Israel ofrecieron para la dedicación del altar, el día en
que fue ungido: doce platos de plata, doce jarros de plata, doce cucharas de oro. 85 Cada plato de
ciento treinta siclos, y cada jarro de setenta; toda la plata de la vajilla, dos mil cuatrocientos
siclos, al siclo del santuario. 86 Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos cada
cuchara, al siclo del santuario; todo el oro de las cucharas, ciento veinte siclos. 87 Todos los
bueyes para holocausto, doce becerros; doce los carneros, doce los corderos de un año, con su
ofrenda, y doce los machos cabríos para expiación. 88 Y todos los bueyes de la ofrenda de paz,
veinticuatro novillos, sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, y sesenta los corderos de
un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, después que fue ungido.
89 Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para hablar con Dios, oía la voz que le
hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos
querubines; y hablaba con él.
Aarón enciende las lámparas
NÚMEROS 8
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, las
siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero. 3 Y Aarón lo hizo así; encendió hacia la
parte anterior del candelero sus lámparas, como Jehová lo mandó a Moisés. 4 Y esta era la
hechura del candelero, de oro labrado a martillo; desde su pie hasta sus flores era labrado a
martillo; conforme al modelo que Jehová mostró a Moisés, así hizo el candelero.
Consagración de los levitas
5 También Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Toma a los levitas de entre los hijos de Israel, y haz
expiación por ellos. 7 Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación,
y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados. 8 Luego
tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de harina amasada con aceite; y tomarás otro novillo
para expiación. 9 Y harás que los levitas se acerquen delante del tabernáculo de reunión, y
reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel. 10 Y cuando hayas acercado a los levitas
delante de Jehová, pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas; 11 y ofrecerá Aarón los
levitas delante de Jehová en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová.
12 Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los novillos; y ofrecerás el uno por
expiación, y el otro en holocausto a Jehová, para hacer expiación por los levitas. 13 Y presentarás
a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a Jehová.
14 Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas. 15 Después de
eso vendrán los levitas a ministrar en el tabernáculo de reunión; serán purificados, y los
ofrecerás en ofrenda. 16 Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos
de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de
todos los hijos de Israel. 17 Porque mío es todo primogénito de entre los hijos de Israel, así de
hombres como de animales; desde el día que yo herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los
santifiqué para mí. 18 Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de
Israel. 19 Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para
que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el tabernáculo de reunión, y reconcilien a los
hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al
santuario.
20 Y Moisés y Aarón y toda la congregación de los hijos de Israel hicieron con los levitas
conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas; así hicieron con
ellos los hijos de Israel. 21 Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció
en ofrenda delante de Jehová, e hizo Aarón expiación por ellos para purificarlos. 22 Así vinieron
después los levitas para ejercer su ministerio en el tabernáculo de reunión delante de Aarón y
delante de sus hijos; de la manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron
con ellos.
23 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 24 Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a
ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión. 25 Pero desde los cincuenta años
cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán. 26 Servirán con sus hermanos en el
tabernáculo de reunión, para hacer la guardia, pero no servirán en el ministerio. Así harás con los
levitas en cuanto a su ministerio.
Celebración de la pascua
NÚMEROS 9
1 Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de
Egipto, en el mes primero, diciendo: 2 Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. 3 El
decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos
sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. 4 Y habló Moisés a los hijos de Israel para
que celebrasen la pascua. 5 Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días del mes,
entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Jehová a
Moisés, así hicieron los hijos de Israel. 6 Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de
muerto, y no pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moisés y delante de
Aarón aquel día, 7 y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de
muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de
Israel? 8 Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré lo que ordena Jehová acerca de vosotros.
9 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de
vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de
viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová. 11 En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre
las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. 12 No
dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los
ritos de la pascua la celebrarán. 13 Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare
de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su
tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre llevará su pecado. 14 Y si morare con vosotros
extranjero, y celebrare la pascua a Jehová, conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes
la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.
La nube sobre el tabernáculo
(Ex. 40.34-38)
15 El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del
testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la
mañana. 16 Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.
17 Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la
nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. 18 Al mandato de Jehová los hijos de Israel
partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el
tabernáculo, permanecían acampados. 19 Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos
días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. 20 Y cuando la
nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de
Jehová partían. 21 Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la
mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se
levantaba, entonces partían. 22 O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía
sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se
movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. 23 Al mandato de Jehová acampaban, y al
mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por
medio de Moisés.
Las trompetas de plata
NÚMEROS 10
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás,
las cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los campamentos. 3 Y
cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión.
4 Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de los
millares de Israel. 5 Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos de los que
están acampados al oriente. 6 Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los
campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas. 7 Pero para
reunir la congregación tocaréis, mas no con sonido de alarma. 8 Y los hijos de Aarón, los
sacerdotes, tocarán las trompetas; y las tendréis por estatuto perpetuo por vuestras generaciones.
9 Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis
alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de
vuestros enemigos. 10 Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los
principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los
sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.
Los israelitas salen de Sinaí
11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del
tabernáculo del testimonio. 12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden
de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán. 13 Partieron la primera vez al mandato de
Jehová por medio de Moisés. 14 La bandera del campamento de los hijos de Judá comenzó a
marchar primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su cuerpo de
ejército. 15 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar.
16 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón.
17 Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, se movieron los hijos de Gersón y los hijos
de Merari, que lo llevaban. 18 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de Rubén
por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur estaba sobre su cuerpo de ejército. 19 Sobre el cuerpo
de ejército de la tribu de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. 20 Y sobre el cuerpo de
ejército de la tribu de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel.
21 Luego comenzaron a marchar los coatitas llevando el santuario; y entretanto que ellos
llegaban, los otros acondicionaron el tabernáculo. 22 Después comenzó a marchar la bandera del
campamento de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama hijo de Amiud estaba sobre su
cuerpo de ejército. 23 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Manasés, Gamaliel
hijo de Pedasur. 24 Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán hijo
de Gedeoni.
25 Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Dan por sus ejércitos, a
retaguardia de todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de
ejército. 26 Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 27 Y
sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 28 Este era el
orden de marcha de los hijos de Israel por sus ejércitos cuando partían.
29 Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el
lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová
ha prometido el bien a Israel. 30 Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y
a mi parentela. 31 Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde
hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. 32 Y si vienes con nosotros, cuando
tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te haremos bien.
33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue
delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso. 34 Y la nube de Jehová iba
sobre ellos de día, desde que salieron del campamento.
35 Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos,
y huyan de tu presencia los que te aborrecen. 36 Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh
Jehová, a los millares de millares de Israel.
Jehová envía codornices
NÚMEROS 11
1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se
encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. 2 Entonces
el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. 3 Y llamó a aquel lugar
Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.
4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también
volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 5 Nos acordamos del pescado que
comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 6 y
ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
7 Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio. 8 El pueblo se
esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía
de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo. 9 Y cuando descendía el rocío sobre el
campamento de noche, el maná descendía sobre él.
10 Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira
de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés. 11 Y dijo Moisés a
Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has
puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo,
para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual
juraste a sus padres? 13 ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque
lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. 14 No puedo yo solo soportar a todo este pueblo,
que me es pesado en demasía. 15 Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si
he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú
sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de
reunión, y esperen allí contigo. 17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu
que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.
18 Pero al pueblo dirás: Santificaos para mañana, y comeréis carne; porque habéis llorado en
oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en Egipto!
Jehová, pues, os dará carne, y comeréis. 19 No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez
días, ni veinte días, 20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la
aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis
delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto? 21 Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil
de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú dices: Les daré carne, y comerán un mes
entero! 22 ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes que les basten? ¿o se juntarán para ellos todos
los peces del mar para que tengan abasto? 23 Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha
acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no.
24 Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los
ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. 25 Entonces Jehová descendió en
la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos;
y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad,
sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían
venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. 27 Y corrió un joven y dio aviso a
Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. 28 Entonces respondió Josué hijo de
Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. 29 Y Moisés le
respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová
pusiera su espíritu sobre ellos. 30 Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel.
31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día
de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos
sobre la faz de la tierra. 32 Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y
todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las
tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento. 33 Aún estaba la carne entre los dientes
de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió
Jehová al pueblo con una plaga muy grande. 34 Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava,
por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso. 35 De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y
se quedó en Hazerot.
María y Aarón murmuran contra Moisés
NÚMEROS 12
1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él
había tomado mujer cusita. 2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha
hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. 3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que
todos los hombres que había sobre la tierra. 4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María:
Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5 Entonces Jehová descendió
en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y
salieron ambos. 6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de
Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel
en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia
de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 10 Y la nube se apartó del
tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí
que estaba leprosa. 11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este
pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que
nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.
13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.
14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se
avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a
la congregación. 15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante
hasta que se reunió María con ellos. 16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el
desierto de Parán.
Misión de los doce espías
(Dt. 1.19-33)
NÚMEROS 13
1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la
cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno
príncipe entre ellos. 3 Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de
Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. 4 Estos son sus nombres:
De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur. 5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí. 6 De la
tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. 8 De la tribu de
Efraín, Oseas hijo de Nun. 9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. 10 De la tribu de
Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. 11 De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi.
12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. 13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. 14 De la
tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi. 15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. 16 Estos son los
nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso
Moisés el nombre de Josué.
17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev,
y subid al monte, 18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si
poco o numeroso; 19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades
habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril,
si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras
uvas.
21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en
Hamat. 22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai,
hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto. 23 Y llegaron hasta el
arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un
palo, y de las granadas y de los higos. 24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo
que cortaron de allí los hijos de Israel.
25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 26 Y anduvieron y vinieron a Moisés
y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y
dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 27 Y
les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente
fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y
las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 29 Amalec
habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita
junto al mar, y a la ribera del Jordán.
30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos
posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con
él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y
hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por
donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos
en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac,
raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a
ellos.
Los israelitas se rebelan contra Jehová
NÚMEROS 14
1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se
quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá
muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae
Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa?
¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 5 Entonces Moisés y
Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos
de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la
tierra, rompieron sus vestidos, 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel,
diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8 Si
Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye
leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra;
porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está
Jehová; no los temáis. 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos.
Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, 11 y
Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán,
con todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Yo los heriré de mortandad y los
destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.
13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos
sacaste a este pueblo con tu poder; 14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído
que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que
tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en
columna de fuego; 15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes
que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo: 16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo
en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto. 17 Ahora, pues, yo te ruego que sea
magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: 18 Jehová, tardo para la ira y grande
en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por
inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta
los cuartos. 19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y
como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
Jehová castiga a Israel
(Dt. 1.34-40)
20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. 21 Mas tan ciertamente como
vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he
hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no
verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.
24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le
meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. 25 Ahora bien, el
amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar
Rojo.
26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud
que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? 28 Diles: Vivo
yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 En este
desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de
veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en
la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de
Jefone, y a Josué hijo de Nun. 31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por
presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. 32 En cuanto a
vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el
desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean
consumidos en el desierto. 34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que
reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y
conoceréis mi castigo. 35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha
juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
Muerte de los diez espías malvados
36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar
contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37 aquellos varones que habían
hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. 38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb
hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.
La derrota en Horma
(Dt. 1.41-46)
39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho. 40 Y se
levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al
lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado. 41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis
el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien. 42 No subáis, porque Jehová no está en
medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos. 43 Porque el amalecita y el
cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a
seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros. 44 Sin embargo, se obstinaron en subir a
la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del
campamento. 45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los
hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.
Leyes sobre las ofrendas
NÚMEROS 15
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en
la tierra de vuestra habitación que yo os doy, 3 y hagáis ofrenda encendida a Jehová, holocausto,
o sacrificio, por especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer en vuestras fiestas solemnes
olor grato a Jehová, de vacas o de ovejas; 4 entonces el que presente su ofrenda a Jehová traerá
como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina, amasada con la cuarta parte de un hin
de aceite. 5 De vino para la libación ofrecerás la cuarta parte de un hin, además del holocausto o
del sacrificio, por cada cordero. 6 Por cada carnero harás ofrenda de dos décimas de flor de
harina, amasada con la tercera parte de un hin de aceite; 7 y de vino para la libación ofrecerás la
tercera parte de un hin, en olor grato a Jehová. 8 Cuando ofrecieres novillo en holocausto o
sacrificio, por especial voto, o de paz a Jehová, 9 ofrecerás con el novillo una ofrenda de tres
décimas de flor de harina, amasada con la mitad de un hin de aceite; 10 y de vino para la libación
ofrecerás la mitad de un hin, en ofrenda encendida de olor grato a Jehová.
11 Así se hará con cada buey, o carnero, o cordero de las ovejas, o cabrito. 12 Conforme al
número así haréis con cada uno, según el número de ellos. 13 Todo natural hará estas cosas así,
para ofrecer ofrenda encendida de olor grato a Jehová. 14 Y cuando habitare con vosotros
extranjero, o cualquiera que estuviere entre vosotros por vuestras generaciones, si hiciere
ofrenda encendida de olor grato a Jehová, como vosotros hiciereis, así hará él. 15 Un mismo
estatuto tendréis vosotros de la congregación y el extranjero que con vosotros mora; será estatuto
perpetuo por vuestras generaciones; como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová.
16 Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora.
17 También habló Jehová a Moisés, diciendo: 18 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando
hayáis entrado en la tierra a la cual yo os llevo, 19 cuando comencéis a comer del pan de la tierra,
ofreceréis ofrenda a Jehová. 20 De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en ofrenda; como
la ofrenda de la era, así la ofreceréis. 21 De las primicias de vuestra masa daréis a Jehová
ofrenda por vuestras generaciones. 22 Y cuando errareis, y no hiciereis todos estos
mandamientos que Jehová ha dicho a Moisés, 23 todas las cosas que Jehová os ha mandado por
medio de Moisés, desde el día que Jehová lo mandó, y en adelante por vuestras edades, 24 si el
pecado fue hecho por yerro con ignorancia de la congregación, toda la congregación ofrecerá un
novillo por holocausto en olor grato a Jehová, con su ofrenda y su libación conforme a la ley, y un
macho cabrío en expiación. 25 Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos
de Israel; y les será perdonado, porque yerro es; y ellos traerán sus ofrendas, ofrenda encendida a
Jehová, y sus expiaciones delante de Jehová por sus yerros. 26 Y será perdonado a toda la
congregación de los hijos de Israel, y al extranjero que mora entre ellos, por cuanto es yerro de
todo el pueblo.
27 Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año para expiación. 28 Y el
sacerdote hará expiación por la persona que haya pecado por yerro; cuando pecare por yerro
delante de Jehová, la reconciliará, y le será perdonado. 29 El nacido entre los hijos de Israel, y el
extranjero que habitare entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.
30 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a
Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo. 31 Por cuanto tuvo en poco la palabra
de Jehová, y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad
caerá sobre ella.
Lapidación de un violador del día de reposo
32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de
reposo. 33 Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la
congregación; 34 y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.
35 Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la
congregación fuera del campamento. 36 Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento,
y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.
Franjas en los vestidos
37 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas
en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un
cordón de azul. 39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los
mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de
vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. 40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis
mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. 41 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra
de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.
La rebelión de Coré
NÚMEROS 16
1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de
Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, 2 y se levantaron contra Moisés con doscientos
cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones
de renombre. 3 Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque
toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os
levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová? 4 Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su
rostro; 5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo, y
quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo acercará a sí. 6 Haced esto:
tomaos incensarios, Coré y todo su séquito, 7 y poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso
delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto os baste,
hijos de Leví. 8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví: 9 ¿Os es poco que el Dios de
Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el
servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles, 10 y
que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el
sacerdocio? 11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón,
¿qué es, para que contra él murmuréis?
12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos
allá. 13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos
morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente? 14 Ni tampoco
nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas.
¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos.
15 Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un
asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal. 16 Después dijo Moisés a Coré: Tú y
todo tu séquito, poneos mañana delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón; 17 y tomad cada uno su
incensario y poned incienso en ellos, y acercaos delante de Jehová cada uno con su incensario,
doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno con su incensario. 18 Y tomó
cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y echaron en ellos incienso, y se pusieron a la
puerta del tabernáculo de reunión con Moisés y Aarón. 19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos
toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión; entonces la gloria de Jehová
apareció a toda la congregación. 20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 21 Apartaos de
entre esta congregación, y los consumiré en un momento. 22 Y ellos se postraron sobre sus
rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó?
¿Por qué airarte contra toda la congregación? 23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
24 Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán y
Abiram.
25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron en pos de
él. 26 Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres
impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados. 27 Y se
apartaron de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y
se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos. 28 Y dijo
Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no
las hice de mi propia voluntad. 29 Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al
ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. 30 Mas si Jehová hiciere
algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al
Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.
31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba
debajo de ellos. 32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de
Coré, y a todos sus bienes. 33 Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los
cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación. 34 Y todo Israel, los que estaban en
derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra.
35 También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que
ofrecían el incienso.
36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 37 Di a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, que tome
los incensarios de en medio del incendio, y derrame más allá el fuego; porque son santificados
38 los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán de ellos planchas batidas para
cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con ellos delante de Jehová, son santificados, y serán como
señal a los hijos de Israel. 39 Y el sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce con que los
quemados habían ofrecido; y los batieron para cubrir el altar, 40 en recuerdo para los hijos de
Israel, de que ningún extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer
incienso delante de Jehová, para que no sea como Coré y como su séquito; según se lo dijo Jehová
por medio de Moisés.
41 El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón,
diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová. 42 Y aconteció que cuando se juntó la
congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube
lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová. 43 Y vinieron Moisés y Aarón delante del
tabernáculo de reunión. 44 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 45 Apartaos de en medio de esta
congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros. 46 Y dijo
Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve
pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de
Jehová; la mortandad ha comenzado. 47 Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y
corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y
él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo, 48 y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó
la mortandad. 49 Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los
muertos por la rebelión de Coré. 50 Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de
reunión, cuando la mortandad había cesado.
La vara de Aarón florece
NÚMEROS 17
1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara
por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de
sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara. 3 Y escribirás el nombre de Aarón
sobre la vara de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá una vara. 4 Y las pondrás
en el tabernáculo de reunión delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros. 5 Y
florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de
Israel con que murmuran contra vosotros. 6 Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los
príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, en total
doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos. 7 Y Moisés puso las varas delante
de Jehová en el tabernáculo del testimonio.
8 Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara
de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido
almendras. 9 Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de
Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara. 10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de
Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus
quejas de delante de mí, para que no mueran. 11 E hizo Moisés como le mandó Jehová, así lo hizo.
12 Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos,
perdidos somos, todos nosotros somos perdidos. 13 Cualquiera que se acercare, el que viniere al
tabernáculo de Jehová, morirá. ¿Acabaremos por perecer todos?
Sostenimiento de sacerdotes y levitas
NÚMEROS 18
1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del
santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio. 2 Y a tus hermanos
también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te
servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. 3 Y guardarán
lo que tú ordenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios santos ni
al altar, para que no mueran ellos y vosotros. 4 Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del
tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar a
vosotros. 5 Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que no venga más la
ira sobre los hijos de Israel. 6 Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de
entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Jehová, para que sirvan en el ministerio del
tabernáculo de reunión. 7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo
relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de
vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
8 Dijo más Jehová a Aarón: He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas; todas las
cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por
estatuto perpetuo. 9 Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del fuego; toda
ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación por el pecado de ellos, y toda expiación por
la culpa de ellos, que me han de presentar, será cosa muy santa para ti y para tus hijos. 10 En el
santuario la comerás; todo varón comerá de ella; cosa santa será para ti. 11 Esto también será
tuyo: la ofrenda elevada de sus dones, y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel, he dado
a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; todo limpio en tu casa comerá de
ellas. 12 De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, las primicias de ello, que
presentarán a Jehová, para ti las he dado. 13 Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos,
las cuales traerán a Jehová, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas. 14 Todo lo
consagrado por voto en Israel será tuyo. 15 Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán
a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el primogénito
del hombre; también harás redimir el primogénito de animal inmundo. 16 De un mes harás
efectuar el rescate de ellos, conforme a tu estimación, por el precio de cinco siclos, conforme al
siclo del santuario, que es de veinte geras. 17 Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja
y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociarás sobre el
altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jehová. 18 Y la carne de
ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y como la espaldilla derecha, será tuya.
19 Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las
he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal
perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo. 20 Y Jehová dijo a Aarón:
De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad
en medio de los hijos de Israel.
21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su
ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. 22 Y no se
acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual
mueran. 23 Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su
iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos
de Israel. 24 Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que
ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán
heredad.
25 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 26 Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de
los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis
de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos. 27 Y se os contará vuestra ofrenda
como grano de la era, y como producto del lagar. 28 Así ofreceréis también vosotros ofrenda a
Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda
de Jehová al sacerdote Aarón. 29 De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de
todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada. 30 Y les dirás: Cuando
ofreciereis lo mejor de ellos, será contado a los levitas como producto de la era, y como producto
del lagar. 31 Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues es vuestra
remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión. 32 Y no llevaréis pecado por
ello, cuando hubiereis ofrecido la mejor parte de él; y no contaminaréis las cosas santas de los
hijos de Israel, y no moriréis.
La purificación de los inmundos
NÚMEROS 19
1 Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha
prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la cual no
haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; 3 y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará
fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia. 4 Y Eleazar el sacerdote tomará de la
sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de
ella siete veces; 5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su
estiércol, hará quemar. 6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y lo
echará en medio del fuego en que arde la vaca. 7 El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará
también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote
hasta la noche. 8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará en agua
su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. 9 Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y
las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de
Israel para el agua de purificación; es una expiación. 10 Y el que recogió las cenizas de la vaca
lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de
Israel, y para el extranjero que mora entre ellos.
11 El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. 12 Al tercer día se
purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no
será limpio al séptimo día. 13 Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se
purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por
cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será
sobre él.
14 Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo
el que esté en ella, será inmundo siete días. 15 Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien
ajustada, será inmunda; 16 y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo,
o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. 17 Y para el inmundo
tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en
un recipiente; 18 y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la
tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere
tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. 19 Y el limpio rociará sobre el inmundo
al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus
vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche.
20 Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la
congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de
la purificación; es inmundo. 21 Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la
purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la
noche. 22 Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda
hasta la noche.
Agua de la roca
NÚMEROS 20
1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y
acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.
2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. 3 Y habló el
pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos
delante de Jehová! 4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que
muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para
traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun
de agua para beber. 6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del
tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre
ellos. 7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu
hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y
darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de
Jehová, como él le mandó.
10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora,
rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? 11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó
la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.
12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de
los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. 13 Estas
son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se
santificó en ellos.
Edom rehúsa dar paso a Israel
14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano:
Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido; 15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto,
y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; 16 y
clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí
estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras. 17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No
pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin
apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. 18 Edom le respondió:
No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado. 19 Y los hijos de Israel dijeron:
Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de
ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más. 20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom
contra él con mucho pueblo, y mano fuerte. 21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su
territorio, y se desvió Israel de él.
Aarón muere en el Monte Hor
22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, vinieron al monte de Hor.
23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom,
diciendo: 24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de
Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. 25 Toma a
Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, 26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras,
y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá. 27 Y
Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación.
28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murio
allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte. 29 Y viendo toda la
congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas la familias de
Israel.
El rey de Arad ataca a Israel
NÚMEROS 21
1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el
camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros. 2 Entonces Israel hizo voto a
Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades. 3 Y
Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y
llamó el nombre de aquel lugar Horma.
La serpiente de bronce
4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se
desanimó el pueblo por el camino. 5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos
hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra
alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes,
que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. 7 Entonces el pueblo vino a Moisés y
dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de
nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. 8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una
serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente
mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
Los israelitas rodean la tierra de Moab
10 Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot. 11 Y partiendo de Obot, acamparon
en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol. 12 Partieron de
allí, y acamparon en el valle de Zered. 13 De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón,
que está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite de Moab,
entre Moab y el amorreo. 14 Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:
Lo que hizo en el Mar Rojo,
Y en los arroyos de Arnón;
15 Y a la corriente de los arroyos
Que va a parar en Ar,
Y descansa en el límite de Moab.
16 De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les
daré agua. 17 Entonces, cantó Israel este cántico:
Sube, oh pozo; a él cantad;
18 Pozo, el cual cavaron los señores.
Lo cavaron los príncipes del pueblo,
Y el legislador, con sus báculos.
Del desierto vinieron a Matana, 19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot; 20 y de Bamot
al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre de Pisga, que mira hacia el desierto.
Israel derrota a Sehón
(Dt. 2.26-37)
21 Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, diciendo: 22 Pasaré por tu
tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos;
por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio. 23 Mas Sehón no dejó pasar a Israel
por su territorio, sino que juntó Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y vino a
Jahaza y peleó contra Israel. 24 Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón
hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte. 25 Y
tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y
en todas sus aldeas. 26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de los amorreos, el cual había
tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón. 27 Por
tanto dicen los proverbistas:
Venid a Hesbón,
Edifíquese y repárese la ciudad de Sehón.
28 Porque fuego salió de Hesbón,
Y llama de la ciudad de Sehón,
Y consumió a Ar de Moab,
A los señores de las alturas de Arnón.
29 ¡Ay de ti, Moab!
Pereciste, pueblo de Quemos.
Fueron puestos sus hijos en huida,
Y sus hijas en cautividad,
Por Sehón rey de los amorreos.
30 Mas devastamos el reino de ellos;
Pereció Hesbón hasta Dibón,
Y destruimos hasta Nofa y Medeba.
Israel derrota a Og de Basán
(Dt. 3.1-11)
31 Así habitó Israel en la tierra del amorreo. 32 También envió Moisés a reconocer a Jazer; y
tomaron sus aldeas, y echaron al amorreo que estaba allí. 33 Y volvieron, y subieron camino de
Basán; y salió contra ellos Og rey de Basán, él y todo su pueblo, para pelear en Edrei. 34 Entonces
Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su
pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en
Hesbón. 35 E hirieron a él y a sus hijos, y a toda su gente, sin que le quedara uno, y se apoderaron
de su tierra.
Balac manda llamar a Balaam
NÚMEROS 22
1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a
Jericó. 2 Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo. 3 Y Moab tuvo gran
temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel.
4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como
lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab. 5 Por tanto,
envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos de
su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz
de la tierra, y habita delante de mí. 6 Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es
más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas
será bendito, y el que tú maldigas será maldito.
7 Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en su
mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac. 8 El les dijo: Reposad aquí esta
noche, y yo os daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron
con Balaam. 9 Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo? 10 Y
Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme: 11 He aquí,
este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo;
quizá podré pelear contra él y echarlo. 12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni
maldigas al pueblo, porque bendito es. 13 Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los
príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.
14 Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con
nosotros.
15 Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; 16 los cuales
vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;
17 porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a
este pueblo. 18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa
llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni
grande. 19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me
vuelve a decir Jehová. 20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos
hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.
El ángel y el asna de Balaam
21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab.
22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por
adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos. 23 Y el asna vio
al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el
asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al
camino. 24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y
pared al otro. 25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared
el pie de Balaam; y él volvió a azotarla. 26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una
angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda. 27 Y viendo el asna
al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.
28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has
azotado estas tres veces? 29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá
tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría! 30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna?
Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así
contigo? Y él respondió: No.
31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y
tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 32 Y
el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido
para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto, y se ha
apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también
ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. 34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He
pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal,
yo me volveré. 35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que
yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.
36 Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite
de Arnón, que está al extremo de su territorio. 37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte?
¿Por qué no has venido a mí? ¿No puedo yo honrarte? 38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he
venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa
hablaré. 39 Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot. 40 Y Balac hizo matar bueyes y
ovejas, y envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él.
Balaam bendice a Israel
41 El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más
cercanos del pueblo.
NÚMEROS 23
1 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete
carneros. 2 Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero
en cada altar. 3 Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá Jehová me
vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te avisaré. Y se fue a un monte
descubierto. 4 Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en
cada altar he ofrecido un becerro y un carnero. 5 Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y
le dijo: Vuelve a Balac, y dile así. 6 Y volvió a él, y he aquí estaba él junto a su holocausto, él y
todos los príncipes de Moab. 7 Y él tomó su parábola, y dijo:
De Aram me trajo Balac,
Rey de Moab, de los montes del oriente;
Ven, maldíceme a Jacob,
Y ven, execra a Israel.
8 ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré,
Y desde los collados lo miraré;
He aquí un pueblo que habitará confiado,
Y no será contado entre las naciones.
10 ¿Quién contará el polvo de Jacob,
O el número de la cuarta parte de Israel?
Muera yo la muerte de los rectos,
Y mi postrimería sea como la suya.
11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te he traído para que maldigas a mis
enemigos, y he aquí has proferido bendiciones. 12 El respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir lo que
Jehová ponga en mi boca?
13 Y dijo Balac: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual los veas; solamente los
más cercanos verás, y no los verás todos; y desde allí me los maldecirás. 14 Y lo llevó al campo de
Zofim, a la cumbre de Pisga, y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada
altar. 15 Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios
allí. 16 Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a
Balac, y dile así. 17 Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los
príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová? 18 Entonces él tomó su parábola, y dijo:
Balac, levántate y oye;
Escucha mis palabras, hijo de Zipor:
19 Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
20 He aquí, he recibido orden de bendecir;
El dio bendición, y no podré revocarla.
21 No ha notado iniquidad en Jacob,
Ni ha visto perversidad en Israel.
Jehová su Dios está con él,
Y júbilo de rey en él.
22 Dios los ha sacado de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
23 Porque contra Jacob no hay agüero,
Ni adivinación contra Israel.
Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel:
¡Lo que ha hecho Dios!
24 He aquí el pueblo que como león se levantará,
Y como león se erguirá;
No se echará hasta que devore la presa,
Y beba la sangre de los muertos.
25 Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas. 26 Balaam
respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?
27 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien
a Dios que desde allí me lo maldigas. 28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira
hacia el desierto. 29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame
aquí siete becerros y siete carneros. 30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y
un carnero en cada altar.
NÚMEROS 24
1 Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera
y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto; 2 y alzando sus ojos,
vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él. 3 Entonces tomó su
parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Y dijo el varón de ojos abiertos;
4 Dijo el que oyó los dichos de Dios,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
Tus habitaciones, oh Israel!
6 Como arroyos están extendidas,
Como huertos junto al río,
Como áloes plantados por Jehová,
Como cedros junto a las aguas.
7 De sus manos destilarán aguas,
Y su descendencia será en muchas aguas;
Enaltecerá su rey más que Agag,
Y su reino será engrandecido.
8 Dios lo sacó de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
Devorará a las naciones enemigas,
Desmenuzará sus huesos,
Y las traspasará con sus saetas.
9 Se encorvará para echarse como león,
Y como leona; ¿quién lo despertará?
Benditos los que te bendijeren,
Y malditos los que te maldijeren.
Profecía de Balaam
10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para
maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces. 11 Ahora huye
a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra. 12 Y Balaam le
respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo: 13 Si Balac me
diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena
ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo? 14 He aquí, yo me voy ahora a mi
pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.
15 Y tomó su parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Dijo el varón de ojos abiertos;
16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová,
Y el que sabe la ciencia del Altísimo,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
17 Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca;
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel,
Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos los hijos de Set.
18 Será tomada Edom,
Será también tomada Seir por sus enemigos,
E Israel se portará varonilmente.
19 De Jacob saldrá el dominador,
Y destruirá lo que quedare de la ciudad.
20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo:
Amalec, cabeza de naciones;
Mas al fin perecerá para siempre.
21 Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo:
Fuerte es tu habitación;
Pon en la peña tu nido;
22 Porque el ceneo será echado,
Cuando Asiria te llevará cautivo.
23 Tomó su parábola otra vez, y dijo:
¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?
24 Vendrán naves de la costa de Quitim,
Y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber;
Mas él también perecerá para siempre.
25 Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino.
Israel acude a Baal-peor
NÚMEROS 25
1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, 2 las cuales
invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.
3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. 4 Y Jehová dijo
a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el
ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel. 5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel:
Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.
6 Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de
Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del
tabernáculo de reunión. 7 Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó
de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; 8 y fue tras el varón de Israel a la
tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad
de los hijos de Israel. 9 Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón,
ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he
consumido en mi celo a los hijos de Israel. 12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de
paz con él; 13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por
cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.
14 Y el nombre del varón que fue muerto con la madianita era Zimri hijo de Salu, jefe de una
familia de la tribu de Simeón. 15 Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbi hija de Zur,
príncipe de pueblos, padre de familia en Madián.
16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Hostigad a los madianitas, y heridlos, 18 por cuanto
ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor, y
en lo tocante a Cozbi hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la
mortandad por causa de Baal-peor.
Censo del pueblo en Moab
NÚMEROS 26
1 Aconteció después de la mortandad, que Jehová habló a Moisés y a Eleazar hijo del sacerdote
Aarón, diciendo: 2 Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años
arriba, por las casas de sus padres, todos los que pueden salir a la guerra en Israel. 3 Y Moisés y
el sacerdote Eleazar hablaron con ellos en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó,
diciendo: 4 Contaréis el pueblo de veinte años arriba, como mandó Jehová a Moisés y a los hijos
de Israel que habían salido de tierra de Egipto.
5 Rubén, primogénito de Israel; los hijos de Rubén: de Enoc, la familia de los enoquitas; de Falú,
la familia de los faluitas; 6 de Hezrón, la familia de los hezronitas; de Carmi, la familia de los
carmitas. 7 Estas son las familias de los rubenitas; y fueron contados de ellas cuarenta y tres mil
setecientos treinta. 8 Los hijos de Falú: Eliab. 9 Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram.
Estos Datán y Abiram fueron los del consejo de la congregación, que se rebelaron contra Moisés y
Aarón con el grupo de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová; 10 y la tierra abrió su boca y los
tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos
cincuenta varones, para servir de escarmiento. 11 Mas los hijos de Coré no murieron.
12 Los hijos de Simeón por sus familias: de Nemuel, la familia de los nemuelitas; de Jamín, la
familia de los jaminitas; de Jaquín, la familia de los jaquinitas; 13 de Zera, la familia de los
zeraítas; de Saúl, la familia de los saulitas. 14 Estas son las familias de los simeonitas, veintidós
mil doscientos.
15 Los hijos de Gad por sus familias: de Zefón, la familia de los zefonitas; de Hagui, la familia de
los haguitas; de Suni, la familia de los sunitas; 16 de Ozni, la familia de los oznitas; de Eri, la
familia de los eritas; 17 de Arod, la familia de los aroditas; de Areli, la familia de los arelitas.
18 Estas son las familias de Gad; y fueron contados de ellas cuarenta mil quinientos.
19 Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán murieron en la tierra de Canaán. 20 Y fueron los
hijos de Judá por sus familias: de Sela, la familia de los selaítas; de Fares, la familia de los
faresitas; de Zera, la familia de los zeraítas. 21 Y fueron los hijos de Fares: de Hezrón, la familia
de los hezronitas; de Hamul, la familia de los hamulitas. 22 Estas son las familias de Judá, y
fueron contados de ellas setenta y seis mil quinientos.
23 Los hijos de Isacar por sus familias; de Tola, la familia de los tolaítas; de Fúa, la familia de los
funitas; 24 de Jasub, la familia de los jasubitas; de Simrón, la familia de los simronitas. 25 Estas
son las familias de Isacar, y fueron contados de ellas sesenta y cuatro mil trescientos.
26 Los hijos de Zabulón por sus familias: de Sered, la familia de los sereditas; de Elón, la familia
de los elonitas; de Jahleel, la familia de los jahleelitas. 27 Estas son las familias de los
zabulonitas, y fueron contados de ellas sesenta mil quinientos.
28 Los hijos de José por sus familias: Manasés y Efraín. 29 Los hijos de Manasés: de Maquir, la
familia de los maquiritas; y Maquir engendró a Galaad; de Galaad, la familia de los galaaditas.
30 Estos son los hijos de Galaad: de Jezer, la familia de los jezeritas; de Helec, la familia de los
helequitas; 31 de Asriel, la familia de los asrielitas; de Siquem, la familia de los siquemitas; 32 de
Semida, la familia de los semidaítas; de Hefer, la familia de los heferitas. 33 Y Zelofehad hijo de
Hefer no tuvo hijos sino hijas; y los nombres de las hijas de Zelofehad fueron Maala, Noa, Hogla,
Milca y Tirsa. 34 Estas son las familias de Manasés; y fueron contados de ellas cincuenta y dos
mil setecientos.
35 Estos son los hijos de Efraín por sus familias: de Sutela, la familia de los sutelaítas; de Bequer,
la familia de los bequeritas; de Tahán, la familia de los tahanitas. 36 Y estos son los hijos de
Sutela: de Erán, la familia de los eranitas. 37 Estas son las familias de los hijos de Efraín; y
fueron contados de ellas treinta y dos mil quinientos. Estos son los hijos de José por sus familias.
38 Los hijos de Benjamín por sus familias: de Bela, la familia de los belaítas; de Asbel, la familia
de los asbelitas; de Ahiram, la familia de los ahiramitas; 39 de Sufam, la familia de los sufamitas;
de Hufam, la familia de los hufamitas. 40 Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: de Ard, la
familia de los arditas; de Naamán, la familia de los naamitas. 41 Estos son los hijos de Benjamín
por sus familias; y fueron contados de ellos cuarenta y cinco mil seiscientos.
42 Estos son los hijos de Dan por sus familias: de Súham, la familia de los suhamitas. Estas son
las familias de Dan por sus familias. 43 De las familias de los suhamitas fueron contados sesenta
y cuatro mil cuatrocientos.
44 Los hijos de Aser por sus familias: de Imna, la familia de los imnitas; de Isúi, la familia de los
isuitas; de Bería, la familia de los beriaítas. 45 Los hijos de Bería: de Heber, la familia de los
heberitas; de Malquiel, la familia de los malquielitas. 46 Y el nombre de la hija de Aser fue Sera.
47 Estas son las familias de los hijos de Aser; y fueron contados de ellas cincuenta y tres mil
cuatrocientos.
48 Los hijos de Neftalí, por sus familias: de Jahzeel, la familia de los jahzeelitas; de Guni, la
familia de los gunitas; 49 de Jezer, la familia de los jezeritas; de Silem, la familia de los silemitas.
50 Estas son las familias de Neftalí por sus familias; y fueron contados de ellas cuarenta y cinco
mil cuatrocientos.
51 Estos son los contados de los hijos de Israel, seiscientos un mil setecientos treinta.
Orden para la repartición de la tierra
52 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 53 A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta
de los nombres. 54 A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará
su heredad conforme a sus contados. 55 Pero la tierra será repartida por suerte; y por los
nombres de las tribus de sus padres heredarán. 56 Conforme a la suerte será repartida su
heredad entre el grande y el pequeño.
Censo de la tribu de Leví
57 Los contados de los levitas por sus familias son estos: de Gersón, la familia de los gersonitas;
de Coat, la familia de los coatitas; de Merari, la familia de los meraritas. 58 Estas son las familias
de los levitas: la familia de los libnitas, la familia de los hebronitas, la familia de los mahlitas, la
familia de los musitas, la familia de los coreítas. Y Coat engendró a Amram. 59 La mujer de
Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a
Aarón y a Moisés, y a María su hermana. 60 Y a Aarón le nacieron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
61 Pero Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová. 62 De los
levitas fueron contados veintitrés mil, todos varones de un mes arriba; porque no fueron contados
entre los hijos de Israel, por cuanto no les había de ser dada heredad entre los hijos de Israel.
Caleb y Josué sobreviven
63 Estos son los contados por Moisés y el sacerdote Eleazar, los cuales contaron los hijos de Israel
en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó. 64 Y entre éstos ninguno hubo de los
contados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de
Sinaí. 65 Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos,
sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
Petición de las hijas de Zelofehad
NÚMEROS 27
1 Vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés,
de las familias de Manasés hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, Noa, Hogla, Milca
y Tirsa; 2 y se presentaron delante de Moisés y delante del sacerdote Eleazar, y delante de los
príncipes y de toda la congregación, a la puerta del tabernáculo de reunión, y dijeron: 3 Nuestro
padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de los que se juntaron contra Jehová en
el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, y no tuvo hijos. 4 ¿Por qué será quitado el
nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los
hermanos de nuestro padre.
5 Y Moisés llevó su causa delante de Jehová. 6 Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: 7 Bien
dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su
padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas. 8 Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo:
Cuando alguno muriere sin hijos, traspasaréis su herencia a su hija. 9 Si no tuviere hija, daréis su
herencia a sus hermanos; 10 y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su
padre. 11 Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia a su pariente más cercano de su
linaje, y de éste será; y para los hijos de Israel esto será por estatuto de derecho, como Jehová
mandó a Moisés.
Josué es designado como sucesor de Moisés
12 Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de
Israel. 13 Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu
hermano Aarón. 14 Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la
congregación, no santificándome en las aguas a ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de
Cades en el desierto de Zin. 15 Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo: 16 Ponga Jehová,
Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, 17 que salga delante de ellos
y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová
no sea como ovejas sin pastor. 18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el
cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; 19 y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y
delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos. 20 Y pondrás de tu
dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca. 21 El se
pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová;
por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda
la congregación. 22 Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso
delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; 23 y puso sobre él sus manos, y le dio el
cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés.
Las ofrendas diarias
(Ex. 29.38-46)
NÚMEROS 28
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda, mi pan con
mis ofrendas encendidas en olor grato a mí, guardaréis, ofreciéndomelo a su tiempo. 3 Y les
dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos corderos sin tacha de un año,
cada día, será el holocausto continuo. 4 Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero
ofrecerás a la caída de la tarde; 5 y la décima parte de un efa de flor de harina, amasada con un
cuarto de un hin de aceite de olivas machacadas, en ofrenda. 6 Es holocausto continuo, que fue
ordenado en el monte Sinaí para olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 7 Y su libación, la cuarta
parte de un hin con cada cordero; derramarás libación de vino superior ante Jehová en el
santuario. 8 Y ofrecerás el segundo cordero a la caída de la tarde; conforme a la ofrenda de la
mañana y conforme a su libación ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato a Jehová.
Ofrendas mensuales y del día de reposo
9 Mas el día de reposo, dos corderos de un año sin defecto, y dos décimas de flor de harina
amasada con aceite, como ofrenda, con su libación. 10 Es el holocausto de cada día de reposo,
además del holocausto continuo y su libación.
11 Al comienzo de vuestros meses ofreceréis en holocausto a Jehová dos becerros de la vacada,
un carnero, y siete corderos de un año sin defecto; 12 y tres décimas de flor de harina amasada
con aceite, como ofrenda con cada becerro; y dos décimas de flor de harina amasada con aceite,
como ofrenda con cada carnero; 13 y una décima de flor de harina amasada con aceite, en
ofrenda que se ofrecerá con cada cordero; holocausto de olor grato, ofrenda encendida a Jehová.
14 Y sus libaciones de vino, medio hin con cada becerro, y la tercera parte de un hin con cada
carnero, y la cuarta parte de un hin con cada cordero. Este es el holocausto de cada mes por todos
los meses del año. 15 Y un macho cabrío en expiación se ofrecerá a Jehová, además del
holocausto continuo con su libación.
Ofrendas de las fiestas solemnes
(Lv. 23.1-44)
16 Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, será la pascua de Jehová. 17 Y a los quince
días de este mes, la fiesta solemne; por siete días se comerán panes sin levadura. 18 El primer día
será santa convocación; ninguna obra de siervos haréis. 19 Y ofreceréis como ofrenda encendida
en holocausto a Jehová, dos becerros de la vacada, y un carnero, y siete corderos de un año; serán
sin defecto. 20 Y su ofrenda de harina amasada con aceite: tres décimas con cada becerro, y dos
décimas con cada carnero; 21 y con cada uno de los siete corderos ofreceréis una décima. 22 Y un
macho cabrío por expiación, para reconciliaros. 23 Esto ofreceréis además del holocausto de la
mañana, que es el holocausto continuo. 24 Conforme a esto ofreceréis cada uno de los siete días,
vianda y ofrenda encendida en olor grato a Jehová; se ofrecerá además del holocausto continuo,
con su libación. 25 Y el séptimo día tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis.
26 Además, el día de las primicias, cuando presentéis ofrenda nueva a Jehová en vuestras
semanas, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis. 27 Y ofreceréis en
holocausto, en olor grato a Jehová, dos becerros de la vacada, un carnero, siete corderos de un
año; 28 y la ofrenda de ellos, flor de harina amasada con aceite, tres décimas con cada becerro,
dos décimas con cada carnero, 29 y con cada uno de los siete corderos una décima; 30 y un macho
cabrío para hacer expiación por vosotros. 31 Los ofreceréis, además del holocausto continuo con
sus ofrendas, y sus libaciones; serán sin defecto.
NÚMEROS 29
1 En el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos
haréis; os será día de sonar las trompetas. 2 Y ofreceréis holocausto en olor grato a Jehová, un
becerro de la vacada, un carnero, siete corderos de un año sin defecto; 3 y la ofrenda de ellos, de
flor de harina amasada con aceite, tres décimas de efa con cada becerro, dos décimas con cada
carnero, 4 y con cada uno de los siete corderos, una décima; 5 y un macho cabrío por expiación,
para reconciliaros, 6 además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto continuo y su
ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como ofrenda encendida a Jehová en olor grato.
7 En el diez de este mes séptimo tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas; ninguna
obra haréis; 8 y ofreceréis en holocausto a Jehová en olor grato, un becerro de la vacada, un
carnero, y siete corderos de un año; serán sin defecto. 9 Y sus ofrendas, flor de harina amasada
con aceite, tres décimas de efa con cada becerro, dos décimas con cada carnero, 10 y con cada
uno de los siete corderos, una décima; 11 y un macho cabrío por expiación; además de la ofrenda
de las expiaciones por el pecado, y del holocausto continuo y de sus ofrendas y de sus libaciones.
12 También a los quince días del mes séptimo tendréis santa convocación; ninguna obra de
siervos haréis, y celebraréis fiesta solemne a Jehová por siete días. 13 Y ofreceréis en holocausto,
en ofrenda encendida a Jehová en olor grato, trece becerros de la vacada, dos carneros, y catorce
corderos de un año; han de ser sin defecto. 14 Y las ofrendas de ellos, de flor de harina amasada
con aceite, tres décimas de efa con cada uno de los trece becerros, dos décimas con cada uno de
los dos carneros, 15 y con cada uno de los catorce corderos, una décima; 16 y un macho cabrío
por expiación, además del holocausto continuo, su ofrenda y su libación.
17 El segundo día, doce becerros de la vacada, dos carneros, catorce corderos de un año sin
defecto, 18 y sus ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos,
según el número de ellos, conforme a la ley; 19 y un macho cabrío por expiación; además del
holocausto continuo, y su ofrenda y su libación.
20 El día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 21 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 22 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
y su ofrenda y su libación.
23 El cuarto día, diez becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 24 sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 25 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo,
su ofrenda y su libación.
26 El quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 27 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 28 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
su ofrenda y su libación.
29 El sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 30 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 31 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
su ofrenda y su libación.
32 El séptimo día, siete becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto; 33 y sus
ofrendas y sus libaciones con los becerros, con los carneros y con los corderos, según el número
de ellos, conforme a la ley; 34 y un macho cabrío por expiación, además del holocausto continuo,
con su ofrenda y su libación.
35 El octavo día tendréis solemnidad; ninguna obra de siervos haréis. 36 Y ofreceréis en
holocausto, en ofrenda encendida de olor grato a Jehová, un becerro, un carnero, siete corderos
de un año sin defecto; 37 sus ofrendas y sus libaciones con el becerro, con el carnero y con los
corderos, según el número de ellos, conforme a la ley; 38 y un macho cabrío por expiación,
además del holocausto continuo, con su ofrenda y su libación.
39 Estas cosas ofreceréis a Jehová en vuestras fiestas solemnes, además de vuestros votos, y de
vuestras ofrendas voluntarias, para vuestros holocaustos, y para vuestras ofrendas, y para
vuestras libaciones, y para vuestras ofrendas de paz.
40 Y Moisés dijo a los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehová le había mandado.
Ley de los votos
NÚMEROS 30
1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová
ha mandado. 2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con
obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca. 3 Mas la
mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su
juventud; 4 si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a
ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme
será. 5 Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella
hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó.
6 Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma;
7 si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la
obligación con que ligó su alma, firme será. 8 Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces
el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la
perdonará. 9 Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme. 10 Y si
hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento,
11 si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda
obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. 12 Mas si su marido los anuló el día que los
oyó, todo lo que salió de sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su alma, será
nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará. 13 Todo voto, y todo juramento obligándose a
afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. 14 Pero si su marido callare a
ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella;
los confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó. 15 Mas si los anulare después de haberlos
oído, entonces él llevará el pecado de ella.
16 Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y su mujer, y entre el
padre y su hija durante su juventud en casa de su padre.
Venganza de Israel contra Madián
NÚMEROS 31
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas;
después serás recogido a tu pueblo. 3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos
de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián.
4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis a la guerra. 5 Así fueron
dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra. 6 Y Moisés los envió
a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra con los
vasos del santuario, y con las trompetas en su mano para tocar. 7 Y pelearon contra Madián, como
Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón. 8 Mataron también, entre los muertos de ellos,
a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam
hijo de Beor mataron a espada. 9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los
madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes,
10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones. 11 Y tomaron todo el despojo, y todo
el botín, así de hombres como de bestias. 12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la
congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín y los despojos al campamento, en los
llanos de Moab, que están junto al Jordán frente a Jericó.
13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos
fuera del campamento. 14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de
millares y de centenas que volvían de la guerra, 15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con
vida a todas las mujeres? 16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de
Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la
congregación de Jehová. 17 Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad
también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente. 18 Pero a todas las niñas entre las
mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida. 19 Y vosotros, cualquiera que haya
dado muerte a persona, y cualquiera que haya tocado muerto, permaneced fuera del campamento
siete días, y os purificaréis al tercer día y al séptimo, vosotros y vuestros cautivos. 20 Asimismo
purificaréis todo vestido, y toda prenda de pieles, y toda obra de pelo de cabra, y todo utensilio de
madera.
Repartición del botín
21 Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que venían de la guerra: Esta es la
ordenanza de la ley que Jehová ha mandado a Moisés: 22 Ciertamente el oro y la plata, el bronce,
hierro, estaño y plomo, 23 todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio,
bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y haréis pasar por agua todo lo que no
resiste el fuego. 24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y
después entraréis en el campamento.
25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 26 Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así de las
personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y los jefes de los padres de la
congregación; 27 y partirás por mitades el botín entre los que pelearon, los que salieron a la
guerra, y toda la congregación. 28 Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra
que salieron a la guerra; de quinientos, uno, así de las personas como de los bueyes, de los asnos y
de las ovejas. 29 De la mitad de ellos lo tomarás; y darás al sacerdote Eleazar la ofrenda de
Jehová. 30 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno de cada cincuenta de las
personas, de los bueyes, de los asnos, de las ovejas y de todo animal, y los darás a los levitas, que
tienen la guarda del tabernáculo de Jehová. 31 E hicieron Moisés y el sacerdote Eleazar como
Jehová mandó a Moisés.
32 Y fue el botín, el resto del botín que tomaron los hombres de guerra, seiscientas setenta y
cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil bueyes, 34 y sesenta y un mil asnos. 35 En cuanto a
personas, de mujeres que no habían conocido varón, eran por todas treinta y dos mil. 36 Y la
mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el número de trescientas treinta y siete
mil quinientas ovejas; 37 y el tributo de las ovejas para Jehová fue seiscientas setenta y cinco.
38 De los bueyes, treinta y seis mil; y de ellos el tributo para Jehová, setenta y dos. 39 De los
asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo para Jehová, sesenta y uno. 40 Y de las
personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas. 41 Y dio Moisés
el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés.
42 Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los hombres que habían ido a la
guerra 43 (la mitad para la congregación fue: de las ovejas, trescientas treinta y siete mil
quinientas; 44 de los bueyes, treinta y seis mil; 45 de los asnos, treinta mil quinientos; 46 y de las
personas, dieciséis mil); 47 de la mitad, pues, para los hijos de Israel, tomó Moisés uno de cada
cincuenta, así de las personas como de los animales, y los dio a los levitas, que tenían la guarda
del tabernáculo de Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
48 Vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de millares y de
centenas, 49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra que
están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros. 50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová
ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y
cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová. 51 Y Moisés y el sacerdote
Eleazar recibieron el oro de ellos, alhajas, todas elaboradas. 52 Y todo el oro de la ofrenda que
ofrecieron a Jehová los jefes de millares y de centenas fue dieciséis mil setecientos cincuenta
siclos. 53 Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí. 54 Recibieron, pues,
Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al
tabernáculo de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante de Jehová.
Rubén y Gad se establecen al oriente del Jordán
(Dt. 3.12-22)
NÚMEROS 32
1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y
vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. 2 Vinieron, pues, los
hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de
la congregación, diciendo: 3 Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón,
4 la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos
tienen ganado. 5 Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en
heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.
6 Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la
guerra, y vosotros os quedaréis aquí? 7 ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no
pasen a la tierra que les ha dado Jehová? 8 Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde
Cades- barnea para que viesen la tierra. 9 Subieron hasta el torrente de Escol, y después que
vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les
había dado. 10 Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró diciendo: 11 No verán los varones
que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham,
Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; 12 excepto Caleb hijo de Jefone
cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová. 13 Y la ira de Jehová se
encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fue
acabada toda aquella generación que había hecho mal delante de Jehová. 14 Y he aquí, vosotros
habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún a la
ira de Jehová contra Israel. 15 Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el
desierto, y destruiréis a todo este pueblo.
16 Entonces ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y
ciudades para nuestros niños; 17 y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de
los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades
fortificadas a causa de los moradores del país. 18 No volveremos a nuestras casas hasta que los
hijos de Israel posean cada uno su heredad. 19 Porque no tomaremos heredad con ellos al otro
lado del Jordán ni adelante, por cuanto tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán
al oriente. 20 Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de
Jehová a la guerra, 21 y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que
haya echado a sus enemigos de delante de sí, 22 y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego
volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en
heredad delante de Jehová. 23 Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y
sabed que vuestro pecado os alcanzará. 24 Edificaos ciudades para vuestros niños, y majadas
para vuestras ovejas, y haced lo que ha declarado vuestra boca. 25 Y hablaron los hijos de Gad y
los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha mandado. 26 Nuestros
niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades de
Galaad; 27 y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra, de
la manera que mi señor dice.
28 Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes
de los padres de las tribus de los hijos de Israel. 29 Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los
hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados todos para la guerra delante de Jehová,
luego que el país sea sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión;
30 mas si no pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la tierra
de Canaán. 31 Y los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo: Haremos lo que
Jehová ha dicho a tus siervos. 32 Nosotros pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de
Canaán, y la posesión de nuestra heredad será a este lado del Jordán.
33 Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de
José, el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y
sus territorios, las ciudades del país alrededor. 34 Y los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot,
Aroer, 35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha, 36 Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron
también majadas para ovejas. 37 Y los hijos de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim,
38 Nebo, Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que
edificaron. 39 Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al
amorreo que estaba en ella. 40 Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en
ella. 41 También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.
42 Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.
Jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán
NÚMEROS 33
1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos,
bajo el mando de Moisés y Aarón. 2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por
mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas. 3 De Ramesés
salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua
salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios, 4 mientras
enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo
primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.
5 Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot. 6 Salieron de Sucot y
acamparon en Etam, que está al confín del desierto. 7 Salieron de Etam y volvieron sobre Pihahirot,
que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol. 8 Salieron de Pi-hahirot
y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de
Etam, y acamparon en Mara. 9 Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de
aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí. 10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar Rojo.
11 Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin. 12 Salieron del desierto de Sin y
acamparon en Dofca. 13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús. 14 Salieron de Alús y
acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber. 15 Salieron de Refidim y
acamparon en el desierto de Sinaí. 16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrothataava.
17 Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot. 18 Salieron de Hazerot y
acamparon en Ritma. 19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres. 20 Salieron de Rimónperes
y acamparon en Libna. 21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa. 22 Salieron de Rissa y
acamparon en Ceelata. 23 Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer. 24 Salieron del
monte de Sefer y acamparon en Harada. 25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot.
26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat. 27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara.
28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca. 29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona.
30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot. 31 Salieron de Moserot y acamparon en Benejaacán.
32 Salieron de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad. 33 Salieron del monte de
Gidgad y acamparon en Jotbata. 34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35 Salieron de
Abrona y acamparon en Ezión-geber. 36 Salieron de Ezión-geber y acamparon en el desierto de
Zin, que es Cades. 37 Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del
país de Edom.
38 Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los
cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el
primero del mes. 39 Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de
Hor.
40 Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían
venido los hijos de Israel.
41 Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona. 42 Salieron de Zalmona y acamparon en
Punón. 43 Salieron de Punón y acamparon en Obot. 44 Salieron de Obot y acamparon en Ijeabarim,
en la frontera de Moab. 45 Salieron de Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad. 46 Salieron
de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim. 47 Salieron de Almón-diblataim y acamparon en
los montes de Abarim, delante de Nebo. 48 Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los
campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 49 Finalmente acamparon junto al Jordán,
desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.
Límites y repartición de Canaán
50 Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:
51 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de
Canaán, 52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus
ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; 53 y
echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea
vuestra propiedad. 54 Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis
mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la
tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis. 55 Y si no echareis a los moradores
del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en
vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros
habitareis. 56 Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.
NÚMEROS 34
1 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado
en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de Canaán según
sus límites, 3 tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el
límite del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. 4 Este límite os irá rodeando desde el
sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y se extenderá del sur a Cades- barnea; y
continuará a Hasar-adar, y pasará hasta Asmón. 5 Rodeará este límite desde Asmón hasta el
torrente de Egipto, y sus remates serán al occidente.
6 Y el límite occidental será el Mar Grande; este límite será el límite occidental.
7 El límite del norte será este: desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. 8 Del monte de
Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad; 9 y seguirá este límite
hasta Zifrón, y terminará en Hazar- enán; este será el límite del norte.
10 Por límite al oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam; 11 y bajará este límite desde
Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al
oriente. 12 Después descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar Salado: esta será
vuestra tierra por sus límites alrededor.
13 Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en
heredades por sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la media tribu;
14 porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y la tribu de los hijos de
Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han tomado su heredad. 15 Dos
tribus y media tomaron su heredad a este lado del Jordán frente a Jericó al oriente, al nacimiento
del sol.
16 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán
la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun. 18 Tomaréis también de cada tribu un
príncipe, para dar la posesión de la tierra. 19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu
de Judá, Caleb hijo de Jefone. 20 De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud. 21 De
la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. 22 De la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui
hijo de Jogli. 23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo
de Efod, 24 y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de Siftán. 25 De la tribu de
los hijos de Zabulón, el príncipe Elizafán hijo de Parnac. 26 De la tribu de los hijos de Isacar, el
príncipe Paltiel hijo de Azán. 27 De la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.
28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud. 29 A éstos mandó Jehová
que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.
Herencia de los levitas
NÚMEROS 35
1 Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó, diciendo:
2 Manda a los hijos de Israel que den a los levitas, de la posesión de su heredad, ciudades en que
habiten; también daréis a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas. 3 Y tendrán
ellos las ciudades para habitar, y los ejidos de ellas serán para sus animales, para sus ganados y
para todas sus bestias. 4 Y los ejidos de las ciudades que daréis a los levitas serán mil codos
alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera. 5 Luego mediréis fuera de la ciudad al lado del
oriente dos mil codos, al lado del sur dos mil codos, al lado del occidente dos mil codos, y al lado
del norte dos mil codos, y la ciudad estará en medio; esto tendrán por los ejidos de las ciudades.
6 Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para
que el homicida se refugie allá; y además de éstas daréis cuarenta y dos ciudades. 7 Todas las
ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 8 Y en cuanto a
las ciudades que diereis de la heredad de los hijos de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho,
y del que tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión
que heredará.
Ciudades de refugio
(Dt. 19.1-13)
9 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado
al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán, 11 os señalaréis ciudades, ciudades de refugio
tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención. 12 Y os serán
aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y no morirá el homicida hasta que entre en juicio
delante de la congregación. 13 De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de
refugio. 14 Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, y tres ciudades daréis en la tierra de
Canaán, las cuales serán ciudades de refugio. 15 Estas seis ciudades serán de refugio para los
hijos de Israel, y para el extranjero y el que more entre ellos, para que huya allá cualquiera que
hiriere de muerte a otro sin intención.
16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 17 Y si con
piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá.
18 Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida
es; el homicida morirá. 19 El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo
encontrare, él lo matará. 20 Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y
muere; 21 o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el
vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare.
22 Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin
asechanzas, 23 o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, y muriere, y él
no era su enemigo, ni procuraba su mal; 24 entonces la congregación juzgará entre el que causó la
muerte y el vengador de la sangre conforme a estas leyes; 25 y la congregación librará al
homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de
refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el
cual fue ungido con el aceite santo. 26 Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad
de refugio, en la cual se refugió, 27 y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la
ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello;
28 pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y
después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión.
Ley sobre los testigos y sobre el rescate
29 Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades, en todas vuestras
habitaciones. 30 Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida;
mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera. 31 Y no tomaréis precio por la
vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá. 32 Ni tampoco
tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta
que muera el sumo sacerdote. 33 Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta
sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella,
sino por la sangre del que la derramó. 34 No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio
de la cual yo habito; porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel.
Ley del casamiento de las herederas
NÚMEROS 36
1 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de
las familias de los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y de los príncipes, jefes de las
casas paternas de los hijos de Israel, 2 y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la
tierra a los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor, que dé la
posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas. 3 Y si ellas se casaren con algunos de los hijos
de las otras tribus de los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de la herencia de
nuestros padres, y será añadida a la herencia de la tribu a que se unan; y será quitada de la
porción de nuestra heredad. 4 Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de
ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; así la heredad de ellas será quitada de
la heredad de la tribu de nuestros padres.
5 Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los
hijos de José habla rectamente. 6 Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de
Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se
casarán, 7 para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque
cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres. 8 Y cualquiera
hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de Israel, con alguno de la familia de la tribu de
su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres, 9 y no
ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos de Israel
estará ligada a su heredad.
10 Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad. 11 Y así Maala, Tirsa,
Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos de sus tíos paternos. 12 Se casaron en
la familia de los hijos de Manasés, hijo de José; y la heredad de ellas quedó en la tribu de la
familia de su padre.
13 Estos son los mandamientos y los estatutos que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos
de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
Libro Quinto de Moisés
DEUTERONOMIO
Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb
DEUTERONOMIO 1
1 Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el
Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2 Once jornadas hay
desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. 3 Y aconteció que a los cuarenta
años, en el mes undécimo, el primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas
las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos, 4 después que derrotó a Sehón rey de los
amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán que habitaba en Astarot en Edrei.
5 De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: 6 Jehová
nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte.
7 Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los
valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran
río, el río Eufrates. 8 Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová
juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después
de ellos.
Nombramiento de jueces
(Ex. 18.13-27)
9 En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros. 10 Jehová vuestro Dios os ha
multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud. 11 ¡Jehová Dios
de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha
prometido! 12 ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos?
13 Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que
yo los ponga por vuestros jefes. 14 Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.
15 Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes
sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras
tribus. 16 Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad
justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero. 17 No hagáis distinción de persona en
el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es
de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré. 18 Os mandé, pues, en aquel
tiempo, todo lo que habíais de hacer.
Misión de los doce espías
(Nm. 13.1-33)
19 Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el
camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades
barnea. 20 Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios
nos da. 21 Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como
Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. 22 Y vinisteis a mí todos
vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su
regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos
de llegar. 23 Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un varón por
cada tribu. 24 Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y
reconocieron la tierra. 25 Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos
dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da. 26 Sin embargo, no
quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; 27 y murmurasteis en
vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para
entregarnos en manos del amorreo para destruirnos. 28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos
han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las
ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.
29 Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. 30 Jehová vuestro Dios, el cual va
delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en
Egipto delante de vuestros ojos. 31 Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído,
como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.
32 Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios, 33 quien iba delante de vosotros por el
camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros
el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.
Dios castiga a Israel
(Nm. 14.20-35)
34 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: 35 No verá hombre
alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros
padres, 36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos;
porque ha seguido fielmente a Jehová. 37 También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me
dijo: Tampoco tú entrarás allá. 38 Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale,
porque él la hará heredar a Israel. 39 Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de
botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y
ellos la heredarán. 40 Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.
La derrota en Horma
(Nm. 14.39-45)
41 Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y
pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada
uno con sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte. 42 Y Jehová me dijo: Diles:
No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros
enemigos. 43 Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y
persistiendo con altivez subisteis al monte. 44 Pero salió a vuestro encuentro el amorreo, que
habitaba en aquel monte, y os persiguieron como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta
Horma. 45 Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os
prestó oído. 46 Y estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.
Los años en el desierto
DEUTERONOMIO 2
1 Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho; y
rodeamos el monte de Seir por mucho tiempo. 2 Y Jehová me habló, diciendo: 3 Bastante habéis
rodeado este monte; volveos al norte. 4 Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el
territorio de vuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de
vosotros; mas vosotros guardaos mucho. 5 No os metáis con ellos, porque no os daré de su tierra
ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.
6 Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el
agua, y beberéis; 7 pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que
andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha
faltado. 8 Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en
Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del
desierto de Moab.
9 Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré
posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot. 10 (Los emitas
habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. 11 Por gigantes
eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas. 12 Y en Seir
habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los arrojaron de su presencia,
y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra que les dio Jehová por posesión.)
13 Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. 14 Y los días que
anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años;
hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento,
como Jehová les había jurado. 15 Y también la mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos
de en medio del campamento, hasta acabarlos.
16 Y aconteció que después que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,
17 Jehová me habló, diciendo: 18 Tú pasarás hoy el territorio de Moab, a Ar. 19 Y cuando te
acerques a los hijos de Amón, no los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te daré posesión
de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad. 20 (Por tierra de
gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los
amonitas llamaban zomzomeos; 21 pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a
los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquéllos, y habitaron en su
lugar, 22 como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales
destruyó a los horeos; y ellos sucedieron a éstos, y habitaron en su lugar hasta hoy. 23 Y a los
aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y
habitaron en su lugar.) 24 Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en
tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y
entra en guerra con él. 25 Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo
de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.
Israel derrota a Sehón
(Nm. 21.21-30)
26 Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón rey de Hesbón con palabras de paz,
diciendo: 27 Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a diestra ni a
siniestra. 28 La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero,
y beberé; solamente pasaré a pie, 29 como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en
Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová
nuestro Dios. 30 Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque
Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano,
como hasta hoy. 31 Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y
a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para que la heredes. 32 Y nos salió Sehón al
encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza. 33 Mas Jehová nuestro Dios lo entregó
delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. 34 Tomamos entonces
todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos
ninguno. 35 Solamente tomamos para nosotros los ganados, y los despojos de las ciudades que
habíamos tomado. 36 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que
está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová
nuestro Dios en nuestro poder. 37 Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni a
todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que
Jehová nuestro Dios había prohibido.
Israel derrota a Og rey de Basán
(Nm. 21.31-35)
DEUTERONOMIO 3
1 Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og rey de Basán para
pelear, él y todo su pueblo, en Edrei. 2 Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu
mano he entregdo a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey
amorreo, que habitaba en Hesbón. 3 Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a
Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos. 4 Y tomamos
entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la
tierra de Argob, del reino de Og en Basán. 5 Todas estas eran ciudades fortificadas con muros
altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 6 Y las destruimos, como
hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. 7 Y
tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades. 8 También tomamos en
aquel tiempo la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, de manos de los dos
reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán. 9 (Los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los
amorreos, Senir.) 10 Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y
Edrei, ciudades del reino de Og en Basán. 11 Porque únicamente Og rey de Basán había quedado
del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La
longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre.
Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán
(Nm. 32.1-42)
12 Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón,
y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas; 13 y el resto
de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los
gigantes, lo di a la media tribu de Manasés. 14 Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob
hasta el límite con Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán- havot-jair, hasta hoy. 15 Y
Galaad se lo di a Maquir. 16 Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad hasta el arroyo de Arnón,
teniendo por límite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de
Amón; 17 también el Arabá, con el Jordán como límite desde Cineret hasta el mar del Arabá, el
Mar Salado, al pie de las laderas del Pisga al oriente.
18 Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero
iréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos los hijos de Israel. 19 Solamente
vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados (yo sé que tenéis mucho ganado), quedarán
en las ciudades que os he dado, 20 hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a
vosotros, y hereden ellos también la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán;
entonces os volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado. 21 Ordené también a Josué en
aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos
reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú. 22 No los temáis; porque Jehová
vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.
No se le permite a Moisés entrar a Canaán
23 Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: 24 Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu
siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga
obras y proezas como las tuyas? 25 Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá
del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26 Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de
vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.
27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus
propios ojos; porque no pasarás el Jordán. 28 Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él
ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. 29 Y paramos en el
valle delante de Bet-peor.
Moisés exhorta a la obediencia
DEUTERONOMIO 4
1 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y
viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. 2 No añadiréis a
la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de
Jehová vuestro Dios que yo os ordene. 3 Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de
Baal- peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio
de ti. 4 Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy. 5 Mirad, yo os
he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio
de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. 6 Guardadlos, pues, y ponedlos por
obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los
cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande
es esta. 7 Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está
Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8 Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y
juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?
La experiencia de Israel en Horeb
9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus
ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus
hijos, y a los hijos de tus hijos. 10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando
Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán,
para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos; 11 y os
acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos
con tinieblas, nube y oscuridad; 12 y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la
voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. 13 Y él os anunció su
pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de
piedra. 14 A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y
juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella.
Advertencia contra la idolatría
15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con
vosotros de en medio del fuego; 16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura,
imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, 17 figura de animal alguno que está en la
tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, 18 figura de ningún animal que se
arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. 19 No sea
que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas
impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los
pueblos debajo de todos los cielos. 20 Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de
hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día. 21 Y Jehová se enojó
contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra
que Jehová tu Dios te da por heredad. 22 Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el
Jordán; mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra. 23 Guardaos, no os olvidéis del
pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de
ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. 24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor,
Dios celoso.
25 Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis
e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová
vuestro Dios, para enojarlo; 26 yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto
pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no
estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. 27 Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y
quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová. 28 Y serviréis allí a
dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni
huelen. 29 Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu
corazón y de toda tu alma. 30 Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si
en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; 31 porque Dios misericordioso
es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.
32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que
creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa
semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. 33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de
Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? 34 ¿O ha intentado Dios
venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con
milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo
que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35 A ti te fue mostrado, para
que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. 36 Desde los cielos te hizo oír su voz,
para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del
fuego. 37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó
de Egipto con su presencia y con su gran poder, 38 para echar de delante de tu presencia
naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como
hoy. 39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y
abajo en la tierra, y no hay otro. 40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te
mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la
tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
Las ciudades de refugio al oriente del Jordán
41 Entonces apartó Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del sol, 42 para que
huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él
nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida: 43 Beser en el desierto, en
tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para
los de Manasés.
Moisés recapitula la promulgación de la ley
44 Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel. 45 Estos son los
testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de
Egipto; 46 a este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los
amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron
de Egipto; 47 y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que
estaban de este lado del Jordán, al oriente. 48 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo
de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón; 49 y todo el Arabá de este lado del Jordán, al
oriente, hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisga.
Los Diez Mandamientos
(Ex. 20.1-17)
DEUTERONOMIO 5
1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy
en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2 Jehová nuestro Dios hizo
pacto con nosotros en Horeb. 3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros
todos los que estamos aquí hoy vivos. 4 Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en
medio del fuego. 5 Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de
Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo:
6 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
7 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la
tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen, 10 y que hago misericordia a millares, a los que me
aman y guardan mis mandamientos.
11 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que
tome su nombre en vano.
12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. 13 Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; 14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra
harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal
tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como
tú. 15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con
mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de
reposo.
16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean
prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
17 No matarás.
18 No cometerás adulterio.
19 No hurtarás.
20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su
siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
El terror del pueblo
(Ex. 20.18-26)
22 Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego,
de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra,
las cuales me dio a mí. 23 Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz de en medio de las
tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, vinisteis a mí, todos los príncipes de vuestras
tribus, y vuestros ancianos, 24 y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria
y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al
hombre, y éste aún vive. 25 Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos
consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos. 26 Porque ¿qué es el
hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la
oímos, y aún viva? 27 Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos
dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.
28 Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la
voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho.
29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis
mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! 30 Ve y diles: Volveos a
vuestras tiendas. 31 Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos y estatutos y
decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por
posesión. 32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a
diestra ni a siniestra. 33 Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para
que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
El gran mandamiento
DEUTERONOMIO 6
1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os
enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; 2 para
que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando,
tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. 3 Oye,
pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y
miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus
puertas.
Exhortaciones a la obediencia
10 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11 y casas llenas de todo
bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y
luego que comas y te sacies, 12 cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de
Egipto, de casa de servidumbre. 13 A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su
nombre jurarás. 14 No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en
vuestros contornos; 15 porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se
inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.
16 No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah. 17 Guardad cuidadosamente
los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.
18 Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la
buena tierra que Jehová juró a tus padres; 19 para que él arroje a tus enemigos de delante de ti,
como Jehová ha dicho.
20 Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y
decretos que Jehová nuestro Dios os mandó? 21 entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos
de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa. 22 Jehová hizo señales y
milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros
ojos; 23 y nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres. 24 Y nos
mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para
que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy. 25 Y tendremos
justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro
Dios, como él nos ha mandado.
Advertencias contra la idolatría de Canaán
(Ex. 34.11-17)
DEUTERONOMIO 7
1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya
echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al
ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, 2 y Jehová tu Dios
las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas
alianza, ni tendrás de ellas misericordia. 3 Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo,
ni tomarás a su hija para tu hijo. 4 Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses
ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto. 5 Mas así habéis
de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes
de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Un pueblo santo para Jehová
6 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un
pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. 7 No por ser vosotros más
que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más
insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento
que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios,
Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos,
hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se
demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda, por tanto, los mandamientos,
estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.
Bendiciones de la obediencia
(Lv. 26.3-13; Dt. 28.1-14)
12 Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios
guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. 13 Y te amará, te bendecirá y te
multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite,
la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus
ganados. 15 Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú
conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren. 16 Y
consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus
dioses, porque te será tropiezo.
17 Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré
exterminar? 18 no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón
y con todo Egipto; 19 de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de
la mano poderosa y el brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios
con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. 20 También enviará Jehová tu Dios avispas
sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti.
21 No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y
temible. 22 Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás
acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti. 23 Mas
Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que
sean destruidas. 24 El entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de
debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas. 25 Las esculturas de sus dioses
quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no
tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios; 26 y no traerás cosa abominable a tu
casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.
La buena tierra que han de poseer
DEUTERONOMIO 8
1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis
multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.
2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en
el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de
guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná,
comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de
pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 4 Tu vestido
nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. 5 Reconoce
asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.
7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y
de manantiales, que brotan en vegas y montes; 8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y
granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; 9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez,
ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. 10 Y
comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Amonestación de no olvidar a Dios
11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus
estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en
que habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo
lo que tuvieres se aumente; 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te
sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15 que te hizo caminar por un desierto grande y
espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te
sacó agua de la roca del pedernal; 16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus
padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17 y digas en
tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Sino acuérdate de
Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que
juró a tus padres, como en este día. 19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres
en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros,
que de cierto pereceréis. 20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así
pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
Dios destruirá a las naciones de Canaán
DEUTERONOMIO 9
1 Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y
más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; 2 un pueblo grande y alto,
hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá
delante de los hijos de Anac? 3 Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de
ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los
destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho.
4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por
mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones
Jehová las arroja de delante de ti. 5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a
poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de
delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
La rebelión de Israel en Horeb
(Ex. 31.18—32.35)
6 Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla;
porque pueblo duro de cerviz eres tú. 7 Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová
tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este
lugar, habéis sido rebeldes a Jehová. 8 En Horeb provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová
contra vosotros para destruiros. 9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las
tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y
cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua; 10 y me dio Jehová las dos tablas de piedra
escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló
Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. 11 Sucedió al fin de los cuarenta
días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto. 12 Y me
dijo Jehová: Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha
corrompido; pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de
fundición.
13 Y me habló Jehová, diciendo: He observado a ese pueblo, y he aquí que es pueblo duro de
cerviz. 14 Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre
una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos. 15 Y volví y descendí del monte, el cual ardía
en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos. 16 Y miré, y he aquí habíais pecado contra
Jehová vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos pronto del camino
que Jehová os había mandado. 17 Entonces tomé las dos tablas y las arrojé de mis dos manos, y
las quebré delante de vuestros ojos. 18 Y me postré delante de Jehová como antes, cuarenta días y
cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido
haciendo el mal ante los ojos de Jehová para enojarlo. 19 Porque temí a causa del furor y de la ira
con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó aun esta
vez. 20 Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo; y también oré por
Aarón en aquel entonces. 21 Y tomé el objeto de vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y
lo quemé en el fuego, y lo desmenucé moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y
eché el polvo de él en el arroyo que descendía del monte.
22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava provocasteis a ira a Jehová. 23 Y cuando
Jehová os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado,
también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a
su voz. 24 Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco.
25 Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque
Jehová dijo que os había de destruir. 26 Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas
a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano
poderosa. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este
pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado, 28 no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste:
Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los
aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto. 29 Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste
con tu gran poder y con tu brazo extendido.
El pacto renovado
(Ex. 34.1-10)
DEUTERONOMIO 10
1 En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al
monte, y hazte un arca de madera; 2 y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las
primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca. 3 E hice un arca de madera de acacia, y
labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano. 4 Y
escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os
había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me las dio Jehová. 5 Y
volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová
me mandó. 6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió
Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar. 7 De allí partieron
a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas. 8 En aquel tiempo apartó Jehová
la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de
Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy, 9 por lo cual Leví no tuvo parte ni
heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo.)
10 Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová
también me escuchó esta vez, y no quiso Jehová destruirte. 11 Y me dijo Jehová: Levántate, anda,
para que marches delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré a sus padres
que les había de dar.
Lo que Dios exige
12 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes
en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma; 13 que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para
que tengas prosperidad? 14 He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la
tierra, y todas las cosas que hay en ella. 15 Solamente de tus padres se agradó Jehová para
amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como
en este día. 16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra
cerviz. 17 Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande,
poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; 18 que hace justicia al
huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido. 19 Amaréis, pues, al
extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. 20 A Jehová tu Dios temerás, a él
solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás. 21 El es el objeto de tu alabanza, y él es tu
Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. 22 Con setenta
personas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del
cielo en multitud.
La grandeza de Jehová
DEUTERONOMIO 11
1 Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus
mandamientos, todos los días. 2 Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no
han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo
extendido, 3 y sus señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón rey de Egipto, y a
toda su tierra; 4 y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros; cómo precipitó
las aguas del Mar Rojo sobre ellos, cuando venían tras vosotros y Jehová los destruyó hasta hoy;
5 y lo que ha hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado a este lugar; 6 y lo que
hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió su boca la tierra, y los tragó
con sus familias, sus tiendas, y todo su ganado, en medio de todo Israel. 7 Mas vuestros ojos han
visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho.
Bendiciones de la Tierra Prometida
8 Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y
entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; 9 y para que os sean prolongados los días
sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su
descendencia, tierra que fluye leche y miel. 10 La tierra a la cual entras para tomarla no es como
la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas con tu pie,
como huerto de hortaliza. 11 La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de
vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; 12 tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre
están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.
13 Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a
Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, 14 yo daré
la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu
aceite. 15 Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.
16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os
inclinéis a ellos; 17 y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya
lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.
18 Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como
señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. 19 Y las enseñaréis a vuestros
hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te
acuestes, y cuando te levantes, 20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
21 para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que
Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
22 Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que
los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole a
él, 23 Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y desposeeréis
naciones grandes y más poderosas que vosotros. 24 Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie
será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será
vuestro territorio. 25 Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá
Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis, como él os ha dicho.
26 He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27 la bendición, si
oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, 28 y la maldición, si
no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno
hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido. 29 Y cuando Jehová tu Dios te haya
introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim,
y la maldición sobre el monte Ebal, 30 los cuales están al otro lado del Jordán, tras el camino del
occidente en la tierra del cananeo, que habita en el Arabá frente a Gilgal, junto al encinar de
More. 31 Porque vosotros pasáis el Jordán para ir a poseer la tierra que os da Jehová vuestro
Dios; y la tomaréis, y habitaréis en ella. 32 Cuidaréis, pues, de cumplir todos los estatutos y
decretos que yo presento hoy delante de vosotros.
El santuario único
DEUTERONOMIO 12
1 Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová el
Dios de tus padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros
viviereis sobre la tierra. 2 Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que
vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo
de todo árbol frondoso. 3 Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de
Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de
aquel lugar. 4 No haréis así a Jehová vuestro Dios, 5 sino que el lugar que Jehová vuestro Dios
escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése
buscaréis, y allá iréis. 6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros
diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y
las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7 y comeréis allí delante de Jehová vuestro
Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual
Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 8 No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora,
cada uno lo que bien le parece, 9 porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad
que os da Jehová vuestro Dios. 10 Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová
vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y
habitaréis seguros. 11 Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre,
allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros
diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis
prometido a Jehová. 12 Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos,
vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones;
por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros. 13 Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en
cualquier lugar que vieres; 14 sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí
ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
15 Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la
bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como la de
gacela o de ciervo. 16 Solamente que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como
agua. 17 Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las
primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni los votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias,
ni las ofrendas elevadas de tus manos; 18 sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el
lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que
habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Jehová tu Dios de toda la obra de tus manos.
19 Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra.
20 Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré
carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer. 21 Si estuviere lejos
de ti el lugar que Jehová tu Dios escogiere para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y
de tus ovejas que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas
según todo lo que deseares. 22 Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer;
el inmundo y el limpio podrán comer también de ellas. 23 Solamente que te mantengas firme en
no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne.
24 No la comerás; en tierra la derramarás como agua. 25 No comerás de ella, para que te vaya
bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto ante los ojos de Jehová. 26 Pero las
cosas que hubieres consagrado, y tus votos, las tomarás, y vendrás con ellas al lugar que Jehová
hubiere escogido; 27 y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu
Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y podrás
comer la carne. 28 Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo
bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para
siempre.
Advertencias contra la idolatría
29 Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas,
y las heredes, y habites en su tierra, 30 guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después
que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que
servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. 31 No harás así a Jehová tu Dios;
porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus
hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses.
32 Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.
DEUTERONOMIO 13
1 Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o
prodigios, 2 y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de
dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 3 no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al
tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová
vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. 4 En pos de Jehová vuestro Dios
andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él
seguiréis. 5 Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión
contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y
trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás
el mal de en medio de ti.
6 Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo,
diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, 7 de
los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un
extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; 8 no consentirás con él, ni le prestarás oído; ni
tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, 9 sino que lo matarás; tu mano
se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo. 10 Le apedrearás
hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto,
de casa de servidumbre; 11 para que todo Israel oiga, y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti
cosa semejante a esta.
12 Si oyeres que se dice de alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da para vivir en ellas,
13 que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado a los moradores de su
ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; 14 tú inquirirás,
y buscarás y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación
se hizo en medio de ti, 15 irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella
ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de
espada. 16 Y juntarás todo su botín en medio de la plaza, y consumirás con fuego la ciudad y todo
su botín, todo ello, como holocausto a Jehová tu Dios, y llegará a ser un montón de ruinas para
siempre; nunca más será edificada. 17 Y no se pegará a tu mano nada del anatema, para que
Jehová se aparte del ardor de su ira, y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti, y te
multiplique, como lo juró a tus padres, 18 cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios,
guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de
Jehová tu Dios.
DEUTERONOMIO 14
1 Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto. 2 Porque
eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de
entre todos los pueblos que están sobre la tierra.
Animales limpios e inmundos
(Lv. 11.1-47)
3 Nada abominable comerás. 4 Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la
cabra, 5 el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés.
6 Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales,
ese podréis comer. 7 Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña
hendida: camello, liebre y conejo; porque rumian, mas no tienen pezuña hendida, serán
inmundos; 8 ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne
de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
9 De todo lo que está en el agua, de estos podréis comer: todo lo que tiene aleta y escama. 10 Mas
todo lo que no tiene aleta y escama, no comeréis; inmundo será.
11 Toda ave limpia podréis comer. 12 Y estas son de las que no podréis comer: el águila, el
quebrantahuesos, el azor, 13 el gallinazo, el milano según su especie, 14 todo cuervo según su
especie, 15 el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies, 16 el buho, el ibis, el
calamón, 17 el pelícano, el buitre, el somormujo, 18 la cigüeña, la garza según su especie, la
abubilla y el murciélago. 19 Todo insecto alado será inmundo; no se comerá. 20 Toda ave limpia
podréis comer.
21 Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él
podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No
cocerás el cabrito en la leche de su madre.
La ley del diezmo
22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. 23 Y
comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el
diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados,
para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días. 24 Y si el camino fuere tan largo que
no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner
en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, 25 entonces lo venderás y guardarás el
dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 26 y darás el dinero por todo
lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y
comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. 27 Y no desampararás al
levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.
28 Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás
en tus ciudades. 29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el
huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová
tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.
El año de remisión
DEUTERONOMIO 15
1 Cada siete años harás remisión. 2 Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor
todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más
a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová. 3 Del extranjero
demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano, 4 para que
así no haya en medio de ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que
Jehová tu Dios te da por heredad para que la tomes en posesión, 5 si escuchares fielmente la voz
de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy. 6 Ya
que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones,
mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán
dominio.
Préstamos a los pobres
7 Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades,
en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu
hermano pobre, 8 sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.
9 Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el
de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá
clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado. 10 Sin falta le darás, y no serás de
mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos,
y en todo lo que emprendas. 11 Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo
te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.
Leyes sobre los esclavos
(Ex. 21.1-11)
12 Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le
despedirás libre. 13 Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías. 14 Le
abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová
te hubiere bendecido. 15 Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová
tu Dios te rescató; por tanto yo te mando esto hoy. 16 Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a
ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; 17 entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja
contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada. 18 No te parezca
duro cuando le enviares libre, pues por la mitad del costo de un jornalero te sirvió seis años; y
Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.
Consagración de los primogénitos machos
19 Consagrarás a Jehová tu Dios todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas; no te
servirás del primogénito de tus vacas, ni trasquilarás el primogénito de tus ovejas. 20 Delante de
Jehová tu Dios los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escogiere. 21 Y si
hubiere en él defecto, si fuere ciego, o cojo, o hubiere en él cualquier falta, no lo sacrificarás a
Jehová tu Dios. 22 En tus poblaciones lo comerás; el inmundo lo mismo que el limpio comerán de
él, como de una gacela o de un ciervo. 23 Solamente que no comas su sangre; sobre la tierra la
derramarás como agua.
Fiestas anuales
(Ex. 23.14-17; 34.18-24)
DEUTERONOMIO 16
1 Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó
Jehová tu Dios de Egipto, de noche. 2 Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de
las vacas, en el lugar que Jehová escogiere para que habite allí su nombre. 3 No comerás con ella
pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa
saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de
la tierra de Egipto. 4 Y no se verá levadura contigo en todo tu territorio por siete días; y de la
carne que matares en la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana. 5 No podrás sacrificar
la pascua en cualquiera de las ciudades que Jehová tu Dios te da; 6 sino en el lugar que Jehová tu
Dios escogiere para que habite allí su nombre, sacrificarás la pascua por la tarde a la puesta del
sol, a la hora que saliste de Egipto. 7 Y la asarás y comerás en el lugar que Jehová tu Dios hubiere
escogido; y por la mañana regresarás y volverás a tu habitación. 8 Seis días comerás pan sin
levadura, y el séptimo día será fiesta solemne a Jehová tu Dios; no trabajarás en él.
9 Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a
contar las siete semanas. 10 Y harás la fiesta solemne de las semanas a Jehová tu Dios; de la
abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido.
11 Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que
habitare en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que estuvieren en medio de ti, en
el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner allí su nombre. 12 Y acuérdate de que
fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.
13 La fiesta solemne de los tabernáculos harás por siete días, cuando hayas hecho la cosecha de
tu era y de tu lagar. 14 Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu
sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. 15 Siete días
celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá
bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de tus manos, y estarás
verdaderamente alegre.
16 Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él
escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y
en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las
manos vacías; 17 cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios
te hubiere dado.
Administración de la justicia
18 Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los
cuales juzgarán al pueblo con justo juicio. 19 No tuerzas el derecho; no hagas acepción de
personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las
palabras de los justos. 20 La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que
Jehová tu Dios te da.
21 No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás
hecho, 22 ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios.
DEUTERONOMIO 17
1 No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios, buey o cordero en el cual haya falta o alguna cosa
mala, pues es abominación a Jehová tu Dios.
2 Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o
mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu Dios traspasando su pacto, 3 que hubiere ido
y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el
ejército del cielo, lo cual yo he prohibido; 4 y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres
indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;
5 entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea
hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán. 6 Por dicho de dos o de tres testigos morirá el
que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. 7 La mano de los testigos caerá
primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en
medio de ti.
8 Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una
clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus
ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 9 y vendrás a
los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán
la sentencia del juicio. 10 Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jehová
escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. 11 Según la ley que te enseñen, y
según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te
declaren. 12 Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para
ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de
Israel. 13 Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá.
Instrucciones acerca de un rey
14 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la
habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;
15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre tus hermanos
pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.
16 Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar
caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino. 17 Ni tomará para sí
muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en
abundancia. 18 Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un
libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; 19 y lo
tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios,
para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; 20 para que
no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra;
a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Las porciones de los levitas
DEUTERONOMIO 18
1 Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de
las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán. 2 No tendrán, pues, heredad
entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho. 3 Y este será el derecho de los
sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey o cordero: darán al
sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar. 4 Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu
aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás; 5 porque le ha escogido Jehová tu Dios de
entre todas tus tribus, para que esté para administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para
siempre.
6 Y cuando saliere un levita de alguna de tus ciudades de entre todo Israel, donde hubiere vivido,
y viniere con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escogiere, 7 ministrará en el nombre
de Jehová su Dios como todos sus hermanos los levitas que estuvieren allí delante de Jehová.
8 Igual ración a la de los otros comerá, además de sus patrimonios.
Amonestación contra costumbres paganas
9 Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las
abominaciones de aquellas naciones. 10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija
por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni
encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para
con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas
naciones de delante de ti. 13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 14 Porque estas naciones
que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.
Dios promete un profeta como Moisés
15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;
16 conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No
vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. 17 Y
Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. 18 Profeta les levantaré de en medio de
sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le
mandare. 19 Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le
pediré cuenta. 20 El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien
yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
21 Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; 22 si el
profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra
que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.
Las ciudades de refugio
(Nm. 35.9-28)
DEUTERONOMIO 19
1 Cuando Jehová tu Dios destruya a las naciones cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las
heredes, y habites en sus ciudades, y en sus casas; 2 te apartarás tres ciudades en medio de la
tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas. 3 Arreglarás los caminos, y dividirás en tres
partes la tierra que Jehová tu Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida huya allí.
4 Y este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin
intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; 5 como el que fuere con su prójimo
al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el
hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y
vivirá; 6 no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, y le alcance por ser
largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser condenado a muerte por cuanto no tenía
enemistad con su prójimo anteriormente. 7 Por tanto yo te mando, diciendo: Separarás tres
ciudades. 8 Y si Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como lo juró a tus padres, y te diere toda
la tierra que prometió dar a tus padres, 9 siempre y cuando guardares todos estos mandamientos
que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus
caminos todos los días; entonces añadirás tres ciudades más a estas tres, 10 para que no sea
derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y no seas
culpado de derramamiento de sangre.
11 Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo y lo acechare, y se levantare contra él y lo
hiriere de muerte, y muriere; si huyere a alguna de estas ciudades, 12 entonces los ancianos de su
ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que
muera. 13 No le compadecerás; y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.
14 En la heredad que poseas en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la
propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos.
Leyes sobre el testimonio
15 No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier
pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos
se mantendrá la acusación. 16 Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar
contra él, 17 entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los
sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. 18 Y los jueces inquirirán bien; y si aquel
testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, 19 entonces haréis a él como
él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. 20 Y los que quedaren oirán y
temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti. 21 Y no le
compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
Leyes sobre la guerra
DEUTERONOMIO 20
1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más
grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de
tierra de Egipto. 2 Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará
al pueblo, 3 y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no
desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;
4 porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos,
para salvaros. 5 Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no
la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la
estrene. 6 ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea
que muera en la batalla, y algún otro la disfrute. 7 ¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha
tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la tome. 8 Y
volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya,
y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo. 9 Y cuando
los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la
cabeza del pueblo.
10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. 11 Y si respondiere:
Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. 12 Mas si
no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. 13 Luego que Jehová
tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. 14 Solamente las
mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti;
y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó. 15 Así harás a todas las
ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones. 16 Pero de las
ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con
vida, 17 sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al
heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado; 18 para que no os enseñen a hacer según
todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro
Dios.
19 Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás
sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el
árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio. 20 Mas el árbol que sepas que no
lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la
guerra, hasta sojuzgarla.
Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce
DEUTERONOMIO 21
1 Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto,
tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató, 2 entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y
medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 3 Y los ancianos de la
ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que
no haya trabajado, que no haya llevado yugo; 4 y los ancianos de aquella ciudad traerán la
becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la
becerra allí en el valle. 5 Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió
Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de
ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa. 6 Y todos los ancianos de la ciudad más cercana al
lugar donde fuere hallado el muerto lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada
en el valle; 7 y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros
ojos lo han visto. 8 Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre
inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada. 9 Y tú quitarás la culpa de la sangre
inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de Jehová.
Diversas leyes
10 Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y
tomares de ellos cautivos, 11 y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares,
y la tomares para ti por mujer, 12 la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus
uñas, 13 y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a
su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu
mujer. 14 Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás
como esclava, por cuanto la humillaste.
15 Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la
aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16 en el día que
hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la
amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17 mas al hijo de la
aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada
uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.
18 Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz
de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19 entonces lo tomarán su padre y su
madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20 y dirán
a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es
glotón y borracho. 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así
quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.
22 Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis
en un madero, 23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás
el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu
Dios te da por heredad.
DEUTERONOMIO 22
1 Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a
tu hermano. 2 Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y
estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 3 Así harás con su asno, así
harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y
tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda. 4 Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en
el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.
5 No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es
a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
6 Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con
pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con
los hijos. 7 Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues
tus días.
8 Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre
tu casa, si de él cayere alguno.
9 No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que
sembraste como el fruto de la viña. 10 No ararás con buey y con asno juntamente. 11 No vestirás
ropa de lana y lino juntamente.
12 Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.
Leyes sobre la castidad
13 Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14 y le
atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé
virgen; 15 entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la
virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta; 16 y dirá el padre de la joven a
los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; 17 y he aquí, él le atribuye
faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la
virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18 Entonces
los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19 y le multarán en cien piezas de
plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de
Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. 20 Mas si resultare ser
verdad que no se halló virginidad en la joven, 21 entonces la sacarán a la puerta de la casa de su
padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel
fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22 Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el
hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
23 Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se
acostare con ella; 24 entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y
morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su
prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
25 Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre,
acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26 mas a la joven no le
harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su
prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27 Porque él la halló en el campo; dio voces la joven
desposada, y no hubo quien la librase.
28 Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se
acostare con ella, y fueren descubiertos; 29 entonces el hombre que se acostó con ella dará al
padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la
podrá despedir en todos sus días.
30 Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.
Los excluidos de la congregación
DEUTERONOMIO 23
1 No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o amputado su
miembro viril.
2 No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni hasta la décima generación no entrarán
en la congregación de Jehová.
3 No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de
ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre, 4 por cuanto no os salieron a
recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a
Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. 5 Mas no quiso Jehová tu Dios
oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te
amaba. 6 No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
7 No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero
fuiste en su tierra. 8 Los hijos que nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la
congregación de Jehová.
Leyes sanitarias
9 Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.
10 Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida
de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él. 11 Pero al caer la noche se lavará con
agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12 Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas; 13 tendrás también entre tus armas
una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu
excremento; 14 porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para
entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no
vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
Leyes humanitarias
15 No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo. 16 Morará contigo, en medio
de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.
17 No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel.
18 No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por
ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro.
19 No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de
que se suele exigir interés. 20 Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo
exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas
para tomar posesión de ella.
21 Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará
Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti. 22 Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti
pecado. 23 Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo
prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.
24 Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en
tu cesto. 25 Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no
aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.
DEUTERONOMIO 24
1 Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella
alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá
de su casa. 2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3 Pero si la aborreciere este
último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa;
o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, 4 no podrá su primer marido, que
la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es
abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por
heredad.
5 Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará;
libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.
6 No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en
prenda la vida del hombre.
7 Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le
hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de en medio de
ti.
8 En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo
que os enseñaren los sacerdotes levitas; según yo les he mandado, así cuidaréis de hacer.
9 Acuérdate de lo que hizo Jehová tu Dios a María en el camino, después que salisteis de Egipto.
10 Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle
prenda. 11 Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará la prenda. 12 Y si el
hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda. 13 Sin falta le devolverás la
prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir en su ropa, y te bendiga; y te será justicia
delante de Jehová tu Dios.
14 No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros
que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades. 15 En su día le darás su jornal, y no se pondrá el
sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y
sea en ti pecado.
16 Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.
17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la
viuda, 18 sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios;
por tanto, yo te mando que hagas esto.
19 Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para
recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová
tu Dios en toda obra de tus manos. 20 Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que
hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 21 Cuando
vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la
viuda. 22 Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.
DEUTERONOMIO 25
1 Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos
absolverán al justo, y condenarán al culpable. 2 Y si el delincuente mereciere ser azotado,
entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su presencia; según su delito será el
número de azotes. 3 Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren con muchos
azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.
4 No pondrás bozal al buey cuando trillare.
5 Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del
muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su
mujer, y hará con ella parentesco. 6 Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre
de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel. 7 Y si el hombre no
quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado
no quiere suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo. 8 Entonces los
ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se levantare y dijere: No
quiero tomarla, 9 se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el
calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere
edificar la casa de su hermano. 10 Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.
11 Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de mano
del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas, 12 le cortarás entonces la
mano; no la perdonarás.
13 No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, 14 ni tendrás en tu casa efa grande y efa
pequeño. 15 Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean
prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. 16 Porque abominación es a Jehová tu Dios
cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.
Orden de exterminar a Amalec
17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; 18 de cómo te
salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás
de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. 19 Por tanto,
cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu
Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no
lo olvides.
Primicias y diezmos
DEUTERONOMIO 26
1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de
ella y la habites, 2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra
que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios
escogiere para hacer habitar allí su nombre. 3 Y te presentarás al sacerdote que hubiere en
aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró
Jehová a nuestros padres que nos daría. 4 Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la
pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi
padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una
nación grande, fuerte y numerosa; 6 y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron
sobre nosotros dura servidumbre. 7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová
oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; 8 y Jehová nos sacó
de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con
milagros; 9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. 10 Y ahora,
he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante
de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. 11 Y te alegrarás en todo el bien que
Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio
de ti.
12 Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo,
darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se
saciarán. 13 Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo
he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado;
no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. 14 No he comido de ello en mi
luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido
a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. 15 Mira desde tu
morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como
juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos
por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. 17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová
es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus
decretos, y que escucharás su voz. 18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su
exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; 19 a fin
de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un
pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho.
Orden de escribir la ley en piedras sobre el Monte Ebal
DEUTERONOMIO 27
1 Ordenó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los
mandamientos que yo os prescribo hoy. 2 Y el día que pases el Jordán a la tierra que Jehová tu
Dios te da, levantarás piedras grandes, y las revocarás con cal; 3 y escribirás en ellas todas las
palabras de esta ley, cuando hayas pasado para entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra
que fluye leche y miel, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho. 4 Cuando, pues, hayas
pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo os mando hoy, en el monte Ebal, y las revocarás
con cal; 5 y edificarás allí un altar a Jehová tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas
instrumento de hierro. 6 De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu Dios, y ofrecerás
sobre él holocausto a Jehová tu Dios; 7 y sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí, y te
alegrarás delante de Jehová tu Dios. 8 Y escribirás muy claramente en las piedras todas las
palabras de esta ley.
9 Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh
Israel; hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios. 10 Oirás, pues, la voz de Jehová tu Dios, y
cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.
Las maldiciones en el monte Ebal
11 Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo: 12 Cuando hayas pasado el Jordán, éstos
estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y
Benjamín. 13 Y éstos estarán sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad,
Aser, Zabulón, Dan y Neftalí. 14 Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
15 Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de
mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
16 Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
17 Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
18 Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
19 Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
20 Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su
padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
21 Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
22 Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
23 Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
24 Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
25 Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo:
Amén.
Bendiciones de la obediencia
(Lv. 26.3-13; Dt. 7.12-24)
DEUTERONOMIO 28
1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra
todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas
las naciones de la tierra. 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres
la voz de Jehová tu Dios. 3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4 Bendito el
fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños
de tus ovejas. 5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. 6 Bendito serás en tu entrar, y
bendito en tu salir.
7 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y
por siete caminos huirán de delante de ti. 8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y
sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los
mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la
tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová
sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu
tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. 12 Te abrirá Jehová su buen
tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus
manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. 13 Te pondrá Jehová por cabeza,
y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos
de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, 14 y si no te apartares
de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y
servirles.
Consecuencias de la desobediencia
(Lv. 26.14-46)
15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus
mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones,
y te alcanzarán. 16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. 17 Maldita tu canasta, y
tu artesa de amasar. 18 Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y
los rebaños de tus ovejas. 19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.
20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e
hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las
cuales me habrás dejado. 21 Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra
a la cual entras para tomar posesión de ella. 22 Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación
y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que
perezcas. 23 Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de
ti, de hierro. 24 Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre
ti hasta que perezcas.
25 Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y
por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de la tierra. 26 Y tus
cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las
espante. 27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de
que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu; 29 y
palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y
no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. 30 Te desposarás con
mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no
la disfrutarás. 31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será
arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no
tendrás quien te las rescate. 32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo
verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano. 33 El fruto de tu tierra
y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y quebrantado
todos los días. 34 Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. 35 Te herirá Jehová con
maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin
que puedas ser curado.
36 Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni
tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra. 37 Y serás motivo de horror, y
servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová. 38 Sacarás mucha
semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá. 39 Plantarás viñas y
labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá. 40 Tendrás
olivos en todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá. 41 Hijos e
hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. 42 Toda tu arboleda y el fruto de
tu tierra serán consumidos por la langosta. 43 El extranjero que estará en medio de ti se elevará
sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. 44 El te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él
será por cabeza, y tú serás por cola. 45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te
perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de
Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó; 46 y serán en ti
por señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre.
47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia
de todas las cosas, 48 servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con
hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre
tu cuello, hasta destruirte. 49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra,
que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; 50 gente fiera de rostro, que no tendrá
respeto al anciano, ni perdonará al niño; 51 y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra,
hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños
de tus ovejas, hasta destruirte. 52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros
altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la
tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado. 53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus
hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu
enemigo. 54 El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su
hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren; 55 para no dar a alguno
de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el
apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56 La tierna y la delicada entre
vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y
ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija, 57 al recién nacido que
sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia
de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro,
temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS, 59 entonces Jehová aumentará
maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y
enfermedades malignas y duraderas; 60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los
cuales temiste, y no te dejarán. 61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en
el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. 62 Y quedaréis pocos en
número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no
obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios. 63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en
multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la
tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. 64 Y Jehová te esparcirá por todos los
pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no
conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. 65 Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la
planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de
ojos, y tristeza de alma; 66 y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás
temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67 Por la mañana dirás: ¡Quién
diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu
corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68 Y Jehová te hará volver a
Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a
vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.
Pacto de Jehová con Israel en Moab
DEUTERONOMIO 29
1 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de
Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
2 Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho
delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,
3 las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas. 4 Pero hasta
hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5 Y yo os he
traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni
vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie. 6 No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni
sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios. 7 Y llegasteis a este lugar, y salieron
Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; 8 y
tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.
9 Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en
todo lo que hiciereis.
10 Vosotros todos estáis hoy en presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus,
vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11 vuestros niños, vuestras
mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña
hasta el que saca tu agua; 12 para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento,
que Jehová tu Dios concierta hoy contigo, 13 para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él
te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob. 14 Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15 sino con los que
están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí
hoy con nosotros.
16 Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en
medio de las naciones por las cuales habéis pasado; 17 y habéis visto sus abominaciones y sus
ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo. 18 No sea que haya entre vosotros
varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a
servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel
y ajenjo, 19 y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón,
diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez
quite la sed. 20 No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su
celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová
borrará su nombre de debajo del cielo; 21 y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para
mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley. 22 Y dirán las
generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que
vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que
Jehová la habrá hecho enfermar 23 (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni
producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de
Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira); 24 más aún,
todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta
gran ira? 25 Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él
concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26 y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y
se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado. 27 Por tanto, se
encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas
en este libro; 28 y Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación,
y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.
29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y
para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Condiciones para la restauración y la bendición
DEUTERONOMIO 30
1 Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que
he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere
arrojado Jehová tu Dios, 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a
todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3 entonces
Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre
todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4 Aun cuando tus desterrados
estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y
de allá te tomará; 5 y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será
tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu
corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y
con toda tu alma, a fin de que vivas. 7 Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus
enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8 Y tú volverás, y oirás la voz de
Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. 9 Y te hará Jehová tu
Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el
fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que
se gozó sobre tus padres, 10 cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus
mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11 Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.
12 No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo
hará oír para que lo cumplamos? 13 Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará
por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?
14 Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16 porque yo te
mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos,
sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la
tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 17 Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y
te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18 yo os protesto hoy que de
cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán,
para entrar en posesión de ella. 19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros,
que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida,
para que vivas tú y tu descendencia; 20 amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y
siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la
tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Josué es instalado como sucesor de Moisés
DEUTERONOMIO 31
1 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, 2 y les dijo: Este día soy de edad de ciento
veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este
Jordán. 3 Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las
heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho. 4 Y hará Jehová con
ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.
5 Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he
mandado. 6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu
Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
7 Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú
entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás
heredar. 8 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas
ni te intimides.
9 Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto
de Jehová, y a todos los ancianos de Israel. 10 Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete
años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos, 11 cuando viniere todo Israel a
presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo
Israel a oídos de ellos. 12 Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros
que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y
cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; 13 y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y
aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais,
pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
14 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad
en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y
esperaron en el tabernáculo de reunión. 15 Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna
de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.
16 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y
fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e
invalidará mi pacto que he concertado con él; 17 y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y
los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos
muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi
Dios en medio de mí? 18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal
que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos. 19 Ahora pues, escribíos este cántico,
y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo
contra los hijos de Israel. 20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual
fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les
servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto. 21 Y cuando les vinieren muchos males y
angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la
boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los
introduzca en la tierra que juré darles. 22 Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a
los hijos de Israel.
23 Y dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, pues tú introducirás a los hijos
de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.
Orden de guardar la ley junto al arca
24 Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, 25 dio
órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: 26 Tomad este
libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo
contra ti. 27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con
vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? 28 Congregad a
mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas
palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. 29 Porque yo sé que después
de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que
os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole
con la obra de vuestras manos.
Cántico de Moisés
30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico
hasta acabarlo.
DEUTERONOMIO 32
1 Escuchad, cielos, y hablaré;
Y oiga la tierra los dichos de mi boca.
2 Goteará como la lluvia mi enseñanza;
Destilará como el rocío mi razonamiento;
Como la llovizna sobre la grama,
Y como las gotas sobre la hierba;
3 Porque el nombre de Jehová proclamaré.
Engrandeced a nuestro Dios.
4 El es la Roca, cuya obra es perfecta,
Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él;
Es justo y recto.
5 La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha,
Generación torcida y perversa.
6 ¿Así pagáis a Jehová,
Pueblo loco e ignorante?
¿No es él tu padre que te creó?
El te hizo y te estableció.
7 Acuérdate de los tiempos antiguos,
Considera los años de muchas generaciones;
Pregunta a tu padre, y él te declarará;
A tus ancianos, y ellos te dirán.
8 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones,
Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres,
Estableció los límites de los pueblos
Según el número de los hijos de Israel.
9 Porque la porción de Jehová es su pueblo;
Jacob la heredad que le tocó.
10 Le halló en tierra de desierto,
Y en yermo de horrible soledad;
Lo trajo alrededor, lo instruyó,
Lo guardó como a la niña de su ojo.
11 Como el águila que excita su nidada,
Revolotea sobre sus pollos,
Extiende sus alas, los toma,
Los lleva sobre sus plumas,
12 Jehová solo le guió,
Y con él no hubo dios extraño.
13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra,
Y comió los frutos del campo,
E hizo que chupase miel de la peña,
Y aceite del duro pedernal;
14 Mantequilla de vacas y leche de ovejas,
Con grosura de corderos,
Y carneros de Basán; también machos cabríos,
Con lo mejor del trigo;
Y de la sangre de la uva bebiste vino.
15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces
(Engordaste, te cubriste de grasa);
Entonces abandonó al Dios que lo hizo,
Y menospreció la Roca de su salvación.
16 Le despertaron a celos con los dioses ajenos;
Lo provocaron a ira con abominaciones.
17 Sacrificaron a los demonios, y no a Dios;
A dioses que no habían conocido,
A nuevos dioses venidos de cerca,
Que no habían temido vuestros padres.
18 De la Roca que te creó te olvidaste;
Te has olvidado de Dios tu creador.
19 Y lo vio Jehová, y se encendió en ira
Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.
20 Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro,
Veré cuál será su fin;
Porque son una generación perversa,
Hijos infieles.
21 Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios;
Me provocaron a ira con sus ídolos;
Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo,
Los provocaré a ira con una nación insensata.
22 Porque fuego se ha encendido en mi ira,
Y arderá hasta las profundidades del Seol;
Devorará la tierra y sus frutos,
Y abrasará los fundamentos de los montes.
23 Yo amontonaré males sobre ellos;
Emplearé en ellos mis saetas.
24 Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente
Y de peste amarga;
Diente de fieras enviaré también sobre ellos,
Con veneno de serpientes de la tierra.
25 Por fuera desolará la espada,
Y dentro de las cámaras el espanto;
Así al joven como a la doncella,
Al niño de pecho como al hombre cano.
26 Yo había dicho que los esparciría lejos,
Que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,
27 De no haber temido la provocación del enemigo,
No sea que se envanezcan sus adversarios,
No sea que digan: Nuestra mano poderosa
Ha hecho todo esto, y no Jehová.
28 Porque son nación privada de consejos,
Y no hay en ellos entendimiento.
29 ¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto,
Y se dieran cuenta del fin que les espera!
30 ¿Cómo podría perseguir uno a mil,
Y dos hacer huir a diez mil,
Si su Roca no los hubiese vendido,
Y Jehová no los hubiera entregado?
31 Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca,
Y aun nuestros enemigos son de ello jueces.
32 Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos,
Y de los campos de Gomorra;
Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas,
Racimos muy amargos tienen.
33 Veneno de serpientes es su vino,
Y ponzoña cruel de áspides.
34 ¿No tengo yo esto guardado conmigo,
Sellado en mis tesoros?
35 Mía es la venganza y la retribución;
A su tiempo su pie resbalará,
Porque el día de su aflicción está cercano,
Y lo que les está preparado se apresura.
36 Porque Jehová juzgará a su pueblo,
Y por amor de sus siervos se arrepentirá,
Cuando viere que la fuerza pereció,
Y que no queda ni siervo ni libre.
37 Y dirá: ¿Dónde están sus dioses,
La roca en que se refugiaban;
38 Que comían la grosura de sus sacrificios,
Y bebían el vino de sus libaciones?
Levántense, que os ayuden
Y os defiendan.
39 Ved ahora que yo, yo soy,
Y no hay dioses conmigo;
Yo hago morir, y yo hago vivir;
Yo hiero, y yo sano;
Y no hay quien pueda librar de mi mano.
40 Porque yo alzaré a los cielos mi mano,
Y diré: Vivo yo para siempre,
41 Si afilare mi reluciente espada,
Y echare mano del juicio,
Yo tomaré venganza de mis enemigos,
Y daré la retribución a los que me aborrecen.
42 Embriagaré de sangre mis saetas,
Y mi espada devorará carne;
En la sangre de los muertos y de los cautivos,
En las cabezas de larga cabellera del enemigo.
43 Alabad, naciones, a su pueblo,
Porque él vengará la sangre de sus siervos,
Y tomará venganza de sus enemigos,
Y hará expiación por la tierra de su pueblo.
44 Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de
Nun. 45 Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; 46 y les dijo: Aplicad
vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos,
a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. 47 Porque no os es cosa vana; es
vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais,
pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
Se le permite a Moisés contemplar la tierra de Canaán
48 Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: 49 Sube a este monte de Abarim, al monte
Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy
por heredad a los hijos de Israel; 50 y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así
como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo; 51 por cuanto pecasteis
contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin;
porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel. 52 Verás, por tanto, delante de ti la
tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.
Moisés bendice a las doce tribus de Israel
DEUTERONOMIO 33
1 Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que
muriese. 2 Dijo:
Jehová vino de Sinaí,
Y de Seir les esclareció;
Resplandeció desde el monte de Parán,
Y vino de entre diez millares de santos,
Con la ley de fuego a su mano derecha.
3 Aun amó a su pueblo;
Todos los consagrados a él estaban en su mano;
Por tanto, ellos siguieron en tus pasos,
Recibiendo dirección de ti,
4 Cuando Moisés nos ordenó una ley,
Como heredad a la congregación de Jacob.
5 Y fue rey en Jesurún,
Cuando se congregaron los jefes del pueblo
Con las tribus de Israel.
6 Viva Rubén, y no muera;
Y no sean pocos sus varones.
7 Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así:
Oye, oh Jehová, la voz de Judá,
Y llévalo a su pueblo;
Sus manos le basten,
Y tú seas su ayuda contra sus enemigos.
8 A Leví dijo:
Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso,
A quien probaste en Masah,
Con quien contendiste en las aguas de Meriba,
9 Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto;
Y no reconoció a sus hermanos,
Ni a sus hijos conoció;
Pues ellos guardaron tus palabras,
Y cumplieron tu pacto.
10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,
Y tu ley a Israel;
Pondrán el incienso delante de ti,
Y el holocausto sobre tu altar.
11 Bendice, oh Jehová, lo que hicieren,
Y recibe con agrado la obra de sus manos;
Hiere los lomos de sus enemigos,
Y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.
12 A Benjamín dijo:
El amado de Jehová habitará confiado cerca de él;
Lo cubrirá siempre,
Y entre sus hombros morará.
13 A José dijo:
Bendita de Jehová sea tu tierra,
Con lo mejor de los cielos, con el rocío,
Y con el abismo que está abajo.
14 Con los más escogidos frutos del sol,
Con el rico producto de la luna,
15 Con el fruto más fino de los montes antiguos,
Con la abundancia de los collados eternos,
16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud;
Y la gracia del que habitó en la zarza
Venga sobre la cabeza de José,
Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.
17 Como el primogénito de su toro es su gloria,
Y sus astas como astas de búfalo;
Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra;
Ellos son los diez millares de Efraín,
Y ellos son los millares de Manasés.
18 A Zabulón dijo:
Alégrate, Zabulón, cuando salieres;
Y tú, Isacar, en tus tiendas.
19 Llamarán a los pueblos a su monte;
Allí sacrificarán sacrificios de justicia,
Por lo cual chuparán la abundancia de los mares,
Y los tesoros escondidos de la arena.
20 A Gad dijo:
Bendito el que hizo ensanchar a Gad;
Como león reposa,
Y arrebata brazo y testa.
21 Escoge lo mejor de la tierra para sí,
Porque allí le fue reservada la porción del legislador.
Y vino en la delantera del pueblo;
Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová.
22 A Dan dijo:
Dan es cachorro de león
Que salta desde Basán.
23 A Neftalí dijo:
Neftalí, saciado de favores,
Y lleno de la bendición de Jehová,
Posee el occidente y el sur.
24 A Aser dijo:
Bendito sobre los hijos sea Aser;
Sea el amado de sus hermanos,
Y moje en aceite su pie.
25 Hierro y bronce serán tus cerrojos,
Y como tus días serán tus fuerzas.
26 No hay como el Dios de Jesurún,
Quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda,
Y sobre las nubes con su grandeza.
27 El eterno Dios es tu refugio,
Y acá abajo los brazos eternos;
El echó de delante de ti al enemigo,
Y dijo: Destruye.
28 E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola
En tierra de grano y de vino;
También sus cielos destilarán rocío.
29 Bienaventurado tú, oh Israel.
¿Quién como tú,
Pueblo salvo por Jehová,
Escudo de tu socorro,
Y espada de tu triunfo?
Así que tus enemigos serán humillados,
Y tú hollarás sobre sus alturas.
Muerte y sepultura de Moisés
DEUTERONOMIO 34
1 Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de
Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, 2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín
y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Neguev, y la llanura, la vega de
Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. 4 Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a
Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus
ojos, mas no pasarás allá. 5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme
al dicho de Jehová. 6 Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y
ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. 7 Era Moisés de edad de ciento veinte años
cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. 8 Y lloraron los hijos de Israel a
Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de
Moisés.
9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos
sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés. 10 Y nunca
más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; 11 nadie
como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón
y a todos sus siervos y a toda su tierra, 12 y en el gran poder y en los hechos grandiosos y
terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.